Por German Aquino

Los altos índices de violencia y delincuencia  en El Salvador son una consecuencia directa del fracaso de la lucha revolucionaria. Al resistirse a tomar el poder por la vía insurreccional, y al haber preferido entrar a los Acuerdos de Paz de 1992, la dirigencia de FMLN permitió la sobrevivencia de un sistema profundamente antidemocrático.

Si de algo es responsable el FMLN, y ahora el gobierno de Funes, es de no atacar la raíz de todos los males: el sistema capitalista en crisis que lanza a decenas de miles de jóvenes al abismo de la marginalidad social.

Funes y la remilitarización

El imperialismo yanqui  aprovecha  los  altos índices de inseguridad y delincuencia, para hacer de la “seguridad” una industria lucrativa, y aumentar su intervención económica, política  y militar en la región, dictando planes de seguridad a los gobiernos de Centroamérica.

En El Salvador, el gobierno de Funes y del FMLN cumplen a cabalidad el proceso de remilitarización, con el nombramiento del General  Munguía Payes como Ministro de Seguridad,  del general  Francisco Ramón Salinas Rivera como Director de la Policía Nacional Civil (PNC), y del coronel Simón Alberto Molina Montoya  como Subdirector del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE).

“Grupos irregulares armados”

El general Munguía Payes ha comenzado a proponer leyes y acciones que atentan contra la juventud obrera y popular. En recientes declaraciones, Munguía Payes pretende desprestigiar a la izquierda ligándola a la delincuencia: “el pasado 15 de febrero agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) se enfrentaron al grupo de delincuentes…Fue un enfrentamiento que duró como 15 minutos con fusilería…Son grupos irregulares armados que se les encontró propaganda revolucionaria… “(LPG.21/02/2012).

Este “descubrimiento” fue reafirmado por Mauricio Ramírez Landaverde, subdirector general de la PNC, quien manifestó: “No podemos decir que este grupo esté ligado a un partido político. Se les encontraron algunos escritos revolucionarios. Es un grupo delincuencial, pero no contamos con información que esté vinculado con un partido” (http://www.laprensagrafica.com).

Por otro parte, Héctor Mendoza Cordero, subdirector de Investigaciones de la PNC, manifestó que los detenidos "dicen que son como la nueva guerrilla, pero lo que hacemos es aplicarles la ley y han sido capturados por delitos de la ley penal…Tenemos información de que además de este grupo armado hay otros grupos en otras zonas del país que también nosotros estamos investigando…Ellos tendrán alguna ideología, si ellos están en el monte, ahí comen, ahí duermen, es porque ellos tras de algo van, y si están queriendo buscar recursos dinero, armas para funcionar es porque tienen algo en su mente".(EDH. 21/02/2012).

Mendoza Cordero recalcó que dentro del material decomisado estaban: “cinco pancartas con los colores amarillo y rojo con la leyenda "Fuerzas Armadas Revolucionarias Populares 22 de Enero".  En las pancartas estaban impresos la hoz y el martillo que es el símbolo del comunismo…un fusil Ak-47, un fusil 22 mm deteriorado, un revólver 38 mm, munición de distintos calibres, cuatro libras de clorato para la elaboración de bombas caseras… un folleto "Ecos del Che", otro del Sindicato de Trabajadores de Oficios Varios de El Salvador…” (EDH. 21/02/2012).

¿Provocación o descontento social?

Todavía no queda claro si estamos ante una maquinación de los órganos de seguridad, para justificar el proceso de remilitarización que sufre la sociedad salvadoreña, o si estamos ante una gigantesca provocación policial en el contexto de la campaña electoral, para atemorizar a la clase media que votó por el FMLN en las pasadas elecciones, o si estos supuestos grupos armados son una manifestación de descontento social, que retoma las posiciones de izquierda y específicamente la tradición revolucionaria de la guerrilla salvadoreña.

Lo que si queda claro es que los militares están preparándose para luchar contra cualquier manifestación revolucionaria, que cuestione mínimamente al sistema económico y político actual.

Contradictoriamente, es el propio gobierno de Funes y del FMLN quienes están abriendo las puertas al resurgimiento de los métodos guerrilleros, en la medida en que remilitarizan la sociedad, se profundiza la miseria del pueblo trabajador y el sistema político sigue siendo antidemocrático y excluyente. Mientras la PNC afirma que se trata de grupos irregulares, con ideología revolucionaria, muchos ex combatientes del FMLN, que ahora ocupan cargos públicos, difieren totalmente con los mandos policiales al calificar que se trata de grupos de delincuentes.

El temor de los empresarios

Ante el anuncio del general Munguía Payes de haber descubierto grupos guerrilleros,  el empresariado salvadoreño esta  preocupado y exige que se investigue. Luis Cardenal, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, ha expresado que "Es inconcebible que existiendo en el país todas las libertades y canales democráticos para que cada uno de los salvadoreños defienda su derechos, surjan movimientos que bajo pretensiones revolucionarias lo único que persiguen es lucrarse de la violencia y crear miedo a los salvadoreños"(EDH. 21/02/2012).

El problema es que la gente no come libertad. La situación económica y social de la mayoría del pueblo es asfixiante, y puede forzar a algunos sectores a la desesperación revolucionaria, es decir, a buscar un enfrentamiento directo contra el sistema actual.

Es hora de reflexionar

Independientemente de la existencia o no de células guerrilleras, es obvio que hay sectores sociales descontentos que se cansaron de la incapacidad de la burocracia del FMLN de ejecutar un programa revolucionario socialista. A esos sectores les decimos que el camino correcto en la lucha revolucionaria no es el enfrentamiento de pequeños grupos armados, sino organizar a las masas para desatar su movilización revolucionaria.

No es descartable que los grupos de poder quieran abortar ese proceso de maduración de algunos sectores sociales, montando la provocación de grupos armados, para forzarlos a un combate prematuro.

Por ello desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a toda la izquierda salvadoreña y centroamericana a meditar, reflexionar y discutir sobre este último “descubrimiento” de Munguía Payes y compañía. Si bien es cierto debemos retomar las gloriosas tradiciones revolucionarias de todos los grupos de la guerrilla salvadoreña, en este momento la tarea central es construir un partido revolucionario que organice, movilice y prepare a las masas en la lucha por construir su propio poder.