El Sistema Cambiario de Bandas está en Crisis:

 

¿Qué Debemos Hacer?

Por Alberto Ramírez, Prensa Socialista No 77

Actualmente existe un debate entre economistas burgueses sobre el sistema cambiario de bandas. Algunos plantean regresar al sistema de mini-devaluaciones, otros demandan la dolarización de la economía y otro sector apoya el actual régimen cambiario. Esta es una discusión de mucha importancia para la vida nacional, ya que toca los elementos y factores económicos del país. El presente artículo es el primero de una serie sobre este tema candente de la realidad nacional.

El régimen cambiario de bandas comenzó a funcionar en el país, el 17 de octubre del año 2006, es decir, que tiene un año y nueve meses de funcionamiento. Los objetivos planteados por el Banco Central para instaurar dicho sistema eran los siguientes: controlar la inflación, reducir la dolarización a nivel financiero y preparar el país para evolucionar a un tipo de flotación administrada.

 

Haciendo un balance del objetivo central del sistema de banda cambiaria que era controlar la inflación, podemos concluir que no lo ha logrado y, por tanto, desde ese punto de vista ha fracasado. En el año 2005 la inflación fue del 14%; en el 2006, año de instauración del régimen, la inflación bajó un poco al 9,43%; en el 2007, la inflación volvió a subir al 10,81% y para el año 2008 se pronostica por parte del Banco Central que la inflación será de nuevo un 14%, cuando la meta del Banco Central era llegar al 8%.

Los datos anteriores son contundentes, la inflación lejos de disminuir a un digito como era la meta del Banco Central, más bien está regresando al mismo porcentaje de hace tres años. Argumentos para justificar lo anterior sobran: la difícil situación internacional, la crisis de la economía de los Estados Unidos, los altos precios de los alimentos y del petróleo. Por otra parte, el funcionamiento de dicho régimen cambiario está introduciendo sobresaltos en la economía nacional, creando zozobra, nerviosismo y temor entre muchas personas.

Veamos por qué. Entre el 10 y el 16 de julio, el dólar subió abruptamente 34 colones y sólo el día martes 15 de julio, el dólar aumentó 18 colones, ubicándose el precio de venta en 551,78 colones y con posibilidades, sino intervenía el Banco Central, de sobrepasar el limite superior de las bandas que era, en ese momento, de 572,55 colones.Frente aquella situación, los jerarcas del Banco Central fueron obligados a sesionar durante la noche, para sacar un comunicado a la medianoche el cual sostiene que: “b. Desde el mes de mayo del 2008, el Banco Central de Costa Rica ha venido interviniendo en el mercado cambiario con el fin de moderar los movimientos abruptos en el precio de la divisa, haciendo uso de las reservas monetarias internacionales acumuladas en exceso de aquel nivel considerado adecuado con base en criterios técnicos. c. Dado el comportamiento del entorno internacional, conveniente permitir el ajuste del tipo de cambio, pero acotar la volatilidad implícita en los parámetros de la actual banda cambiaria, y continuar con la adopción de medidas orientadas a profundizar el control de la liquidez” ¹.

Con base en lo anterior, la nueva banda impuesta por el BCCR fue de 500 colones la compra y de 555,37 la venta; asimismo, el precio de venta se incrementará cada día hábil la cantidad de 0,06 colones.¿Por qué se están produciendo esos cambios bruscos y abruptos en el tipo de cambio del dólar? Según el economista Luis Mesalles: “Dos fuerzas empujaron el tipo de cambio para arriba: los fundamentales y las expectativas. Por el lado de los fundamentales, casi todo apuntaba hacia una mayor demanda y una menor oferta de divisas. El alza del petróleo y los alimentos hizo que las importaciones aumentaran. Las exportaciones crecieron menos por la combinación de los aumentos de los costos internos (inflación), con una menor demanda externa (por la menor actividad de la economía mundial, y en especial la de EE.UU)...las expectativas sobre la dirección del tipo de cambio empezaron a cambiar de dirección. Si a esto le sumamos que las tasas de interés en colones llegaron a un nivel muy bajo, los inversionistas financieros empezaron a cambiar de posición: de un flujo muy grande de inversiones que pasaban de dólares a colones, se empezó a dar el movimiento contrario. Tasas de interés bajas y expectativas de devaluación es una combinación que asusta a cualquiera...”².

Según este economista, el cambio abrupto en el precio del dólar se debió a que había una mayor demanda de dólares y una menor oferta. El aumento en la demanda de divisas se produjo porque los importadores necesitaban más dólares para comprar productos que están más caros a nivel internacional, tales son los casos del petróleo, alimentos, materiales de construcción y otros. Por el lado de la oferta, han entrado menos dólares al país por una relativa disminución de las exportaciones, una relativa baja en el ingreso de turistas y por la crisis financiero económica de los Estados Unidos, que afecta la inversión nacional. Otros banqueros señalan, que esa alza abrupta del dólar también se debió a que miles de millones de colones invertidos en títulos, se vencieron y que los inversionistas los convirtieron en dólares, presionando la demanda.

A esos elementos, los economistas también le agregan las llamadas expectativas.Sin embargo, Francisco de Paula, Presidente del BCCR, desmiente lo anterior, diciendo: “Creo que es difícil decir que por fundamentales el tipo de cambio suba 17 en un solo día, si otros días no subió de esa forma. Me parece que cuando hablamos de fundamentales nos referimos a que ha habido un deterioro en los términos de intercambio (precio promedio de los bienes y servicio exportados entre el precio promedio de los bienes y servicios importados) y eso es cierto. También hay precios del petróleo más caros, lo que explica que el tipo de cambio es más alto hoy respecto al que teníamos a finales del 2007”³. Por otro lado, el Presidente del BCCR sostiene que esa alza abrupta del tipo de cambio no se debió a movimientos especulativos: “Yo no lo llamaría especulación en el sentido peyorativo...”.

Contrario a lo que piensa el Presidente del Banco Central, la Unión de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP) en un comunicado del día martes 15 de julio, fecha en que se produce el alza del dólar, sostuvo que: “Es urgente mayor claridad en las reglas del juego para evitar que la especulación se convierta en el determinante del tipo de cambio” . ¿Entonces, a quienes les creemos?

Desde el PST consideramos que el alza abrupta del dólar (devaluación del colon), continuará en los próximos meses, debido en parte a la crisis de la economía de los Estados Unidos, así como también en parte por los términos de intercambio. Una forma de resolver la crisis financiero- económica por parte del imperialismo yanqui y mundial es por la vía de la inflación generalizada, para extraer más ganancias que compensen sus pérdidas debido a esa crisis. De ahí que el intercambio desigual entre las metrópolis y las semi colonias se haya profundizado aún más en los dos últimos años. Por otra parte, esos cambios abruptos en el tipo de cambio se seguirán produciendo debido a la entrada de los grandes bancos internacionales (General Electric, Citibank, HSBC, Scotiabank) que tienen capacidad de traer o sacar grandes cantidades de capitales, así como de los grandes participantes del mercado de divisas que pueden imponer o guiar el tipo de cambio en su provecho, además de la especulación a la cual se presta la incertidumbre creada por el régimen cambiario de bandas.El grave problema es que esa situación ha llevado al Banco Central a realizar un “fuerte ajuste económico” que afecta a todos los asalariados del país y, principalmente, a los trabajadores de menor ingreso. Esas medidas de ajuste son, entre otras, las siguientes: aumento del tipo de cambio del dólar; incremento de las tasas de interés; restricción del crédito; reducción de los porcentajes de aumento salarial y alzas continuas y grandes de los productos y servicios básicos. El Presidente del Banco Central, Francisco de Paula, sostuvo recientemente que: “El Gobierno estará sometido a presiones en el corto plazo como las de subsidiar algunos precios, rebajar aranceles para que algunos productos entren más baratos y presiones salariales.  Esos temas no los pensamos tanto en términos de ciclo político. El Ministro de Hacienda ha sido claro en decir que eso no va...”*. Las negrillas son nuestras.

En otras palabras, el gobierno no está dispuesto a hacer ninguna concesión a los trabajadores y sectores populares.Por tanto, aquellas medidas afectará mas profundamente a las 936 mil personas que constituyen el 20% de los hogares más pobres, que apenas sobrevivían con 1,76 dólares diarios y que ahora con el alza del dólar se redujo a 1,65 dólares. Por otra parte, el 53% de los trabajadores que laboran en la empresa privada ganan salarios mensuales menores a 200 mil colones. Estamos hablando de más de 600 mil trabajadores del sector privado. De todo lo anterior, se desprende la necesidad de que el movimiento obrero y popular emprendan jornadas de lucha para exigir la congelación de los precios de los productos y servicios básicos, así como incrementos de salarios por arriba de la inflación y otras medidas que enfrenten los “fuertes ajustes económicos” del gobierno.

El PST llama a todos los sindicatos, organizaciones populares, comités patrióticos, organizaciones estudiantiles y revolucionarias a realizar conjuntamente un Encuentro Nacional de todos las y los luchadores. El objetivo de dicho encuentro o asamblea sería discutir la crisis económica que afecta, principalmente, a los trabajadores y sectores populares; votar un Plan de Lucha que enfrente los fuertes ajustes económicos del gobierno en contra del movimiento obrero y popular, y concluya en una huelga general que derrote al gobierno de los hermanos Arias

Notas1. Comunicado del Banco Central. Tomado de La Nación del 16de julio del 2008.

2. La Nación, 19 de julio del 2008, página 33 A.

3. La Nación, 17 de julio del 2008, página 23 A.

4. Ídem.

5. La Nación, 16 de julio del 2008, página 20 A.

6. La Nación, 1 de agosto del 2008, página 19 A.

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