Por Orson Mojica

Acaba de terminar, de manera intempestiva, sin resoluciones políticas de fondo, la III Cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Costa Rica. Al parecer, la CELAC ha nacido muerta, envuelta en la más grande impotencia política, y con un discurso cada vez menos independiente de los Estados Unidos.

Orígenes de la CELAC

La CELAC tiene sus antecedentes inmediatos en la I Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC), reunida en Brasil, los días 16 y 17 de diciembre de 2008. La CELAC fue creada en febrero de 2010 en México, pero fue constituida definitivamente en la Cumbre de Caracas, realizada los días 2 y 3 de diciembre de 2011.

La primera Cumbre de la CELAC se llevó a cabo en Chile en el 2013 y la segunda en La Habana en el 2014, y recientemente acaba de finalizar la III Cumbre.

Cambios económicos y políticos

La CELAC reúne a todos los gobiernos de América, excepto al imperialismo norteamericano y canadiense. Algunos reformistas consideran a la CELAC la antípoda de la Organización de Estados Americanos (OEA), que fue creada en el marco de la guerra fría, bajo la indiscutible hegemonía de Estados Unidos, que siempre ha considerado a América Latina su “patio trasero”.

Este salto de la OEA, sometida a los dictados de Estados Unidos, a la CELAC, con iniciales pretensiones independentistas, es un reflejo directo de los cambios económicos y políticos de la última década en América Latina, caracterizada por un auge en las exportaciones de materias primas (con altos precios internacionales), cierto bienestar económico que produjo crecimiento de la clase media urbana, cierta reducción de la extrema pobreza, y el surgimiento de gobiernos burgueses de izquierda que ascendieron al poder mediante procesos electorales.

En América del Sur, este proceso estuvo encabezado por el chavismo (aunque también por el ascenso del PT brasileño al poder). Estos cambios económicos han producido un relativo margen de maniobra de estas burguesías, o de las fuerzas de izquierda reformista en el poder. Uno de estos cambios, por ejemplo, es el indiscutible hecho de que muchas de las economías de América del Sur (Perú, Argentina y Ecuador), giran en torno al emergente imperialismo chino.

La mayoría de las empresas en China son agentes de las multinacionales, es decir, está formada por capital que no tiene fronteras. Independientemente de esto, es notable del decaimiento de la influencia de los Estados Unidos en América Latina. Este fue el contexto del surgimiento de la CELAC, cuyo principal impulsor fue el chavismo. Pero ese contexto se está agotando rápidamente.

Crisis de la CELAC

En poco tiempo, la CELAC comenzó a entrar en crisis como proyecto “independiente” de sectores de la burguesía latinoamericana. De 2011 a 2015, en menos de cuatro años, hemos observado un declive de los gobiernos populistas de izquierda en América Latina: crisis del kirchnerismo en Argentina, debilitamiento del PT en Brasil, crisis del chavismo en Venezuela, solo para citar los ejemplos más importantes.

El ímpetu de las primeras reuniones de la CELAC está dando paso al más abyecto pragmatismo de los gobiernos que la conforman.

Sin caer en el catastrofismo político, como anuncian los agoreros de la derecha, es obvio que hay un agotamiento político de los gobiernos populistas de izquierda, no solo en América del Sur, sino también en Centroamérica, cuyas máximas expresiones han sido el relativamente fuerte gobierno sandinista, el débil gobierno del FMLN (el intento frustrado del Melismo en Honduras) y en menor medida el actual gobierno del PAC en Costa Rica.

Crisis económica en los países del ALBA

La crisis económica en Venezuela, que refleja un agotamiento del modelo populista del chavismo, hace tambalear al pilar fundamental de los países del ALBA. Los Petrodólares son cada vez más escasos y por ello disminuye la influencia política de los herederos del chavismo dentro del ALBA; y también disminuye la influencia del ALBA en América Latina.

Pareciera que lo que predomina actualmente es “sálvense quien pueda”. Cuba negocia directa y secretamente con los Estados Unidos, sin resultados todavía claros, y los países del ALBA, en mayor o menor medida (los más estables son Ecuador, Bolivia y Nicaragua), pero en el contexto global de la crisis capitalista es una amenaza cada vez mayor.

El fracaso de la III cumbre en Costa Rica

En esta reunión de la CELAC se aprobaron 25 declaraciones especiales sobre diversos temas, entre ellos el importante tema de la suspensión del bloqueo contra Cuba, el caso de las islas Malvinas, narcotráfico, corrupción, trata de personas, cambio climático, reestructuración de la deuda soberana de Argentina, solidaridad con Venezuela, etc.

Si algo evidencia estas 25 declaraciones es que existe un debilitamiento de las veleidades nacionalistas de la burguesía latinoamericana, y la pérdida de peso político de los gobiernos del ALBA dentro de la CELAC. De hecho los países del ALBA no llevaron una estrategia común.

Roces entre Luis Guillermo Solís y Daniel Ortega

Así lo refleja el boicot impulsado por Nicaragua en la reunión secreta de presidentes, que había propuesto Luis Guillermo Solís. Nicaragua exigió que Rubén Berríos, activista independentista puertorriqueño, fuese aceptado como jefe de la delegación nicaragüense en la reunión secreta de presidentes, encontrando oposición del presidente Correa de Ecuador y de la presidenta Dilma Rousseff de Brasil, país que forma parte del ALBA. Evo Morales tuvo una posición muy moderada.

La crisis dentro del ALBA quedo reflejada en las declaraciones del presidente Correa: “Con ese precedente, en la Cumbre de las Américas, en abril (en Panamá), Estados Unidos cedía el asiento a Inglaterra" para defender su posesión de las islas "Malvinas contra Argentina. No hay que confundir nuestro apoyo a Puerto Rico", expresado en las tres cumbres que la CELAC ha celebrado entre 2013 y 2015 (…) Queremos mucho a Nicaragua, queremos mucho a Puerto Rico (...), a los independentistas puertorriqueños, pero con Berríos en la reunión privada de la CELAC se hubiera sentado un precedente nefasto" (Varias Agencias),

¿Cuál fue el motivo del boicot nicaragüense?

No lo sabemos, pero hay dos temas que pueden incomodar a los sandinistas: el Canal y las presiones aperturistas sobre Cuba. Es muy probable que Luis Guillermo Solís haya querido llevar a la agenda el tema del Canal, por los supuestos daños ambientales en Costa Rica.

Un día antes de la realización de la cumbre de la CELAC, el canciller de Costa Rica, Manuel González, declaró que: "Nosotros ya en dos ocasiones le hemos pedido a Nicaragua que comparta y le hemos indicado su obligación de compartir con nosotros los estudios ambientales (…) En la primera ocasión la respuesta fue, palabras más o menos: no se preocupen, nosotros vamos a asegurar que no haya ningún daño ambiental, sabemos lo que estamos haciendo. En la segunda ocasión ni siquiera nos contestaron (…) En el río San Juan, Costa Rica tiene derechos de navegación y el Colorado es un río nacional que es muy importante para nosotros (…) El dragado que hay que hacer (para construir el canal) es muy grande, la generación de sedimentos que eso va a provocar, inclusive potenciales inundaciones muy cerca de la frontera, son peligros reales" (La Nación, 27/01/2015).

Apoyo incondicional a la política de Obama sobre Cuba

El tema de la suspensión del bloqueo a Cuba ha creado supuestamente un consenso latinoamericano, pero hay matizaciones importantes. Ahora que Obama ha iniciado el deshielo de las relaciones con Cuba, el problema no es la suspensión del bloqueo, porque este proceso se ha iniciado, sino los condicionamientos políticos al castrismo, que preocupan al sandinismo y a Venezuela, con un gobierno donde hay una clara influencia cubana.

El resultado final de la reunión secreta de presidentes de la CELAC es que no hubo posición conjunta sobre Cuba ante la reunión de Cumbre de las Américas que se realizará en Panamá en el mes de abril del 2015, aunque sí salió una declaración en el mismo sentido de las declaraciones anteriores, solicitando al gobierno de Estados Unidos el levantamiento del bloqueo económico contra Cuba, y apoyando los pasos dados por la administración Obama.

Todos coinciden en que es hora de suspender el bloqueo, hasta el propio Obama, pero lo que se discute tras bastidores es la intensidad de las presiones para lograr una apertura democrática en Cuba. En el fondo, los llamados gobierno de izquierda claudican ante la traicionera política de Obama sobre Cuba.

Transición de la OEA a la CELAC

La OEA se encuentra moribunda. En cierta medida la razón de ser de la OEA, durante mucho tiempo, fue la de constituir un bloque de países latinoamericanos contra Cuba socialista, y de apoyar el embargo y bloqueo económico contra la isla. Esta política del imperialismo se fue agotando, el gobierno cubano abandonó sus posiciones radicales de fomentar las guerrillas en el continente y poco a poco fue perdiendo consenso el tema del bloqueo a Cuba.

En este largo proceso, del seno de la OEA es que surgió la CELAC. Son los mismos países que participan todavía en la OEA pero sin Estados Unidos y Canadá. Estamos en un proceso de transición, en que la OEA cede el paso a organismos como la CELAC. La OEA se caracterizó por la incondicionalidad de los gobiernos latinoamericanos con la política yanqui de bloqueo a Cuba. Esta política está llegando a su fin, la OEA también.

La CELAC en sus inicios representó un proyecto nacionalista latinoamericano que rápidamente se agotó, ahora se perfila como el organismo que sustituirá a la OEA, aunque durante algún periodo puedan coexistir ambas.

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