¡¡EL PSOCA LLAMA A LA ABSTENCIÓN

ELECTORAL EL 7 DE FEBRERO

EN COSTA RICA!!

POR LA CONSTRUCCIÓN DE UNA ALTERNATIVA UNITARIA DE LA IZQUIERDA Y LOS LUCHADORES, CONTRA LOS PLANES NEOLIBERALES DE LOS ARIAS Y SUS ALIADOS

La historia reciente de Costa Rica está marcada por las gigantescas movilizaciones de la lucha contra el Combo en el año 2000,  luchas de maestros y empleados públicos, radicalización de sectores juveniles, y enormes manifestaciones contra la aprobación del CAFTA; pero también por procesos electorales en los que la lucha de las masas trabajadoras termina disipándose en la boleta electoral. No se puede comprender la actual coyuntura electoral, reaccionaria, sin analizar lo que ha ocurrido en el último periodo.

De las movilizaciones a la trampa del referendo electoral

Costa Rica ha sido uno de los escasos países en donde la lucha contra la aprobación de los tratados de libre comercio se convirtió en una lucha de masas, que mantuvo polarizada a la sociedad por mucho tiempo, al grado tal que partidos de extracción burguesa como el Partido de Acción Ciudadana (PAC), también levantaron sus banderas contra la aprobación del CAFTA. Importantes sectores del movimiento de masas creyeron en las promesas de lucha y de oposición al CAFTA, pero detrás del discurso de férrea oposición al CAFTA, se escondía una verdad a medias. La oposición al tratado no era total, sino a algunos aspectos y lo más importante era el temor a que el movimiento de masas en las calles reeditara lo acontecido en el 2000 con la lucha contra el Combo del ICE.

La prueba de la lucha y de los años hizo que las verdades salieran a flote y las expectativas de quienes depositaron sus votos e ilusiones en el PAC y en otros partidos minoritarios, se tornaran en desencanto y frustración cuando el proyecto del TLC fuera aprobado por medio de un mecanismo electoral como fue el Referendo, muy cuestionado por sus resultados.

Entonces la salida del gobierno de Oscar Arias al proponer el referendo como mecanismo de resolución del conflicto hizo que se desmontara lo que se había conseguido hasta el momento, como las movilizaciones conjuntas del movimiento sindical y comunal, en medio de huelgas de uno o dos días. En el terreno electoral, los partidos burgueses, Partido de Unidad Social Cristiana (PUSC), el Partido Liberación Nacional (PLN), el Movimiento Libertario (ML) y Renovación Costarricense, entre otros, formaron una alianza principista en defensa del sistema capitalista neocolonial. Con el tiempo se demostró que los partidos burgueses siempre han tenido una gran ventaja sobre el aparato electoral, además de contar con un Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) parcializado a favor del gobierno de Oscar Arias, lo que también se demostró con los hechos al calor del escándalo del memorando del ministro Kevin Casas y el sobrino de Arias, Fernando Sánchez.

Este desmontaje de las movilizaciones hizo que los activistas y organizaciones entraran en una dinámica ajena a la lucha callejera, como es el terreno electoral. Miles de activistas se encontraron de pronto en medio de tareas de proselitismo electoral a favor del NO y los centros de trabajo y las comunidades se vieron inundados de la propaganda del gobierno, también en medio de ofrecimientos y gollerías para algunos para garantizar el triunfo del SI.

Al mismo tiempo, la dirección del movimiento de lucha contra la aprobación del CAFTA cambió de manos, los dirigentes sindicales asumieron un rol de segunda clase para presentar como dirigentes a figuras salidas de la burguesía o de la intelectualidad. Este hecho propició que el carácter de lucha del movimiento contra la aprobación del CAFTA perdiera su sello y deviniera en un asunto casi de ejercicio académico. Si bien los aportes hechos por muchos intelectuales honestos fueron de mucha importancia, para poder escudriñar en detalles desapercibidos o bien de enormes consecuencias ambientales, por ejemplo. En este medio lleno de desventajas, ajenas al triunfalismo de los discursos de la dirigencia del movimiento, se desencadeno la derrota del movimiento del NO.

La derrota del NO planteó un nuevo panorama electoral

El triunfo electoral del frente burgués le permitió pasar a la siguiente etapa de la aprobación de las leyes complementarias del TLC. Los partidos representados en la Asamblea Legislativa, allanaron el camino para la aprobación de los mismos, con la colaboración de los diputados del PAC que apoyaron las leyes complementarias, por omisión, al permitir constituir quórum. El PAC se comprometió a no obstruir el mecanismo legislativo y los otros partidos acuñaron notas al pie de página con retoricas.

Esta coyuntura permitió al gobierno de los hermanos Arias avanzar en sus proyectos, no sólo los relacionados con el TLC, sino con otros que replantean el modelo de Estado y de desarrollo desde el punto de vista de un sector de la burguesía. Este modelo permite a esos sectores ligados al mercado internacional de servicios y de la especulación financiera de enriquecerse en detrimento de algunos sectores tradicionales o que están fuera del nuevo reparto de las utilidades.

Así entonces, los Arias consiguieron que la maquinaria del Estado, después de muchos años de parálisis, logre arrancar de manera coherente, desde sus intereses. Nada ni nadie se mueve sin el consentimiento de los mandos ligados al gobierno. Las « ayudas » denominadas bonos, becas y otros, son manejadas por diversos personajes relacionados directamente con el partido en el gobierno.

Este mismo mecanismo, utilizado por la maquinaria electoral para el SI, es la misma que se ha puesto en marcha para la elección de la continuidad de los Arias en la figura de Laura Chinchilla, actual candidata presidencial del gobernante PLN.

Este desencanto también puede explicar dos fenómenos. El primero relacionado con el estancamiento electoral del PAC, ya que por primera vez en la historia, el liderazgo de Ottón Solís fue cuestionado en un proceso de elección interna. El segundo relacionado con el crecimiento de la derecha radical de Otto Guevara, candidato presidencial del Movimiento Libertario (ML) que se expresa en aspectos de seguridad ciudadana, del mismo corte que otros partidos de la extrema derecha del área centroamericana.

Dispersión de la izquierda, reacomodos en la derecha

Durante las elecciones del año 2006 la aparición de una alternativa de izquierda, conocida como Izquierda Unida (IU) representó un salto cualitativo en relación a la dispersión de los años anteriores. Por primera vez en muchos años, se unificaron varios partidos  de izquierda en base a un programa de lucha contra los proyectos neoliberales de la burguesía costarricense y el imperialismo norteamericano.

Sin embargo, la derrota del NO en el referendo amañado se hizo sentir entre los trabajadores y la juventud. Actualmente, los partidos denominados de izquierda o del NO se encuentran desperdigados en 6 opciones. La suma de los porcentajes de aprobación de todos juntos no logra llegar al porcentaje ni a la cantidad de votos que se obtuvieron en el pasado referendo.

Esto no sólo representa una consecuencia de la derrota sufrida en este evento, sino que también es el rechazo a la división de fuerzas que se ha dado. El resurgimiento de figuras como Rolando Araya a la cabeza de uno de los partidos, la Alianza Patriótica, no es casual.

El reacomodo de fuerzas obliga a algunas de estas figuras a tomar la dirigencia de estos partidos como mecanismo preventivo y así mantener algo sagrado para los burgueses como la “paz social”. Esta « paz social » la debemos entender ni más ni menos como la sumisión de los trabajadores a un modelo de explotación con alguna que otra garantía o derecho laboral, individual u otro. Pero esto no implica que necesariamente se tenga el derecho a cuestionar la raíz del sistema: la explotación del hombre por el hombre.

Justamente en días recientes se anunció una “alianza” entre Alianza Patriótica, el Partido Integración Nacional y el PAC, que no es otra cosa que el llamado a votar por Ottón Solís, manteniendo sus propias candidaturas a diputados y regidores, eso sí,  con la intención de que en el eventual caso de que Solís resultara triunfador, su gobierno sería de “Unidad Nacional”. En cuanto a este llamado al gobierno de Unidad Nacional, ni el Frente Amplio (FA), ni el Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), ni ningún otro partido opositor al CAFTA, se han pronunciado a favor de formar  parte de esta Alianza, ya que según ellos mismos es muy tarde para intentar realizar algún esfuerzo en común, ya que en este momento no pueden renunciar a las candidaturas.

Llamamos a la abstención electoral

Para los socialistas centroamericanos, las elecciones son un medio para explicar o propagandizar nuestro programa político ante las amplias masas. Como corriente socialista centroamericana luchamos con el objetivo de cambiar el orden establecido. La participación en las elecciones es un asunto táctico, dependiendo de si ayuda o no a que los trabajadores avancen en su nivel de conciencia y de organización. Si hay condiciones favorables, participamos en ellas, con el objetivo de luchar contra el sistema capitalista, no adecuarse al mismo, o intentar transformarlo desde adentro, como pretenden los reformistas.

En Costa Rica el sistema político ha excluido a la mayoría de la izquierda, fomentando la división y la dispersión de los revolucionarios. En estas condiciones, de triunfo y ofensiva de la burguesía, no hay por quién votar. En la actual campaña electoral, los partidos de izquierda no lograron presentar una posición unificada como ocurrió en las elecciones del año 2006. Solamente el Partido Vanguardia Popular (PVP) logró inscribir candidatos.

Al no poder participar en las elecciones, el resto de los partidos de izquierda se debaten entre dar o no apoyo a algún partido que tenga alguna pinta de progresivo.  Tal es el caso del Movimiento al Socialismo (MAS), sección oficial de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT), quien pese a no considerar al Frente Amplio un partido clasista, decide darle el apoyo crítico, excusándose en el hecho de que en este momento no existe tal partido clasista y la tarea es construirlo.

En el mismo sentido, el Partido Socialista de los Trabajadores (PST), afiliado a la corriente Socialismo o Barbarie, a pesar de denunciar a Eugenio Trejos, candidato presidencial del Frente Amplio, como culpable en parte de la derrota de la lucha contra la ratificación del CAFTA, y de criticar el programa político de dicha organización, realizan una “excepción” en el caso José María Villalta, abogado, asesor parlamentario y ecologista, candidato a diputado por el primer lugar en San José. El PST afirma: “Creemos que la clase obrera podría apoyarse en José María para facilitar la obtención de sus intereses, por eso la clase obrera que vive en San José debería votar por él. Eso además ayudaría a que la izquierda cuando menos siga existiendo en la Asamblea Legislativa”. (Prensa Socialista No 96). El PST comete el error de separar la trayectoria personal de los candidatos del programa político, como si Villalta no representara los intereses de la cúpula reformista del Frente Amplio, pero sobre todo no toma en consideración el contexto reaccionario de las actuales elecciones, en las que debe prevalecer la claridad política, para educar a la vanguardia revolucionaria, y no las ilusiones de obtener diputaciones a cualquier costo en momentos de retroceso del movimiento de masas.

Por eso, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a la abstención electoral como mecanismo de protesta, pero también llamamos al diálogo con los luchadores y partidos que estén dispuestos a levantar la lucha contra el neoliberalismo y por la construcción de una alternativa de luchadores y de los partidos de izquierda.

Centroamérica, 24 de enero del 2010.

Secretariado Centroamericano

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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