Por Joshua Quintero

Un año más de impunidad… un año más de silencio del Magisterio. Hechos tan brutales como el acero que acabara con la vida de nuestro camarada José Manuel Flores Aguijo, más no con su lucha que es el compromiso de cientos de camaradas incondicionales en toda Centroamérica.

El 23 de marzo de 2010, a las 4,15 pm, en el Instituto San José del Pedregal, en Tegucigalpa, Honduras, fue asesinado nuestro camarada José Manuel Flores Arguijo, reconocido dirigente gremial del magisterio, miembro fundador del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), miembro del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).

El aparato represivo de las fuerzas armadas y los órganos de inteligencia se ponían al servicio del régimen espurio de Porfirio Lobo Sosa y de la burguesía parasitaria de Honduras, que buscaba reordenar sus intereses, luego de haber consolidado el golpe de Estado de 2009, y tenía como principal objetivo lograr la aceptación del concurso de países que en su momento condenaron el golpe militar.

Los primeros pasos de ese reordenamiento ya habían sido conquistados con el Acuerdo de Cartagena de Indias, ese nefasto pacto político que desmovilizó al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y le entregó una salida burguesa al entonces defenestrado Manuel Zelaya, quien sin la aprobación de las bases, determinó un arreglo con los golpistas para salir de la Embajada de Brasil, donde permaneció refugiado durante tres meses.

Sin embargo, esos paños aromáticos de la negociación, no fueron garantía para nuestros compañeros de lucha, que ya perfilados por los escuadrones militares, pasaron a ser esos sectores a eliminar por oponerse a negociar con los golpistas. En ese sentido, nuestro camarada Manuel, quien ya había caracterizado las razones por las que no caía la dictadura, continuó luchando en contra del debilitado régimen de Porfirio Lobo, y de esta manera fue víctima del grupúsculo de empresarios que apoyaron el régimen y sus intereses mezquinos.

Ocho años después del cruento asesinato de nuestro camarada, y leyendo sus artículos en el libro publicado por el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) meses después de su asesinato, (EL LEGADO HISTORICO DE UN LUCHADOR), podemos advertir la claridad con la que Manuel caracterizó la realidad de un país que, dirigido por una red de corrupción, cada día instalaba las privatizaciones como un estándar de normalidad y saqueaban los institutos de previsión, sin olvidar el abordaje del conflicto del Bajo Aguán.

Manuel Flores dejó sembrado su legado en estudiantes, docentes y quienes asumimos con responsabilidad revolucionaria la lucha centroamericanista e internacionalista, enfrentando el poder, sin replegarnos al vil oportunismo y a las comodidades. Manuel fue ejecutado en pleno día, en su centro de trabajo, el 23 de marzo del 2010. No obstante, los órganos represivos no pudieron cegar el pensamiento de un auténtico revolucionario, cuyo ejemplo de lucha continúa vigente en cada uno de nuestros actos.

Repudiamos el silencio vil de las dirigencias sindicales y políticas, y en mayor grado la del magisterio, porque abandonaron la lucha por el esclarecimiento de su asesinato.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los trabajadores, sindicatos, colegios magisteriales, a las centrales obreras y campesinas, a luchar por el esclarecimiento del asesinato del camarada Manuel Flores, y de muchos otros luchadores que han sido asesinados de igual manera, como es el caso de Bertha Cáceres. Tenemos que destruir ese muro de impunidad que reina en Honduras, desde los asesinatos selectivos contra dirigentes sindicales y estudiantiles en la década de los años 80 del siglo pasado, hasta la actualidad, donde todavía se continúa asesinando y encarcelando a los luchadores sociales.

En este nuevo aniversario del asesinato de Manuel Flores, no nos cansaremos de denunciar a los órganos represivos del Estado, aliados con los empresarios que siembran el terror en el campo. Seguiremos luchando por el esclarecimiento del cobarde asesinato de nuestro camarada. Seguiremos luchando como luchó Manuel, sin excusas, sin descanso, hasta concretar la construcción de una sociedad, mas justa e igualitaria, donde no existe la corrupción ni la impunidad.

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