Por Úrsula Pop

Los problemas del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social parecen no tener fin. El martes 17 de marzo los trabajadores de salud afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala (SNTSG), que es parte del Frente Nacional de Lucha, realizaron una marcha en la ciudad capital, exigiendo la recontratación de 2,500 compañeros cuyo contrato finalizó, el traslado a planilla -reglón 011- de 16 mil trabajadores, el pago de la unificación de bonos que se adeuda desde 2013, el pago de viáticos, todo ello como parte del cumplimiento del pacto colectivo firmado en octubre de 2013. Desde hace dos semanas un grupo de trabajadores realizan un plantón o campamento frente a las instalaciones del Ministerio en la zona 11 de la capital, demandando su recontratación.

Los compañeros también reclamaron el abastecimiento de los hospitales y centros de salud con suficientes insumos y medicinas. “En el pacto colectivo se establece la prestación de los servicios de calidad y la cobertura, lo que significa que también indica que hayan medicamentos e insumos para poder hacer bien nuestra labor y de eso no ha habido nada, por esa razón lo incluimos entre las peticiones”, declaró Luis Alpires, dirigente del SNTSG (Diario La Hora 17/03/15). El Ministerio de Salud ha dado prioridad al abastecimiento parcial de los dos grandes hospitales de la capital, olvidándose de los centros del interior del país. Otra denuncia que hicieron los manifestantes fue sobre la contratación de militares como asesores del ministro Luis Monterroso, por lo que el Ministerio de Salud se estaría militarizando.

La marcha partió de la sede del Ministerio de Salud, hacia el edificio del Ministerio de Finanzas Públicas, para luego encaminarse a la Casa Presidencial y al Palacio Nacional de la Cultura, en el Centro Histórico. A pesar de que la dirigencia del sindicato anunció la llegada de no menos de 10 mil trabajadores representando filiales de 22 departamentos del país, los medios reportaron unas 1,500 personas que participaron en la marcha. Se anunció también que si en el transcurso de la semana del 16 al 21 de marzo no había respuesta de parte del gobierno, la siguiente semana se realizarían bloqueos de carreteras en distintos puntos del país.

El viceministro administrativo financiero del Ministerio de Salud, Edgar Hernández, dio declaraciones recalcando que ya existe una mesa de diálogo entre el gobierno y el SNTSG, para discutir aspectos del pacto colectivo y condiciones de trabajo. Esta mesa empezó a reunirse a inicios de febrero, luego de las movilizaciones que se dieron en enero. Hernández dijo que se daría prioridad al pago del bono por antigüedad real, por un total de Q 300 millones; se refirió también al descubrimiento de plazas fantasmas o ausentismo laboral de trabajadores por contrato, por lo que se decidió reestructurar esos puestos. Finalmente reconoció que el Ministerio no tiene la disponibilidad financiera para cumplir con las demandas de los trabajadores, que son las del pacto colectivo; el presupuesto es de Q 5,600 millones, y el pago de la nómina asciende a unos Q 2 mil millones, por lo que se cubrirán los gastos de acuerdo a la disponibilidad financiera con que se cuente (con información del Diario La Hora 17/03/15).

A pesar de la firma del pacto colectivo, que conlleva muchas ventajas para los trabajadores de salud, se ha hecho evidente que el gobierno no está en condiciones de cumplirlo. La crisis financiera del Estado ha empañado el acercamiento inicial entre la dirigencia del FNL y el gobierno, pues por la presión de las bases, los líderes se ven obligados a salir a las calles, creándose una relación ambigua entre el FNL-SNTSG y el gobierno.

Pero el movimiento salubrista, al igual que las agrupaciones campesinas, enfrenta un grave problema de disgregación. El SNTSG es el mayor sindicato a nivel nacional, pero existen muchos sindicatos pequeños, y otros se han separado del SNTGS denunciando la corrupción de sus dirigentes y las prebendas que obtuvieron con la firma del pacto colectivo; este es el caso del sindicato del Hospital San Juan de Dios, de la capital. Por otro lado, los médicos, que han realizado protestas y paros importantes, tienden a organizarse por separado; según representantes sindicales, esto se debe a que los médicos se sienten superiores al resto del personal. Los sindicatos, entonces, agrupan a enfermeras y enfermeros, personal de mantenimiento y servicio, personal administrativo (los puestos de menor jerarquía) y algunos médicos especialistas.

Es necesario realizar un esfuerzo unitario, elaborando un plan de lucha común que aglutine a los diferentes sindicatos, a los médicos, a la población que se ve afectada por el deficiente servicio, buscando el apoyo de estudiantes universitarios, en especial de la carrera de medicina.

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