Por Armando Tezucún

A pesar de que el 8 de octubre los médicos del Hospital General San Juan de Dios llegaron a un acuerdo con las autoridades y decidieron abrir las consultas externas, en el interior del país los trabajadores de la salud continúan las protestas y reclamos por el abastecimiento de medicinas e insumos y por el pago de salarios.

En Izabal, 104 médicos y enfermeras del Hospital Nacional de la Amistad Japón-Guatemala están en paro desde el 29 de septiembre, debido a que no han recibido sus sueldos desde el mes de julio. A partir de ese mismo mes no pueden atender adecuadamente a la población debido a la carencia de medicamentos e insumos.

El 14 de octubre los medios de comunicación dieron a conocer que los puestos de salud y Centros de Atención Permanente de los 10 distritos de Sololá se encuentran cerrados debido a que médicos, enfermeras y personal administrativo entraron en huelga. El motivo es que no les han pagado varios meses de sueldo a buena parte de los trabajadores. El viernes 17 un representante del Ministerio de Salud dialogó con ellos, prometiendo la cancelación de los sueldos atrasados a más tardar a fin de mes, y la destitución del director del área por mala administración. Los compañeros suspendieron el paro, declarando que si eran nuevamente engañados tomarían medidas más drásticas.

El 16 de octubre, alrededor de 150 trabajadores de la salud de los 32 municipios de Huehuetenango, afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala, bloquearon la carretera interamericana en el Km. 265. Similarmente a los casos anteriores, a 600 trabajadores de servicio por contrato no se les ha cancelado los sueldos desde el mes de julio; además reclamaron por la falta de medicinas en los centros. El miércoles 22 las compañeras y compañeros bloquearon durante tres horas la carretera que pasa frente al Hospital Regional de Huehuetenango, reclamando el pago de 10 meses de sueldo de 160 trabajadores, entre ellos enfermeras profesionales y auxiliares y personal del Centro de Recuperación Nutricional; además reclamaron que parte del personal aún no ha firmado el contrato para 2014.

El mismo día 22, fue cerrada durante un día la consulta externa del Hospital Nacional Pedro de Batancourt en Antigua Guatemala; los trabajadores reclamaron el pago de entre dos a cinco meses de sueldos atrasados de 150 compañeros.

El martes 21 alrededor de un centenar de sindicalistas del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala bloquearon la entrada del Ministerio de Finanzas para exigir el pago de los salarios atrasados; uno de los dirigentes afirmó que se les adeuda entre 6 y 10 meses de sueldo a unos 18 mil trabajadores. El día 22, los hospitales regionales de Zacapa y Huehuetenango y el Nacional de Antigua Guatemala fueron tomados por los trabajadores, y los compañeros salubristas de Sololá amenazaron con un paro general (Prensa Libre 23/10/14). Dirigentes sindicales afirmaron que además de no cancelar los sueldos, el gobierno no ha cumplido con la parte del pacto colectivo en que se comprometió a trasladar a trabajadores por contrato al reglón permanente.

El recién estrenado ministro de salud, Luis Monterroso, pidió compresión a los trabajadores, aduciendo que encontró un gran desorden de la administración anterior, mientras el ministro de finanzas, Dorval Carías reconoció que se le adeudan Q 90 millones a los compañeros trabajadores.

El 23 de octubre el sindicato de salud realizó una asamblea general en la que se decidió dar al Ministerio de Salud hasta el 6 de noviembre para cancelar los sueldos que adeuda a los compañeros trabajadores. De no ser así, se reanudarán las movilizaciones del 14 al 17 de noviembre, pudiéndose dar un paro general el 24 del mismo mes (Prensa Libre 24/10/14).

La situación financiera del gobierno en el tema de salud es grave. El 23 de octubre se publicó que el Ministerio de Salud tiene una deuda de más de Q 2 millones con la Gremial de Farmacéuticos, deuda que arrastra desde 2013. Las empresas farmacéuticas dijeron que el gobierno no ha abonado a la deuda desde hace dos meses, por lo cual suspenderán el abastecimiento de insumos y medicinas a la red hospitalaria nacional hasta que se reinicien los pagos. El gobierno literalmente se ahoga mientras el Congreso de la República está muy lejos de aprobar los Q 4 mil millones en bonos del tesoro que le darían un respiro.

Las protestas de los compañeros trabajadores de la salud son imparables. Finalmente se habla ya de un paro nacional para presionar al gobierno. La lucha de los compañeros debe unificar a médicos, enfermeras, trabajadores de servicio y administrativos en un solo frente. Desde ya se debe gestar un movimiento solidaridad entre la población, pues es un servicio vital para todo el pueblo; en esto el movimiento estudiantil universitario puede tener un papel de primera línea, acudiendo a los centros en paro para solidarizarse y apoyar.

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