Oleo sobre la rendición de William Walker y sus filibusteros, el 1 de Mayo de 1857, bajo el asedio de los ejércitos centroamericanos

Por Maximiliano Cavalera

En Centroamérica hay muchas fechas que conmemorar, sobre todo tomando en cuenta la historia común de los cinco estados centroamericanos. Desde la “independencia” hasta nuestros días, la burguesía ha intentado construir identidades nacionales por todo el istmo centroamericano, en aras de construir esos sentimientos, se han idealizado fechas efímeras sin mucha importancia histórica. Contradictoriamente, en todo el istmo no se conmemoran fechas importantes en la historia de la patria centroamericana, una de tantas es el glorioso primero de mayo de 1857, fecha en que los cinco ejércitos de Centroamérica expulsaron a William Walker y su ejército de filibusteros.

Casi 20 años después de la disolución del Estado federal, los cinco ejércitos de Centroamérica se reúnen en Nicaragua, luchan y derrotan a los filibusteros, en los hechos, las burguesías centroamericanas se unen por el temor que tenían a que los filibusteros les quitasen sus privilegios, pero al fin y al cabo se conformaron con seguir manteniendo el estatus quo imperante, todos se repliegan a sus propios estados nacionales y defienden sus intereses particulares, siendo incapaces de poder constituir el Estado federal centroamericano. Hoy en día, más de 150 años después, la tarea sigue siendo la misma, reconstituir el Estado Federal Centroamericano, claro está, teniendo en claro que son los obreros los únicos capaces de llevar a cabo esta magna tarea. Muchos recuerdan nombres pomposos de generales y de burgueses que participaron en la llamada guerra nacional, nosotros los revolucionarios, conmemoramos a los indígenas flecheros, campesinos y trabajadores que engrosaron el ejército de los Estados centroamericanos y que derrotaron al primer intento del imperialismo norteamericano de asentarse en nuestra patria centroamericana.

La Ruta del Tránsito y la Guerra civil.

En 1854 se realizan elecciones en Nicaragua, como era costumbre de los líderes conservadores amañan las elecciones y queda como presidente el caudillo conservador Fruto Chamorro. Inmediatamente las fuerzas liberales de León denuncian el fraude electoral, desatando una guerra civil que roería las entrañas de Nicaragua y de la misma patria centroamericana. La guerra civil que se desencadena es cruenta, y las fuerzas liberales deciden contratar las labores de mercenarios norteamericanos conocidos como filibusteros. En esa época, y sobre todo por la fiebre del oro en California, Nicaragua era importante para los intereses del imperialismo Norteamericano.

La llamada ruta del tránsito era una empresa millonaria en manos de Cornelius Vanderbilt. En esa época era lo más cercano a un canal interoceánico que permitía a los viajeros salir de Nueva York, pasar por el Rio San Juan, trasladarse a la cuidad de Granada, luego ir por rio Tipitapa para irse por tierra hasta el pacifico de Nicaragua y embarcarse de nuevo a los Estados Unidos. Es así que por intermediación de Cornelius Vanderbilt las fuerzas liberales buscan ayuda de mercenarios norteamericanos firmando el tratado Byron Cole-Castellón

William Walker

El tratado firmado entre los liberales y los filibusteros traería consecuencias terribles para Nicaragua, entre ellas fue el arribo de un mercenario llamado William Walker. Este mercenario nació en Tennesee el 8 de mayo de 1824. Desde su juventud participó como mercenario en incursiones en México intentando “independizar” un Estado en México. Para mediados de los años cincuenta decide embarcarse a Nicaragua para batallar del lado de los liberales en la guerra civil que corroía al el país centroamericano.

La primera incursión que realiza Walker y sus filibusteros se da en la ciudad de Rivas, luego hace una incursión sorpresa en Granada y logra tomar la ciudad, que en ese momento era la capital conservadora de Nicaragua. Al tomar la cuidad acuerda con los caudillos conservadores que Patricio Rivas fuese presidente de Nicaragua. Walker se autoproclama jefe del ejército y Ponciano Corral ocuparía el cargo de Ministro de Guerra. Meses después Corral sería fusilado por enviar una carta que le envió a los generales hondureños Pedro Xatruch y José Santos Guardiola en las que solicitaba su intervención en el conflicto.

El triunfo de Walker en Nicaragua se explica por varios factores, entre ellos está el apoyo de mercenarios que habían batallado en México y tenían amplia experiencia militar, de la misma manera, las armas que utilizaban los filibusteros estaban en el pico de la tecnología, mientras las tropas nicaragüenses combatían con mosquetes, los filibusteros combatían con armas de repetición. Al consolidar su poder Walker traiciona a Patricio Rivas y se autoproclama presidente un Nicaragua: “El 12 de Julio de 1856, en la plaza de Granada, Walker prestó juramento Presidencial, después de haber “ganado” las Elecciones Presidenciales convocadas y organizadas por él mismo.” (Clemente Guido Martínez, La Rendición de William Walker) Dentro de sus primeras gestiones como “presidente” William Walker declara el inglés como idioma oficial y la legalización del esclavismo en Nicaragua: “Legalizó el uso del idioma inglés. Se estableció el sistema registral de la propiedad inmobiliaria. Se establecieron equivalentes monetarios y se modificó el sistema de impuestos aduanales. Estableció penas para el peón que abandonase sus tareas, durante el término de su contratación; y el 22 de Septiembre (…) legalizó la esclavitud en Nicaragua, abolida por aquél. Creó una nueva bandera: Estrella roja rodeada de cinco puntos” (Ídem)

¿Guerra nacional o centroamericana?

A diferencia de lo que enseñan en las escuelas de Nicaragua, la denominada guerra nacional tiene su origen en la participación de los 5 ejércitos de la extinta patria centroamericana, es guerra nacional porque la patria centroamericana se une y lucha en contra de los filibusteros. El 26 de febrero de 1856 Juan Rafael Mora, presidente de Costa Rica, le declaró la guerra a Walker, logrando llegar a Granada, pero siendo diezmado por una epidemia de cólera regresó a su país.

Contradictoriamente William Walker comprendió, más allá de nuestra burguesía, que Centroamérica es una solo nación. Proclamó a los cuatro vientos que gobernaría “o las cinco o ninguna” refiriéndose a las 5 naciones centroamericanas. Ante este planteamiento la oligarquía y burguesía centroamericana pegó el grito al cielo y decide intervenir defendiendo sus intereses y privilegios. La guerra contra los filibusteros solo pudo ser ganada por la intervención de los 5 ejércitos centroamericanos. Precisamente por eso en Nicaragua se conmemora la batalla de San Jacinto, única batalla en que las fuerzas nicaragüenses lograron ganar sin el apoyo de las tropas centroamericanas.

El 18 de julio de 1856 se firma un acuerdo en Guatemala en la que los ejércitos centroamericanos deciden marchar a Nicaragua bajo el mandato del general Ramón Belloso. De igual manera se reconoce a Patricio Rivas como presidente de Nicaragua. Inmediatamente después de la firma de la convención, tropas hondureñas, salvadoreñas y guatemaltecas reforzaron León para resguardar la ciudad del ataque filibustero.

Los ejércitos centroamericanos marchan sobre Managua y meses después hay una batalla importante en Masaya dejando abierta la ruta a Granada. Ambas batallas fueron cruentas, sobre todo tomando en cuenta las diferencias entre la tecnología del armamento de los filibusteros y las tropas centroamericanas. Las tropas centroamericanas eran tropas irregulares engrosadas con reclutamientos forzosos de campesinos.

El 14 de septiembre tropas nicaragüenses ganan la batalla de San Jacinto. Al conocer la victoria, el general Belloso abrió la guerra. Después de la batalla de Masaya marcha hacia Granada con tropas alternas de Honduras, Guatemala y Nicaragua. En ese momento: “que Belloso marchaba de León hacia Granada, el Congreso costarricense le autorizó el 10 de octubre al Presidente Mora el reanudar la guerra contra Walker, ahora en unión con los aliados centroamericanos.”(Guerra Nacional, Alejandro Bolaños).

La derrota militar de los filibusteros

Todo estaba contra Walker y se crea un cerco militar contra él: “Después las tropas de Walker quedarían diezmadas: “El hospital se atestó de enfermos y moribundos; las provisiones escaseaban cada vez más y los soldados apenas conseguían algo de comer” (Ídem). El 19 de Noviembre Walker ordenó la salida y quema de Granada. Desde esos días se apertrecharía en el sur del País y defendería la Ruta del Tránsito; esa era su única posibilidad de ganar la guerra. Ese es el momento clave en que se le tenía que dar la estocada, pero desavenencias hicieron que el general Belloso se retirara de los combates y no se le dio la estocada al ya herido Walker.

El general tico José Joaquín Mora tomó la comandancia, al apoderarse de los buques que utilizaban los filibusteros para traer mercenarios y aprovisionarse. La batalla de Rivas sería la última batalla que se dio en tierras nicaragüenses. El general Mora actuó erráticamente y fue repelido en muchas ocasiones, pero la suerte estaba echada, Walker estaba derrotado sin provisiones y acorralado, solo era cuestión de tiempo. La intervención del comodoro Charles Henry Davis, de la corbeta norteamericana St. Mary's, logró que Walker saliera vivo de Nicaragua.

En Nicaragua fue derrotada la primera intentona del imperialismo norteamericano de tomar militarmente nuestras tierras. Sin embargo, el sabor de la victoria es amargo debido a que los generales no solo no llevaron a cabo su misión de derrotar y fusilar a Walker, sino que lo dejaron huir como rata acorralada pero no derrotada. En este mayo celebramos la derrota de los filibusteros, pero la labor sigue siendo derrotar a los modernos filibusteros y sus partidos políticos que venden siempre a los trabajadores centroamericanos al imperialismo. La tarea es la misma, unificar a la patria Centroamericana, pero ahora bajo el socialismo.

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