Por Christian Palma

Mientras buena parte del país compra parrillas, se abastece de vinos y llena la despensa para celebrar el próximo Bicentenario, la huelga de hambre que mantienen 34 mapuches desde hace dos meses no declina. Por el contrario, cada jornada gana en dramatismo y suma nuevos actores. El jueves, a sólo 24 horas de que el presidente Sebastián Piñera calificara la medida de presión como un mecanismo ilegítimo en una democracia y en un estado de derecho, cuatro diputados de la Comisión de Derechos Humanos se sumaron sorpresivamente a la radical protesta.

Los legisladores de oposición Tucapel Jiménez (PPD), Hugo Gutiérrez (PC) y los socialistas Sergio Aguiló y Manuel Monsalve, en una visita a la cárcel de Temuco, decidieron sumarse al ayuno justo el día en que el gobierno envió al Congreso un proyecto para modificar la ley antiterrorista. Tal situación motivó su desalojo del penal por funcionarios de Gendarmería; sin embargo, los parlamentarios decidieron continuar la huelga.

En este escenario, y visiblemente molesto, Piñera reiteró ayer la condena a la posición de los cuatro legisladores. “Me parece una actitud irresponsable y que no aporta nada a la solución del problema. Espero que actúen como diputados de la República”, dijo.

Junto a ello, insistió en que su gobierno hará todos los esfuerzos para evitar un deterioro mayor en el estado de salud de los comuneros. “El gobierno ya ha tomado las medidas, a través de recursos de protección ante la Justicia, para proteger y resguardar esas vidas. Como presidente, no voy a permitir que ningún chileno se muera de hambre... Con la misma fuerza con que hemos luchado por rescatar con vida a los 33 mineros atrapados en la profundidad de la montaña, vamos a actuar para proteger y resguardar la integridad física y la vida de todos los chilenos, incluyendo a los comuneros que están en huelga”, sentenció.

Agregó que la solución está en sus propias manos, pues de deponer la huelga “se abrirían las puertas del diálogo”.

No obstante, ayer dos de los comuneros mapuches debieron ser trasladados de un centro asistencial. Se trata de Elvis Millán, quien se autoinfirió heridas mientras permanecía en el módulo carcelario del penal de Temuco, y de Pedro Cheuque, que sufrió una descompensación.

Tras consignar el estado de los comuneros, el ministro de Salud Jaime Mañalich se dirigió a la ciudad de Nueva Imperial, donde recorrió las instalaciones del módulo mapuche y se reunió con los consejeros, lonkos y machis, quienes accedieron a la solicitud del ministro de utilizar sus medicinas en el caso de que los comuneros presentaran algún deterioro que ameriten su internación. “Sería un episodio extraordinariamente doloroso perder la vida de uno de estos comuneros”, dijo Mañalich en el sur.

Sin embargo, el tema sigue creciendo no sólo a escala local. Ayer, un grupo de integrantes del Parlamento Europeo envió una carta a Piñera en la que insta a La Moneda a entregar una solución inmediata a la situación.

Los eurodiputados expresan su preocupación por “la salud y la vida” de los huelguistas y afirman que la medida es “un grito desesperado para llamar la atención a una situación intolerable y contraria a las Convenciones Internacionales en materia de derechos humanos”.

En ese contexto, pidieron al gobierno implementar una mesa de diálogo para escuchar las demandas del pueblo mapuche, desmilitarizar las regiones donde viven y abstenerse de medias represivas en su contra.
A ello, se sumó la acción de manifestantes que por segunda vez tomaron la Embajada de Chile en Bélgica en solidaridad con los indígenas.

Para la administración de Piñera, la opción del diálogo está descartada mientras la postura radical de los mapuches no decline. Para los comuneros, el hecho de que no ser sometidos a dobles juicios –ante tribunales civiles y militares–, la no aplicación de la ley antiterrorista contra indígenas detenidos en actos de protesta social y la reforma de la Justicia Militar –que garantice el acceso de los mapuches a la Justicia ordinaria, con todas las garantías procesales– son los puntos que el gobierno debe asegurar para detener el ayuno.

En esa línea, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, aseguró que hasta el momento las autoridades no han pedido una mesa de diálogo para el conflicto mapuche. “Esto ha sido un poco unilateral”, dijo y agregó que “uno de los pilares de este gobierno es el tema de la seguridad, el combate a la delincuencia, pero creo que hay otras connotaciones que hay que considerar, que nuestra sociedad es pluricultural y eso no siempre se ha entendido. Hay que respetar las culturas, las diferencias de cada pueblo. Reitero mi llamado a los comuneros para que depongan la huelga y a las autoridades para que puedan buscar gestos concretos, que busquemos una salida al problema puntual”, sentenció.

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