Por José Rene Tamariz

El gobierno de Solís se ufana en su propaganda y artículos que escriben sus funcionarios de estar golpeando los supuestos abusos de las convenciones colectivas, de otorgar miserables reajustes salariales, de buscar como recortar la dedicación exclusiva y su pretensión de eliminar las anualidades, convirtiéndolas en una “evaluación de desempeño”. Estos avances del plan del ajuste del gobierno de Solís, constituyen severos golpes en contra de las condiciones salariales, derechos y conquistas adquiridas por los trabajadores del sector público a lo largo de muchos años de lucha. Veamos lo que dicen.

Luis Paulino Mora, Viceministro de la Presidencia, se jacta escribiendo en La Nación de los golpes propinado a las condiciones salariales y de vida a los trabajadores. Plantea de la forma más descarada que

“El Gobierno de la República ya inició el camino. Contrario a la práctica seguida hasta ahora, han sido denunciadas todas las convenciones colectivas que incorporan cláusulas abusivas, y tenemos logros palpables a este momento en tres instituciones…”. (La Nación, 4 de noviembre del 2015). El subrayado es mío.

Más adelante señala que “Las negociaciones de incremento salarial de los tres últimos trimestres han seguido el criterio de austeridad, con aumentos del 1,14%, 0,94% y 0,08%, acordes con la inflación. Además de acuerdo con la directriz 23-H, los jerarcas de los ministerios deben valorar e informar sobre la racionalidad y temporalidad de los contratos de dedicación exclusiva y prohibición (art. 19)”. (Ídem).

Posteriormente plantea que “Junto estas medidas, se trabaja en el Plan Integral de Gestión de Calidad en el Servicio Público, y el primer paso será la iniciativa de ley… para transformar el actual incentivo por anualidad en un régimen de evaluación de la excelencia en el desempeño, tanto de las instituciones como de los servidores públicos”. (Ídem).

Lo que los gobiernos neoliberales del PLN y del PUSC no pudieron hacer durante sus administraciones, porque tuvieron fuertes luchas y resistencias del movimiento de masas, el gobierno de Solís, convertido en el instrumento más eficaz de los capitalistas y los neoliberales, está logrando desmantelar los derechos y conquistas de los trabajadores. Este gobierno es, por sus ataques y ajuste en contra de los trabajadores, el más anti-obrero y anti-sindical de las últimas décadas, superando con creces a los gobiernos del PLN en su arremetida contra los empleados públicos. Lo peor es que las dirigencias de los sindicatos y los bloques sindicales le han creído sus falsos discursos “progresistas”.

Mientras el gobierno avanza a pasos raudos en contra de las condiciones salariales y de vida de los trabajadores, los bloques sindicales de Patria Justa (PJ) y BUSSCO se enfrascan, en espurias peleas y diferencias burocráticas, que le hacen el juego a la ofensiva patronal del gobierno de Solís. El gobierno avanza a vista y paciencia de estas dirigencias sindicales que siguen creyendo en sus promesas y negociación.

Es necesario y urgente que las dirigencias sindicales y de los bloques sindicales (BUSSCO y Patria Justa), se unifiquen, organicen y lancen una jornadas de lucha escalonadas, mediante movilizaciones nacionales, huelgas de tres o cuatros días y, finalmente, una huelga indefinida para frenar y derrotar la ofensiva y el plan de ajuste en curso del gobierno. Para ello, deben organizar una Asamblea Nacional Sindical y Popular en donde se discuta y vote el plan antes señalado. Seguir postergando la lucha definitiva, puede convertirse en una derrota histórica del movimiento sindical y de los trabajadores.

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