Paro  hospitalario

Por Arnulfo Fuentes

Los trabajadores de la salud pública, agrupados en sindicatos emprendieron hace algunos meses un largo camino para exigirle al gobierno de Guatemala, mejoras en el penoso sistema de salud pública. Logrando así, que el ministro de salud Ludwing Ovalle, se comprometiera a destinar 900 millones de quetzales para apaliar la crisis.

Crisis en salud pública nacional:

Contrario al discurso presidencial de que la salud pública es gratuita, día a día los guatemaltecos tenemos que sufrir con la deficiente atención que recibimos en los centros de salud y hospitales públicos, haciendo largas colas, dado que los hospitales ya rebasaron por mucho su capacidad para atender a la población. A las largas colas se suma la falta de equipo quirúrgico, la fala de medicamentos y la falta de personal para atender la tremenda demanda de atención médica que existe en todo el país.

Lo anterior empuja a un gran número de guatemaltecos a recurrir a hospitales y clínicas médicas privadas, aunque eso represente incurrir en deudas o la venta de algún bien, esto lo hacen quienes tienen esa oportunidad. Mientras otro gran número sufre y ve con impotencia el empeoramiento, incluso el fallecimiento de algún ser querido que pudo ser curado si existieran los medios, personal y equipo necesarios para su atención.

Salubristas presionan al gobierno:

Lo anteriormente expuesto, así como el traslado de personal temporal a renglones presupuestarios del ministerio, la contratación de más personal, el cumplimiento del pacto colectivo, en fin, más presupuesto para salud, fueron algunas razones por las que los salubristas tomaron ciertas medidas para presionar al gobierno, con la intención de que atendieran sus demandas.

Dicha presión fue ejercida en los hospitales y centros de salud de forma generalizada en todo el país, con plantones, paros progresivos y atención irregular en las consultas externas; los plantones fueron apoyados por ciudadanos concientes que son usuarios de dicho servicio.

Principales logros:

Después de una larga reunión que duró aproximadamente ocho horas, entre representantes del Sindicato de  Trabajadores de la Salud y el Ministro de Salud, en donde también estuvieron presentes personal de la Procuraduría de los Derechos Humanos y la Inspectoría de Trabajo, quienes se aseguraron que no se tomará ningún tipo de represalia contra los salubristas. se logró que el Ministerio de Salud se comprometiera a trasladar 900 millones de quetzales,  (unos 112.5 millones de dólares) para paliar la crisis, el traslado progresivo del personal por contrato a renglones permanentes, el pago de la nómina salarial de los trabajadores, el abastecimiento de medicamentos, el cumplimiento del Pacto Colectivo y a no tomar represalias contra los trabajadores. También se comprometió a instalar una mesa de trabajo, del 29 de julio al 30 de septiembre de este año, en la cual se verificará el cumplimiento de lo pactado.

Por otro lado los salubristas dejaron por un lado los paros progresivos, plantones y demás medidas de protesta, luego de que el Ministro firmara el acuerdo.

Solamente un paliativo:

A pesar de haber logrado lo que se logró, no olvidemos que es una medida paliativa a la gran crisis de atención médica que ha atravesado y que atraviesa el país. Por tal razón le exigimos al Gobierno de Guatemala que aparte de cumplir con lo que se ha comprometido recientemente, también destine más fondos para la salud.

Actitud digna de aplausos:

La actitud y las acciones tomadas por los salubristas para exigir mejoras en el sistema de salud pública de Guatemala,  se debe elogiar, pues ellos no estaban reclamando solamente por mejoras para su gremio, sino que mejoras para la mayoría de los guatemaltecos que pasamos un calvario siempre que nos acercamos a algún puesto de salud. Tenemos que ser conscientes de ese gesto de solidaridad y darles nuestro apoyo incondicionalmente.

Es así que, como Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), aplaudimos la labor del Sindicato de Trabajadores de la Salud y los demás guatemaltecos concientes que dieron su apoyo, los exhortamos a que sigan adelante y hacemos un llamado a la población guatemalteca, para que se una a esta y demás luchas populares en todo el país. Pues una vez más queda demostrado que los paros y las huelgas generalizadas, son una de las herramientas indiscutiblemente imprescindibles para que las masas logren su cometido.