Por José René Tamariz

El día viernes 16 de octubre se realizó la huelga nacional del Bloque Sindical y Social Costarricense (BUSSCO) con movilización que salió desde el parque central hasta la casa presidencial, en protesta contra del alto costo de la vida (tarifas y precios), el salario único, los proyectos de ley que anulan los derechos de la clase trabajadora, la reforma al régimen de invalidez, vejez y muerte de la CCSS, la reforma tributaria neoliberal y contra el cobro de más impuestos a los salarios.

Es importante destacar que la huelga fue casi del cien por ciento en el sector educativo y un poco menor en el sector salud. La movilización fue multitudinaria a pesar del desgaste que han comenzado a tener las huelgas de un solo día. Las bases sindicales la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) critican fuertemente las huelgas de un día porque no ven resultado alguno de estos movimientos huelguísticos. Esta crítica de las bases en APSE se ha manifestado en una menor participación en las movilizaciones callejeras, no así en el acatamiento de la huelga. En esta última movilización, se observó menos afluencia y participación de los afiliados de APSE de las zonas rurales que normalmente han participan masivamente en las marchas. A su vez, la participación de las bases sindicales de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) fue, mucho menor que de la APSE. Este proceso de agotamiento de los movimientos huelguístico de un solo día debe ser analizado con seriedad por las dirigencias sindicales y cambiar de estrategia.

Es necesario y urgente que las dirigencias sindicales del bloque sindical BUSSCO organicen, preparen y lancen un plan de lucha escalonado que contemple movimientos huelguísticos de tres o cuatro días con movilizaciones nacionales y concluya en una huelga indefinida que le imponga al gobierno de Solís y a los neoliberales las demandas arriba señaladas. Las bases sindicales esperan y exigen medidas más fuertes y contundentes en contra del gobierno. Este en conjunto con las fuerzas neoliberales han avanzado en su ofensiva en contra de los componentes salariales, derechos y conquistas de los trabajadores del sector público. No hay que esperar que el gobierno introduzca proyectos de ley del empleo público a la Asamblea Legislativa. El plan del gobierno de Solís es golpear, en primer lugar, las anualidades, porque son estas las que, supuestamente, provocan mayor gasto público. El plan de ataque contra las anualidades fue anunciado por la Ministra de Planificación. Ya fuimos notificados, hay que preparar la defensa y el ataque.

Plan del Gobierno: Ley de Empleo Por Partes, Golpear Primero las Anualidades

El plan del gobierno de Solís está claro, pero el de las dirigencias sindicales no. Están esperando que entre a la corriente legislativa el proyecto de ley de empleo público, pero ese no es el plan del gobierno. Las dirigencias sindicales de BUSSCO están confiados y creyendo que el gobierno va a negociar con ellos y aceptar sus propuesto, pero eso no es cierto. El gobierno necesita golpear y reducir el gasto público, siguiendo los dictados del FMI. El periódico La Nación que dirige la ofensiva en contra de los trabajadores del sector público señala que “El actual Gobierno va a hacer una propuesta para regular uno de los incentivos más grandes, y que genera un crecimiento acelerado de las remuneraciones, que es el de las anualidades”. (La Nación, 19 de octubre del 2015). Olga Marta Sánchez, ministra de planificación, planteo recientemente que “En pocos días se presentará la iniciativa de ley para sustituir las anualidades por el incentivo a la evaluación del desempeño para la calidad de la gestión pública”. (Ídem). Más adelante, Sánchez señaló que “… la propuesta vuelve más riguroso el sistema de evaluación y se aplica tanto a la institución como a los individuos sobre metas e indicadores objetivamente verificables”. (Ídem).

Más claro, el gobierno no puede ser. El gobierno le cambiará el nombre al incentivo, ya no se llamará anualidad sino “evaluación del desempeño”; la calificación para obtener el incentivo se pasará del “bueno” a “muy bueno” y tendrá un tope del 2,54% sobre el salario base. Esos cambios del incentivo, realizado desde los escritorios y cuyo objetivo es pagar las anualidades, significaría que muchas instituciones y trabajadores no calificarían para obtenerlo.

De último, emplazamos y le exigimos a las dirigencias sindicales de BUSSCO, en particular, a la dirigencia de la APSE que convoquen a una Asamblea o Encuentro Nacional para discutir y votar un plan de lucha escalonado que enfrente y derrote los planes anti-obreros del gobierno de Solís y de los neoliberales. La mejor defensa de nuestros componentes salariales, derechos y conquistas es pasar a la ofensiva mediante las movilizaciones y huelgas escalonadas que le impongan, de una vez por todas, nuestras demandas al gobierno y los neoliberales.

Asimismo, emplazamos al bloque sindical de BUSSCO a concretar la unidad sindical, con un plan de lucha de conjunta y de puntos comunes para derrotar los planes del gobierno de disminuir y eliminar los derechos y conquistas de todos los trabajadores del sector público, léase, educación, salud, muelles, ICE, Recope, municipalidades y otros. El sectarismo y división sindical no debe tener lugar en esta gran pelea social que, probablemente, defina el futuro de las condiciones salariales, de empleo público, convenciones colectivas y otros derechos laborales de las próximas generaciones de trabajadores del sector público e, incluso, del sector privado.

¿Que sigue después de la huelga del 26?

El lunes 26 de octubre se realizó la huelga nacional del bloque sindical Patria Justa (PJ) que agrupa a diversos sindicatos y sectores laborales estratégicos como telecomunicaciones (ICE), energía (RECOPE), muelles (Japdeva), municipalidades y otros. Esta huelga con concentraciones y bloqueos en 11 diferentes puntos del territorio, tuvo su impacto a nivel nacional al grado tal que el gobierno de Solís convocó a la dirigencia de ese bloque sindical a negociar por la tarde en casa presidencial. Las demandas planteadas por este bloque son las siguientes: rechazo a las reformas del régimen de pensiones de la CCSS, parar los ataques y acciones antijurídicas de la ARESEP y SUTEL en contra de las convenciones colectivas, trato igualitario a los muelles de Limón y Moín y rechazo a la cláusula 9.1 con APM Terminals, contra el salario único, aprobación de la ley de salario mínimo vital y otros puntos.

Este movimiento huelguístico fue exitoso a nivel nacional, ya que fue grande y logró parar a sectores económicos estratégicos, golpeando al gobierno y al capital por donde les duele, las exportaciones e importaciones y energía. Sin embargo, igual que el movimiento del 16 de octubre del bloque sindical BUSSCO tiene una gran debilidad, la división sindical y el fraccionamiento de la lucha en contra del gobierno por muchos puntos y demandas que son comunes a ambos bloques sindicales y los sectores laborales que representan. A la movilización de Patria Justa solo asistió una pequeñísima la APSE que es parte del bloque BUSSCO, lo cual demuestra el sectarismo entre los bloques sindicales.

La política anti-obrera de gobierno de Solís y de los neoliberales es golpear a todos los trabajadores por igual, reduciendo y eliminando los componentes salariales, imponer el salario único, vaciar de contenido económico las convenciones colectivas y muchas otras medidas contra los trabajadores para disminuir sus condiciones de vida y hacerles pagar el déficit fiscal. Por ello, la defensa de los derechos laborales, los salarios y sus componentes, conquistas y otras reivindicaciones debe ser única, unificada, centralizada y conjunta de todos los sindicatos y bloques sindicales.

De último, emplazamos a las dirigencias de los bloques sindicales de Patria Justa (PJ) y BUSSCO, que han demostrado con las huelgas y movilizaciones del 16 y 26 de octubre que tienen fuerza numérica y el control de sectores estratégicos de la economía y los servicios para frenar y derrotar la ofensiva patronal del gobierno y los neoliberales a concretar la unidad sindical. Los llamamos a un acuerdo de lucha conjunta, elaborar un pliego de peticiones conjuntas y unificadas para presentar al gobierno y a lanzar un movimiento huelguístico de acciones escalonado que termine en una huelga indefinida para, de una vez por todas, obligar al gobierno de Solís a aceptar las demandas del movimiento de los trabajadores.