Por Máximo Luján

Como todos los años, en el territorio centroamericano se conmemora  tradicionalmente la emancipación política y económica con respecto a la corona española. Las causas que originaron el proceso independentista en el istmo centroamericano, se remiten a los sucesos ocurridos a lo interno y externo de la región.

 

Explotación colonial

En lo interno, Centroamérica vivía en esa época una profunda crisis de carácter estructural, provocada por las contradicciones entre sectores que manejaban las fuerzas productivas en constante desarrollo y las relaciones serviles impuestas por los colonizadores. Este grupo, conformado por personas nacidas en España, eran los amos y señores que controlaban el poder político y económico dentro de la colonia, y mantenían inalterable las disposiciones emitidas por las altas esferas coloniales. Estas personas nutrían su riqueza con el profundo atraso y miseria al que sometieron  a todos los sectores desposeídos de la zona, conformado por los indígenas, negros y mestizos que  se vieron sin esperanza alguna de revertir el sufrimiento y la humillación perpetrada por las autoridades coloniales.

Dentro de estos dos extremos se encuentran los españoles nacidos en tierras americanas, a quienes se les denominaba con el calificativo de “criollos”. Los criollos, al igual que las capas sociales bajas, constantemente se quejaban contra el régimen colonial por las enormes injusticias cometidas por los peninsulares. Los criollos siempre reclamaron su linaje y su derecho a ocupar altos cargos dentro de la colonia, pero de igual forma siempre fueron marginados y tratados con desprecio por los europeos.

Oleada de revoluciones burguesas

En el plano externo, el mundo dio un vuelco significativo por el impacto que causó la Revolución Francesa en 1789. La gesta revolucionaria influyó en aquellas naciones que se inspiraron en el pensamiento de la Ilustración francesa, y como era de esperarse, el continente americano no fue la excepción. En 1776 se gestó el proceso revolucionario norteamericano; en 1810, México libró el movimiento independentista encabezado por los curas Miguel Hidalgo y José María Morelos. Centroamérica se encontraba con el terreno preparado para recibir de igual forma el impacto creado por los procesos independentistas de Europa y América. Los criollos y algunos mestizos que contaban con una buena preparación intelectual y con influencia social, no así con poder, fueron los artífices, con el apoyo de los indígenas y negros, del salto revolucionario de la región centroamericana.

Algunos de ellos se encontraban en plena consonancia con los ideales de la Ilustración. Sin embargo, más allá las ideas de uso cuantos pensadores, la intención de los criollos era librarse de la carga que significaba el pago de impuestos a la corona española. Ellos se consideraban los verdaderos herederos de los conquistadores y querían sacudirse el dominio peninsular, que creían injusto. En otras palabras, querían quedarse con el total de la riqueza que generaba la explotación de indios y mestizos, sin compartir nada con la monarquía de España. Por esta razón, la independencia proclamada el 15 de septiembre de 1821 no cambió nada, ni siquiera el gobernador que había sido puesto por el rey de España.

Movimientos revolucionarios por la independencia

Con el espíritu libertario que mostraron todos los demás movimientos independentistas, Centroamérica vivió una serie de rebeliones con el propósito de liberarse del yugo peninsular y acabar de una vez por todas con la hegemonía colonial. Dentro de las rebeliones más destacadas se encuentran las de Guatemala en 1808-1810 y 1813; San Salvador en 1811 y 1814; Granada en 1811; Tegucigalpa en 1812.

Todas estas manifestaciones de repudio contra el régimen colonial y el anhelo de un cambio significativo en el desarrollo de toda Centroamérica, fueron brutalmente reprimidos por las autoridades coloniales. Los nombres de José Bustamante y Guerra, Fray Ramón Casaus y los Papas Pío VII y León XII, serán recordados como figuras funestas y antiindependentistas que participaron activamente en defensa de las atrocidades cometidas por la corona española y justificar las mismas por los intereses con la corona. No obstante, algunos religiosos se encontraban en permanente solidaridad con los más desposeídos y miraban a bien construir una sociedad donde todos tuvieran los mismos derechos y oportunidades. Vale la pena mencionar algunos nombres que estuvieron con la causa independentista y que figuran como auténticos revolucionarios: José Matías Delgado, Mariano de Lara, Nicolás Aguilar, Víctor Castillo, José Antonio Taboada, Vicente Aguilar, Juan de la Concepción, entre muchos otros más.

El colapso del modelo colonial tanto en lo político como en lo económico, era un obstáculo que frenaba el desarrollo de la sociedad de esa época. Se necesitaba un mecanismo más dinámico en los medios de producción que abarcara a todos los grupos sin exclusión alguna para mejorar sus niveles de vida en todos los campos. Los criollos, que era el sector con aspiraciones de lograr un adecuado desarrollo de los Estados, esperaban el momento preciso para dar el salto final. El momento llegó cuando Agustín de Iturbide lanzó el llamado plan de Iguala el 24 de febrero de 1821. El plan consistió en romper los lazos que unían a México con España. El pueblo centroamericano decide anexarse al imperio de Iturbide que posteriormente cae en Marzo de 1823.

Independencia de 1821 y el imperialismo norteamericano

En Centroamérica y específicamente en Honduras, no podemos celebrar ni hablar de una independencia patria cuando la situación no ha cambiado en nada. Actualmente seguimos supeditados a los dictámenes del imperialismo europeo, asiático y norteamericano. Éste último, instituyó, después de la fracasada independencia respecto a España, un nuevo régimen de dominio extranjero en la región, que con el correr de los años se fue consolidando hasta el extremo de ejercer un control hegemónico en toda la vida política, económica y cultural de la nación hondureña, sin que hasta el día de hoy se revierta tal situación. 

Honduras, un país que figura por los grandes índices de corrupción y de violencia, a tal grado de calificarlo como uno de los países más violentos y corruptos del mundo, es una de las naciones más pobres de la región y con las peores estadísticas de desarrollo humano. La población hondureña se enfrenta día a día con una enorme crisis desarrollada dentro de los pilares más fundamentales en que se sostiene una sociedad: educación, salud, vivienda, empleo, garantías de los más elementales derechos civiles, conflictos agrarios, actos represivos. Estos son algunos de los tantos problemas que enfrenta la nación y que repercuten de tal manera que la  mantiene sumida en la miseria y en la agonía.

Las causas de nuestro atraso

Los principales culpables del atolladero en que se encuentra Honduras, son los grupos oligárquicos que manejan a los partidos tradicionales a su antojo y que han detentado el poder a través de los años. Estos grupos contribuyen al fortalecimiento de las transnacionales impuestas por los países imperialistas, con el convenio de recibir pingues ganancias por la explotación y saqueo del territorio hondureño. Estos sectores son los que heredaron las formas despóticas del coloniaje español y siguen practicando los mecanismos de conspiración  y represión contra todo acto libertario.

Honduras, después del golpe de Estado perpetrado el 28 de Junio de 2009, ha reconocido a los verdaderos sectores recalcitrantes de esa oligarquía heredera de la colonia, que se puso al descubierto al no permitir cambios sustanciales en el pueblo hondureño y tomaron las mismas artimañas ejecutadas 188 años atrás; confabulación de autoridades religiosas en defensa del estatus quo impuesto por las familias burguesas, apoyo incondicional de las demás burguesías del área y del imperio.

Los países imperialistas son los que deciden por Honduras en cuanto a la política y la economía a seguir. Los organismos financieros internacionales permanentemente son los que aplican las medidas que laceran la débil economía del Estado, sin importarles en lo más mínimo las enormes consecuencias que esto implica: desempleo, falta de escuelas, centros de salud, viviendas, obras de infraestructura vial, etcétera.

Por una nueva independencia

En Honduras se ha generado una enorme inconformidad en los últimos años, producto de la inoperancia de los gobernantes en solventar la enorme crisis provocada por un capitalismo agonizante y que no ha brindado una respuesta satisfactoria a las necesidades de los más desposeídos. La asfixia constante del pueblo ha generado la lucha de todos los sectores populares en las calles, con el propósito de exigir un mejor nivel de vida.

A partir de los últimos años, en Honduras es costumbre que desfile todo el pueblo trabajador de manera paralela con los desfiles que organiza la burguesía el 15 de Septiembre. Este 191 aniversario de la independencia centroamericana, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) le hace un llamado a todos los sectores organizados y no organizados, a movilizarse este 15 de septiembre por una verdadera independencia política y económica y construir un verdadero estado federal como el sueño del paladín Francisco Morazán, para lograr una verdadera liberación de la nación hondureña, y que desbarate todo plan de explotación y saqueo por parte de las transnacionales imperialistas.

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