Por Lazar Jeifets [1]  y Víctor Jeifets [2]

Presentamos una muestra documental que da cuenta de los vínculos y rupturas entre el comunismo ruso y el movimiento obrero centroamericano durante la década de 1920, desmitificando y abriendo camino a nuevas interpretaciones acerca de estas relaciones.

 

El Buró Latinoamericano de la III Internacional [3] era la primera estructura del Partido Comunista Mundial que prestó su atención al istmo centroamericano. Si creyéramos en las palabras del dirigente del Buró y el Secretario General del recién fundado Partido Comunista Mexicano (PCM) José Allen, sabríamos sobre varios propagandistas que supuestamente salieron desde México rumbo a la región vecina con la tarea de unir “la Unión Centro Americana, o sea la República de Morazán” con el movimiento comunista mexicano y formar posteriormente “una sola Federación de “Soviets”, desde el Bravo hasta Panamá”.[4] Sin embargo, eran pura palabrería y no existe ningún indicio de que tales emisarios algún día empezaran sus actividades. La apertura del archivo de la Comintern no ayuda mucho al rescate de pormenores de este viaje que, al parecer, sólo se realizó en la imaginación de Allen.

Cabe notar al mismo tiempo de que algunos sectores del movimiento obrero guatemalteco quisieron en aquel entonces de establecer los lazos con México. Al considerar la revolución mexicana como un ejemplo ilustre y un ideal de liberación popular, los miembros del “Alianza Obrera” visitaron a finales de 1919 la embajada de México en su país para entregar una misiva al encargado de negocios mexicano y confesar su deseo de luchar en contra del gobierno dictatorial de Estrada Cabrera y con la esperanza de que México se sume a estos esfuerzos.[5] Los diplomáticos mexicanos han seguido la actividad del llamado “Partido Obrero” en Guatemala estimándolo como un peligro potencial para las autoridades locales. Sin embargo, ni el gobierno de México ni sus representantes diplomáticos tuvieron ganas de ayudar a las fuerzas opositoras en el país vecino.

Un año después de la creación del Buró Panamericano (la Agencia Americana) de la Comintern (fundado en 1920), las repúblicas de Centroamérica de nuevo aparecieron en el horizonte de la visión revolucionaria del comunismo mundial. La actividad de esta estructura cominternista en la región se limitó, al igual que la de su antecesora, a la leve tentación del terreno. No hubo esfuerzos activos de los emisarios de la III Internacional en los países centroamericanos, sin contar el hecho sobre la distribución en la región de unos 75 ejemplares del folleto de John Murphy sobre la Internacional Sindical Roja (Profintern); este trabajo, según se desprende de los documentos, se atribuye a los colaboradores del Buró Mexicano de la Profintern José Rubio y Felipe Leija Paz. No era nada más que un acto simbólico, si tomamos en cuenta que la circulación total del folleto fue cerca de 10 mil copias. Se sabe también del Manifiesto del presidente del Buró Panamericano Sen Katayama para los grupos comunistas y socialistas enviado a Centroamérica, pero tampoco fue escrito especialmente para estos países; al igual lo enviaron a toda Sudamérica.[6]

José Allen, en Historia del comunismo en México, de Arnoldo Martínez Verdugo (ed.), México, Ed. Grijalbo, 1985. El mayo de 1921 trajo unos cambios drásticos e inesperados a la actividad de esta estructura cominternista. El gobierno mexicano cuyo enojo sobre la actividad de los radicales rojos llegó a un punto máximo, ordenó la expulsión del país de “extranjeros perniciosos”. Entonces, los colaboradores del Buró Mexicano de la ISR el estadounidense Frank Seaman (Charles Phillips), el español Sebastián San Vicente y la rusa Natalia Mijailova,[7] tuvieron que salir para Centroamérica, estuvieron en Guatemala y Panamá mas o menos un mes. Allá Seaman (que desde aquel entonces adoptó el nombre de “Manuel Gómez”) y San Vicente emprendieron por su propia cuenta y sin instrucciones de los órganos superiores de la III Internacional el proceso de creación de los núcleos comunistas sobre la base “Unión Obrera Socialista” fundada el 1 de mayo de 1921 que era heredera política de la Unión Obrera. Las células comunistas fueron organizadas, según Seaman, de manera secreta y sin esperar algún éxito.[8] Efectivamente, el campo para la actividad cominternista no era propicio. El movimiento obrero local apenas empezó a organizarse y ni siquiera los dirigentes obreros sabían sobre la existencia del comunismo internacional, ni la Comintern; ni ningún periódico o folleto de ideas izquierdistas lograba alcanzar Guatemala y Panamá. Seaman no tuvo ninguna posibilidad de estar en comunicación regular con el presidente del Buró Panamericano y siguió sus actividades así como le parecía.

De hecho, Sen Katayama, propuso a Seaman actuar exactamente de esa manera; el viejo cominterniano japonés explicó en su carta al miembro del Buró Charles Scott (Karl Janson) que no consideraba posible entregar a Seaman algunas directivas pormenorizadas ya que tenía dudas sobre las circunstancias sobre la detención del estadounidense y su “comportamiento” en la cárcel.[9] De hecho, Seaman –quien era miembro del CC del PCM– se encontraba en un vacío informativo y no tenía ningunas noticias desde afuera. Solo a principios de junio logró recibir una carta escrita por su colega en el Buró Mexicano de la ISR José C. Valadés y que le informaba sobre una liquidación casi completa del Partido Comunista y las estructuras de la ISR en el país, así como sobre una situación crítica de la Confederación General de Trabajadores.

Según se desprende de los documentos del archivo de la Comintern, los representantes de la izquierda radical mexicana no intentaron transformar la UOS en una organización comunista ya que consideraban a sus dirigentes (con la excepción del encarcelado J. L. Barrientos) unos “demagogos”. Es por eso que los núcleos comunistas fundados por Seaman y San Vicente dentro de la UOS tuvieron la tarea de convertirse en una oposición interna. Sobre su base fue fundado el PC de Guatemala en 1922, el cual fue ampliado un año más tarde hacia el PC de América Central. No obstante, durante un largo lapso del tiempo el PC seguía siendo un grupo de propaganda marxista y no el partido comunista auténtico.[10] Al respecto del desarrollo sindical, los resultados de Seaman y San Vicente eran casi nulos. Después de dos meses de pláticas con los choferes y meseros de origen indígena, apenas dos o tres personas demostraron “un interés muy moderado” sobre la actividad sindical[11] lo que hizo que Seaman dejaría de ser demasiado optimista.

Sin embargo, antes de regresar a México, logró ir a Panamá donde también fundó un grupo comunista. Esta organización declaró su deseo de luchar por las mejoras económicas de los trabajadores nacionales y del mundo, anunció que se basaba sobre los principios de la lucha de clases negando la posibilidad de harmonía entre capital y trabajo. Al igual que sus correligionarios comunistas mexicanos, los neófitas panameños han adoptado las actitudes antielectorales considerando todos los gobiernos como servidores de los elites gobernantes. El comunismo como el único modo de resolver los problemas sociales y el apoyo directo a la Rusia Soviética y la III Internacional, este era el camino trazado por el grupo para si mismo. A pesar de la cantidad muy escasa de los militantes y falta completa de las publicaciones, el grupo comunista panameño excedió al guatemalteco en el número de afiliados.[12] Al parecer, este núcleo creado con la participación inmediata de los representantes del comunismo mexicano (y no olvidemos que Seaman en este caso también debe ser considerado como representante de la Comintern) fue la primera estructura comunista en Panamá que se proclamó partidario de la III Internacional.[13]

El estilo del informe sobre la situación y perspectivas del movimiento revolucionario en América Central (resguardado entre los materiales del Buró Panamericano en el Archivo de la Comintern) hace pensar que el documento fue elaborado por Seaman. El texto es interesante. Según el autor del informe, el factor clave por el cual no se tenía comunismo desarrollado en la región es el hecho de que Centroamérica se convirtió en una colonia de los Estados Unidos controlada completamente por el imperialismo norteamericano; por el control militar directo en Costa Rica y Nicaragua donde “las bayonetas americanas apoyan a la “legalidad y el orden”, así como por el control político absoluto en Guatemala, Honduras y El Salvador. Panamá no era controlada por las tropas estadounidenses, sin embargo los militares de la zona del canal intervenían en los asuntos interiores del país en el caso de disturbios.[14] Añadiremos también que los yanquis de hecho ocuparon los territorios panameños que les interesaban, así, para ejemplo, en el año de 1920, ellos instalaron control sobre la isla de Taboga cerca de la entrada al Canal por la costa del Pacífico; las protestas de la población y del gobierno del país no cambiaron la situación.[15] Claro está, que tales actividades promovían el descontento serio entre los panameños. No obstante, la falta casi completa de las empresas industriales y del proletariado excluía la posibilidad de formar una base sólida para el desarrollo del movimiento comunista fuerte que intentaría convertir las emociones anti-yanquis en lemas concretos políticos. Entonces, concluía el informante, no había que sorprenderse con la inexistencia del movimiento comunista y el hecho de que el grupo comunista en Panamá era “nada más un grupo, mientras el grupo comunista en Guatemala cuenta con apenas una docena de camaradas”. Tampoco se podía observar indicios del movimiento socialista y ni siquiera hubo intentos de aceptar este nombre (a excepción del Partido Socialista en El Salvador, el cual, según el autor del documento, era absolutamente reaccionaria y reformista, no disponía de alguna estructura organizativa y programa definido.[16]

¿Cuales eran, entonces, las perspectivas de la revolución social en América Central? Según las conclusiones del informe, eran casi nulas y esto llevaba al orden del día de la izquierda empezar con “despertar y organizar a los obreros citadinos” iniciando el proceso de la creación de los sindicatos. Esto requería el ejemplo y la dirección de parte del “Partido Comunista Mexicano, consciente y competente” (¡que ilusión! El PCM estuvo en una bancarrota organizativa y en diciembre de 1921 sus militantes tendrían que convocar un Congreso de refundación) para “mover a Centroamérica por conducto de México”.[17]

Mientras tanto, un par de meses después Seaman (con los documentos falsos a nombre de Manuel Gómez) y su esposa Natalia Mijailova regresaron ilegalmente a México; San Vicente también logró cruzar la frontera usando la identificación falsa de “P. Sánchez”.[18]

José C. Valadés Seaman y Katayama ya no se encontraron después de la aparición del primero en la Ciudad de México, y, tal vez, era una de las causas del fracaso del intento de organizar ligazones inmediatos entre América Central y los órganos centrales o regionales de la Comintern en el año de 1921. Sin embargo, los vínculos establecidos entre la izquierda de los países de la región gracias a las actividades de los militantes mexicanos expulsados a Centroamérica en mayo de 1921 resultaron con la presencia de los delegados guatemaltecos en el Congreso de la FJC de México en 1922. Allá recibieron varias instrucciones y consejos y esto contribuyó a la creación del PC de Guatemala el 1 de septiembre de 1923, el cual se hizo una base para formar más adelante el PC de América Central.[19] Mientras tanto, los comunistas neófitas panameños intentaron establecer un contacto directo con Moscú en 1922 (véase el documento número 5). La aspiración suya, por toda la evidencia, ha desaparecido a Lethe. Para la primavera del 1922, cuando esta carta llegó a Moscú, el estado mayor de la III Internacional ha enterrado ya la idea de una revolución panamericana resumiendo así la actividad poco productiva del Buró Panamericano.[20] Consecuentemente, el partido comunista mundial ya no consideraba las relaciones con Panamá alejado de todos los centros de la actividad comunista como una de sus prioridades. La Comintern olvidó al grupo comunista centroamericano. De una vez para siempre.

El caso de Guatemala resultó ser diferente, al parecer, esto se debió, a los contactos esporádicos entre el PCM y el movimiento obrero guatemalteco. El 28 de julio de 1923 el Secretariado del Comité Ejecutivo de la Comintern, al escuchar el informe de “Alfred Stirner” (Edgar Woog) sobre el PC de América Central, decidió crear una comisión para preparar un llamamiento al PCCA y su aprobación por el Secretariado. Stirner, quien era en los años de 1919 a 1922 el representante del CE de la Internacional Comunista de las Juventudes en México, conocía perfectamente  bien a Seaman. Además, como colaborador en el Departamento de Información del CEIC, tuvo acceso a todos los nuevos y antes recibido materiales sobre y de Latinoamérica y tenía que analizarlas detalladamente. El informe “El movimiento centroamericano” y la carta de Seaman registrada en el Secretariado del CEIC el 23 de septiembre de 1921 no deberían evitar las manos del suizo. Ojalá, haya visto también algunos otros materiales sobre este asunto.

Consecuentemente, una recomendación del CEIC a los dirigentes del PCCA fechada el 1 de septiembre de 1923, no debe sorprender al lector que verá que era la continuación lógica del informe arriba mencionado: “El Partido Comunista de América Central no podrá luchar siendo aislado de otros partidos comunistas y grupos de América del Norte y del Sur. La base fundamental para el triunfo de la clase obrera americana sobre el capitalismo es el frente único del movimiento obrero revolucionario de todos los países americanos. Debéis establecer inmediatamente el contacto con el Partido Obrero de los Estados Unidos y los partidos [comunistas] de Canadá, México, Chile, Brasil, Argentina, Uruguay y el grupo comunista de Cuba».[21]

Sin embargo, los lazos planeados tardaron en desarrollarse y la revolución panamericana tan esperada por los comunistas latinoamericanos no llegó nunca. Aunque, los malos cálculos de la Comintern no eran la única causa de este hecho.

 

Documento Núm. 1 [22]

La carta del dirigente del Buró Latinoamericano de la III Internacional José Allen a Edgar Woog, el 29 de abril de 1920.

Camarada Edgar Woog

Presente

Muy querido camarada:

Por correspondencia recibida de Alemania, firmada por el compañero M. Borodin, sabemos que en el próximo mes de mayo se efectuará una Junta internacional, en cualquier parte de la Europa Oriental. Nosotros deseamos que a esa junta asista en nuestra representación algún camarada cuyas ideas vayan de acuerdo con las nuestras y, siéndonos ya imposible poder mandar a alguien de los compañeros aquí en México, que llevará esa representación, hemos acordado dar a usted pleno poder para que se dirija a alguno de los camaradas en Suiza, que pueda llevar dicha representación.

Para el objeto, adjuntamos a usted copia del Manifiesto, lanzado por el Partido y Bureau de la Tercera Internacional, que publicamos en nuestro órgano “EL COMUNISTA” y algunas exposiciones de la situación reinante en esta Región.

1 – El Manifiesto va en el mismo ejemplar de “EL COMUNISTA” adjunto.

2 – El Partido Comunista fue creado prácticamente a resultas de Primer Congreso Nacional Socialista que tuvo verificativo el mes de Octubre y Septiembre del año pasado de 1919.[23]

Como resultados de dicho Congreso, se formó el Partido Socialista Mexicano, que quedó incluyendo locales en varios de los Estados de la República. Adjunto las conclusiones de dicho Congreso, que deberían haber servido de bases, para los trabajos del Partido. En esas bases, debido a las circunstancias reinantes en el carácter de los trabajadores de la Región Mexicana, se daba valor al voto y aún se recomendaba la participación de ellos en las luchas políticas. El movimiento era incipiente y trabajo costó poder realizar el Primer Congreso.

Los elementos verdaderamente revolucionarios que estábamos dentro del Partido, tuvimos que ceder ante la falta de conciencia aún reinante entre los demás camaradas, comprendiendo que debíamos por lo pronto sacrificar algo en beneficio de la organización. Entre los elementos componentes del Partido y que llegaron a ocupar puestos en el Comité Central Directivo, teníamos a hombres que, diciéndose trabajadores conscientes de la clase, no eran otra cosa que instrumentos de la burguesía, apoyados en este caso por el propio Jefe del Gabinete del Presidente Carranza, cuyos actos posteriores han demostrado sus tendencias a la dictadura “democrática” tan común en los países latino-americanos. Los compañeros que realmente estamos conscientes y consecuentes con la verdadera lucha por la real emancipación de la clase trabajadora, es decir, que queremos el total advenimiento de los productores, a la dirección administrativa de los bienes de la Comunidad, decimos hacer la declaración terminante de nuestra adhesión absoluta a la Tercera Internacional, abandonando todo sistema de lucha que implique reconocimiento o contemporización con los antiguos métodos legalitarios, demócratas, parlamentarios. Al efecto, hicimos la propuesta, firmada por mí y el compañero M. N. Roy[24] quien actualmente debe ya encontrarse en Rusia; en la que nos declarábamos francamente partidarios de los sistemas indicados por las camaradas que iniciaron la Tercera Internacional, repudiando enérgica y enfáticamente a todos los demás partidos, de cualquier denominación que entrara tendencia política – social – democráticas.

Nuestra determinación fue duramente combatida, principalmente por aquellos elementos que obteniendo subsidios secretos del Estado, tenían por la norma el retardar cuanto movimiento sea eficaz para la emancipación de la clase. A pesar de la oposición primordial, logramos hacer comprender a los elementos sanos que contábamos en nuestro seno, la imperiosa necesidad que había de definir nuestra actitud, señalando a la clase trabajadora de toda la América Latina, el verdadero sendero que tenemos que recorrer para lograr de una manera efectiva la consecución de nuestro deber – que ya no es ideal.

Fundamos desde luego un semanario, titulado “El Comunista”, - que sirviera de órgano a nuestros trabajos, y profusamente lo distribuimos en toda la América, logrando hacerlo conocer entre los principales centros radicales revolucionarios de dicha América Latina, y haciendo que él nos ponga en contacto con todas las organizaciones revolucionarias del Continente. En la actualidad, todas ellas reconocen como centro a este Bureau y han demostrado su ansiedad para verificar el Primer Congreso Latino Americano Comunista, con el objeto plausible de ponernos todos de acuerdo en los trabajos que debemos emprender para la liberación de todo el continente.

No sabemos todavía que decir, si desgraciadamente o afortunadamente, los acontecimientos políticos en esta Región Mexicana, han venido a trastornar esos planes, precipitando los acontecimientos: En efecto, estando próximas las elecciones presidenciales y de diputados, el gobierno de Carranza pretendió imponer un candidato impopular, desconocido; en otros dos candidatos presentados fueron, uno un General cuyo prestigio es nulo, por ser considerado por el pueblo laborante como un “reaccionario”; el otro es el Gral. Álvaro Obregón, cuyas tendencias fueron marcadamente amantes del trabajador, desde los comienzos de la Revolución que llevó al poder al actual Presidente Carranza. Los obreros, en un enorme por ciento, han visto siempre en el, al hombre que dentro del Régimen Democrático podría darles mejores libertades y garantías para su organización. En consecuencia, desde el principio, en su propaganda pro-Presidencia, Obregón ha tenido las simpatías populares. En este sentido, nosotros, los Comunistas hicimos una campaña tendente a quitar prejuicios, normalizando el criterio de la clase trabajadora, para evitar que de nuevo dieran su contingente de votos en la elevación al poder democrático, a elementos que, si bien pudieran ser liberales en la concesión de derechos a los trabajadores, tendrían que encerrarse en los estrechos límites que marcan las leyes, que él no podría anular ni cambiar hasta el grado que nosotros deseamos y haremos: es decir, a que quedaríamos esclavos con mas libertades que con otros Gobiernos.

Nuestra labor fue entorpecida, como era natural, por todos aquellos elementos interesados en sostener los antiguos regímenes. Nosotros, relativamente pocos y sin elementos de fuerza económica, para hacer una propaganda fuerte, hicimos cuantos esfuerzos nos eran posibles en nuestra penuria; pero el enemigo contaba con poderosos elementos, no tanto intelectuales como financieros. El Gobierno ha prodigado liberalmente el dinero a individuos como Linn A.E. Gale[25] y Luis N. Morones,[26] quienes, teniendo a su disposición papel, dinero y seguridad de obra, lograron inculcar entre las mujeres elementos de trabajo, la idea de que los que formamos el grupo Comunista pretendíamos vivir a costa de ellos, los trabajadores. Como esto aquí, como en todas partes, ha sido frecuente, los trabajadores desconfiaron de unos y otros. Fue entonces cuando yo, habiéndome quedado sólo con la compañera Elena Torres[27], cuya labor es de enaltecerse, decidimos trabajar en otra forma. Con ese objeto, siguió funcionando solamente el Consejo Feminista Mexicano y el Bureau, del cual desertaron cobardemente algunos elementos que se creyeron fervientes.

Sin dinero, vistos con desconfianza por los mismos compañeros trabajadores, nuestra labor tuvo que ser naturalmente dura; pero las circunstancias nos han venido a favorecer por medio de la lucha política que se ha venido a desarrollar, al declararse en rebeldía el Gral. Obregón, contra el Gobierno de Carranza, a quien acusan los rebeldes, de atentados contra las libertades democráticas, por la descarada imposición que ha tratado de hacer, en la Candidatura de Ignacio Bonillas para Presidente de la República.

Decimos que nos ha venido a favorecer porque ha hecho que nos acerquemos todos los elementos revolucionarios, cuya desconfianza o ambición de democratismo los hacía estar alejados de nosotros. Esos elementos, comprendiendo, por la experiencia, que era inútil soñar en que el cambio de “personalidad” en el poder, cambiaría la miserable vida del Proletariado, al cual muchos de ellos pertenecen, y sabiendo que ya nosotros estábamos perfectamente decididos a fomentar el revolucionarismo proletario, se acercaron a nosotros, manifestando su desencanto en las anticuadas ideas y convencidos de que nada podrá hacerse si nos dedicamos a prestar contingente de sangre y votos para sostener a los inútiles sistemas del “demos” aprovechado por el capitalismo en su propio beneficio.

Como consecuencia de esa desilusión y de la persistente propaganda que hemos haciendo por toda la república, hoy tenemos una organización bien distribuida, para aprovecharnos del actual movimiento político en beneficio de la colectividad. Por primera vez en la historia, ya larga, de las revoluciones políticas en esta Región, se ve ahora que las tropas, sin gran derramamiento de sangre, van a engrosar las filas de los “rebeldes” a quienes van a combatir; que los principales directores de esa campaña son civiles, en su mayoría diputados –es decir, gente que mas o menos ha sabido conquistarse la buena voluntad del pueblo, y que, militares y civiles, en su mayoría trabajadores, que fueron a la revolución, están de acuerdo para propagar las doctrinas nuestras, las genuinas comunistas, para hacer que en esta Región, la Revolución Social de al traste con las ambiciones personalistas de los demócratas.

Adjunto encontrarás una copia fotográfica de las bases firmadas, para buscar de una vez por todas, la mejor manera de lograr la implantación en México, del sistema comunista.

En Cuba tenemos secciones perfectamente organizadas, que solo esperan nuestro movimiento, para efectuar el suyo; de Sud América tenemos correspondencia que nos indica el deseo de poder encontrar la oportunidad de hacerlo; pero el despotismo en sus respectivos Gobiernos y la vigilancia del imperialismo Norte Americano, les impide hacer nada. En Centro América ya tenemos propagandistas, perfectamente bien interiorizados y conocidos en la Región, quienes están laborando para hacer que la Unión Centro Americana, o sea la República de Morazán, se una al movimiento Comunista Mexicano, formando una sola Federación de “Soviets”, desde el Bravo hasta Panamá.

Comunica todo esto a quien tú creas conveniente y adviérteles, que todos los centros radicales, no solo de Sud y Centro América, sino aún los del Norte, están pendientes de nosotros. Que aquí hacemos cuanto podemos, pero nuestra penuria es miseria; necesitamos derrocar la propaganda escrita, oral, con ejemplos; pero para ello nos faltan dos elementos, los más poderosos que son (armas, porque) y dinero. Los compañeros Lenin y Trotzky pudieron realizar la Revolución en Rusia, debido a la facilidad de obtención de esos elementos. Nosotros tenemos una ventaja sobre Rusia: podemos producir TODO lo necesario para la vida, pero muy poco para la defensa. Si sufrimos un ataque militar, no lo podremos resistir a menos que recibimos auxilios del exterior. Si se nos bloquea, podemos organizar los aprovisionamientos a resistir cuanto tiempos sea necesario, sin sentir el pueblo dicho bloqueo.

Para terminar, tenemos la seguridad de que nuestro movimiento, si es ayudado por el exterior –quizá los compañeros en Estados Unidos hagan algo en ese sentido– triunfaremos. México, por su etnografía ha sido siempre comunista. Podemos educarlo en breve tiempo. Si en esta región triunfamos, logrando sostenernos por un tiempo suficiente, nuestros hermanos Rusia y demás, podrán cimentar sólidamente el Comunismo en Europa y Asia. Los imperialismos británico y Anglo Americano morirán.

 

Haz que lleguen hasta los camaradas del Continente Europeo, y asiático, los saludos de los suyos, de América, y los particulares de quien tiene fe en el triunfo del Proletariado Mundial.

José Allen

Secretario General del Partido

Comunista Mexicano y del Bureau

Latino Americano de la Tercera Internacional

 

México, abril 29 de 1920

 

 

 

Documento Núm. 2 [28]

La carta de Frank Seaman y Natalia Mijailova al presidente de la Comintern Grigorii Zinoviev, el 7 de julio de 1921.

 

Guatemala, a 7 de julio de 1921.

Cam. G. Zinoviev,

Presidente del Comité Ejecutivo

de la Comintern

Querido camarada Zinoviev:

Esta carta es una copia de la carta que estoy enviando al cam. M. D. Ramírez quien se encuentra en Moscú siendo delegado del Partido Comunista Mexicano al 3er Congreso de la Comintern y también delegado de la Confederación General de Trabajadores al Primer Congreso de la Internacional Roja de los Sindicatos.

Con la esperanza de obtener el reconocimiento de parte del Gobierno de los Estados Unidos, el Presidente de México Obregón ha abandonado todos los intentos de parecer político radical y emprendió una campaña de persecuciones, utilizando todos los recursos del Terror Blanco inventados por los Estados Unidos. El movimiento obrero mexicano se llenó de espías, los mítines han sido disueltos y varias uniones enteras han sido destruidas. Además, desde mayo, cualquier extranjero que tenía que ver con el movimiento revolucionario, fue detenido y «deportiert» del país (incluyendo a Rubio, San Vicente, Paley, [29] Fortmayer [30] y mi mismo). Creo que Usted tiene conocimiento sobre el caso de Gale,[31] que era muy diferente. Incluso José Allen, Secretario General del Partido Comunista Mexicano y mexicano por nacimiento fue «deportiert» a los Estados Unidos, porque no pudo comprobar su nacionalidad.

San Vicente y yo fuimos primeros en ser detenidos, el día 16 de mayo, nos subieron al tren que iba hacia Laredo, Texas (los Est. Un.). Todo fue hecho en secreto, con la esperanza de que estaríamos en el extranjero antes de que alguno de los compañeros mexicanos logre saber sobre nuestra detención. Sin embargo, hemos encontrado un compañero entre los soldados que nos estaban vigilando, y así pudimos comunicarnos con la Confederación General de Trabajadores. El Comité Ejecutivo de la C.G.T. protestó inmediatamente ante el Presidente Obregón, resultando esto una promesa de que no estaríamos enviados a los Estados Unidos y de que podríamos nosotros mismos elegir el lugar de nuestro exilio; esta última parte de la promesa nunca fue cumplida. El Presidente rechazó la solicitud de cancelar el acuerdo sobre nuestra expulsión. Nuestro tren fue parado en Monterrey y a nosotros nos enviaron de regreso. Después de casi un mes de encarcelamiento nos metieron, por fin, a la 3-era clase de un barco en el Pacífico y dentro de unos días nos desembarcamos en San José para proceder a Guatemala. Ya que casi es imposible ganar algo para vivir en esta república cómica y de opereta, nuestro pensamiento principal se gira alrededor del plan de salir de aquí lo más temprano posible. Rubio y Paley fueron detenidos en Tampico a donde habían ido realizar el giro de propaganda para la Internacional Roja de las Uniones Obreras (Rubio, Paley, Leija Paz y Valadés formaban parte del Buró Mexicano del Consejo Internacional de los Sindicatos; este Buró fue organizado por mi conducto bajo los auspicios del compañero Sen Katayama). Rubio y Paley hicieron dos discursos cada uno y varias conferencias antes de ser detenidos. Paley fue enviado a los Estados Unidos. A Rubio iban enviar allá, pero las actividades de los compañeros han prevenido esto y le enviaron a algún otro lugar.

Fortmayer, la persona que apenas está conectado con [nuestro] movimiento aunque es un muy buen compañero, fue enviado a los Est. Un. y ahora se encuentra en la cárcel en Laredo acusado en deserción del ejército americano durante la guerra. – Allen, el Secretario General del Partido Comunista Mexicano, también se encuentra en los Estados Unidos, pero está libre.

 

Hubo muchos mítines de protesta y a favor de desterrados, mientras que en Veracruz, Tampico y Progreso declararon unas huelgas.

El Gobierno Mexicano está dispuesto a destruir todo el movimiento avanzado de la clase obrera. Obregón declaró que expulsaría a cualquier extranjero que atacaba a “las instituciones fundamentales Mexicanas” (o sea al capitalismo) y que él estaría  dispuesto reprimir cualquier huelga o manifestación obrera. Las primeras expulsiones habían sido organizadas muy bien desde el punto de vista del gobierno ya que el Partido Comunista perdió a dos miembros de su Comité Ejecutivo  (Allen y yo) y la C.G.T. también perdió a dos personas (Rubio y San Vicente, los dos mejores elementos de su C.E.). También el Buró Provisional Mexicano de la Internacional [Sindical] Roja, al perder a Rubio y Paley, fue completamente aplastado y echado a clandestinidad. Pero, el Buró sigue haciendo su trabajo (aunque lo realiza ahora de forma secreta), publicando un periódico semanalmente etc. – el Partido Comunista se descompuso por completo, lo que significa que ahora en México no hay Partido Com. (el pequeño grupo de Gale ha desaparecido ya desde hace algún tiempo). A pesar de todo Valadés trabaja muy asiduamente en los intereses del Partido Comunista y me comunica en su carta que recibí hace poco que él piensa que la Unión de la Juventud Comunista que tendrá su congreso en agosto, se convertirá en el Partido Comunista, junto con los compañeros Araoz, Gulbeaux y algunos restantes elementos del Partido Comunista Mexicano. La Unión de la Juventud Comunista[32] cuenta con 400 militantes y está creciendo cada día.

La C.G.T. cuenta con 84,000 mil miembros, según los datos comunicados hace poco por su secretario, com. Quintelo. Aunque esta sufriendo de la pérdida de sus líderes principales (San Vicente y Rubio), todavía tiene mucha energía y vida.

Incluso en esta pequeña y cómica república de Guatemala el reino del Terror Blanco es visible. Aunque aquí casi no hay movimiento obrero (en todo el país hay no más que 1 mil obreros organizados, y estos son las uniones reaccionarias afiliadas con la Federación Americana del Trabajo a través de la Confederación [Obrera] Panamericana); el gobierno demuestra tal ferocidad hacia las organizaciones obreras que no se puede comparar con las persecuciones en los países grandes. Dentro de las últimas tres semanas 11 miembros de la “Unificación Obrera” (algo parecido al club semi-socialista y semi-reformista) fueron detenidos y encarcelados. Mientras tanto, San Vicento y yo nos esforzamos de hacer algo – organizar los núcleos comunistas etc. Pero todo esto se hace de manera secreta y sin muchas esperanzas. Los obreros locales no saben nada sobre el movimiento internacional, ni siquiera sus dirigentes saben que es la Comintern. Aquí no llegan ningunos periódicos, ni siquiera burgueses. Y no es solo así en Guatemala, sino en toda América Central.

Usted entenderá que tan solos estamos si ni siquiera hemos recibido alguna noticia sobre el IIIer Congreso de la Comintern. No sabemos si tuvo lugar según lo planeado o no, quien asistió al evento y que decisiones han sido tomadas. Pero sabemos que los compañeros están llevando a cabo su trabajo.

¡Saludo al Primer Congreso de la Internacional [Sindical] Roja y a todos los compañeros rusos!

Su compañero

Frank Seaman (Jesús Ramírez)

Traducción del inglés hecha por Natalia Mijailova

Con respeto y el saludo de su compañero.

 

 

 

Documento Núm. 3 [33]

 

El movimiento centroamericano

 

En la ciudad de Panamá, la capital de República de Panamá hace poco fue organizado un grupo comunista a base de los siguientes principios:

1) Aspiramos, como medio para más altos fines, a mejora material y moral [de obreros], o sea aumento de salario, disminución de horas de trabajo, buen trato etc., a base de una perfecta solidaridad entre todos los trabajadores del país y del Mundo después.

2) Proclamamos, consecuentemente, la franca lucha de clases. Nunca y en ningún caso, aceptaremos el principio falso de “harmonía entre trabajo y capital”. Los explotadores y explotados no podrán realizar ninguna colaboración real y efectiva.

3) Somos partidarios del Comunismo como la única solución del problema social que beneficiaría a toda la gente sin distinción de clase social. En lógica consecuencia, declaramos injusta y dañosa para la Humanidad cualquier propiedad privada y cualquier acumulación de capitales en manos particulares.

4) Puesto que la República Sovietista Rusa es sin duda la mejor y única expresión práctica de nuestros ideales de hoy en el mundo, manifestamos nuestra plena y decidida adhesión a ella, así como aceptamos los principios de la Tercera Internacional creada en Moscú.

5) Condenamos cualquier participación en la política; pues sabemos que ningún gobierno burgués puede ser un amigo de los trabajadores, Mientras exista la propiedad privada todos los gobiernos de cualquier nombre no serán más que unos servidores más o menos declarados de la clase gobernante”.

Este grupo es relativamente chico y no publica ningún periódico, sin embargo, es el único grupo comunista en toda América Central, si no contemos un grupo menor en Guatemala.

Colonia de los Estados Unidos.

Es necesario entender la situación general en América Central para entender la esencia del movimiento [comunista] de aquel lugar (o más bien, las causas de su ausencia).

América Central cuenta con seis países con la población aproximada de 6 millones de personas – Guatemala, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá) (hay que añadir también a ellos el pequeño Honduras Británico). Hace poco los tres de ellos, o sea Guatemala, Honduras y El Salvador han unido en la República Centroamericana con la población total de 4 millones de personas.

El mayor factor político y económico es el que sigue: América Central es la colonia de los Estados Unidos que esta bajo el control del imperialismo americano.

Antes que todo, recordemos que existe el control militar directo que prevalece en Costa Rica y Nicaragua donde las bayonetas americanas sostienen “legalidad y orden”. En cualquier parte donde iría una persona en ambos países, se encontrará con la bandera de “Old Glory” que está ondeando de manera insolente en las casas de monedas, en las aduanas y otros edificios públicos. Las aduanas y finanzas están completamente controladas por el gobierno de los Estados Unidos. El temor mortal y el odio hacia los soldados americanos reinan aquí.

En Guatemala, Honduras y El Salvador no hay control militar directo, pero el control político americano es absoluto (con la excepción de El Salvador que logró conservar alguna especie de la independencia). Cualquier palabra de Washington se convierte en una orden para estas “Repúblicas”, una orden que están apurados para cumplir.

En Panamá no hay control militar directo, pero las tropas americanas que de la zona del canal intervienen en el caso de cualquier “disturbio” visible. Panamá es la obra del imperialismo americano y su creación misma es la característica de los métodos americanos en América Central. Panamá era antes una provincial de Colombia. Cuando los Estados Unidos insistían en el derecho de construir el canal de Panamá, Colombia negó la solicitud de entregarlo a los Estados Unidos. Entonces, el gobierno americano del presidente Roosevelt organizó con intrigas una “revolución” en Panamá y esta proclamó su independencia en el año de 1903 bajo el control y con la iniciativa inmediata del gobierno americano. Dentro del congreso americano hubo una oposición a estos hechos, sin embargo, Roosevelt apresuró los eventos usando trámites administrativos y reconoció la independencia de Panamá pagando 10 millones de dólares por el derecho de construir el canal de Panamá. Más tarde Roosevelt describió insolentemente estos acontecimientos: “Tomé la zona del canal y luego permití al Congreso discutirlo”...

La prueba del completo control político ejercido por los Estados Unidos en América Central es el hecho de que todas estas Repúblicas (a excepción de El Salvador) declararon la guerra a Alemania bajo la presión de los Estados Unidos. Esta declaración fue utilizada para los intereses económicos y esto lo demuestra la confiscación de las empresas eléctricas en Guatemala que pertenecían a los alemanes; al hacerlo, el gobierno guatemalteco los vendió inmediatamente a los yanquis.

Este control político y militar es por si solo el producto del control financiero y económico y lo refuerza.

Aproximadamente 75% del comercio centroamericano (de la exportación e importación) es el comercio con los Estados Unidos. Incluso el comercio del Honduras Británico es casi monopolizado por los Estados Unidos – en el año de 1918 la importación desde los Estados Unidos alcanzaba unos 77%, mientras la exportación se ubicó en el marco de 92%.

Este control económico es ejercido, de primera mano, por la “United Fruit Company”, una de las corporaciones más influyentes en los Estados Unidos y un sostén del imperialismo americano en América Central, Colombia y Venezuela. La conquista económica de América Central es el logro, principalmente, de la “United Fruit” la que monopoliza la producción de frutas en América Central, la que controla las plantaciones, los ferrocarriles y los bancos. Cuando el imperialismo americano entendió la importancia de América Central para sus proyectos de dominación [sobre el continente], encontró el terreno ya preparado por la “United Fruit Company”.

En América Central existen también el capital alemán (las plantaciones) y británico (principalmente, los ferrocarriles), pero el capital americano es dominante. La dominación suya en esferas económica y política no tiene límites y la usa como una dictadura feroz.

La dictadura dentro de la otra dictadura

Dentro de la dictadura de los Estados Unidos en América Central existe otra dictadura – la del Presidente de la República que esta bajo los auspicios del imperialismo americano.

A pesar de las formas republicanas y democráticas en los países centroamericanos efectivamente no hay libertades políticas. Aquí, en efecto, no hay partidos políticos, porque la política es personalista y los partidos están agrupados alrededor de la personalidad fuerte, mientras el partido “gobernante” es siempre el partido del presidente. No existe oposición, la “crítica” en la prensa se limita con los complimentos hacia el presidente y su familia. Estos presidentes son dictadores absolutos y normalmente están vinculados con el capital americano y apoyado por este con la benevolencia del gobierno de Estados Unidos.

En las repúblicas centroamericanas no hay ni siquiera unas libertades simbólicas. A los oponentes del presidente les detienen, ellos desaparecen y nadie vuelve de escuchar sobre ellos. La «Unificación Obrera» en Guatemala publicó un programa muy moderado y conservador, y nueve personas fueron metidas en la cárcel por el simple hecho de firmarlo. La dictadura del presidente Meléndez en El Salvador destruyó a los sindicatos y expulsó a la mayoría de los dirigentes obreros. Todas las organizaciones obreras están destruidas.

Estas dictaduras centroamericanas se basan sobre la unión entre los propietarios de las plantaciones grandes y minas y el capital extranjero, en particular, el americano. Los dictadores son unos simples lacayos del gobierno de los Estados Unidos, el cual en el curso de las diversas “revoluciones” siempre apoya a la gente los quienes sería en calidad de dictador un fiel servidor de los intereses americanos.

Falta del proletariado industrial

La soltura, de que las dictaduras se establecen y se conservan en la América Central, además de las intrigas del capital americano, es peor, que las condiciones feudales predominantes. América Central es el país de plantaciones grandes y de las minas. Aquí casi no hay fábricas y empresas industriales y la cantidad siquiera relativamente significativo de los obreros citadinos. Los obreros citadinos que existen son los artesanos: los carpinteros, panaderos etc. Hay obreros en plantaciones, los cuales viven y trabajan en el sistema del peonaje feroz y los obreros de las minas.

En América Central no se observan algunos intentos de emprender la producción industrial y no existe tal producción ya que el capital americano considera la región como un abastecedor del crudo y el consumidor de mercancías hechas. Toda la América Central es algún tipo de la plantación enorme explotada por los Estados Unidos de acuerdo con la demanda de su progreso industrial; y esto significa la exportación de las mercancías estadounidenses e importación de los recursos crudos.

En estas circunstancias no hay base para desarrollar el movimiento proletario revolucionario en América Central, aunque los obreros y campesinos sufren de la explotación implacable. Entre los obreros de las plantaciones (la mayoría de ellos son los indígenas y negros) no hay movimiento consciente, el sindicalismo es muy débil y el movimiento político está casi ausente.

Los sindicatos.

Honduras, Nicaragua, Costa Rica se están deshaciendo fácilmente a los sindicatos – estos no existen aquí o no están realizando alguna actividad.

En 1918 un relativamente grande sindicato existía en El Salvador uniendo en sus filas las organizaciones de obreros textiles, zapateros, peluqueros, obreros linotipistas y panaderos. Estas uniones eran vinculadas con la «Confederación Obrera del Salvador» que contaba de 2 a 4 mil militantes. La Confederación era desesperadamente reaccionaria y vinculada con la Federación Panamericana de Labor gompersista. No obstante, este sindicato fue destruido por el gobierno, como ya estuvo mencionado arriba.

 

La situación no está mejor en Guatemala. Aquí existe una «Federación Obrera» que consiste de aproximadamente de 2 mil militantes, incluyendo las uniones de panaderos y carpinteros. La Federación esta formada por las uniones arriba mencionadas, de varios clubs obreros y sociedades de ayuda mutua; está sostenida por el gobierno que la usa durante las elecciones; no solo obreros, sino también los empresarios tienen derecho de ser militantes de la Federación, e incluso el puesto del presidente de la Confederación está ocupado por un prominente capitalista.

Tal es el tamaño del movimiento sindical de América Central con su población de 6 millones de habitantes. Las causas de esto son obvias. Antes que todo, es el hecho de que las dictaduras molestan a la creación de cualquier organización obrera. Además, los obreros (sin contar a los de las plantaciones) forman un grupo reducido de la población y están dispersados en el territorio extenso que tiene los medios de comunicación muy mal desarrolladas; las ciudades son chicas y se encuentran lejos de cada una. En toda América Central hay solamente tres ciudades relativamente grandes que tienen población de entre 65 y 70 mil, 6 ciudades – de entre 25 y 45 mil personas, las demás tienen en su mayoría entre 2 y 15 mil habitantes.

Más vale decir que las ciudades son parasitas y constituyen un punto mercantil para las plantaciones; están privadas de la base industrial. Dado estas circunstancias, el carácter del movimiento obrero esta prácticamente predeterminado.

El movimiento político

Aquí no hay movimiento comunista. El grupo panameño es nada más un grupo, mientras el grupo comunista en Guatemala cuenta con apenas una docena de camaradas.

Casi no hay movimiento socialista y se observa una falta absoluta de alguna educación socialista.

En Guatemala, Costa Rica y Nicaragua no hay movimiento socialista y ni siquiera hubo intentos de aceptar este nombre.

El Partido Socialista existe en El Salvador, sin embargo, la podemos llamar ‘socialista” solo de indulgencia. Es desesperadamente reaccionaria y reformista, no dispone de alguna estructura organizativa y programa definido. Su actividad y aspiraciones están limitadas con aprobar las decisiones del presidente-dictador a nombre de la clase obrera. Efectivamente, la oposición política en El Salvador es una cosa imposible.

En Guatemala no hay un partido socialista, aunque la “Unificación Obrera” prometió organizarlo. A diferencia de la federación sindical, la «Unificación» está abierta solamente para los trabajadores contratados. Sin embargo, no más que la mitad de sus 1500 militantes son obreros, el resto son los burócratas y carreristas pequeño-burgueses. El programa de la organización llama a realizar varias ideas socialistas por el medio de las leyes; es una mezcla del socialismo reformista y el cooperativismo, la energía organizativa en el momento está dirigida hacia la creación de una panadería cooperativa como un primer experimento de esta especie. Los dirigentes de la organización son unos demagogos que declaran de voz alta que “no son bolcheviques”. Entre estos dirigentes hay, sin embargo, un revolucionario – José Luis Barrientos quien está ahora en la cárcel. El Grupo Comunista guatemalteco existe como una oposición organizada dentro de la «Unificación», pero las áreas suyas son muy difíciles.

En toda América Central hay solo dos o tres periódicos que circulan con largos interrupciones.

Las perspectivas del desarrollo del movimiento revolucionario en América Central son poco prometedoras. La parte principal de las masas oprimidas está formada de los obreros de plantaciones y ellos no van a emprender algunas actividades antes de recibir un impulso de las actividades de los obreros citadinos. Toda la situación depende del despertar y organizar a los obreros citadinos, la cual hay que iniciar desde la fundación de una simple organización sindical. En este respecto, mucho puede ser alcanzado si usaríamos el ejemplo, la dirección y la inspiración de parte del Partido Comunista Mexicano, consciente y competente. A Centroamérica hay que moverla por conducto de México”.

 

Documento Núm. 4 [34]

 

Grupo comunista.

El domingo 17 de julio de 1921, quedó constituido en Panamá un GRUPO COMUNISTA, que aprobó por unanimidad los siguientes principios:

1 – Aspiramos, como medio para más altos fines, a toda mejora material y moral, tales cual aumento de salario, disminución de horas de trabajo, buen trato etc., a base de una perfecta Solidaridad entre todos los trabajadores del país, primero, y del Mundo después.

2 – Proclamamos, por tanto, la franca lucha de clases. Esto quiere decir que nunca en ningún caso, aceptaremos esa vieja falsedad que se llama “armonía entre trabajo y capital”. Explotados y explotadores no podrán establecer ninguna concordia real y efectiva.

3 – Somos partidarios del Comunismo, única solución del problema social que puede ser beneficiosa a todos los seres humanos, sin distinciones de ninguna clase. En lógica consecuencia, declaramos injusta y dañosa para la Humanidad toda propiedad privada y toda acumulación de capitales en manos particulares.

4 – Puesto que la República Sovietista Rusa es sin duda la mejor y única expresión práctica de nuestros ideales, que se conoce hasta el presente en el Mundo, manifestamos nuestra decidida y firme adhesión a su existencia, y nuestra conformidad con los principios de la Tercera Internacional, constituida en Moscow.

5 – Condenamos toda sumisión a cualquier política; pues sabemos que ningún gobierno burgués ha sido, ni es, ni será, ni podrá ser un leal amigo de los trabajadores, Mientras perdure la propiedad particular y el capitalismo, los gobiernos de cualquier nombre no serán más que unos servidores más o menos declarados de las clases adinerados e influyentes.

En cuanto a su manera de funcionar, como el Grupo Comunista quiere destruir prácticamente los viejos y autoritarios y pomposos formulismos de la burguesía, su Directiva se compone solamente de un Secretario de Actas, un Secretario del Interior, un Secretario del exterior, un Tesorero, y el Presidente, que se renovará cada mes, siguiendo el orden alfabético de todos los asociados, por tanto sencillo procedimiento, cada uno de los socios ocupara sucesivamente la presidencia, con lo cual habrá entre todos ellos una verdadera fraternidad, haciendo imposibles los privilegios y las pedanterías que tanto contribuyen a la disociación y al desacuerdo.

 

Documento Núm. 5 [35]

 

La carta de miembros del Grupo Comunista de Panamá al presidente de la Comintern Grigorii Zinoviev, el 29 de abril de 1922.

 

Panamá, a 29 de abril de 1922.

Cam. Zinoviev, el Presidente de la III Internacional.

Moscú.

Estimado camarada.

Desde la fundación del grupo comunista en nuestra ciudad nosotros teníamos, estimados compañeros, un deseo fuertísimo de establecer relaciones con ustedes; sin embargo, el correo negaba de recibir nuestra correspondencia con el pretexto de falta de comunicación con Rusia. Pero ahora, cuando tenemos las noticias sobre el Tratado sobre la paz firmado por ustedes con Alemania, tengo la esperanza que nuestra carta enviada por este camino llegará al destinatario. A todos nosotros nos daría una gran satisfacción si esta carta llegaría a sus manos y si nosotros recibiríamos la respuesta.

Hacemos todo lo posible para propagar nuestros ideales comunistas a los cuales entregamos todas nuestras fuerzas y todos los recursos. Ya que este trabajo apenas empieza, el gobierno de la República no nos molesta en absoluto en nuestras actividades y nuestros artículos (definitivamente comunistas) se publican hasta por los periódicos burgueses; organizamos mítines en las plazas, varios teatros presentaron unas obras dramáticas del contenido comunista; nuestras reuniones las anunciamos públicamente y con anticipación y a veces las visitan los policías, los burócratas, etc.

Entonces, debe sorprender el tamaño del trabajo realizado por nosotros dentro de un breve lapso transcurrido desde nuestra salida a la escena de la lucha. Hemos fundado el grupo en la ciudad de Colón, otro – en la Soná, y esperamos alcanzar mismos resultados en otras ciudades del país. Recibimos varias publicaciones periódicas comunistas desde México, España y Cuba, etc. las cuales distribuimos gratuitamente entre los obreros.

En conclusión, estimado camarada, escribo abajo los nombres de los compañeros que por el momento son miembros del órgano director de nuestro grupo, dando a conocer después los nombres de los compañeros más fieles en general: José María Piasquez de Pedro, secretario del exterior, Braulio G. Montenegro secretario de actas, José Antonio Brower, secretario del interior, Pedro López – tesorero que está sustituido en el momento presente por el compañero Narciso Navas. Ahora siguen los nombres de los compañeros más fieles: César Caballero (secretario de correspondencia del grupo comunista de provincial Colón) Cossana J. Kiev          Julia Palau de Gómez – encargada por las escuelas laborales en nuestra ciudad, etc.

Con respeto a Usted y por la causa del proletariado

José A. Brower

(Secretario del interior del grupo comunista de Panamá)

Cartas a mi nombre: Box 289, Panamá

 

 

 

Notas:

 

[1] Dr. Titular en Historia. Universidad Estatal de San Petersburgo.

[2] Dr. Titular en Historia. Universidad Estatal de San Petersburgo.

[3] Creado a finales del año de 1919 en México con la ayuda y bajo los auspicios del emisario de la Comintern Mijail Borodin.

[4] J. Allen a E. Woog, el 29 de abril de 1920. – El Archivo Estatal Ruso de Historia Política y Social (RGASPI), fond 495, opis’ 108, delo 3, foja 9.

[5] Leonov N. S. Ocherki novoi i noveishei istorii stran Tsentralnoi Ameriki (Los ensayos de historia moderna y contemporánea de los países de América Central). Moscú, 1975, P. 195.

[6] La distribución del folleto de J. Murphy. – RGASPI, fond 495, opis 18, delo 65, foja 259; el informe del Buró Panamericano a G. Zinoviev, el 24 de septiembre de 1921. – Ibíd., delo 66, foja 116.

[7] Frank Seaman a G. Zinoviev, el 7 de julio de 1921. – Ibíd., opis 108, delo 14, foja 16; Taibo II P. I. y Vizcaíno R. Memoria Roja. México, 1984, p.187.

[8] Frank Seaman a G. Zinoviev..., foja 16v; Gómez M. From México to Moscow, II. – «Survey» (London), 1965, April, Núm. 65, p.117.

[9] Sen Katayama a Bray, el 11 de junio de 1921. – RGASPI, fondo 495, opis 18, delo 66, foja 12.

[10] Kommunisticheskii partii Latinskoi Ameriki. (Partidos Comunistas de Latinoamérica). Moscú, 1982, P. 114; Fortuny J.M. Nekotorye aspekty vlianiia Oktiabrskoi sotsialisticheskoi revolutsii. Materialy mezhdunarodnoi teoreticheskoi konferentsii, organizovannoi redaktsiei zhurnala “Problemy mira i sotsializma” v Prage 22-24 iyunia 1967g. (Algunos aspectos de la influencia de la Revolución Socialista de octubre. Los materiales de la conferencia mundial organizada por la redacción de la revista “Problemas del Mundo y del Socialismo” en Praga, a 22-24 de junio de 1967). Moscú, 1967, P.372. Cabe notar los fuertes cambios de la base de militantes del PCM en los años 1921-1923 muchas actividades internacionales del período cayeron en olvido. Así, el informe del representante del PCM y de la Liga Antiimperialista de las Américas Rosalío (Russell) Blackwell sobre su viaje a Centroamérica (la parte dedicada a la historia del PC local) no contiene ni una sola referencia a los actos realizados por los colaboradores del Buró Panamericano deportados a Guatemala por el gobierno de A. Obregón en 1921. – R. Blackwell. El informe sobre el viaje con el fin de organización en América Central. – RGASPI, fond 495, opis 108, delo 54, foja 7.

[11] Shipman Ch. It Had to be a Revolution. Ithaca, 1992, p. 133.

[12] El movimiento centroamericano. [1921] – RGASPI, fond 495, opis’ 18, delo 66, foja 245.

[13] La historiografía comunista panameña hace algunas menciones breves sobre los grupos marxistas que existieron a inicios de la década de los 20, pero considera al Partido Comunista Panameño (fundado el 4 de abril de 1930 por “doce luchadores heroicos”) el único antecesor del Partido de Labor. – Véase: Castellanos R. Oktiabrskaia revolutsiia i kommunisticheskoie dvizheniie v Paname (La Revolución de Octubre y el movimiento comunista en Panamá) // Istoricheskoie znacheniie Velikoi Oktiabrskoi sotsialisticheskoi revolutsii. Moscú, 1967, P. 468. Si tomamos en cuenta la cantidad de los fundadores del partido, no hay razón para considerar el grupo comunista surgido en el año de 1921 una estructura menos significativa. Notemos también que las llamadas “olas de la explosión revolucionaria de 1917” no llegaron a las costas panameñas por sí solas; la “teoría revolucionaria” fue llevada al país como consecuencia del contacto entre el movimiento obrero local y los representantes de las estructuras cominternianas instaladas en México.

[14] Las observaciones del informante sobre el grado de dependencia de la vida política panameña de los EE.UU. eran precisas. El gobierno yanqui intervenía de una manera descarada en los asuntos interiores del país istmeño. Al declarar el gobierno de Ciro Urriola un acuerdo sobre el cambio de la fecha de las elecciones al parlamento, el Departamento de Estado ha protestado enérgicamente exigiendo la anulación de la votación. Las autoridades panameñas no cedieron y entonces las tropas estadounidenses ocuparon las ciudades de Colón y de Panamá obligando al presidente del país derogar la ley y anunciar nueva fecha de elecciones. La votación fue realizada bajo el control de los representantes estadounidenses y llevó el triunfo al partido encabezado por el embajador panameño en los EE.UU. Belisario Porras. Solo después de que fueron contabilizadas las urnas, los militares yanquis regresaron a sus cuarteles. – Véase: Castillero Pimentel E. Panamá y los Estados Unidos. Panamá, 1961. PP. 239-240.

[15] Kalmykov N.P. et al. (ed.) Istoriia Latinskoi Ameriki (Historia de América Latina), 19198-1945. Moscú, 1999. P. 368

[16] El movimiento centroamericano…, fs. 246-248.

[17] El movimiento centroamericano…, f. 249.

[18] Taibo II P. I. y Vizcaino R. Op. cit., p.188; Gómez M. From México to Moscow, II..., p.117.

[19] El informe del PC de Guatemala al Secretariado Sudamericano de la IC. 1929. – RGASPI, fond 495, opis’ 112, delo 4, foja 22.

[20] Los detalles véase en Jeifets V.L. Proval kontinentalnoi revolutsii: Komintern i evolutsiia levogo dvizheniia Meksiki v 1919-1921gg. (El fracaso de la revolución continental: la Comintern y la evolución de la izquierda mexicana en 1919-1920) // Rossiia v kontekste mirovoi istorii. San Petersburgo, Ed. Nauka, 2002, PP. 252-276; Jeifets V.L., Jeifets L.S. Die Komintern und Argentinien in den Jahren 1919-1922. Die Kommunistische Partei Argentiniens gegen die "argentinischen Lenins" // International Newsletter of Communist Studies. Vol. XV (2009), No. 22. PP.137-147.

[21] El protocolo Núm. 67 de la reunión del Secretariado del CEIC, el 28 de julio de 1923. – RGASPI, fond 495, opis’ 18, delo 163, list 10; El Manifiesto del CEIC al Comité Dirigente del Partido Comunista de Centroamérica, el 1 de septiembre de 1923 г. – Ibíd., delo 177, foja 20.

[22] RGASPI, fond 495, opis’ 108, delo 3, fojas 4-10. El texto escrito a máquina, en castellano, en el papel membretado del Buró Latinoamericano de la III Internacional. En el margen derecho de arriba hay un sello “El Archivo de la Comintern, №1018 Moscú”; rúbrica. Todos los documentos se publican con el permiso del Archivo Estatal Ruso de Historia Política y Social.

[23] De hecho, el Partido Comunista Mexicano fue proclamado en la reunión de varios miembros del Partido Socialista Mexicano en noviembre de 1919. Algunos miembros de la dirección del PSM no estuvieron de acuerdo y prefirieron conservar el nombre ‘Socialista”. Además, en septiembre de 1919 ya había aparecido el Partido Comunista de México encabezado por Linn A. E. Gale. Esto quiere decir, que para finales de otoño de 1919, la izquierda radical mexicana (escasa en número) se dividió en tres sectores. – Nota de autores.

[24] Roy, Manabendra Nath (el nombre verdadero – Narendranath Bjattacharya) (conocido también como Martin; Roberto Allen y Villagarcía; Robert Allen; Robert Allen-Roy; Roberts; Manuel Méndez) (1892-1954). Revolucionario indio. Estudiante en la Universidad de Calcutta. Ingresó en la organización ilegal antibritánica. Fue detenido varias veces, pero escapó de la cárcel. Después de la derrota de la insurrección armada fue enviado a búsqueda de armas y estableció contactos con las autoridades alemanas para recibir su ayuda en la lucha contra Gran Bretaña. En verano de 1916 llegó a los EUA, pero después del ingreso de este país a la I Guerra Mundial fue detenido y tuvo que mudarse a México (junio de 1917). En México fundó la Sociedad de los Amigos de India y se acercó con algunos socialistas participando en el periódico «El Socialista». Era uno de los organizadores y delegado al I Congreso Socialista Nacional de México. Miembro del CN del Partido Socialista Mexicano. Bajo la influencia del emisario de la Comintern Mijail Borodin evolucionó finalmente al marxismo y participó en la «sesión extraordinaria» del CN del PSM (24.11.1919), que declaró la creación del Partido Comunista Mexicano, su adhesión en la IC y la fundación del Buró Latinoamericano de la III Internacional. Junto con E. Trent-Roy fue delegado del PCM al II Congreso de la IC (1920) donde presentó las tesis sobre la cuestión nacional y colonial discutidas por el II Congreso de la IC junto con las tesis de Vladimir Lenin. Miembro de la Comisión del Congreso para la cuestión nacional y colonial. Miembro del Comité Ejecutivo de la Comintern con la voz consultativa (como representante de México e India) (desde julio de 1921); más tarde fue incluido en el Buró Pequeño del CEIC. Uno de los fundadores del PC de India (con el carnet número 4). Fue delegado a los III-VI Congresos de la Comintern. Miembro suplente del CEIC (por el Oriente) (desde diciembre de 1922). Era uno de los representantes del CEIC en Tashkent para el trabajo en los países orientales. Miembro del Departamento Oriental del CEIC (hasta del V congreso de la IC). Miembro del CEIC por India (desde 1924), miembro suplente del Presidium del CEIC (desde 1924), miembro del Presidium del CEIC por India (de 1926 a febrero de 1928), del Secretariado Político del CEIC (desde diciembre de 1926). Miembro del Buró de Organización del CEIC (desde enero de 1926), del Secretariado del CEIC (desde marzo de 1926). Miembro del Secretariado para Lejano Oriente del CEIC (de abril de 1926 a 1927). Secretario responsable del Secretariado del CEIC para América y Canadá, miembro del Secretariado para Inglaterra, Irlanda, Holanda, Australia y Sudáfrica (secretario responsable del subgrupo para India Británica), del Secretariado para Lejano y Cercano Oriente (desde marzo de 1926), miembro del Buró del Lejano Oriente del CEIC (desde marzo de 1927). Representante del CEIC en China (desde abril de 1927). Miembro del lender-secretariado Británico-Americano, del lender-secretariado Oriental del CEIC (desde julio de 1927). Fue expulsado de la Comintern por decisión del Presidium del CEIC como partidario de Nikolai Bujarin en noviembre de 1929. Al salir de la URSS vivía en Europa. Al regresar a India en 1931 fue detenido y pasó varios años en la cárcel. Colaboraba con el Congreso Nacional de India. Encabezó el Partido Radical Demócrata Popular en 1940.

[25] Gale, Linn A.E. (Nueva York, 31 de mayo de 1892 - ?). Hijo de granjero. Estudiaba en la escuela de Oxford. Reportero (1907). Participaba en la campana presidencial del demócrata Wilson (1912). Desde 1917 era editor de la revista “Gale’s Magazine”. En marzo de 1918 fue al servicio militar, pero en julio desertó del ejército y escapó a México donde reinició la edición de su revista y organizó también su edición español “Nueva Civilización”. Mantenía relaciones amistosas con el Secretario de Gobernación Aguirre Berlanga y apoyaba la política antiestadounidense del presidente mexicano Venustiano Carranza. Fue delegado al Primer Congreso Socialista Nacional en 1919, pero abandonó las sesiones del congreso protestando en contra de la aceptación de credenciales del dirigente de la CROM Morones. Fundador del Partido Comunista de México y miembro de su Comité Ejecutivo. Fue electo delegado del PC de M al II Congreso de la Comintern, pero nunca logró salir para Moscú. Intentaba varias veces establecer contactos con la Comintern, enviaba cartas al Buró de Ámsterdam de la III Internacional y a otras estructuras comunistas con el objeto de desprestigiar al Partido Comunista Mexicano encabezado por José Allen y Manabendra Nath Roy. Sin embargo, la Internacional Comunista jamás reconoció su partido como su sección nacional en México. Director del órgano del PC de M (el periódico “El Comunista de México”) (1.1920-2.1921). En primavera de 1920 fundó una nueva organización de los Obreros Industriales del Mundo en México. En abril de 1921 fue detenido y expulsado del país por “extranjero pernicioso”. En los EUA fue detenido por desertar del servicio militar y en la cárcel renunció a las convicciones comunistas. Más tarde intentó ingresar en el Partido Obrero de América, sin embargo, le negaron el carnet del militante. Fue electo presidente del Socorro Rojo (Labour Defense) en Washington en 1925 lo que fue mal percibido por los comunistas que lograron su destitución de este puesto. Según agente de Scotland-Yard y del Departamento de Justicia de los EUA Nosovitsky, Gale le brindó su ayuda durante la preparación del informe sobre la actividad roja en México.

[26] Se refiere al dirigente de la CROM y el Partido Laborista Mexicano Luis N. Morones quien era uno de los delegados al Primero Congreso Socialista Nacional en agosto-septiembre de 1919.

[27] Torres Elena. Maestra en Yucatán. Delegada al I Congreso Socialista Nacional de México (8-9.1919). Miembro del Consejo Feminista Mexicano. Secretaria internacional y tesorera del Buró Latinoamericano de la III Internacional (1919-1920). Directora responsable del periódico «El Soviet» (desde 23.12.1919 - «El Comunista»). Encabezó el periódico «La mujer». Realizaba la propaganda política pro general A. Obregón en 1920. Los adversarios del PCM dijeron que Elena Torres trabajaba como secretaria del Inspector General de Policía en 1920. Abandonó el PCM en 1920 o 1921.

[28] RGASPI, fond 495, opis’ 108, delo 14, fojas 16 y 16 vuelta. El texto escrito a mano, en ruso, rúbricas. En el margen derecho de arriba hay un sello” “№39  23. Sept. 1921. El Secretariado del Exec. de la Intern. Comun.”

[29] Paley M. – Simons, William (su nombre verdadero era Levine, Hyman (fue conocido también como German P. Levin; Moris Levine; George Hunter). Nació el 3 de diciembre de 1893 en Nueva York en una familia judía que antes había emigrado de Lituania. Al graduar de City College, ingreso en Columbia University en 1914, donde estudió hasta 1916. Desde 1916 forma parte del Partido Socialista de América. Al rechazar el servicio militar obligatorio fue detenido. Al salir a la libertad, emigró a México donde trabajaba en una tienda y daba clases de inglés. El director de la Administración Mexicana de los Obreros Industriales del Mundo y el editor de su periódico. Delegado de los Obreros Industriales del Mundo y de los obreros petroleros de Tamaulipas al Convento Radical Rojo en 1921. Miembro del Buró Provisional Mexicano de la ISR, cumplía algunas encomiendas suyas en Tampico. En mayo de 1921 fue expulsado de México a los Estados Unidos donde cambió su nombre al de W.Simons e ingresó en el PC de los EUA. Era columnista del periódico “The Voice of Labour” y organizador del PC en Boston y Chicago. Secretario Nacional del Comité Progresivo de Obreros Metalúrgicos en 1927-1928. Delegado estadounidense al IV Congreso de la ISR y representante de la Liga de Educación Sindical de los EUA en el Congreso Sindical Latinoamericano en Montevideo en 1929. Delegado del Partido Obrero de América a la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana (Buenos Aires, 1929). Organizador del Partido Obrero en California en 1929-1930. Instructor del Buró del Caribe de la Comintern en el CC del PC de Cuba de mayo a octubre de 1931. Secretario General de la Liga Antimperialista de los EUA en algunos años. Publicó varios artículos sobre el movimiento revolucionario latinoamericano en “The Communist”, “El Mundo Obrero” y “The Anti-Imperialist Review”. Estudiante del doctorado en la Escuela Internacional Lenin en Moscú en 1933.

[30] Fortmayer, Walter (1890, Cincinnati, -?). Miembro de los Obreros Industriales del Mundo. Emigró a México en junio de 1917, vivió en Yucatán. Al ser detenido el 16 de mayo de 1921 en la Ciudad de México, fue expulsado a los Estados Unidos junto con J. Allen. Fue detenido en Laredo y acusado en ser desertor del ejército estadounidense. Los documentos del Archivo de la Comintern sobre Formayer son contradictorios; mientras algunos refieren a él como un militante activo del PCM, otros dicen que casi no tuvo vínculos con el movimiento radical obrero.

[31] Seaman se refirió a la deportación del dirigente del Partido Comunista de México (que era otro de los PCs en el país) Linn A. E. Gale “por extranjero pernicioso” en primavera de 1921.

[32] Su nombre era la Federación de las Juventudes Comunistas.

[33] RGASPI, fond 495, opis’ 18, delo 66, fojas 245-249. El texto a máquina, en inglés; traducción al castellano hecha por los autores.

[34] RGASPI, fond 495, opis’ 1, delo 63, foja 18. El texto escrito a maquina, en castellano.

[35] RGASPI, fond 495, opis’ 1, delo 63, fojas 15-16. El texto escrito a maquina, en ruso, traducción al castellano hecha por los autores.

 

JEIFETS, Lazar y Víctor Jeifets, (2012) “Hacia la revolución panamericana. La Comintern y la creación del comunismo centroamericano”, Pacarina del Sur [En línea], año 3, núm. 10, enero-marzo, 2012. ISSN: 2007-2309. 13 de febrero de 2012. Disponible en Internet: www.pacarinadelsur.com/home/huellas-y-voces/404-hacia-la-revolucion-panamericana-la-comintern-y-la-creacion-del-comunismo-centroamericano

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