Por Ixchel Villegas

Hasta los momentos, la toma indefinida de edificios había sido lo que materialmente sostenía la lucha del Movimiento Estudiantil Universitario (MEU); pues el rechazo de las bases estudiantiles al llamamiento de la dirigencia por luchar en contra de la figura de Julieta Castellanos –y no ya en torno a las consignas alusivas a las normas académicas– hizo que primaran más los métodos de tomas excesivas, acuerpadas en su mayoría por los movimientos independientes.

El exceso de tomas ha llevado a que la incertidumbre invada a cada uno de los estudiantes universitarios, y lo peor, que les irradie una fuerte inmovilidad y desesperanza por la lucha estudiantil; pues acciones radicales como el lanzamiento de una bomba de gas pimienta en el edificio de derecho logra generar descontento entre los mismos estudiantes, quienes se podrían volver en contra del movimiento estudiantil universitario.

Resurgen las asociaciones de carreras

Por su parte algunas asociaciones de carreras lanzaron en esta semana, comunicados haciendo saber a la comunidad estudiantil su descontento por las acciones radicales perpetradas en el edificio de derecho; en estos comunicados, defendidos en su mayoría por las asociaciones de Ciencias, Humanidades e Ingenierías proclama una nueva etapa para las asociaciones de carreras, una especie de “empoderamiento”, pero que barre en algún sentido con la colaboración valiosa de algunos movimientos independientes.

No es posible expulsar a los movimientos independientes, así como textualmente lo dice el comunicado, no ha habido procedimientos asamblearios amplios en donde el tema sugiera dicha expulsión; y es más, los movimientos independientes han cargado con las acciones más arriesgadas dentro del movimiento: dígase tomas, difusión de la problemática, y acompañamiento de acciones ampliamente discutidas. Creemos que lo mejor es reconocer el aporte que dichas organizaciones han dado al movimiento estudiantil, y no debería ser tema principal de discusión la expulsión de estos movimientos; no debe perderse de vista las bases democráticas en las que descansa el movimiento estudiantil y la cordura. La búsqueda de chivos expiatorios, no debe prevalecer en este momento de desgaste.

Los rehenes de rectoría

Al parecer el lunes 18 de septiembre se pospuso la supuesta audiencia que les agendaran a los 8 compañeros que fueron desalojados ilegal y abruptamente de la Universidad el 8 de septiembre en horas de la madrugada. Ahora su audiencia coincide en fecha con el retiro de Julieta Castellanos de la rectoría de la UNAH el 25 de septiembre. Esto deja por sentado que las intenciones de rectoría son neutralizar, en un principio, la vanguardia del movimiento estudiantil, y por otro lado asegurar que las tomas se suelten por completo para que así los estudiantes reciban clases en las fechas estipuladas por las mismas autoridades.

La propuesta del regreso a clases el 11 de septiembre anunciada por las autoridades, no caló tanto en la mayoría de estudiantes que le apuestan más al regreso el 26 de dicho mes; esta última propuesta surgió de una fracción del movimiento. Y al parecer las clases se reanudarían hasta esa fecha, pues en las dos semanas trascurridas hasta el momento, ha habido poca o nada asistencia de estudiantes en salones de clases. Algunos miembros del MEU solicitaron firmas para proponer que el periodo de clases inicie el 26 de septiembre, con la garantía de comenzar “desde cero” los temas y actividades.

Volver a las asambleas estudiantiles

La inminente división a lo interno del MEU no se hizo esperar, pues ha habido precedentes que dejan en mal la figura y conducción política de ciertos dirigentes del movimiento. El irrespeto a la decisión unánime de las asambleas estudiantiles ya pesa, y fue por ejemplo, en la facultad de derecho donde este error se hizo más notable.

Unido a esto, ciertas fuerzas vivas de las asociaciones de carreras están exigiendo replantear las funciones que hasta ahora han tenido las Juntas Directivas de sus carreras, lo que supone un buen ejercicio, siempre y cuando se señalen los errores: como desvirtuar la decisión de las asambleas o no haberse comprometido con algunas acciones consensuadas.

Lo que prima y debe fijar nuestra atención en este momento es el regreso a las asambleas estudiantiles, deliberar los pasos que han dado nuestros representantes de Juntas Directivas hasta ahora.

Hay que buscar nuevas consignas unificadoras para el movimiento

Actualmente se han dado por descontadas (y olvidadas) varias de las exigencias del movimiento estudiantil universitario: la salida de Julieta Castellanos, que ya el lunes 25 de septiembre sale de su puesto y asume el cargo un rector interino; las elecciones estudiantiles, que al parecer hizo eclosionar los intereses de varios oportunistas que acobijados en las asociaciones de carreras y con el afán de borrar de la escena a los movimientos independientes, desde ahora reclaman cuotas de poder dentro del movimiento estudiantil para llegar a los cargos en el gobierno universitario; el tema de las normas académicas, que fue olvidado por completo; y el derivado de todas las luchas que son los criminalizados, a quienes no se les mienta en estos momentos porque el “fuera Julieta” y las “elecciones estudiantiles” es la consigna más sonada.

Dentro de los errores más notables del movimiento estudiantil está el abandono de las asambleas estudiantiles por carreras y facultades. La lucha estudiantil se fue yendo a campos más resbaladizos, hasta llegar al seno de la política tradicional de bancadas, en donde metió mano Libre (La Alianza), el Partido Nacional y los otros en la lista. Los vicios de esta política tradicional siguen siendo los mismos: maniobras legalistas esperanzadoras como los decretos de ley; concentrar en pocos sujetos el poder de las decisiones; encaminar las victorias a las contiendas electoreras y palaciegas.

Ante esto proponemos unificar consignas tanto académicas como políticas: retomar cuando sea debido, la lucha ante la imposición de injustas normas académicas; estar prestos al programa del rector interino y el nuevo rector, quien seguramente sostendrá el mismo régimen autoritario de Julieta Castellanos;  involucrarse de lleno en las asambleas por carreras; y batallar en contra de la reelección de JOH.

Hemeroteca

Archivo