Por Orson Mojica

En México se acaban de celebrar elecciones a mitad del periodo presidencial, para elegir diputados y senadores a nivel federal, gobernadores en 9 Estados, 639 diputados en congresos estatales y 903 presidentes municipales en los Ayuntamientos. Una elección inusual.

A diferencia de los años anteriores, que marcaban un avance electoral de la izquierda reformista en el conjunto de América Latina, en México este proceso parece haberse detenido, aunque sus resultados son contradictorios.

Las reformas estructurales de Peña Nieto

Mientras México se desangraba en la lucha militar contra los carteles del narcotráfico, otros países de América Latina emergían con mayor dinamismo económico, como Chile, Brasil, Colombia y Perú, relegando a México en la feroz competencia del mercado mundial.

El retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno en diciembre del 2012, no solo desconcertó a muchos, sino que marcó un nuevo punto de partida en la ofensiva neoliberal, que superó el estancamiento de los dos gobiernos del Partido de Acción Nacional (PAN) de Vicente Fox (2000-2006) y su sucesor Felipe Calderón (2006-2012).

Apoyándose en el Pacto por México, un acuerdo entre las cúpulas del PRI, PAN y del Partido Revolución Democrática (PRD), el gobierno de Peña Nieto impulsó la llamada reforma educativa, que modificó la Ley General de Educación, concentrando los recursos del Estado en la educación básica, en detrimento de la educación superior. Esta reforma pretende crear la mano de obra necesaria con la calificación mínima para las empresas transnacionales. La reforma educativa implicó una derrota para los trabajadores de la educación.

Contra viento y marea, explotando los recuerdos de los años de estabilidad económica bajo la larga dictadura del PRI, el gobierno de Peña Nieto abandonó el paradigma de las nacionalizaciones y emprendió un proceso de apertura en áreas sagradas como la explotación petrolera. El avance industrial de México fue posible gracias a la nacionalización del petróleo decretada en 1938 por el gobierno del general Lázaro Cárdenas (1934-1940).

En el año 2013, aprovechando el control férreo del PRI sobre los sindicatos, los trabajadores petroleros fueron vencidos en su resistencia. Peña Nieto impuso la reforma que modificó el artículo 27 de la Constitución de México que permite la inversión privada en un área que desde 1938 estaba bajo el monopolio estatal.

Resultado de las elecciones al Congreso Federal

Contrario a los pronósticos, el malestar social creado por la anulación de las grandes conquistas de la revolución mexicana (1910-1920) no se expresó necesariamente contra el PRI en las pasadas elecciones intermedias, sino que produjo fenómenos contradictorios.

El PRI sufrió un desgaste en su caudal de votos pero logró mantener el control del Congreso con una frágil mayoría simple. El PRI obtuvo el 29,2% de los votos ganando 214 escaños. El Partido Verde Ecologista de México (PVEM), aliado del PRI, obtuvo el 7,1% de los votos, ganando 27 escaños, lo que le permite al gobierno de Peña Nieto contar con 241 escaños.

El PAN obtuvo el 20,8% de los votos, situándose en segundo lugar, lo que permite obtener 113 escaños. El PRD ha sufrido una espectacular derrota, al obtener el 10,7% de los votos, obteniendo 99 escaños, perdiendo de un solo golpe 40 diputados. En realidad los votos del PRD han ido a parar a MORENA, que lidera Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien a pesar de ser haber sido en dos ocasiones el candidato presidencial del PRD, rompió con esta organización denunciando corrupción y colaboracionismo con el PRI. MORENA participa por primera vez en elecciones nacionales, obteniendo 8,6% de los votos, ganando 36 escaños.

La alianza PRI-PVEM se quedó a escasos 3 diputados para obtener la mayoría absoluta de la Camada de Diputados. No se descarta que el gobierno de Peña Nieto intente comprar más diputados o establezca alianzas que le permitan aprobar las leyes del programa de reformas estructurales que todavía están pendientes.

El Partido Nueva Alianza tendrá 10 diputados. El Partido Encuentro Social tendrá 7 diputados, electo por el sistema de representación proporcional. El Partido del Trabajo (PT) tendrá 6 diputados de representación proporcional.

Manuel Clouthier Carrillo, conocido empresario, se lanzó como candidato independiente y gano un escaño como diputado federal del Estado de Sonora.

El abstencionismo de las elecciones intermedias se redujo de un 55% a un 53%, pero también se redujo la cantidad de votos nulos de 5,6% a 4,9%.

El PRI conservó la mayoría de las gubernaturas

La guerra contra los carteles del narcotráfico se ha hecho sentir en las elecciones en los Estados de Michoacán y Guerrero. En el primero la gubernatura fue ganada por el PRD, destronando al PRI, pero en el segundo el PRI arrebató la gubernatura al PRD, muy golpeado por la desaparición y posterior asesinato de los 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa.

En el Estado de Querétaro, el PAN ganó la gubernatura. En el Estado de Sonora, Campeche, San Luis Potosí y Colima, el PRI ganó las gubernaturas. El PAN mantuvo el poder en la gubernatura de Baja California.

La batalla por el DF y el ascenso de MORENA

La capital, México Distrito Federal, ha estado bajo el control del PRD durante 18 años. De ahí surgió el fenómeno de AMLO, que ahora lidera el nuevo partido MORENA. La división del PRD es lo que más explica por qué el PRI mantuvo el control del Congreso y de las principales gubernaturas, aunque el crecimiento electoral de MORENA se dio fundamentalmente en el D.F.

MORENA obtuvo 16 diputados en el Congreso del Estado de México, la capital, arrebatando la mayoría al PRD, que se quedó con 14 diputados. El PAN obtuvo 5 diputados

Este ascenso de MORENA ante el derrumbe del PRD se manifestó en el hecho que el candidato Enrique Hernández Salcedo, del partido MORENA, fue asesinado el pasado 14 de mayo, pero los votantes del municipio de Yurécuaro, Michoacán, decidieron votar por el difunto y ganó las elecciones.

Avance de los candidatos independientes

El derecho a presentar candidaturas independientes en México ha sido una larga pelea de más de 10 años, que se libró en los tribunales de justicia y finalmente el Congreso Federal aprobó reformas que permitieron el surgimiento de candidaturas independientes, poniendo fin al monopolio de los desprestigiados partidos políticos sobre el derecho de postulación electoral. Los resultados de estas reformas electorales y del descontento popular se hicieron sentir en las pasadas elecciones.

El estado de Nuevo León, fronterizo con Estados Unidos, es la cuna de grandes grupos económicos, baluarte de la reacción, donde nació el PAN. Pero en esta ocasión la gubernatura del Estado fue ganada con el 49,3% de los votos por Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, ex militante del PRI y quien se postuló como candidato independiente, derrotando el PRI y al PAN, y a otros 124 candidatos independientes.

El surgimiento de candidatos independientes refleja la ruina de los partidos tradicionales y el hecho que los grupos económicos están cambiando de opciones políticas, para incidir en el electorado.

Enrique Alfaro, candidato de un nuevo partido estatal denominado Movimiento Ciudadano, ganó la alcaldía de Guadalajara, capital del Estado de Jalisco, la segunda ciudad más importante de México, rompiendo el control del bipartidismo tradicional de PRI y PAN

Pedro Kumamoto, candidato independiente, ganó un escaño en el Congreso del Estado de Jalisco. En la ciudad de Morelia, Estado de Michoacán, ganó la alcaldía Alfonso Martínez Alcázar, ex militante del PAN.

La izquierda se desvanece

La izquierda en México tiene una historia muy particular. Desde la nacionalización del petróleo, el PRI logró instaurar un régimen bonapartista sui generis que en el transcurso del tiempo se mostró como un bonapartismo reaccionario, con rasgos dictatoriales.

Este régimen logró controlar los sindicatos creando el llamado sindicalismo charro, una burocracia mafiosa que estaba ligada al aparato del Estado y al propio PRI. En esas condiciones, la lucha contra un gobierno que se autodefinía como nacionalista y progresista, hizo que el conjunto de la izquierda confiara políticamente en la disidencia de izquierda que era expulsada del PRI, como fueron los casos del propio AMLO y de Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general Lázaro Cárdenas, y quien fundara el PRD en el año 1989.

El conjunto de la izquierda entró dentro del PRD y se disolvió, perdiendo identidad política y confiando en caudillos con discurso revolucionario. Ahora que la crisis del PRD es más que evidente, por la corrupción y por el colaboracionismo con el PRI, quien aprovecha el espacio político dejado por el PRD es MORENA, pero AMLO sigue siendo el mismo político burgués autoritario con discurso de izquierda populista de izquierda que engaña a las masas.

Se requiere un balance

Si algo muestra el resultado de las pasadas elecciones, es que el PRI abandonó su antiguo discurso nacionalista, y que ha entregado las conquistas de la revolución mexicana al servicio de las transnacionales. Ahora bien, el PRD dejó de ser una alternativa de izquierda reformista, no por el desastroso resultado electoral del año 2015, sino por el hecho que en la medida que se fortaleció electoralmente durante los años anteriores, su conducción fue asimilada por el corrupto sistema y llego a formar parte del mismo.

El lugar de la izquierda lo ocupan los candidatos independientes, que en la mayoría de los casos son burgueses o financiados por burgueses. El desencanto de las masas es conducido al pantano de la democracia burguesa. Se requiere construir una nueva agrupación de izquierda, en un país inmenso fronterizo con Estados Unidos y con Centroamérica. Esa cercanía geográfica y el hecho de compartir los males del capitalismo (miseria, explotación, saqueo, narcotráfico, migraciones, etc.) nos obligan a estar pendientes de lo que ocurre en México.

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