Historia

Por: Ariel Al Sahad

Los Estados opresores siembran las semillas para su destrucción, ese es el caso del Estado sionista de Israel que lleva más de medio siglo oprimiendo, explotando y masacrando al pueblo palestino. Pero toda la historia de colonialismo del Estado sionista fue creando un fenómeno de descontento y lucha heroica en el pueblo Palestino, que hasta el día de hoy sigue batallando por su liberación de la opresión de los países imperialistas. Esta epopeya del pueblo palestino está profundamente ligada a  la creación de un Estado que no sea controlado por el imperialismo y el Estado sionista de Israel, y fue así, que el 30 marzo de 1989 simbólicamente y por decisión unánime de 70 miembros del Comité Central de la OLP Yaser Arafat es proclamado presidente de Palestina.

El conflicto palestino-israelí.

Desde finales del siglo XIX el mundo ha conocido el sionismo como un movimiento dentro del judaísmo que ha pregonado por el regreso a la “tierra santa”. Este movimiento comienza a tomar fuerza debido a que las condiciones en que vivían algunos judíos en la Europa imperialista. Pero no hablamos de los grandes burgueses judíos que tenían fábricas y eran dueños de bancos y empresas, la verdad es que millones de obreros judíos eran perseguidos en Europa. En el caso de Rusia eran famosos los progroms que organizaba el zarismo.

Dentro del movimiento sionista existieron muchas corrientes, prevaleciendo políticamente la corriente que ha querido erradicar completamente la población autóctona de los territorios ocupados, borrar la consciencia histórica de la nación palestina y eliminar todos los estratos sociales sin hacer diferencias de clases: obreros, artesanos, estudiantes, sean hombres o mujeres. En su expresión política se le llama movimiento de liberación nacional del pueblo judío, el posicionamiento básico del sionismo y su justificación ideológica se afianza en constructos religiosos arcaicos: “En 1917 había en Palestina 56.000 judíos y 644.000 árabes palestinos. En 1922 había 83.794 judíos y 663.000 árabes. En 1931, había 174.616 judíos y 750.000 árabes” (historia oculta del sionismo, cap III)

El proceso  de colonización hebreo fue avalado y propiciado por el imperialismo británico, que contribuyo enormemente, en colaboración con la muy “celebrada” familia Rothschild, al incentivar la desestabilización económica de los autóctonos y dar lugar a los judíos para apropiarse de la estructura económica y controlar de esta manera rubros de producción, planes urbanísticos, infraestructura, adueñarse de las industrias y por consiguiente de las ganancias obtenidas de estas.

La convulsiva década de los años 30, periodo entre guerra, tuvo grandes efectos en medio oriente. El mandato británico necesitaba afianzar su monopolio de influencia en los antiguos territorios del imperio otomano, teniendo una presencia más incisiva. Ahí la razón porque gran Bretaña encontró en el sionismo un medio para la ejecución de sus políticas imperialistas, acosta de la sangre de los palestinos.  En 1936 el pueblo palestino opto por la reorganización de sus fuerzas, movilizando a las personas en contra del antiimperialismo, como respuesta a las constantes humillaciones, aberraciones y agresiones que sufrían por parte de la fuerza militar del ocupante.

Los rebeldes civiles salieron a las calles liderando una insurrección armada. Se crearon células combativas que contaban con apoyo de Siria y Jordania, un primer intento de la posterior coalición árabe, para combatir a los colonos sionistas e ingleses. Los pobladores, que permanecieron en las ciudades se negaron a pagar impuestos a los agentes representantes del Estado opresor. Con el escenario convulsivo y en miras de un mayor conflicto un 30 de julio de 1936,  la corona británica, promulga estado de sitio que desemboco en una sangrienta opresión y destrucción de las ciudades, en Haifa por ejemplo, se dio un baño de sangre a manos de las tropas británicas.

La repartición del mundo entre estalinistas y capitalistas llega a oriente medio

Después de la II guerra mundial la ONU, el aparato de control de las potencias mundiales, en este caso, URSS y EEUU, tomaron la decisión de la división de palestina, lo cual se traduce como uno de los triunfos del sionismo y de los judíos internacionalistas que estaban atrás del poder económico (Anthony Sutton, plutocracia). Sintetizando lo que significaba este hecho y exponiendo el malestar manifiesto de la comunidad árabe dice Rodinson: “Para las masas árabes, aceptar la decisión de las Naciones Unidas tenía el significado de una capitulación incondicional.

Europa había enviado colectivamente colonos cuyo objetivo era apoderarse de una parte del territorio nacional” .Cuando se da la repartición había 630, 000 judíos y 1.300.000 palestinos, De los 457 pueblos palestinos 385 fueron completamente destruidos.

La lucha del pueblo palestino

En este contexto de ocupación británica y posterior estructuración del poder hebreo en palestina, se enmarca la lucha y gestas de liberación. En 1948 Yasir Arafat durante la primera guerra entre árabes e Israelitas se encarga junto a la futuwah de movilizar al pueblo palestino contra la ocupación sionista apoyada por el imperialismo norteamericano y el lobby judío.  Las consignas exigían el cese de la colonización,  la destrucción de las instituciones que hacían prevalecer el sionismo y la reorganización del pueblo palestino en su territorio. Sin embargo, el resultado del conflicto armado fue en derrota para los países árabes y las familias palestinas tuvieron que replegarse por distintos países del oriente medio. Yasir Arafat regresaba al Cairo y con la ayuda del gobierno de la republica islámica crea las milicias de combate fedayín.

Esta organización llevó a cabo ataques armados contra el ejército israelí y además, concebía  al terrorismo como uno de sus medios de lucha, para asaltar sorpresivamente a los oficiales del ejército. En la década de los 50, Arafat reflexiona sobre las ayudas extranjeras con las que ha contado y en la futilidad de la misma. En la expresión de una frase resume el determinismo político que le caracterizaba: “los palestinos debemos unirnos nosotros y ser representados por nosotros mismos, no buscar ayuda en los demás” (www.cidob.org) el conflicto no se soluionaría en una hipotética-utópica coalición árabe que permitiera definir la presencia del Estado palestino en términos de una coalición de identidad islámica.

Con la creación de Al Fatah, organismo político y militar se constituía un grupo que encaminaba junto con otros a la liberación nacional. En 1966 para la reunificación de los palestinos por todo medio oriente e identificar autoridades inmediatas se crea la OLP (organización para la liberación palestina) y su brazo armado el ejército de liberación palestino. Su líder Yasir Arafat creyó encontrar en ambas instituciones medios insuficientes que no lograrían beneficiar a los procesos de insurrección. Bajo estas vertientes acaeció la guerra de los seis días (1967). Haciendo gala de la última tecnología armamentista el Estado de Israel lanzo un ataque preventivo a Egipto, Siria y Jordania.

Países identificados como foco de refugio de palestinos que encontraban apoyo logístico y material en estas republicas. Los resultados del conflicto fueron la posesión de Israel del Sinaí, la Margen Occidental, Gaza y los Altos del Golán en 1967 y la creación en  Egipto de un gobierno títere pro-imperialista. Siendo Egipto el Estado árabe más poblado con un gobierno nacionalista, abiertamente hostil a la presencia hebrea y su influencia norteamericana fue eliminado de la oposición dejando el camino libre para el Estado judío y las perspectivas muy complicadas para el pueblo palestino.

Los movimientos de lucha del pueblo palestino se han desarrollado en un campo de batalla desigual.

El Estado judío de Israel, servil de los Estados Unidos, o al contrario quizás, en las décadas anteriores se han tomado la tarea de desestabilizar por medio de divisiones internas y conflictos armados a la comunidad árabe en general, y consecuentemente a los palestinos. En 1982 Israel  atacó Líbano queriendo menguar el movimiento de liberación palestino, pero el imperialismo persiguió a los miembros de la OLP en Túnez, siendo marginados por los gobiernos pequeño-burguesas seculares de oriente medio y el bloque imperialista occidental fuerte aliado del Estado judío. La lucha por la liberación del pueblo palestino tomó varias vertientes de lucha: ataque armado de guerrillas, convulsión espontaneas de las intifadas,  la creación de un Estado palestino en perspectiva unilateral,  hasta el dialogo con el primer ministro israelí Isaac Rabin.

Por la destrucción del Estado sionista de Israel.

Después de años de lucha la OLP terminó cediendo a las trampas y el acoso del imperialismo y el Estado sionista, su líder Yasir Arafat terminó siendo acorralado y asesinado por la burguesía Israelita y olvidado por los pueblos que se proclaman Islámicos. En sus últimos años al fatah dejó de ser una organización pequeño burgués revolucionaria para convertirse en una organización burocrática que dependía de la ayuda económica de países imperialista y de los fondos administrativos que su acérrimo rival (el Estado sionista) les proporcionaba. Pero hoy mas que nunca sigue vigente aquella consigna de una Palestina Laica, no racista y socialista.

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