Cuadernos de El Socialista Centroamericano

 

Presentación

La investigación sobre “Las Centrales Sindicales de Nicaragua (1960-1970)” es una valiosa colaboración del sociólogo y catedrático nicaragüense, Freddy Quezada, a la historia del movimiento obrero en Nicaragua y Centroamérica.

Encontramos este trabajo en las profundidades de internet, olvidado en un rincón del blog del autor. La investigación se concentra en la década de los años sesenta y setenta del siglo pasado, y analiza someramente la reconfiguración de los sindicatos en la década de los años ochenta, es decir, el periodo de la revolución sandinista.

 

La historia del sindicalismo nicaragüense, durante la segunda mitad del siglo XX; la podemos dividir en tres etapas esenciales.

1.- El periodo del Mercado Común Centroamericano (MCCA). Aunque formalmente se inicia a comienzo de los años 60, el MCCA creó condiciones para el desarrollo de una industria ligera, basada en el modelo de sustitución de importaciones. Con ello se creó una industria manufacturera en todos los países de Centroamérica. Nicaragua no fue la excepción.

Este es el periodo de surgimiento de los principales sindicatos y Centrales Obreras. A diferencia del resto de Centroamérica, donde también existían gobiernos militares, con la salvedad de Costa Rica, el régimen somocista se caracterizó por atomizar los sindicatos, reprimir brutalmente la lucha de los trabajadores. Es un periodo heroico de pequeñas luchas que casi siempre eran reprimidas por la Guardia Nacional, lo que impidió el surgimiento de grandes centrales obreras.

El MCCA entró en crisis a finales de los años 70, rompiéndose el eslabón de la cadena imperialista por el lado más débil: Nicaragua. Este es el periodo analizado por el sociólogo Freddy Quezada

2.- El periodo de la revolución en Nicaragua y Centroamérica (1979-1990). Quezada analiza someramente este periodo, probablemente porque la investigación se realizó en los primeros años de la revolución. A partir de 1979 los sindicatos y centrales obreras, sin la represión de la dictadura somocista, comenzaron a florecer, llegando a tener en los primeros años de la revolución, verdaderas funciones de organismos de poder, con capacidad de decisión en las empresas y centros de trabajo.

Pero este periodo fue muy corto. El imperialismo norteamericano inicio la guerra de guerrillas contra Nicaragua en 1982, y la repuesta del gobierno sandinista fue una mayor subordinación de los sindicatos al aparato del Estado. Bajo el argumento que los trabajadores estaban en el poder, se prohibieron las huelgas, las tomas de empresas, los sindicatos combativos fueron reprimidos y acusados de contrarrevolucionarios. Fue el periodo de represión contra la CGT-i, la CAUS y el Frente Obrero, sin mencionar la represión contra los trotskistas, que incluyó la expulsión de la Brigada Simón Bolívar (BSB) en agosto de 1979, que había organizado la mayoría de los sindicatos en la zona industrial de Managua.

Durante la revolución, bajo el pretexto de vencer a la contra, lo que era necesario, el gobierno sandinista subordinó a todos los sindicatos y centrales obreras a su política, causando un daño inmenso a la revolución y los organismos de lucha de la clase trabajadora. Los sindicatos se convirtieron, de organismos de lucha, en organismos de persecución contra aquellos trabajadores que querían luchar para mejorar sus deterioradas condiciones de vid. El resultado fue que, al finalizar la revolución en 1990, los sindicatos y centrales obreras estaban casi extinguidos.

3.- El periodo neoliberal. La ofensiva neoliberal se inició en 1990 y perdura hasta nuestros días. Aunque algunos sindicatos se recuperaron, en términos generales las centrales obreras están muy debilitadas. La industria ligera del MCCA ya no existe, lo que existe son maquilas, en donde las condiciones de trabajo son muy duras.

Al asumir el gobierno en 2007, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), lejos de romper con el neoliberalismo, lo ha profundizado a extremos nunca vistos. En los hechos, por el control del FSLN sobre los sindicatos, las huelgas no se producen, y cuando estas llegan a estallar, son reprimidas institucionalmente o con la represión abierta de la Policía Nacional.

En Nicaragua existen 120,000 trabajadores de las maquilas, en su mayoría mujeres, no están organizados en sindicatos. Al publicar esta investigación, queremos que las nuevas generaciones de luchadores de clase trabajadora conozcan su propia historia. También queremos rendir homenajes a las anteriores generaciones de dirigentes sindicales, quienes en su mayoría han muerto o viven en condiciones de pobreza extrema.

Centroamérica, 10 de Julio del 2017.

Victoriano Sánchez.

 

Para bajar la version lista para imprimir el folleto, haz click aqui