Por Carlos Alberto Funes

Cuando se nombró al actual Ministro de educación, Marlon Escoto, desde las páginas de El Socialista Centroamericano fechado 24 de febrero del 2012 se advirtió del peligro engañoso de ese nombramiento y se publicó un artículo titulado “La misma mona con distinto rabo”, en alusión al tristemente ex Ministro de Educación despedido –Alejandro Ventura- y el nombramiento del actual.

 

En aquel momento la dirigencia le rindió pleitesía a Marlon Escoto y en diversas ocasiones le aplaudieron y manifestaron salir a las calles a defenderlo, dada la oposición de la dirigencia del Partido Nacional a tal nombramiento. No era casual, ya que Porfirio Lobo muy astutamente nombró como Ministro a un militante de Libre y del FNRP, con este nombramiento estratégico, Lobo terminaba de conformar su “gobierno de unidad nacional”, tranquilizaba al magisterio por un tiempo y seguiría imponiendo su “política de miseria” al sector magisterial.

Marlon Escoto –como loro repite la frase trillada de siempre: 200 días de clase-

Cuando Marlon Escoto innovó con sus audiencias públicas departamentales, se creyó que al fin una persona adecentaría el sistema educativo, sin embargo, las denuncias de corrupción que brotaban por todos lados fueron llamaradas de tuza y con el paso de los meses las mismas se han disipado, tal y como sucede en el país con todos los actos de corrupción en que hay políticos involucrados.

Ahora, lo único que el actual Ministro repite como buen loro es que deducirá el salario a los docentes que no se presenten a las instituciones por sumarse a las movilizaciones convocadas por la dirigencia y que prolongará el año lectivo para que se den los 200 días de clase. El flamante Ministro con un Doctorado en su haber, reduce la calidad educativa a la simple presencia  del docente en el aula de clases durante 200 días.

Repite sin cansarse la misma frase de los otros ex Ministros de Educación Carlos Ávila Molina y Alejandro Ventura, olvidándose que para el servicio de Calidad Educativa existen diversos factores como la infraestructura, libros, alimentación de los alumnos, contexto familiar y comunitario, programas educativos, seguridad de los centros, mobiliario y lo que es el pago puntual del salario de los docentes.

Ahora, al Ministro Marlon Escoto, lo rechaza la dirigencia del Partido Nacional, lo rechaza la sociedad civil por su militancia en Libre y lo rechaza el magisterio por su accionar represivo. Ante la convocatoria nacional para que el magisterio se concentrara en la capital los días jueves y viernes (29 y 30 de agosto respectivamente) nombró comisiones conformadas por el Ministerio del Trabajo y Ministerio de educación para que monitorearan los centros educativos y levantar actas a los maestros ausentes, para luego hacer deducciones o despidos en última instancia. Obviamente la medida fue para atemorizar y desconvocar a la movilización.

Docentes desafían el régimen y se suman a la lucha

Durante el último mes la dirigencia magisterial ha venido convocando a actividades sistemáticas para rescatar el Inprema, derogar la Ley Fundamental de Educación y pagar los salarios atrasados. Ante la última convocatoria el magisterio superó la expectativa, sin embargo, no es suficiente, se deben realizar las asambleas distritales para discutir y reflexionar sobre la estrategia de lucha y la unidad de la base.

Hay que reconocer la ardua labor que ha venido haciendo la dirigencia para mantenerse unida, parece que se van superando las diferencias que se dieron en el 2010 y 2011 y que fueron acrecentadas por errores, ingenuidad o protagonismo.

Solo el magisterio unido podrá recuperar lo perdido

La base del magisterio participó el día jueves en las tomas de las calles que dan salida al sur y norte de la capital. El día viernes se tomaron la calle frente al Inprema durante 3 horas, tomando en cuenta la política de amedrentamiento que utilizó el Ministro se puede considerar un éxito las actividades.

Ante tales actividades y muestras de lucha, nuevamente Porfirio Lobo, en Atima, Santa Bárbara manifestó el día sábado “Voy a enviar al Congreso Nacional un proyecto de ley para que las aulas y los centros de salud no sean cerrados por paros o tomas y no se castigue a la niñez…”

Aún es tiempo para convocar a asambleas distritales con padres-madres de familia y alumnos para discutir la problemática educativa y enfrentar este régimen que sigue al pie de la letra los mandatos del fondo.