Normal 0 21 false false false ES-NI X-NONE X-NONE MicrosoftInternetExplorer4

Por Armando Tezucún

En una decisión sorpresiva, el “gobierno de los sin oportunidades” impuso Estado de Prevención en la ciudad de Huehuetenango el 24 de abril. Tal parece que el presidente Colom está llegando al colmo del cinismo, pues ante la reciente petición de las cámaras empresariales y los partidos de extrema derecha de que declarara Estado de Prevención para combatir los imparables asesinatos por parte de la delincuencia, el secretario de Comunicación Social de la Presidencia, Rolando Robles dijo que tales hechos no ameritan que el gobierno tome tal medida (diario Prensa Libre 17/4/09).

Según el gobierno, la creciente ola de violencia no amerita la limitación de los derechos ciudadanos que implica el Estado de Prevención, pero en cuanto los sectores populares presionan para hacer valer sus derechos, de inmediato Colom recurre a la medida represiva. Esto es precisamente lo que sucedió en Huehuetenango.

Desde hace ocho meses la Municipalidad de Huehuetenango ha sido incapaz de resolver dónde verter los desechos sólidos, de modo que la basura se ha estado acumulando en las calles, o en ocasiones los empleados municipales la han tirado en los municipios vecinos. Esta situación anómala ha generado malestar entre los ciudadanos por los malos olores y la propagación de plagas. A pesar de las denuncias hechas ante el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, el gobierno municipal no ha solucionado el problema.

El 23 de abril, unas mil personas, encabezadas por estudiantes universitarios, se tomaron el edificio municipal de la ciudad, para exigir la solución del problema y la renuncia del alcalde Danilo Ángel. El día siguiente la Policía Nacional Civil desalojó a los compañeros, al tiempo que se anunciaba la imposición del Estado de Prevención. Ante la resistencia de los manifestantes, que aumentó al escuchar la inusitada medida, las fuerzas represivas lanzaron gases lacrimógenos. Alrededor de cuarenta personas resultaron intoxicadas, incluyendo niños. Un vehículo de la policía resultó destruido y cinco personas fueron detenidas y liberadas horas más tarde.

La restricción de derechos ciudadanos se mantendría por quince días, hasta el 8 de mayo. Quedaría suspendido el derecho de manifestar, las reuniones de todo tipo, la portación de armas de fuego y el estacionamiento de vehículo en lugares señalados por la policía.

Las protestas y la medida represiva coincidieron con la décima edición, esta vez en la ciudad de Huehuetenango, del programa de Colom Gobernando con la Gente, pantomima que se realiza en ciudades del interior en que el presidente y funcionarios del gobierno se reúnen con autoridades y representantes de las comunidades para escuchar solicitudes y prometer lo que nunca van a cumplir. Ya tuvimos mucho de eso con el programa Gabinete Móvil del anterior presidente Óscar Berger.

La reunión del presidente y sus funcionarios con los representantes municipales se realizó a puertas cerradas en el Club de Oficiales, a cinco kilómetros del enfrentamiento entre manifestantes y policías.

En una nueva medida sorpresiva, al inaugurar la segunda parte de la reunión el sábado 25, Colom anunció la suspensión del Estado de Prevención decretado el día anterior, aduciendo que las partes en conflicto llegaron a un acuerdo y la basura sería recogida de inmediato.

Creemos que la brusca marcha atrás del presidente en la medida represiva obedece a que era demasiado obvia la desproporción de la restricción de derechos ciudadanos con la naturaleza de los hechos de protesta que de desarrollaron. Era evidente el desprestigio que sufriría el gobierno, sobre todo cuando los acontecimientos se dieron en medio del demagógico programa Gobernando con la Gente. Colom tenía mucho que perder.

Los socialistas centroamericanos alertamos a la población de Huehuetenango para que no confíen el Colom. Sólo recordemos cuán rápidamente retiró el Convenio 175 de la OIT del Programa Nacional de Emergencia y Recuperación Económica ante las protestas que generó de parte de las organizaciones sindicales, sólo para prometer, un mes más tarde, a los empresarios exportadores que respaldaría la ratificación del convenio. Colom es un lobo con piel de oveja. ¡No a los represivos Estados de Prevención!

Hemeroteca

Archivo