Por Maximiliano Fuentes

Durante estos años de gobierno, la economía ha experimentado una variedad de vaivenes  en su comportamiento. Sin embargo, si se analizan las cifras macroeconómicas observamos un aumento el Producto Interno Bruto, en relación  a los primeros años y a la caída estrepitosa producto del golpe de Estado y la recesión de la economía norteamericana. Analizar la economía es un factor de fundamental importancia para los marxistas revolucionarios, debido a que las variaciones económicas repercuten de forma directa en la lucha de clases. Una variedad de movimientos sociales se manifiestan como respuestas ante los planes de ajuste y de miseria que imponen las clases hegemónicas para equilibrar la profunda crisis que atraviesa el modo de producción capitalista.

Es por ello, que este pequeño articulo intenta realizar de forma muy general una interpretación de la economía hondureña durante la actual coyuntura con el propósito de esclarecer el panorama presentado por los distintos partidos políticos, que por cierto, se esmeran por poner en práctica las mismas formulas de desarrollo económico que nos han conducido al fracaso en los últimos años. No obstante, es licito señalar que partimos de la idea que el capitalismo como modo de producción económico y social se encuentra en una de sus más severas crisis y  que lejos de solventarla y experimentar un periodo de auge y crecimiento económico se empantana en una de sus recesiones más duraderas.

El contexto de la crisis mundial

Durante el 2008 la economía norteamericana por poco colapsa producto de la crisis financiera debido a la burbuja inmobiliaria que había sido provocada por la crisis de las hipotecas subprime. Fue tan grande  la caída, que la crisis provocada por los banqueros norteamericanos se asemejaba a la de los años treinta del siglo pasado. Las repercusiones de la crisis empezaron a sentirse a inicios del 2008 cuando se contagia el sistema financiero estadounidense y posteriormente el internacional, mostrando como una consecuencia directa la sobre liquidez. La crisis financiera provocó la quiebra de bancos y posteriormente que la crisis se extendiera a la unión europea.

Evidentemente, esto ocasionó un decrecimiento económico en los Estados Unidos, principal socio comercial de los países centroamericanos, situación que provocó un desplazamiento en la curva de demanda de los productos manufacturados en la región centroamericana. Añadido a esta situación, tenemos que evaluar el impacto económico experimentado con el golpe de Estado. “Toda la región (Centro América) ha sido ha afectada por la recesión en Estados Unidos,” dijo Mark Weisbrot, Co-director de CEPR “Pero las cosas han empeorado en Honduras desde que ocurrió el golpe  en junio y es difícil ver como la economía pueda recuperarse sin una solución a la crisis política.”

El reporte, “Honduras: Desempeño Económico Reciente” elaborado por el economista José Antonio Cordero analiza tendencias de largo plazo, tanto como los años pre-crisis. Encuentra que la pobreza y la desigualdad cayó de manera significativa durante la administración de Presidente Manuel Zelaya, con un crecimiento rápido de más de 6 por ciento durante los primeros dos años. El gobierno también logró  un importante incrementó en la matrícula escolar al eliminar los pagos para la escuela primaria, expandió el programa de alimentación a escolares, y subió el salario mínimo un 60 por ciento, recibiendo, así, una fuerte oposición por parte de los empresarios y grupos de negociantes.

En 2008, el gobierno usó políticas monetarias expansionarias para contrarrestar los efectos de la recesión  y la falta de crédito, a nivel global.

Desde el golpe, el banco central ha perdido más o menos un 18.4 por ciento de sus reservas internacionales y no tiene acceso a las reservas extras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) la ha proveído a todos sus miembros, por la falta de legalidad internacional del régimen golpista. Se espera que la economía vaya a contraerse un 2.6 por ciento este año, y recientemente se ha previsto una contracción más grande.( http://www.cepr.net/)

El aparente crecimiento económico

A pesar de estos dos sucesos que han afectado de forma directa a la economía, durante los primeros años del actual gobierno podemos visualizar un aparente crecimiento económico. De hecho, durante los últimos dos años se ha experimentado una mayor tasa de crecimiento económico, dado que el Producto Interno Bruto ha crecido entre 3% y 4%.

No obstante, si realiza una distribución del total de los bienes y servicios finales producidos durante un año a la población hondureña nos encontramos con una incongruencia. A tal distribución se le conoce con el nombre de Ingreso Per cápita, es decir,  la variable que indica el PIB por paridad del poder adquisitivo divido por la población que según el Instituto Nacional de Estadística  (INE) crece a un 2.2% por año. 

Según el INE el ingreso per cápita en Honduras es de 2,774 LPS. No obstante, Honduras es un país de doble cara. Mientras las autoridades gubernamentales reportan que mejoran los ingresos de los ciudadanos, ese crecimiento es más desigual entre la población y redunda en el agrandamiento de la brecha entre ricos y pobres.

 Esta es la conclusión que se obtiene de la lectura de datos de la más reciente Encuesta Permanente de Hogares, que mide el desenvolvimiento del país en diversos sectores a mayo de 2011.

 De acuerdo con el estudio, para este año, el ingreso per cápita promedio de los hondureños es de 2,774 lempiras mensuales, superiores a los 2,395 reportados en 2010, lo que equivale a un incremento de 379 lempiras (13.66%) en el ingreso de las personas. Este indicador se obtiene al dividir el ingreso total de un hogar entre sus miembros.

 Según el desglose de los datos, los indicadores son mejores en 2011, ya que el sector urbano reporta un ingreso per cápita de 3,669 (superiores a los 3,326 del año anterior) y en el sector rural hay ingresos por 1,916 lempiras (arriba de los 1,494 de 2010).

 Al analizar los datos se determina que los mayores ingresos per cápita están reservados para los hogares cuyos jefes de familia han alcanzado el nivel educativo superior (8,659 lempiras), en tanto las familias sin algún grado de escolaridad aspiran, en promedio, a tener un ingreso de 1,538 lempiras mensuales. En 2010, esos indicadores eran de 8,125 y 1,208, respectivamente. En general, el promedio de escolaridad del jefe de hogar en la ciudad es de 8.3 por 4.7 en el campo.( La Prensa. Hn)

Inflación generalizada, devaluación, déficit fiscal y congelamiento de salarios

Durante estos dos años del actual gobierno, los consumidores han presenciado un aumento estrepitoso en los precios de la canasta básica y otros bienes, las razones de estos cambios son varias, por un lado el aumento de los precios de los carburantes, el cambio en la banda cambiaria y una serie de impuestos introducidos por el gobierno para agenciarse de mayores fondos y de esa manera financiar el gasto público. Es legítimo considerar, que el déficit fiscal, es decir la diferencia negativa entre los ingresos y egresos públicos en cierto plazo de tiempo ha cobrado cifras gigantescas.

Este desbalance económico obliga al Estado a solicitar nuevos desembolsos a los organismos internacionales de crédito, que entre varias cosas, exigen una devaluación de la moneda respecto al dólar. Evidentemente, esta directriz del Fondo Monetario Internacional no ha sido bien vista por la burguesía financiera e industrial del país. Por un lado, el Lempira perdería valor y por otro, las compra de bienes y servicios para la producción  será más costosa. De igual manera, en un país cuyo comportamiento económico se orienta en acrecentar las tasas de importación y se reducen las exportaciones los bienes comprados a través del dólar incrementar su valor produciendo mayor inflación.

La receta del gobierno ante el déficit fiscal y la desbalance comercial

El Estado requiere de fondos para poder hacerle frente a sus responsabilidades, ante el déficit fiscal y las enormes perdidas registradas en una diversidad de instituciones del Estado, la administración central se ha dado la tarea de congelar los salarios, eliminar el personal por contrato, eliminar instituciones, subsidios, presupuestos para proyectos de desarrollo social, despedir personal e irrespetar un sinnúmero de clausulas de Ley como los estatutos gremiales para no conceder aumentos pese a las amenazas de movilización de los distintos gremios y sindicatos.

¿Por qué frente a la crisis no hay estallidos sociales?

Llama la atención, que ante una crisis de esta envergadura no se produzcan grandes movilizaciones y estallidos sociales. Sin embargo, la razón es simple: los distintos organismos de poder popular  no emprenden jornadas de movilización nacional por haber jerarquizado lo electoral.

Este comportamiento oportunista ha traído consecuencias nefastas para los intereses populares, no obstante ha servido como pilar fundamental para el sostenimiento del actual régimen y sus instituciones, que a pesar de tambalearse por la crisis económica, se sostiene bajo la complicidad de los dirigentes de Libre y de la mayoría de sus candidatos políticos. Pero las tareas se encuentran planteadas, Honduras requiere de un nuevo modelo económico para suprimir la desigualdad, la pobreza, la miseria que somete el modo de producción capitalista.

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