Medio Oriente

Por Vilma Bustamante

Militante del PRT de Venezuela

El pueblo palestino sufre desde hace más de sesenta años la ocupación de su territorio, desde luego con lo que esto conlleva, el sufrimiento sistemático de su pueblo por la masacre, el desarraigo y la expulsión.

En torno a este exterminio en Palestina se han diseñado las más crueles mentiras que tratan de justificar el genocidio más lento de la historia de la humanidad.

En primer término, las supuestas causas del conflicto urdidas por los sionistas israelíes es la oposición árabe musulmana a la creación del Estado judío en la “Tierra Prometida”. Para esto evocan, como una suerte de chantaje al Holocausto nazi en que perdieron la vida alrededor de 6 millones de judíos en los campos de concentración en la segunda guerra mundial.

El Holocausto ejecutado por la Alemania de Hitler era parte de un programa de exterminio deliberado, que involucró en su plan de asesinatos constantes no solo a judíos, sino a comunistas, gitanos, eslavos, soviéticos, polacos, discapacitados y homosexuales, así como disidentes políticos y religiosos. De modo que se estima 12 millones de víctimas de los cuales la mitad eran judíos. Este genocidio también se llevó a cabo mientras los alemanes conquistaban nuevos territorios y sometían a los prisioneros de guerra a trabajar como esclavos hasta morir de inanición.

La causa del conflicto árabe-israelí va más allá de la oposición musulmana a la creación del Estado de Israel como ellos lo señalan. Lo que en un principio fue una pugna con dimensiones religiosas, que fue derivando en enfrentamientos por “la tierra santa”, donde confluyen históricamente tres importantes religiones (cristianismo, judaísmo y musulmana), ahora se presenta abiertamente como un proceso de expansión y dominación imperialista en Oriente próximo, fácilmente visible con las acciones de Israel apoyadas por los EEUU.

Desde la partición del Estado palestino original en 1.948, Israel ha ocupado tres cuartas partes de Palestina, ha invadido el Líbano, Siria y Jordania, llevando guerra y destrucción a los países vecinos. El apoyo financiero que le ha brindado el imperialismo norteamericano asciende a más de 121.000 millones de dólares en ayuda militar y tecnológica, lo que le permite superar en armamento a todos los países árabes unidos, los cuales son víctimas de un abierto acoso político, económico y militar.

Otra mentira que se ha convertido en un argumento para el aniquilamiento en países como Afganistán, Irak, Palestina, Chechenia, etc., son las actividades “terroristas” que supuestamente realizan los pueblos musulmanes como un estigma o maldición genética que amenaza a los países desarrollados.

El terrorismo como pretexto

El terrorismo es catalogado como la expansión invariable del terror, se le interpreta como la serie de actividades tendentes a alterar el status quo, que arrojan como resultado muertes de inocentes, pánico y confusión en la población. También como terrorismo catalogan las acciones de los movimientos de liberación nacional que operan dentro de un Estado represivo. Son terroristas los partidos u organizaciones que luchan por transformaciones revolucionarias en países cuyos gobiernos son complacientes a los intereses del imperialismo norteamericano. Dentro de este concepto ubican a la FARC-EP, con una trayectoria de más de 50 años de luchas ininterrumpidas contra un Estado genocida, que implementa el paramilitarismo y los escuadrones de la muerte contra sus adversarios. Con igual calificativo señalan a los grupos de resistencia que operan en Afganistán, Palestina, Irak y recientemente Irán, que suena como un extraordinario candidato para una eventual invasión norteamericana-israelí, acusado ya de exportar armas de destrucción masiva y anunciando, a su vez, insólitas sanciones económicas contra diversas instituciones militares y bancarias de ese país.

Es impresionante el uso y abuso del término “terrorista” para legitimar y justificar los asesinatos más atroces que se hallan consumado en la historia de la humanidad.

Tres semanas de bombardeos y una tregua

El pasado 27 de diciembre se intensificó la arremetida bestial contra Palestina, con intensos bombardeos en la Franja de Gaza, cuyo resultado fue alrededor de 1.314 palestinos muertos de los que 416 eran niños, 725 mujeres, y un aproximado de 55.000 desplazados.

El mundo contempló en vivo y directo la pavorosa situación por la que atravesaban los palestinos. Observamos estupefactos como se masacraba a un pueblo y se le convertía de víctimas a verdugos a través de los medios de información internacional.

Para realizar su “hazaña” los sionistas israelíes se valieron del avance de la tecnología que ha permitido el desarrollo de armas químicas, como es el caso del fósforo blanco, sustancia química tóxica que arde al contacto con el aire. Las quemaduras de civiles palestinos eran tan profundas y en algunos casos imposibles de apagar, que era necesario amputar los miembros afectados De igual manera, las fuerzas armadas de Israel, utilizaron una bomba compuesta, que al explotar se desintegra produciendo pequeñas metrallas que penetran en los cuerpos humanos, cortando órganos y huesos…las bombas “inteligentes”.

Tras los ataques estallaron protestas hacia Israel y en la misma proporción salió al paso un coro de apologistas que trataron de justificar lo injustificable, prestándose a encubrir lo que escapa de toda lógica. Argumentos erróneos presentados como verdades, producían impotencia en aquellos que conocen la cruda realidad palestina, y promovían una matriz de opinión equivocada en general. Algunas mentiras son:

1- El Movimiento de Resistencia Islámica Hamas había accedido al poder por un golpe de estado.

La verdad es que Hamas toma el poder en elecciones celebradas en el 2.006, con una victoria importante de casi 70% de los palestinos. A pesar que se comprobó que no hubo irregularidades en las elecciones, la Unión Europea y Estados Unidos endurecieron sus posiciones contra Hamas y el pueblo, recurriendo al aislamiento y al bloqueo de las ayudas. A partir de ahí se fue profundizando la condiciones de hambre, falta de medicamentos y de asistencia médica. Además promovieron la confrontación entre Hamas y la facción Al Fatah, que fue derrotada en las urnas.

2.- Hamas produjo la crisis por su ofensiva contra Israel con armas de destrucción masiva.

Lo cierto de todo esto es que Hamas exigía que Israel rompiera el cerco permitiendo la entrada de productos básicos, medicinas y combustible, ya que la situación se fue menoscabando, hasta incluso prohibirle el paso a la ONU con su ayuda humanitaria, colocándolos contra la pared. Es así que el 19 de diciembre Hamas da por terminada la tregua y comienza la ofensiva con su artillería casera (cohetes Qassam) sin causar muertos. Esta situación de sometimiento al pueblo palestino constituye una clara provocación a Hamas.

3.- Continúa la “guerra árabe-israelí”

El pueblo palestino es un pueblo hambriento, desarmado, cercado, atacado con F15 y F16, misiles, uranio empobrecido, bombas de racimo, fósforo blanco, bombas inteligentes, artillería, etc. No se trata de una guerra es un genocidio.

4.- El objetivo de Israel es acabar con el movimiento terrorista Hamas.

Esta es la mentira más cruel. Escuelas, universidades, hospitales, edificios y casas de civiles fueron bombardeados. Además, cuan difícil es atacar un objetivo militar sin ocasionar muertes de civiles, dado que la Franja de Gaza es un espacio relativamente pequeño para la densidad de población que existía en ese momento.

La “tregua” declarada por Israel después de la matanza a palestinos es totalmente falsa. La escalada seguirá quizás a mediano plazo, ya que los objetivos imperialistas de Israel y EEUU apuntan no solo a la aniquilación racial de los árabes, va más allá, llega a la población persa de Irán, al apoderamiento de sus riquezas y la expansión de su poderío en el Oriente próximo. La situación bélica en la zona hará prosperar la economía de guerra de Israel, principales fabricantes de armas y que se haga realidad su sueño de convertirse en la potencia mundial de la zona.

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