Margarita Murillo, lideresa campesina vilmente asesinada por la reacción

Por Justo Severo Izquierdo

En Honduras, todo acto de lucha que lleve a exigir mejores condiciones de vida, que denuncie y se oponga al despojo y saqueo del territorio nacional, que señale todos los atropellos cometidos contra los derechos laborales, gremiales y sobre todo, humanos, es sinónimo de muerte y represión. En otras palabras, se ha criminalizado todas las luchas del sector campesino, obrero, estudiantil, magisterial y de todos aquellos sectores que se han visto afectados por las decisiones de gobiernos entreguistas y mezquinos, cuyo propósito ha sido todo el tiempo beneficiar a un grupo minúsculo que se enriquece día a día sin importarles las enormes desigualdades sociales que esto arrastra.

Desde el Golpe de Estado del 2009, el movimiento popular se ha visto enlutado cientos de veces por la muerte de líderes y lideresas populares. Ningún sector se ha escapado a este proyecto de muerte y terror que históricamente aplican los gobiernos del bipartidismo (nacionalistas y liberales); cada vez se suman a la lista negra dirigentes campesinos, estudiantes, periodistas, maestros, dirigentes de la comunidad Lésbico-Gay, presidentes de patronatos, abogados, etc.

Honduras se ha transformado en un Estado fallido en materia de seguridad, el alto índice de impunidad que prevalece en el país convierte en blanco fácil a todos aquellos luchadores y luchadoras que se oponen al gobierno. La ejecución selectiva de dirigentes populares, la represión y hostigamiento contra todos aquellos que protestan por las causas justas, nos ha llevado a percibir un alto nivel de indefensión. Las instituciones estatales encargadas de velar por el esclarecimiento de estas muertes, no están cumpliendo su función, las denuncias quedan archivadas y posteriormente olvidadas; nunca se esclarece quiénes fueron los autores materiales e intelectuales de cada muerte.

Asesinato de Margarita Murillo

El 27 de agosto, en horas de la mañana, en el municipio de Villanueva, departamento de Cortés, fue asesinada por tres sicarios la dirigente campesina Margarita Murillo. La víctima se encontraba sola limpiando su pequeña parcela de tierra cuando llegaron los tres pistoleros, que de manera cobarde le dispararon por la espalda, sin que hasta la fecha se haya esclarecido y capturado a los responsables de tan abominable crimen.

Margarita Murillo fue dirigente de la Central Nacional de trabajadores del campo (CNTC), fundadora del Frente Nacional de Resistencia Popular y del Partido Libre, coordinadora del Foro Social del Valle de Sula, dirigente de la Empresa Asociativa Campesina de Producción las Ventanas y candidata a diputada en las pasadas elecciones generales por el departamento de Cortés en el sector del Valle de Sula. Murillo fue una destacada luchadora por el derecho a la tierra, por el derecho de todas las mujeres, por los derechos humanos y por toda la clase empobrecida del país.

El Socialista Centroamericano viene denunciando desde hace tiempo el derramamiento de sangre que ha provocado la lucha por la tierra, sin que hasta la fecha el gobierno haya dictado una salida satisfactoria que beneficie al campesinado hondureño. Según datos del diputado y dirigente campesino Rafael Alegría, ya son cerca de 200 campesinos asesinados y unas 700 campesinas que están acusadas en los tribunales por reclamar un pedazo de tierra.

Cabe recordar que Margarita Murillo constantemente fue amenazada por estos grupos oscuros para que desistiera de su lucha por la tierra, razón por la cual se encontraba con medidas cautelares otorgadas por la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH). El gobierno fue incapaz de brindarle protección; su familia no escapó a este tipo de hostigamientos, el hijo de Margarita Murillo fue secuestrado en el mes de julio, sin que hasta la fecha se sepa de su paradero, su esposo fue herido en una de las movilizaciones, todo esto como una represión sistemática.

Castigo para los culpables

El Partido Socialista Centroamericano, PSOCA, condena y repudia el asesinato de Margarita Murillo. Le exigimos al gobierno que se investigue y se aplique todo el peso de la ley a los responsables intelectuales y materiales del asesinato de nuestra compañera. Que el gobierno de Juan Orlando Hernández cese de inmediato su política de criminalización, militarización e intolerancia a las luchas de los distintos sectores populares y gremiales del país, que justamente reclaman sus derechos.

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