Por Justo Severo Izquierdo

El 14 de agosto del presente año, el Congreso Nacional aprobó una ley que permitió la creación de un nuevo organismo de seguridad ciudadana denominada Policía Militar de Orden Público (PMOP), proyecto que fue impulsado por Juan Orlando Hernández (JOH), actual aspirante presidencial por el Partido Nacional y que en su momento fungió como presidente del Poder Legislativo.

Creación de policía élite:acto demagógico de JOH

Honduras enfrenta hoy en día la peor crisis en materia de seguridad. El pueblo ha llegado a niveles elevados de desesperación, todos los días se disparan las cifras de muertes violentas, asaltos, extorsiones, robos, secuestros. Ante esta realidad, cualquier instituto político que dé la impresión de resolver el problema, es bien visto por el pueblo. Frente a estas circunstancias, el candidato oficialista se ha aprovechado del tema de seguridad y ha utilizado la creación de la Policía Militar con objetivos políticos. Es curioso que la creación de esta nueva policía se haya hecho faltando pocos meses para los comicios generales, sabiendo que la necesidad de combatir la criminalidad ha sido urgente durante años.

La efectividad y prontitud de la Policía Militar en estos últimos días nos mantiene asombrados; por arte de magia capturan a los rateros y a todo aquel delincuente que encuentran en el camino. Por eso nos hacemos la siguiente interrogante: ¿Por qué hasta este momento surge la iniciativa de atacar la criminalidad con una fuerza represiva? La creación de la PMOP no es más que un cuerpo de soldados y reclutas de las Fuerzas Armadas, adiestrados de manera improvisada para aparentar ser una institución que vela por la seguridad del pueblo, pero que sabemos que al ganar las próximas elecciones Juan Orlando, se convertirán en un órgano represivo contra el pueblo, o bien se convertirá en un fantasma que ante la falta de fondos para su sostenimiento, se diluirá y quedará como una simple jugada política de Juan Orlando para ganar adeptos en estos próximos comicios.

Fuerte oposición pero …

La formación de esta nueva institución ha causado fuertes debates y rechazo por parte de un amplio sector de la sociedad hondureña. Por un lado, se critica el fuerte impacto económico que tendrá en el Estado el sostenimiento de este cuerpo élite. Hasta el momento, el Congreso Nacional aprobó un desembolso de 24.5 millones de lempiras para lo que resta del año y mantener así a los primeros mil efectivos, a quienes se les ha dotado de un elegante equipo moderno y toda la logística necesaria para combatir la criminalidad; a esto hay que agregar un salario de 12 mil lempiras para cada miembro.

Por otro lado, los miembros de la Policía Nacional se encuentran abandonados y sin apoyo del gobierno, al grado de paralizar sus labores y protestar por el pago de salario, por mejores condiciones en infraestructura, mayor apoyo logístico y equipos adecuados que puedan hacerle frente a los criminales. Pero la militarización de la seguridad pública, es la que preocupa a la población en general. El proyecto de Juan Orlando establece que unos 30 mil soldados en reserva de las Fuerzas Armadas conformen una policía militar para combatir la violencia en Honduras. La medida se vuelve peligrosa al dotar de poder a los militares, sabiendo que años atrás fueron una fuerza oscura que dañó a miles de familias hondureñas a través de la represión y hostigamiento.

Para frenar la violencia se debe combatir la causa, no el efecto

El fenómeno de la violencia en Honduras es producto directo de la enorme pobreza que aflige a la población. Esta pobreza es causada por la ofensiva neoliberal que exprime todos los recursos destinados a obras de desarrollo. Los jóvenes son los más afectados al no existir las oportunidades de empleo, educación y otros recursos que los obligue a demostrar y desarrollar sus capacidades. Estos jóvenes son tirados por el sistema a la marginalidad social, situación que es aprovechada por sectores del crimen organizado, conformado por altos mandos militares y policiales, que explotan y se enriquecen a costillas de pandilleros y otros grupos delictivos que están obligados a pagar impuestos a estos grandes hampones.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama al pueblo a no caer en la demagogia montada por Juan Orlando Hernández y a que le exijan que si verdaderamente hay interés de combatir la criminalidad, se debe elaborar una estrategia integral de seguridad humana que ataque las causas y no solo los efectos que causa la criminalidad.