mojon fronterizo

Por Melchor Benavente

La historia de Nicaragua está íntimamente ligada al rio San Juan. Los conflictos fronterizos con Costa Rica también. En la época colonial el rio San Juan fue conocido como el “desaguadero”, una codiciada ruta pluvial por donde penetraban piratas y bucaneros a saquear los puertos del gran Lago de Nicaragua, particularmente la rica ciudad de comerciantes de Granada.

Los ataques obligaron a las autoridades coloniales a crear fortalezas militares en las riveras del rio San Juan, para evitar que los  piratas se llevasen el oro y las mercaderías que debían llegar a España. Cuando las provincias de Nicaragua y Costa Rica eran un mismo territorio dominado por la Capitanía General de Guatemala, no había mayores conflictos por la navegación del rio San Juan. Las autoridades coloniales imponían la unidad por la fuerza. Por esa misma vía, los comerciantes y agricultores de las provincias de Nicaragua y Costa Rica,  tenían acceso al mar Caribe y con ello a los puertos de la vieja Europa. Por ahí salían carnes saladas, cueros, añil, especias y metales preciosos.

La independencia y el sueño del canal interoceánico

Recién promulgada la independencia de Centroamérica por las mismas autoridades coloniales, el 15 de Septiembre de 1821, la idea de construir un canal interoceánico por Nicaragua, a través del rio San Juan, comenzó a cobrar fuerza. En 1825 el Congreso de la República Federal de Centroamérica dictó un decreto ordenando construir un canal por Nicaragua, el cual no pudo materializarse por falta de recursos.

El rio San Juan adquirió mayor importancia en la segunda mitad el siglo XIX, durante la “fiebre del oro” en California, ya que sirvió como ruta de transito de los colonos y aventureros que viajaban de la costa Este hacia el Oeste de los Estados Unidos, cuando no existía el tren continental que uniría, años más tarde, los puertos de New York y San Francisco. Inicialmente, las travesías se realizaban por el cabo de Hornos, posteriormente por el istmo de Panamá y, después, con una ruta mucho más corta, por el rio San Juan de Nicaragua

La posibilidad de construir un canal interoceánico por Nicaragua se convirtió en el sueño delirante de la clase dominante nicaragüense. Incluso, no es una exageración afirmar que una de las grandes motivaciones para romper el pacto federal en el año 1838, y proclamar el Estado independiente y unitario de Nicaragua, no solo fue la anarquía y las constantes guerras civiles regionales, sino a la idea mesiánica que Nicaragua podría ser la potencia dominante de Centroamérica  por medio del canal interoceánico. Esta ilusión en el canal interoceánico sería, según la oligarquía de la época, una inagotable fuente de poder e ingresos monetarios. La sola idea de una posible construcción del canal interoceánico acentuó las rivalidades entre Granada, puerto hacia el Caribe y Europa, y la ciudad de León que, siendo la capital de Nicaragua, poseía únicamente el puerto de El Realejo, un puerto de segunda categoría. En esa época, para comerciar con Europa los barcos debían hacer la larga travesía por el Cabo de Hornos o por el istmo de Panamá.

Pero la idea del canal interoceánico por el rio San Juan, no solo acentuó los pleitos entre las dos ciudades rivales, incrementando las guerras civiles, sino que también despertó la codicia y voracidad de las potencias europeas, especialmente de Inglaterra, y del naciente imperialismo norteamericano.

Los ingleses se toman San Juan del Norte

En 1848, bajo el pretexto de apoyar a su aliado-títere, el rey misquito George, los ingleses ocuparon militarmente el puerto caribeño de San Juan del Norte, cambiándole el nombre por Greytown. En ese momento, el gobierno de Costa Rica firmó un tratado con una compañía de Inglaterra para la construcción de un canal interoceánico sobre el rio San Juan, a pesar de ser parte del Estado de Nicaragua. A partir de ese momento, comenzó una larga guerra de tratados entre los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica, los cuales perseguían el objetivo de incidir en el control del futuro canal.

Detrás del conflicto latente entre Nicaragua y Costa Rica se ocultaba un conflicto entre el naciente imperialismo norteamericano, que aplicaba la doctrina del “Destino Manifiesto”, y el imperialismo inglés, que tenía al gobierno de Costa Rica como el más firme aliado en Centroamérica.

En 1850 los Estados Unidos e Inglaterra, en el marco de una negociación de sus áreas de influencia, firmaron el tratado Clayton-Balwer, garantizando la participación de ambos y la supuesta neutralidad del futuro canal, sin tomar en cuenta a Nicaragua y Costa Rica. En el año 1851 comenzó a funcionar la ruta del tránsito, con vapores que trasladaban pasajeros y carga por el rio San Juan, hasta el puerto de La Virgen, en el Lago de Nicaragua, y posteriormente por una corta travesía de 20 kilómetros en diligencias, llegaban al puerto de San Juan del Sur, en el océano pacifico, y de ahí partían hacia San Francisco, California.

Producto del tratado Clayton-Balwer, Inglaterra  a regañadientes abandonó Greytown. A l año siguiente se produjo una revuelta y el intento se separación de esa ciudad. El tratado Crampton-Webster por medio del cual Estados Unidos e Inglaterra se garantizaban el control del canal interoceánico, al final fue rechazado vigorosamente por Congreso y el Senado nicaragüense.

La bota de William Walker

Mientras las oligarquías nicaragüense y costarricense se peleaban, las potencias imperialistas aprovechaban la división para mejor negociar tratados favorables a sus metrópolis. En 1854  el buque de guerra norteamericano “Cyane” destruyó a cañonazos el puerto de San Juan del Norte, bajo el pretexto de ofensas a un ciudadano norteamericano

Cuando los leoneses liberales se sintieron acorralados por empuje de las tropas granadinas conservadoras, durante la guerra civil de 1854, aquellos contrataron los servicios de mercenarios norteamericanos y con ello William Walker se apoderó rápidamente de Nicaragua, de la ruta del tránsito por el rio San Juan, provocando el rechazo y la unidad de los países centroamericanos en su contra. En esta guerra por la defensa de la soberanía centroamericana, Costa Rica jugó un papel invaluable: tenía el mejor ejército de Centroamérica, dotado de armamento inglés. Pero a la par que los costarricenses pelaban contra el peligro filibustero, también desarrollaron sus planes de expansión territorial.

El tratado Caña-Jerez

Nicaragua pagó un precio muy alto por la invasión de William Walker. Al finalizar la guerra centroamericana en 1857, Nicaragua estaba exhausta, mientras Costa Rica cobraba la factura por su decidida participación en la guerra contra Walker. Costa Rica se tomó el rio San Juan, el puerto San Carlos y sus fortificaciones, provocando una cortísima guerra defensiva de Nicaragua contra Costa Rica. Costa Rica utilizó la oportunidad para formalizar la anexión de los territorios de Nicoya y Guanacaste y de paso para lograr la navegación por el rio San Juan, lo que quedó plasmado en el tratado Caña-Jerez de 1858. Costa Rica no pudo obtener el rio San Juan pero obtuvo el importante derecho de navegación perpetua.

Cadena de tratados limítrofes

En 1869 la ruta del tránsito dejo de tener interés para los Estados Unidos, ya que ese año el tren continental unió la costa este y oeste, ya no había necesidad de navegar por el rio San Juan. Lo que se permaneció fue el interés del canal interoceánico, ya que Estados Unidos se había convertidos en una potencia imperialista y necesita que sus barcos cruzaran rápidamente de un mar a otro.

La cadena de tratados limítrofes entre Nicaragua y Costa muestra el conflicto latente, nunca solucionado.

En 1867 se firmaron la Convención Zelaya-Volio, entre Nicaragua y Costa Rica, siempre sobre el tema de la navegación por el rio San Juan; la Convención Rivas-Esquivel. En 1883 se firmó el tratado Álvarez-Zambrana de límites entre Nicaragua y Costa Rica. En 1884 se firmó el tratado Navas-Castro. En 1886 se firmó la Convención Arbitral Román-Esquivel-Cruz. En 1887 el tratado Carazo–Soto. En 1896 la Convención Matus–Pacheco. En 1897 se produjeron los laudos Alexander No. 1 y No 2. En 1898 el Laudo Alexander No. 3. En 1899 el Laudo Alexander No. 4. En 1900 el Laudo Alexander No. 5.

Todos estos tratados reflejan que el problema de las fronteras y el conflicto por la navegación del rio San Juan nunca fue solucionado.

El canal de Panamá

A inicios del siglo XX, la importancia geopolítica del rio San Juan perdió valor, cuando los Estados Unidos arrancaron Panamá a Colombia, la declararon país independiente y en 1906 se firmó el y ratificó el tratado Hay-Bunau Varilla, entre Panamá y Estados Unidos, por medio del cual este último país obtuvo la concesión definitiva para construir el Canal de Panamá. Con la construcción del canal de Panamá, se sepultaron en las arenas del rio San Juan la posibilidad de construir el canal por Nicaragua.

El renacimiento del conflicto

Durante el siglo XX se produjeron algunos roces menores entre Nicaragua y Costa Rica, pero en los últimos diez años es cuando más fuerte ha sido la confrontación diplomática. La decisión de la burguesía sandinista en el poder, de utilizar los recursos naturales del rio San Juan en su beneficio, ha provocado la airada reacción de la burguesía costarricense, que teme el fortalecimiento económico de Nicaragua y que cualquier proyecto sobre el rio San Juan debilite su posición en Centroamérica. Es el mismo conflicto pero bajo nuevos personajes.

La gran diferencia radica que antes las oligarquías se enfrentaban y utilizaban a las masas populares como carne de cañón, ahora existe un movimiento obrero y organizaciones de la sociedad civil que pueden jugar una política independiente, revolucionaria y centroamericanista, que unifique a los trabajadores de ambos países, ante el ancestral conflicto fronterizo entre los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica por el control del rio San Juan.