Por José René Tamariz

La inflación internacional ha aumentado de forma significativa. En los Estados Unidos se elevó hasta el 7% en el año 2021, la más alta desde 1982. En Brasil esa tasa de inflación llegó al 10,6%, en Argentina al 50,9% y en China, se desaceleró y se ubicó en apenas el 0,9%. Ese proceso inflacionario mundial está teniendo repercusiones a lo interno de Costa Rica en donde la inflación se incrementó hasta el 3,30% en el 2021. Es necesario señalar que el 38% de las importaciones provienen de los Estados Unidos y el 15% vienen de China.

Inflación y Tasas de Interés

Por otra parte, ese incremento en la inflación en los Estados Unidos está conllevando a la Reserva Federal (FED) a que, probablemente, suba las tasas de interés hasta cuatro veces en el año 2022. Por su parte, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) frente al incremento al 3,3% de la inflación ha realizado dos aumentos de su tasa de política monetaria (TPM). El 15 de diciembre del 2021 la subió de 0,75% al 1,25% y el 26 de enero del 2022 la volvió a aumentar hasta el 1,75%, es decir, otro 0,50% de incremento.

Esas alzas en la tasa del Banco Central de Costa Rica (BCCR), obviamente está llevando a que aumenten las tasas de interés activa y pasiva en el sistema financiero nacional. La primera tasa lleva a un encarecimiento de los préstamos, tanto de los viejos que tienen tasas de interés variable como de los nuevos. Lo anterior constituye un severo golpe en la economía de miles de trabajadores, así como de miles de pequeñas y medianas empresas que hacen préstamos para sus diversas operaciones.

El presidente del BCCR declaró recientemente que “Si vemos un riesgo de que la inflación se exceda, es posible que vayamos ajustando la tasa. ¿Cuántos serán los ajustes? Dependerá de las condiciones. Vemos una moderación gradual de la TPM, no tenemos que dar un brinco fuerte. Pero reconocemos que los riesgos de la inflación se inclinan al alza.  No tenemos un máximo; la tasa de política monetaria será la que tenga que ser”. (La Nación, 29 de enero de 2022). Entonces, con base en esas declaraciones y dada la tendencia a que tanto la inflación internacional como nacional aumenten, por tanto, la probabilidad más real es que las tasas de interés sigan subiendo y subiendo, afectando a miles de trabajadores y otros sectores sociales y económicos.

Mayor Inflación en los Precios de Alimentos

De otro lado, es de gran importancia destacar que ese proceso de inflación mundial ha sido severo entre los alimentos. Veamos. Según la profesora de Economía en la Universidad de Massachusetts, Jayati Ghosh “Gran parte de este incremento fue impulsado por los cereales: los precios del maíz y del trigo aumentaron el 44% y el 31% respectivamente. Pero los precios de otros alimentos también: los del aceite vegetal alcanzaron un pico récord durante el año, el azúcar subió el 38% y los incrementos de los precios de la carne y de los productos lácteos, aunque menores, fueron de todas maneras de dos dígitos. La inflación de los precios de los alimentos supera el aumento del índice de precios general, y es aún más alarmante dada la caída significativa de los ingresos salariales de los trabajadores durante la pandemia, especialmente en países de bajos y medianos ingresos”. (La Nación, 17 de enero de 2022).

De acuerdo con esa economista, las razones para el incremento de los precios de los alimentos son diversas: las cadenas de suministro; los precios de la energía; episodios climáticos extremos; incremento en el almacenamiento de gobiernos y consumidores; expectativa de futuros incrementos de los precios de los alimentos; otro factor de peso es la especulación financiera en los mercados alimentarios, que recientemente ha resurgido. Estos dos últimos factores, la acumulación y la especulación financiera, han agravado el serio problema del aumento de los precios de los alimentos. Por tanto, se requiere de parte de los gobiernos políticas para combatir esa acumulación y especulación financiera y, de esa manera, influir e imponer la disminución de los precios de los alimentos.

Gran Aumento en los Productos de la Canasta Básica

Costa Rica es uno de esos países o casos señalados por esta economista. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) los productos de la canasta básica alimentaria (CBA) tuvo el aumento más alto en el año 2021, es decir el mayor de los últimos 11 años. El costo de la canasta básica llegó a ₵51.324, teniendo un incremento del 2,73% respecto al año 2020. En términos absolutos fue un alza de ₵1.400. De acuerdo con las informaciones periodísticas “La situación para los 383.000 hogares (23% del país) que viven en la pobreza se hizo más difícil por la pandemia. En marzo del 2020, justo cuando entró el coronavirus al país, una persona tenía que contar con al menos ₵47.690 para alimentarse. Ahora, casi dos años después, debe pagar ₵3.634 más, según los cálculos de del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC)”. (La Nación, 21 de enero de 2022). En términos de casi dos años el costo de la canasta básica se ha incrementado en un 7,6%. En el caso de Costa Rica, por ejemplo, el aceite de cocina tuvo el alza más grande, llegando a un incremento del 61,1%, las carnes de cerdo, pollo y res y han tenidos aumento desde un 14,1% hasta un 23,7%.

En el caso de Costa Rica el alza de la inflación en general y de los alimentos en particular combinado con la alta tasa de desempleo (13,7%), suspensión de contratos de trabajo, reducción de los salarios por reducción de las jornadas de trabajo, así como el congelamiento salarial en el sector público ha sido mortal, conduciendo a miles de familias a una gran miseria, hambre, desnutrición y enfermedades asociadas. Por otra parte, es importante destacar que el incremento de algunos alimentos como la carne de res es debido a que, gran parte de ese producto se está exportando por los buenos precios internacionales y, por ende, se está desabasteciendo el mercado nacional, reduciendo la oferta de esos alimentos conllevando al alza exagerada de diferentes tipos de esa carne. 

Inflación versus Salarios

Frente al alza de la inflación con tendencia creciente hacia un mayor incremento es necesario demandar el reajuste general de los salarios tanto en el sector privado como público que compense esa alta inflación. En diciembre del año 2021, el Consejo Nacional de Salarios (CNS) votó mayoritariamente un reajuste de los salarios mínimos para los trabajadores del sector privado del 2,09%, dicho aumento comenzó a regir a partir del 1 de enero del 2022. Sin embargo, ese reajuste se quedó muy corto en relación con la inflación del 3,5%. En el caso de los empleados del sector público es necesario señalar que los salarios están congelados desde hace tres años. En ambos sectores de trabajadores el deterioro del poder de compra está disminuyendo de forma galopante por el proceso inflacionario combinado con los bajos reajuste de los sueldos y el congelamiento salarial. Entonces, de todas las mercancías, la fuerza de trabajo y, por ende, sus salarios son los que lejos de aumentar, disminuyen de forma constante.

Tipo de Cambio y Costo de Vida

Al proceso de deterioro de los salarios se suman las constantes devaluaciones del colón respecto al dólar. Por ejemplo, el precio del dólar en ventanilla de los bancos se ubicó el sábado 5 de febrero en ₵653 por un dólar. El aumento constante del dólar respecto al colón tiene múltiples causas, pero queremos destacar una: la inversión en el extranjero de cientos de millones de dólares por parte de las operadoras de pensiones ha demandado la adquisición de esa moneda, creando en cierto modo, un desbalance entre la oferta y demanda. Esto constituye una grave contradicción, ya que el dinero invertido por miles de trabajadores en muchos años, producto de esa política de las operadoras está afectando el costo de vida de ellos mismos, haciendo más caros los productos y servicios básicos.

Además de lo anterior, es necesario mencionar que muchas familias tienen sus créditos en dólares que contrajeron en el pasado creyendo en una supuesta estabilidad del dólar que se pregonaba y, ahora, resulta que esos créditos en la moneda extranjera se les ha encarecido grandemente, teniendo que pagar miles de colones más por ellos, lo cual les reduce su capacidad de consumo.

Crecimiento Económico y Espejismo

Según el Banco Central de Costa Rica (BCCR) el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del año 2021 fue del 7,6%, Rodrigo Cubero, presidente del BCCR, dijo recientemente que “El notable desempeño de la economía nacional, después del profundo impacto por la pandemia, es testimonio del empeño y resiliencia de los hogares y trabajadores, y del dinamismo y diversificación del sector productivo, apoyados por políticas enfocadas en procurar la recuperación y afianzar, a la vez, la estabilidad macroeconómica y financiera”. (La Nación, 29 de enero de 2022). Todo este enfoque de Cubero es falso. Los hogares y trabajadores en general la están pasando peor ahora que antes de la pandemia. La dinámica y diversificación del sector productivo ha favorecido a las zonas francas y sectores de exportación, no así a los productores de la economía interna.

Es por ello por lo que planteamos que ese crecimiento es puro espejismo. Veamos ¿por qué? A ese supuesto crecimiento económico que es dudoso, tendríamos que restarle la tasa del 3,3% de la inflación nacional del año 2021. Si hacemos esa resta el crecimiento económico no queda en 4,3%. Pero a ese crecimiento del PIB también debemos restarle la depreciación del capital. Según Thomas Piketty “…El PIB mide el conjunto de bienes y servicios producidos a lo largo de un año en el territorio de un país dado. Para calcular el ingreso nacional, hay que empezar por sustraer del PIB la depreciación del capital que permitió llevar a cabo esa producción, es decir, el desgaste de los edificios, equipos, máquinas, vehículo, computadoras, etc., utilizados a lo largo de un año. Esta considerable cantidad, que equivale en la actualidad a aproximadamente el 10% del PIB en la mayoría de los países, en realidad no constituye un ingreso para nadie… Una vez deducida la depreciación del capital del producto interno bruto, se obtiene el “producto interno neto” al que llamaremos simplemente “producción interna” o “producción doméstica”, y que suele ser igual al 90% del PIB”. (Piketty, Thomas: El Capital en el Siglo XXI).

También al anterior crecimiento del hay que deducirle los beneficios y rentas (repatriación de capital) que se envían a las casas matrices al extranjero. Entonces, cuando al fantasioso crecimiento del PIB del 7,6% le restamos la tasa de inflación del 3,3%, la depreciación del 10% del capital y la repatriación del capital enviadas al extranjero, probablemente ese susodicho crecimiento queda en menos de la mitad que se pregona. De todo la anterior, se deduce que el tal gran crecimiento económico es una ilusión o espejismo para engañar a los incautos. 

De último hay que anotar que ese crecimiento económico ha terminado favoreciendo a los grandes empresarios que, mientras la mayoría de la población se empobrece y se arruina, ellos se enriquecen a manos llenas profundizando la gran desigualdad social y económica que existe en Costa Rica.