Por José René Tamariz

El 25 de octubre se realizaron las elecciones nacionales en el sindicato APSE para elegir a trece miembros de la directiva nacional (presidencia, vicepresidencia, secretaría general y suplente, tesorería nacional y suplente, fiscalía nacional y suplente, cuatro vocalías, secretaría de actas). Es importante señalar que se presentaron en la contienda electoral cuatro tendencias sindicales (Honestidad, Cambiemos, Fuerza y A Luchar) y, en algunos puestos, se presentaron candidaturas independientes (secretaría general, fiscalía general y en una vocalía). La presente nota constituye una primera aproximación de balance de los resultados electorales, dado que no contamos con los resultados globales finales de las elecciones.

Situación Política de la Elección Sindical

La novedad y grave problema político es que esa elección se produjo en el marco de la derrota muy fuerte de la huelga contra el combo fiscal (imposición de la ley de fortalecimiento de las finanzas públicas) que duró tres meses. Posterior a esa dura derrota se produce la aprobación de la ley anti huelga (ley para brindar seguridad sobre la huelga y sus procedimientos) que prohíbe de forma definitiva el derecho a huelga en los servicios esenciales; incrementa esos servicios esenciales a otros servicios, crea los denominados “servicios estratégicos” como educación con el objetivo claro de limitar el derecho de huelga en ese servicio (21 días); impone los rebajos de los salarios desde el primer día de huelga con lo cual anula, en los hechos, el derecho a la huelga; limita solamente a dos días la huelga contra políticas públicas y así sucesivamente. Por tanto, la aprobación de esa ley constituyó otra grave derrota contra los trabajadores y sus organizaciones sindicales.

Por si fuera poco, actualmente el gobierno de Carlos Alvarado y los diputados neoliberales de la Asamblea Legislativa desarrollan una violenta ofensiva contra los trabajadores del sector público, en particular, y, en general contra los trabajadores del sector privado. Esa ofensiva neoliberal se concreta en los acuerdos realizados por el gobierno con el FMI para reducir el alto déficit fiscal y el endeudamiento público a cambio de un préstamo por $1.750 millones. En síntesis, esos acuerdos se traducen en la aplicación de decretos que congelan los salarios por años y suspende el pago de las anualidades, así como la eventual aprobación de leyes que como la de empleo público impondrá el salario único y elimina los componentes salariales, mejor conocidos como pluses salariales; facilitará los despidos masivos en el sector público; limita las negociaciones de las convenciones colectiva; congelará los salarios de forma indefinida por la aplicación de la regla fiscal, la cual plantea que cuando la relación deuda/PIB sea del 60% o más no se otorgarán reajustes por costo de vida. Esa regla fiscal también impone graves restricciones y disminución del gasto social. Actualmente, esa relación es del 70% con tendencia a aumentar hasta un 80%. Por otra parte, para el mes de noviembre, período en el cual el poder Ejecutivo tiene la iniciativa de ley, enviará a la Asamblea Legislativa proyectos que, como el de renta global dual, aumentará los impuestos sobre los salarios y así sucesivamente.  Todo lo anterior tiene como objetivo central que los trabajadores paguen el alto déficit y el endeudamiento público.

La dirigencia nacional del sindicato APSE acaudillada por el grupo Honestidad, en el marco de esa situación, ha privilegiado las “negociaciones”, los “acuerdos” y “compromisos” con las altas autoridades del Ministerio de Educación Pública (MEP) y con el gobierno de Carlos Alvarado. Debido a esa política de colaboración con el gobierno y autoridades del MEP, la burocracia sindical del grupo Honestidad ha impuesto la pasividad, inacción y desmovilización de las bases para que no luchen contra esas políticas anti obreras y hambreadoras del gobierno, reduciendo su actividad a emitir pronunciamiento de “oposición en el papel” a esas políticas, pero sin realizar ni promover acciones en las calles como la movilización, la huelga y otras acciones de calle. Todo eso se realiza, bajo el pretexto de que no se pueden realizar movilizaciones y huelgas por la prohibición de la ley anti -huelgas. Las altas autoridades del MEP, para domesticar a la directiva de APSE, le permitió ser parte de la convención colectiva del magisterio nacional de la cual no era parte y de esa forma la ha cooptado a sus planes de desmovilización.

Sintetizando, las elecciones nacionales del sindicato APSE para elegir la directiva nacional se realiza en el marco de una situación de profunda reacción política, producto de las derrotas anteriores, la ofensiva neoliberal y la adaptación y aclimatación vergonzosa del grupo Honestidad al régimen democrático-burgués. Ese proceso político lo ha conducido a renunciar a la lucha y a la conversión del sindicato APSE en una estructura sindical inofensiva.

Resultados Preliminares de las Elecciones

El Tribunal Electoral de APSE (TEAPSE) aún no ha publicado los resultados oficiales de las votaciones del día 25 de octubre. Sin embargo, dado que las tendencias manejan sus propios datos no es un secreto que el grupo Honestidad que dirige APSE, desde hace más de veinte años, ganó todos 12 puestos, ya que en una de las vocalías no llevaba candidato porque fue invalidado, igual que les pasó a otras tendencias en uno de sus puestos.

¿Por qué razones ha vuelto a ganar la directiva de APSE el grupo Honestidad? Primero, es importante destacar que lo más probable, dado que no tenemos los datos globales, es que haya habido una alta abstención en las elecciones, lo cual le facilita el triunfo al grupo Honestidad. En segundo lugar, el proceso degenerativo burocrático de ese grupo y su adaptación y aclimatación al régimen democrático burgués, lo cual se traduce en pasividad, inacción y desmovilización de sus bases, ha conllevado a que amplios sectores críticos de sus miembros se han desafiliado de forma masiva a APSE. Esa desafiliación ronda entre un 10% y 20% que, en número absolutos, pueden ser 4.500 y 9.000 trabajadores de la educación. En tercer lugar, el grupo Honestidad contra el gran aparato millonario del sindicato APSE, utilizando a su gusto y antojo grandes cantidades de dinero, la utilización de la flotilla de automóviles por parte de los directivos nacionales para hacer campaña política de forma solapada y también descarada, asimismo se utiliza a los promotores, funcionarios a sueldo del sindicato APSE, para realizar campaña política a favor de sus candidatos.

En cuarto lugar, otro factor que contribuye al triunfo electoral del grupo Honestidad es su política de clientelismo que desarrolla en algunos sectores de trabajadores afiliados con lo cual, mediante regalías de signos externos, rifas y otras concesiones materiales se garantiza los votos en esos sectores.

A pesar de que el grupo Honestidad ha logrado ganar las elecciones y doce puestos de la directiva nacional, su votación ha disminuido sensiblemente en diferentes provincias y en las sesenta regionales que tiene el sindicato. El surgimiento de la tendencia Fuerza como un desprendimiento del grupo Honestidad, en días previos a las elecciones nacionales, contribuyó a dispersar la votación y, en cierto modo, fue un factor que facilitó el gane del grupo en el poder. Por otra parte, la participación del grupo “A Luchar”, extensión política-partidaria del Partido de los Trabajadores (PT), también contribuye a la dispersión del voto, lo cual también facilita el triunfo de Honestidad.

La Votación de Cambiemos

La tendencia sindical Cambiemos hizo una gran campaña electoral, pese a sus reducidos recursos económicos, y, por ende, una gran elección. Aunque no tenemos los datos totales, sabemos que, en casi todos los puestos, ocupa el segundo lugar en las votaciones, constituyéndose en la segunda gran fuerza electoral y de acción de APSE, logrando avanzar en posiciones en provincias y regionales. Un gran segmento de los afiliados del sindicato APSE ven y consideran a la tendencia Cambiemos como el grupo con la capacidad y la decisión de generar un cambio en la dirección sindical del sindicato APSE, de producir un giro importante de nuestra organización sindical y volver a un sindicato de lucha y combativo que no les claudique a las autoridades del MEP ni al gobierno y que mediante la consulta a las bases, el método de la movilización, la huelga y otras acciones de calle le vuelva la confianza a los afiliados en el sindicato APSE. Desde ya, la tendencia sindical Cambiemos se alista y prepara para ejercer una oposición combativa y democrática que, en los hechos y acción, le dispute la dirección y conducción al grupo burocrático y colaboracionista de Honestidad.