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BOICOT A LAS ELECCIONES AMAÑADAS, LO MAS IMPORTANTE ES DERROCAR A MICHELETTI

Tras multitudinarias movilizaciones a nivel nacional, los altos funcionarios del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras recientemente anunciaron que el 31 de agosto se inicia el periodo de la campaña electoral que culminara con las elecciones del 29 de Noviembre del 2009, como si nada estuviera pasando en el país.

El TSE no es un organismo independiente, mucho menos democrático. Es el lugar donde los distintos  partidos políticos de Honduras alineados con el partido Liberal y Nacional se ponen de acuerdo quienes integraran el Congreso Nacional y las distintas Alcaldías. El TSE no solo apoyó incondicionalmente el golpe de Estado del 28 de Junio, que desterró al presidente Manuel Zelaya, sino que ahora se ha convertido en una de las piezas claves para canalizar el descontento popular por la vía de las elecciones amañadas, controladas por los golpistas.

La estrategia del imperialismo norteamericano y los golpistas ha sido muy clara: extirpar temporalmente a Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras y mantenerlo en el destierro forzado, mientras se legitiman las autoridades golpistas con la realización de elecciones “democráticas”. Los golpistas y el imperialismo norteamericano aceptaran el regreso de Manuel Zelaya probablemente solo para colocarle la banda al próximo presidente de Honduras.

Solo un demente o un golpista puede creer que en Honduras hay condiciones para participar en elecciones, cuando el ejército y la policía apalean a diario a los manifestantes, enviándolos a los hospitales, cárceles y hasta los cementerios.

Mientras los cancilleres de UNASUR y algunos países europeos han criticado la convocatoria de las elecciones por parte de los golpistas, y han anunciado que no reconocerán sus resultados, la izquierda de Honduras mantiene una actitud tibia.

Los medios de comunicación golpistas, como La Prensa, El Heraldo y La Tribuna, han comenzado a publicar reportajes sobre la posible conformación de una alianza electoral entre el dirigente sindical y candidato independiente Carlos H. Reyes, el partido Unificación Democrática (UD), un sector del Partido Innovación y Unidad (PINU) y la corriente melista del Partido Liberal.

No cabe la menor duda que los cantos de sirena de los golpistas procuran a cualquier costo atraer a los dirigentes de la izquierda para que participen en las elecciones, para derrotar las movilizaciones y la resistencia popular.

La participación de los revolucionarios en cualquier proceso electoral es siempre un asunto táctico, pero en el caso de Honduras estas tácticas adquieren una connotación especial, porque decenas de miles de personas luchan en las calles por derrocar al gobierno de Micheletti.

Otro error de la izquierda en Honduras ha sido que ha levantado como consigna central el retorno de Manuel Zelaya. Si bien es cierto que esa consigna moviliza a algunos sectores, también desmotiva a otros sectores de clase media que se le oponen, pero que no están de acuerdo con el golpe de estado. Lo central es la creación de un amplio movimiento popular que luche por el derrocamiento del gobierno golpista y la convocatoria a una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana que decida como reorganizar el Estado y la sociedad hondureña.

En momentos en que se gestan alianzas políticas para participar en las elecciones, cuando no hay condiciones democráticas, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a la izquierda de Honduras, a la CNRP y las centrales obreras  a boicotear las elecciones  y poner como principal punto de agenda la convocatoria de la huelga general hasta el derrocamiento del gobierno de Micheletti.

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