Por Otto Van Der Velde Q.

A nueve años de la derrota infligida por las masas al golpe neo-fascistas del 11 de abril y  de los sucesos del 2 de diciembre en PDVSA mejor conocido como “el golpe petrolero”, acontecimientos que marcaron un paso adelante para el movimiento obrero y los socialistas. En víspera además, de nuevos enfrentamientos de clase que se avecina, volvamos un poco la vista hacia atrás, en busca de experiencias válidas para el futuro inmediato de las luchas de la clase obrera y las comunidades.

Antes del dia 11 de abril nuestra Organización había tomado algunas previsiones. Ocurridos los hechos, se reúne el Secretariado del Partido el día 12, revisa la nueva situación política y hace los enlaces necesarios con la Dirección Nacional y las direcciones regionales de Caracas, Miranda, Aragua, Portuguesa y Anzoátegui, establece contactos con otros equipos políticos del interior del país, grupos revolucionarios aliados y varios dirigentes y activistas comunales. Se decide pasar toda la organización a la actividad clandestina.

A las primeras horas del día 13, el Secretariado del Partido hace un nuevo diagnóstico de la situación a raíz del desastroso y estúpido discurso del dirigente fedecamarista Carmona Estanga, a la sazón convertido en dictador de facto. Se constata entonces un brusco cambio de la correlación política de fuerzas, que aumenta a cada hora con la presión popular desde los barrios del Valle, Petare y algunas otras parroquias caraqueñas. Se movilizan las masas en Maracay y con ellas nuestros activistas..

De inmediato nos comunicamos con la concentración organizada en la Redoma de Petare por el equipo del camarada Lenin y los cuadros revolucionario del Partido y del MVR de base en el Distrito y la región Caracas. Entre otros, actúan  Manuel, William, Iván, María, Néstor, Malet, Carlos, Vilma, Luis, el que escribe ésta nota y otros activistas..

A las 10 am, unas 1000 personas entre cuadros políticos, obreros y comunidades nos habíamos ya concentrado en el sitio: los alrededores de La Redoma de Petare. Se presenta una discusión con un pequeño grupo de activistas del PPT que proponían dirigir la concentración a la toma del canal 8, pero en la jefatura de la marcha decidimos el destino de ella: Miraflores, para reforzar las acciones y derrotar la parte central del cruento golpe cívico militar organizado por la “Coordinadora Democrática”, cuyo filo represivo apuntaba desde el primer momento no solo contra el presidente y unos cuantos funcionarios gubernamentales, sino ferozmente a los socialistas y las corrientes mas activos del proceso revolucionario. Era imprescindible cortarle el paso al imperialismo norteamericano-español, a Fedecámaras-Venancham y sus aliados antes que estos consolidaran el dramático golpe y provocaran su anunciado baño de sangre.

11 y media. Se pone en marcha el piquete de la columna al que le espera un peligroso recorrido, en medio de una situación incierta y en el centro de un cruento golpe en pleno desarrollo, que desde el primer momento allana, asesina, reprime al pueblo y al movimiento revolucionario. Es notoria la ausencia de orientación, información e incluso de presencia y dirección de calle de muchos altos jefes del gobierno, igual que del MVR y de la coalición de los partidos de gobierno. Son remplazados por dirigentes comunales y obreros.

En primera fila de la columna los socialistas llaman a la resistencia y a la ofensiva. Al paso del  largo recorrido, la marcha popular como un imán atrae a miles de personas que bajan de las barriadas dispuestas a todo, de los cerros y quebradas de Petare, Maca, Campo Rico, Carpintero, la bombilla, Chapellín, Santa Rosa, Sarria. Transeúntes y gente de otros barrios populares en la ruta se van incorporando a la gran columna que marcha hacia la avenida Urdaneta 

A la altura de Chacao la enorme movilización se topa con la Metropolitana y la apertrechada policía del golpista Leopoldo López, armada hasta los dientes (incluyendo una bazuca anti-tanque ). En posición de combate cierran el paso a la ya crecida e incontenible columna. Se abre un momento de intensa tensión pero la jefatura de la marcha -que en ese momento sumaba ya decenas de miles de manifestantes- da la orden de avanzar en medio de las feroces policías golpistas, quienes antes la firme decisión popular, se amedrentan echándose a un lado, deben soportar entonces los insultos y desafíos de él  pueblo enardecido que nada teme.

No menos de 25 mil marchistas  llegaron alrededor de las 2 pm, a Miraflores. La situación en Maracay era similar a Caracas, según los informes telefónicos de los camaradas Manuel y Ángel, desde los cuarteles ocupados por el pueblo revolucionario y los soldados patriotas. El resto es historia conocida.

A 9 años de aquellos apasionantes sucesos de abril y esperando nuevos sucesos, es conveniente anotar algunas experiencias que seguramente nos resultaran de gran utilidad para las próximas jornadas:

(1) Una vez más quedó demostrado que pueblo si tumba y repone gobiernos. Que este proceso – incluso la propia vida del presidente Chávez- se salva en primer lugar gracias a la valentía y decisión del pueblo venezolano, que pasó por encima no solo de la derecha terrorista y sus esbirros, sino también de los vacilantes, fanfarrones y traidores civiles o militares enchufados en el Estado, el gobierno nacionalista y el propio proceso revolucionario, que dejaron el pelero antes que sonaran los primeros tiros.

(2)  Que las masas insurreccionadas aceleran, minuto a minuto, la descomposición de las fuerzas enemigas y preparan las suyas para llevar hasta el final la lucha política, disponiendo todas sus reservas de combate. Los sectores populares movilizados para el enfrentamiento, precipitaron la fractura cívico-militar del golpismo, animando la posición asumida por el sector de militares patriotas- especialmente de soldados y clases- que en asambleas de base desconocieron sus mandos golpistas y vacilantes, hicieron armas al lado del pueblo y negaron su apoyo al golpe de Estado capitalista montado por Fedecámaras, el imperialismo norteamericano y el Opus Dei español.

(3)  Que en efecto, las condiciones insurreccionales maduran en cuestión de horas, pero se hace  indispensable, la línea orgánica, el  mando del partido proletario y las vanguardias de masas; una estrategia firme y un programa revolucionario concreto, acertado y claro para concentrar la insurrección popular y sin titubeo lanzarla  dicha fuerza hacia el poder político. Lo cual objetivamente (más no subjetivamente) estuvo muy cerca el l3 de abril, quedando por ello inconcluso el importante levantamiento de masas, ante la ausencia de algunos de los factores internos subjetivos mencionados arriba.

De hecho, las jornadas de abril-diciembre revelaron como falsa e interesada la propaganda del   liberalismo burgués y de algunos patriotas, que para minimizar la actividad proletaria y socialista, vociferaron sobre un triunfo espontáneo de las masas, una falsedad evidente, A la disposición favorable del pueblo se le fundió en muchos casos la dirección revolucionaria media y de base.

He aquí pues una novísima lección de nuestra lucha de clases, útil también para aquellos socialistas que anteponen el dogmatismo, el sectarismo, el espíritu de grupo, el empirismo aventurero y un sin fin de prejuicios a las tareas de la unificar el programa político de lucha con otras fuerzas, impidiendo acelerar el frente amplio y dar forma real a un partido proletario unificado.

(4) Las jornadas del 13 de abril y del 2 de diciembre del 2002 establecieron una profunda diferencia con los sucesos populares de febrero del 89 en cuanto a una mayor madurez política de las masas, un menor sentido espontáneo de lucha y el papel político más activo jugado por las organizaciones revolucionarias y comunales en su seno, lo que permitió concentrar los objetivos cívico-militares de la contra ofensiva popular.

(5) las jornadas de abril-diciembre también demostraron que la fuerza central de nuestro proceso revolucionario reside en la clase obrera y el poder popular organizado de base.

Los sucesos de abril y de diciembre, que contaron estos últimos con la presencia predominante de la clase obrera al frente de las comunidades organizadas y de grupos de soldados patriotas, indican que las verdaderas reservas del antiimperialismo y del socialismo están en las clases y estamentos explotados, no en la alharaca del oportunismo electoral ni en los burócratas, ni en aquellos  nacionalistas de palabras pero puntofijistas de hecho.

Tampoco están dichas reservas en los conciliadores y acobardados ante las circunstancias de la lucha de clases.

(6)Finalmente quedó muy claro que las fuerzas populares deben comenzar aceleradamente un plan miliciano de organización y preparación político-militar en todos los terrenos y bajo su propia dirección, porque el capitalismo imperialista y la oligarquía local no duerme, aprovecha la insólita impunidad existente, la falta de autoridad del gobierno con los enemigos del proceso, sus contradicciones internas e incluso la complicidad de unos cuantos funcionarios bien dispuestos para volver a la carga.

Pero así mismo porque este proceso no se desenlazará favorable al pueblo, con reformas capitalistas, sino con firmes respuestas antiimperialistas y socialistas tanto en el discursos como en los hechos.

UNETE, LUCHA, VENCEREMOS

Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) de Venezuela

13 de abril del 2011 

(Artículo tomado de nuestro periódico "El Proletario" No 10 año 4 de 2004. Reproducción del 13 de abril del 2011) Se agradece la reproducción de éste artículo)