Por: Alberto Castro

Los resultados de las pasadas elecciones del 4 de marzo son la patente de la debacle que ha sufrido el bipartidismo, instituido desde el pulso de las elecciones de 1994 por los pilares FMLN-ARENA, año en que por primera vez ambos partidos se enfrentaron en una contienda electoral por la presidencia de la Republica. Los resultados de las elecciones del 4 de marzo expresamente muestran cifras que favorecen al partido ARENA sobre el FMLN, pero de manera implícita también reflejan el desencanto del pueblo hacia ambas fuerzas políticas que se constata con la reducción del caudal de votos que cada uno conquista.

Resultados increíbles

El FMLN perdió drásticamente más de 400, 000 votos, mientras que ARENA más de 80, 000, lo cual comprueba que el resultado de cada uno de estos partidos fue sostenido por sus votos duros. Como se observa, el resultado de los tricolores es mucho mayor, y el del FMLN se ha reducido producto del desgaste natural que ha tenido que pagar a consecuencia de su segundo periodo presidencial consecutivo, marcado por la crisis fiscal y el bajo crecimiento- estancamiento económico, expresiones de la crisis capitalista local insuperada, disonante de la recuperación internacional, donde ha habido empobrecimiento paulatino de la clase media, las políticas económicas acordes a los dictados del FMI y Banco Mundial.

Lo anterior ha hecho que los trabajadores públicos hayan sido el pivote de lucha de resistencia, porque han sufrido ataques y maltratos por la administración rosada. Además, las antipopulares medidas extraordinarias dentro de las políticas de seguridad han empeorado el conflicto social existente. Esto último tuvo inferencia directa en las elecciones pasadas, puesto que el espectro social de las maras y pandillas ronda alrededor del medio millón de personas, es decir, tienen un buen número de votantes.  Pero, además, sobre el FMLN fue castigado por el llamado a votar nulo conjugado en dos bloques: primeramente, conformado por el naciente movimiento electoral Nuevas Ideas, de Nayib Bukeles, y posteriormente por el segundo bloque formado por aguerridas organizaciones de la dispersa izquierda revolucionaria, donde apareció al final de la pasada coyuntura electoral la Coordinadora Ciudadana por el Voto Nulo (CCVN), sobre la que pesan tareas a seguir.

La rápida aparición de la contienda presidencial

Inmediatamente finalizadas las elecciones de diputados y alcaldes, el día 5 de marzo inició la carrera por la presidencia de la Republica que se efectuará el próximo año, dentro de lo cual, producto de los mecanismos de reacomodo del régimen político, Bukeles aparece como la figura presidenciable con el potencial de ganar adeptos producto del debacle del bipartidismo. Bukeles aparece como una figura pulcra a quien le vino bien separarse del FMLN, pero no obstante para ganar las elecciones presidenciales necesitará de los votos nulos actuales, los del FMLN, más del grupo de ausentes. ARENA encabezará una coalición de derecha que incluye a GANA y al PCN, quienes son la tercera y cuarta fuerza política electoral respectivamente. Por tanto, las pasadas elecciones son una medición de posibles resultados de las presidenciales.

El FMLN, sin dudas, está realizando reacomodos no solamente en su gabinete, sino en su discurso. No es extraño que sus precandidatos hayan reculado en la carrera interna, lo que anuncia una posible y no descartable alianza del FMLN con Nuevas Ideas, pero con preponderancia presidencial de Bukeles. El FMLN necesita más de él para revertir el efecto desgaste social, lo que ha quedado reflejado en la configuración de la nueva Asamblea Legislativa.

ARENA pasa a tener a su favor las reglas del juego en las esferas políticas que sin dudas sabrá utilizar para tomar delantera en la carrera electoral, teniendo el control sobre las negociaciones que se harán para la elección de 4 de los 5 magistrados de la Sala lo de Constitucional, el Fiscal General de la República, y magistrados de la Corte de Cuentas, previstas para los próximos meses. Además, podría imposibilitar los contrarrestos del FMLN por frenar las iniciativas de interpelación de sus ministros. De consolidarse este panorama, ARENA se dotará de inmenso poder. En este frenesí de lucha inter partidaria, la CCVN deberá de consolidarse como el ente aglutinador de la expresión del voto nulo, frente a las variantes de candidaturas burguesas que no representan las aspiraciones de las luchas obreras y populares y debe distar de los carroñeros grupos de la izquierda reformista y oportunista que ven en Nuevas Ideas la posibilidad de conseguir rentas políticas.

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