Por: Eliezer Jaime

El día 12 de octubre se realizó una actividad donde fue presentado un nuevo instrumento de evaluación del escalafón a miembros pertenecientes de las juntas directivas de organizaciones sindicales del Ministerio de Salud, lo que parecía ser únicamente un lineamiento vertical resultó revertido gracias a la cordura de dirigentes sindicales que se levantaron en medio de la horda de dirigentes al servicio del Gobierno quienes tenían un acuerdo previo de apoyo y acompañamiento. La primera en alzar la voz fue la secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Salud (SITRASALUD), seguida por la Dra. Osegueda, secretaria general del Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Salud Pública y asistencia Social (SIMPAS), esto originó que se multiplicaran las opiniones en contra, lo cual hizo recomponer el discurso de la responsable a nivel nacional de la Unidad de Recursos Humanos, modificando la presentación del dictado por una propuesta piloto.

El Porqué del rechazo

Los motivos por los cuales tanto SITRASALUD como SIMPAS han dado visto negativo al instrumentó de evaluación son: 1) no tiene asidero legal y; 2) porque violenta derechos laborales. El cuerpo normativo que regula el sistema de evaluación a todo el personal del MINSAL es la Ley de Creación de Escalafón del Ministerio de Salud y Asistencia Pública y Social, el cual establece los puestos, asignaciones, clases, requisitos, las valoraciones con sus respectivos instrumentos y las categorías de ponderación, todo en consonancia con los la Constitución, convenios internacionales y legislación secundaria, mientras que el documento presentado, de ser aplicado  violenta de manera flagrante el Derecho a la Libertad Sindical, puesto que al requerir de un cumplimiento de metas del 100% (mientras que el actual es del 84%) impediría que los dirigentes sindicales puedan dedicarle tiempo a la actividad sindical, coartando el respetivo Derecho, además violenta los Derechos a vacaciones y asuetos, pues difícilmente podrían ejercerse. Tal parece que la visión de las autoridades de RRHH está viciada por la desnaturalización del servicio público al procurar imponer prácticas que son muy comunes en la Empresa Privada. La actitud de rechazo ha sido correcta. Todo instrumento que intente ser aplicado al personal del MINSAL debe antes ser consultado ampliamente.

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