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Por Aquiles Izaguirre

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Como se ha vuelto costumbre en este país, inicia nuevamente el tortuoso camino para la aprobación del salario mínimo, y al igual que los años anteriores, la penuria que acosa a los trabajadores, se asemeja a la maldición de Sísifo. Personaje de la mitología griega condenado por Zeus, a cargar una roca hasta la cima de una colina, y cuando estaba a punto de llegar a la cima, la roca se le caía, dicho castigo debía ser realizado por toda la eternidad. A diferencia de la mitología, en donde los dioses actúan a su gusto y antojo, nuestros “dignos empresarios” nicaragüenses están ansiosos de descargar los costos de la crisis económica, en los brazos de los trabajadores nicaragüenses. Es por ello que han decido promover una reforma a la ley del salario mínimo, en la que el mismo, sea discutido solo una vez al año y bajo los parámetros que la burguesía desea, es decir, aumentar no más del 8% anual.

Cifras de Barbarie

Como toda la población conoce, los precios en el costo de la vida han sufrido un considerable incremento en los últimos años. Según el Instituto de Estudios Superiores de Centroamérica y el Caribe (Iessca) en un periodo de 11 meses, la canasta básica nicaragüense se ha incrementado en mil seiscientos cincuenta córdobas, con setenta y un centavos. La canasta básica de 53 productos ronda la cifra de 9 mil 840 córdobas con 45 centavos, de esta, 5,500 córdobas representan solamente el valor de los alimentos, 3,500 significan el costo de productos para el hogar y los 845 córdobas restantes, serian utilizados para la compra de vestimenta.

Según Martha Espinales, miembro del Iessca: “esto representa que, algunos sectores de la población con el salario mínimo actual, apenas tienen una cobertura promedio del 26.36 % de los productos básicos, en medio de un deslizamiento acumulado promedio del 56.10 por ciento”. (El Nuevo Diario 11/03/09) Pero los datos son más pavorosos: “Sobre la cobertura de la canasta básica en relación con quienes obtienen el salario mínimo, determinan que con el salario de febrero es del 16.32 por ciento en el área agropecuaria; en pesca de 25.74 por ciento, y en la minería el 30.40 por ciento. En los sectores de la industria manufacturera obtienen sólo el 22.76 por ciento, construcción el 37.88 por ciento, y en servicios comunitarios, sociales, doméstico y personales abarcan el 23.73 por ciento.” (Ídem) Pero la tétrica situación en que los burgueses nacionales tienen a la clase trabajadora no termina ahí, en el caso de los trabajadores agrícolas es más lamentable, ya que con los reajustes negociados en los últimos cinco años, apenas obtuvieron un incremento equivalente a dos pesos anuales.

La crisis económica y el salario mínimo

La ley de salario mínimo obliga al gobierno a evaluar y decretar dos incrementos salariales por año. De acuerdo con esta norma jurídica, el elemento base para establecer dichos incrementos serán determinados por las variaciones en los precios de la canasta básica, compuesta por 53 productos. En la actualidad, el salario mínimo oscila entre los 69 y 162 dólares en dependencia de la categoría laboral de los trabajadores. En el año 2008, El ministerio del trabajo aprobó dos incrementos en el salario mínimo, el primero del 15% y el segundo de 18%. Como era de esperarse, la reacción de nuestros muy filántropos empresarios fue y ha sido denunciar como excesivos los incrementos, aduciendo que están fuera de la realidad económica del país.

La “consiente” cúpula empresarial, pidió a inicios de año al gobierno y al Congreso, que reformaran la ley para fijar sólo un incremento al año, debido “a la difícil situación económica” que vive el país a causa de la reducción de la cooperación externa, de las inversiones, cierre de fábricas y la caída de exportaciones. Los empresarios piden que el aumento esté asociado al crecimiento económico, que obviamente debe ser rechazado por todos los sindicatos y trabajadores del país.

Pero el descaro de la burguesía llega al límite de que el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada, (COSEP), José Adán Aguerri expresaría: “negociar una vez al año, brindará seguridad a las empresas para establecer una estructura de costos fija que les permita poder negociar y ser competitivos.” (...) “El planteamiento recoge el sentir de la empresa privada y también estamos recogiendo aportes y el sentir de grupos sindicales que conforman el CPT (Congreso Permanente de Trabajadores), y posteriormente plantearlo a grupos sindicales que lideran (Roberto) González y (Luis) Barboza” (Ídem) Como es obvio, lo importante para los empresarios es la “estabilidad empresarial” que les asegure enriquecerse cada día más, y ¿cómo lo lograrán?, la respuesta es muy simple, hambreando con un incremento miserable a los trabajadores que siempre le producirán la riqueza que tanto ansían, claro está, “que los pobres coman”, pero solo lo suficiente para que tengan fuerzas para vender su trabajo barato.

Pero la estafa no solo llega a que el incremento del salario sea realmente “mínimo”, sino que la suspicacia burguesa llega a tanto, que José Adán Ramírez, presidente del COSEP está proponiendo: “No hay ningún traslado de costos al trabajador, lo que se está pidiendo es que haya una sola negociación al año. Que lo reciban (el aumento salarial) a priori y no a posteriori” (El Nuevo Diario 10/02/09) Por el bien de Aguirre, ojalas sea mejor empresario que ilusionista, pues si cree que con ese espejismo, de que la crisis no la pagaran los trabajadores engañará al pueblo, es demasiado iluso. Por otra parte y como coronario de la tragedia que vivimos, los siempre luchadores por la democracia del ALN, PLC y el vicepresidente de la república, ya anunciaron su apoyo a la propuesta de los empresarios de este país.

La respuesta de los sindicatos

La burguesía se escuda y amenaza con que el incremento salarial solo ocasionará más despidos, por eso el mismo Aguirre repetiría: “Ésta es una situación que se ha venido planteando desde que el presidente Ortega ha venido tomando aumentos salariales sin tomar en cuenta la productividad y la competitividad del país. Si no pregúntense qué piensan los miles de desempleados de la Zona Franca. La mejor manera de garantizar empleos es asegurar el que ya existe” (Ídem)

Pero no solo la burguesía colabora con establecer este concepto como norma, algunos dirigentes sindicales ayudan con esta tarea, Luis Barbosa del FNT, defendió el acuerdo que los trabajadores de la maquila firmaron con los textileros, aduciendo: “Por lo tanto, el acuerdo permitirá que no despidan a los 80 mil trabajadores de las maquilas. El acuerdo contempla un reajuste salarial del 8 por ciento a partir del 1 de mayo. Para 2010 está previsto que sea del 12 por ciento. Además, tenemos un acuerdo en el sector de la construcción de reajuste del 17 por ciento que ya está aplicándose” (El Nuevo Diario 19/03/09) Los trabajadores no podemos entrar en el juego de la burguesía, los empleos solo se aseguraran cuando los trabajadores se movilicen y le demuestren a la burguesía que lo que le brinda valor a sus empresas y productos, es la mano de obra que no quieren pagar.

Aunque la embestida que la burguesía quiere pegar es muy fuerte, los sindicalistas solo se plantean la lucha por los canales de la democracia burguesa, Roberto González, Secretario General de la Central Sandinista de Trabajadores, solo apelaría al altruismo de nuestros “consientes” diputados: “Un llamado a los diputados para que sean responsables y no dejen pasar una propuesta sin que ésta tenga consenso, siendo un requisito primordial para que pueda ser discutida”, (Ídem) Ninguna reivindicación social obtenida por los trabajadores ha sido un regalo de la burguesía, la jornada de 8 horas, la seguridad social, por mencionar algunas, le fueron arrancadas a la burguesía a través de la movilización y la huelga, es lamentable que en pleno siglo XXI, nuestra propia historia nos siga demostrando que esa es la única vía para defender el trabajo y su remuneración más o menos digna.

Salario mínimo igual a la canasta básica

Los trabajadores no deben pagar las consecuencias de los efectos de la crisis económica provocada por los mismos burgueses, ya es hora de que los burgueses comiencen a pagar por la especulación y explotación que ocasionan a la humanidad. El Estado debe asegurar un salario mínimo que por lo menos cubra la canasta básica, ósea, el incremento debe ser de más del 200% en todos los eslabones de la cadena productiva laboral.

Si existen empresarios que consideran que no pueden pagar un salario, que por lo menos, asegure la comida a los trabajadores, el Estado debe nacionalizar dichas empresas, junto con las otras compañías que operan en los estratos más importantes de la economía, para así asegurar el trabajo, salario y productividad de las empresas. Asimismo, todo este proceso no puede quedar en manos de la burocracia estatal, debe ser controlado por todos los trabajadores nicaragüenses sin distinción de colores políticos, la tarea siempre debe ser que todos los trabajadores controlen la producción y se movilicen por mantener las conquistas mínimas, que la burguesía sueña con arrebatar en esta crisis económica.

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