Comite ejecutivo de la ANN

Por Armando Tezucún

El presente año 2011 es de elecciones generales en Guatemala. Los principales partidos de izquierda han asumido la tarea de prepararse buscando alianzas y algún tipo de unidad. Recordemos que en los comicios anteriores de 2007, las dos organizaciones políticas de izquierda surgidas de la ex guerrilla, Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y Alternativa Nueva Nación (entonces Alianza Nueva Nación, ANN), participaron separadamente. URNG logró crear un frente muy limitado con el Movimiento Amplio de Izquierda (MAIZ). Ambos partidos obtuvieron resultados en extremo modestos, URNG el 2.14% de los votos, manteniendo sus dos diputaciones y 7 alcaldías; ANN un 0.6%, lo que le hizo perder su legalidad como partido.

La izquierda se plantea la unidad

Esta vez ambos partidos están esforzándose por crear un proyecto unitario. Desde al menos el segundo semestre de 2009 URNG y ANN anunciaron su unidad de acción, después de zanjar las agrias diferencias que condujeron a la separación años atrás. En 2010 ANN recuperó su legalidad como partido y en mayo fue anunciada la formación de la Mesa Unitaria de Izquierda. Esta mesa, conformada por URNG, ANN, el Frente Popular, el Partido Guatemalteco del Trabajo y el Colectivo Clavel Rojo, divulgó un plan interesante y mucho más concreto que  los planteamientos habituales de los partidos de la ex guerrilla. El plan incluía la nacionalización de los recursos estratégicos (agua, minerales, banca), la reforma agraria, la reforma fiscal, la protección del ambiente y los recursos naturales y garantizar la socialización de la riqueza producida. Frente al discurso de democracia real funcional y participativa con justicia social, etc. de ANN y URNG, este plan representaba un adelanto importante. En octubre la Mesa publicó un comunicado, esta vez sin la inclusión del PGT. El PGT, hasta donde sabemos, no ha dado a conocer ninguna explicación sobre el tema.

A la vez, la URNG anunció que también estaba en pláticas con el movimiento WINAQ. Éste es un proyecto político indigenista en formación que, a nuestro criterio, representa a la pequeña burguesía y a la intelectualidad perteneciente a las etnias originarias. Su representante más conocida es Rigoberta Menchú, premio Nóbel de la paz. La señora Menchú participó en las elecciones de 2007 como candidata presidencial de una alianza entre su movimiento y Encuentro por Guatemala, obteniendo el 3.09% de los votos. Por ahora, declararon representantes de WINAQ, aunque mantienen conversaciones con las organizaciones de izquierda, su prioridad es lograr su consolidación como partido político (diario Prensa Libre, 6/12/10). En 2007 también hubo pláticas entre URNG y WINAQ, sin llegar a resultados concretos.

Hacia un frente de organizaciones populares

A finales de diciembre, el llamado se hizo esta vez a todas las organizaciones populares, a formar un Frente Amplio o Frente Unitario (aún no tiene nombre definitivo), para asumir la tarea de “…cambiar esta realidad en la que nos tienen, sin trabajo digno, seguridad social, sin una política agraria, en una hambruna y desnutrición profunda, entregando nuestro recursos naturales, servicios públicos y la soberanía nacional…” y “…la construcción de un Frente Unitario que ponga al servicio de los guatemaltecos un gobierno distinto que haga transformaciones de fondo que Guatemala necesita. El único camino, para terminar con la pobreza, la injusticia, la inseguridad, la corrupción, la tenemos en nuestras manos…” (Extractos del discurso televisado “Llamado de Año Nuevo del Frente Nacional de Lucha para el 2011”, pronunciado por su secretario general Luis Lara).

Se han realizado ya varias asambleas por la formación de este frente, en departamentos y en la capital. El sábado 15 de enero el PSOCA participó en una de ellas. Podemos decir que las perspectivas son sumamente alentadoras. Llegaron representaciones de organizaciones sindicales, indígenas, campesinas, estudiantiles, de mujeres, de organizaciones no gubernamentales, organizaciones ambientalistas, tanto del interior como del área metropolitana. Se anunció que organizaciones que estuvieron en reuniones anteriores no pudieron llegar esta vez, por lo que el número real de grupos interesados era mayor que el de los que estaban presentes. Entre los partidos políticos presentes estuvo el Movimiento Nueva República, organización de tendencia socialdemócrata que se desprendió de Encuentro por Guatemala y por supuesto URNG y ANN.

Dos condiciones indispensables

La palabra y la agenda quedaron abiertas y se dieron dos planteamientos sumamente importantes. 1) La mayoría de organizaciones demandó que el frente que se formara no fuera solamente con fines electorales, sino que fuera una unidad permanente para organizar y movilizar a todos los sectores oprimidos en la lucha por sus derechos e intereses. 2) Que su funcionamiento fuera democrático. Esto lo pidió un representante de una de las organizaciones indígenas. No está de más recordar que en 2007, el proceso de selección de candidatos a diputados, alcaldes, presidente y vicepresidente de URNG-MAÍZ, se dio de manera irregular, muchas veces a espaldas de las bases y en forma nada democrática.

Creemos que un frente de organizaciones populares tiene que tener, para iniciar, estas dos características. La participación en procesos electorales es táctico, un coadyudante de la tarea principal de los revolucionarios, que es movilizar y organizar a las masas oprimidas en su lucha contra el capitalismo, hacia la toma del poder. El voto electoral para los partidos de izquierda sólo aumentará en proporción directa al trabajo de organización y movilización y éste es necesariamente permanente, no vinculado a las coyunturas electorales, porque los oprimidos y explotados se enfrentan a diario contra las duras condiciones de vida que les impone la burguesía, la oligarquía y el imperialismo. Por otro lado, la democracia interna es vital para evitar que el Frente sea controlado por personas que lo desvíen de sus objetivos y entren en componendas con la burguesía y sus gobiernos, o lo conviertan en un frente puramente electoral.

Los reformistas pretenden abrir el frente a los empresarios

La formación de este frente bajo estas dos premisas es un importante paso adelante en el fortalecimiento de las luchas de los oprimidos en Guatemala. Pero puede haber otro tropiezo. En cierto momento de la asamblea, una compañera de URNG y el compañero Luis Lara nos recordaron el planteamiento reformista de los partidos de la ex guerrilla. Ambos expresaron que el Frente debería ser lo más amplio posible y  tendrían cabida todos los que estuvieran contra el neoliberalismo y la oligarquía, y mencionaron específicamente a los pequeños y medianos empresarios. Recordemos que en la práctica, cualquier acuerdo con empresarios sólo redunda en una limitación de los objetivos revolucionarios.

En su discurso a nombre del FNL Luis Lara ya había mencionado a estos empresarios, incluyéndolos en el llamamiento en el mismo nivel que los otros sectores: “…El Frente Nacional de Lucha hace un llamado a pequeños y medianos empresarios, la clase media, a los académicos, a los profesionales, a los trabajadores por cuenta propia, a las mujeres, a los hombres trabajadores, a los mayas, a los jóvenes, a los ancianos…” (Llamamiento del FNL).

La URNG y la ANN, así como otros sectores de la izquierda guatemalteca sostienen una concepción política según la cual el enemigo a vencer es el neoliberalismo, cuyo defensor sería la oligarquía tradicional y por supuesto, el imperialismo. Un exponente especialmente claro de tal concepción es Mario Roberto Morales, quien escribió en el órgano oficial de URNG, Debate, un artículo titulado “Oligarquía contra capitalismo”. Asumimos que las posturas de Morales son también las de URNG; al menos en este periódico no se dice que las opiniones de quienes escriben los artículos sean responsabilidad propia.

¿Neoliberalismo vs economía de libre mercado?

Morales escribió “Una economía oligárquica riñe contra un capitalismo basado en la igualdad de oportunidades, la libre competencia y la igualdad ante la ley porque las prácticas monopólicas impiden el surgimiento de más y más empresarios que, mediante el acceso al capital, creen nuevos empleos y más asalariados para fortalecer el mercado interno de producción y consumo”…”Por eso son estos empresarios no oligárquicos quienes pueden lograr un cambio económico que nos haga despegar como país, uniéndose y convocando a una gran convergencia nacional interclasista y democrática, e impidiendo que la oligarquía gane las elecciones”(Periódico Debate, diciembre 2010, versión electrónica).

Estas ideas, más o menos veladas, más o menos cubiertas por fraseología revolucionaria, son las que dominan, como dijimos, la política y las concepciones de la mayoría de organizaciones de izquierda en Guatemala. A ellas opondremos los siguientes argumentos.

Una visión de izquierda revolucionaria

1. Es falsa la oposición: capitalismo neoliberal y monopólico versus capitalismo de libre competencia e igualdad. El capitalismo es uno solo, con diversas etapas de desarrollo y de cambio, con adaptaciones y soluciones extremas a las crisis cíclicas por las que pasa desde hace casi un siglo. El neoliberalismo surgió del liberalismo económico, los monopolios son resultado natural de la ley del más fuerte que impera en la libre competencia. No podemos descartar, por ejemplo que, para salir de la actual crisis económica, el capitalismo recurra cada vez más a medidas de control estatal, contrarias aparentemente a los principios neoliberales, pero el objetivo será siempre salvar a las empresas multinacionales del desastre financiero. No es posible vencer al neoliberalismo regresando al siglo XIX, creando un capitalismo “bueno”, sino tomando medidas revolucionarias que inicien la transición al socialismo.

2. En Guatemala el capitalismo surgió al amparo de gobiernos autoritarios y de la mano de las familias de la oligarquía tradicional, ya fuera porque éstas crearan empresas capitalistas, ya fuera porque los nuevos inversionistas se unieran a ella financieramente o creando lazos familiares. Estas circunstancias dieron como resultado un capitalismo monopólico y conservador (aún en sus etapas más modernizantes, como en la década de los 60s). Es muy probable que este sea el único tipo de capitalismo posible en nuestro país, no tanto por razones económicas, sino por razones políticas, pues economía y política están íntimamente ligadas.

3. Los nuevos grupos capitalistas, calificados de empresarios emergentes, que tratan de abrirse paso en los negocios compitiendo contra los grupos oligárquicos, han logrado influenciar recientemente a dos gobiernos: el de Alfonso Portillo y el partido FRG del genocida Ríos Mont y el actual gobierno de la UNE y Álvaro Colom. En ambos casos, estos empresarios “anti oligárquicos” jamás trataron de aliarse a sectores populares contra la oligarquía. Recurrieron a medidas populistas, asistenciales y a discursos demagógicos, pero nunca recurrieron seriamente a la movilización de los oprimidos contra sus adversarios.

4. Y es que una lucha seria contra la oligarquía y el imperialismo requiere una organización y una movilización formidable por parte de los oprimidos, que ningún empresario está dispuesto a apoyar, por más que la oligarquía afecte sus intereses económicos. Puede más el temor a los oprimidos organizados y enfurecidos que sus desavenencias con otros capitalistas. En última instancia, todos los sectores capitalistas se unen, por su propia sobrevivencia,  en contra del enemigo común. En Guatemala ya tuvimos la amarga experiencia del gobierno de Jacobo Arbenz, quien intentó modernizar el capitalismo otorgando poder a los campesinos y obreros. Al final la pequeña burguesía, los sectores medios, los empresarios y el ejército lo abandonaron y fue derrocado por un puñado de mercenarios mal organizados.

5. Las pequeñas y medianas empresas son las que más violan los derechos laborales. Y ellas son las que generan una gran cantidad de empleos. Para poder competir y sobrevivir, con frecuencia incumplen con el salario mínimo, no pagan aguinaldos, bono catorce y otras prestaciones, ni afilian a sus trabajadores al seguro social. En otras palabras, tratan de subsistir a costa de los trabajadores. Se supone que no estamos hablando de vendedores informales ni del dueño de la pulpería del barrio, aunque con frecuencia las micro empresas sobre explotan a sus empleados. ¿Cómo los señores de URNG, ANN y demás nos proponen como aliados a quienes exprimen a sus trabajadores al máximo?

Por un frente con independencia de clase

Creemos que en la actual coyuntura difícilmente alguna organización o partido de la pequeña y mediana burguesía se aliará con la izquierda, sobre todo si se logra formar el proyectado frente amplio de organizaciones populares. En el proceso electoral pasado la URNG trató con la UNE, con WINAQ y al final marchó a las elecciones con una unidad de la propia izquierda. La izquierda reformista guatemalteca busca empresarios progresistas inexistentes. Para bien del movimiento popular y revolucionario, es bastante probable que la izquierda se presente sola a las elecciones. El Partido Socialista Centroamericano hace un llamado a todos los trabajadores, campesinos, indígenas, y demás sectores oprimidos a unirse para formar un frente permanente de lucha, sin empresarios. Que las elecciones 2011 sirvan para denunciar los abusos, la explotación y las injusticias que sufrimos, y para fortalecer la movilización popular contra los capitalistas, terratenientes y empresas nacionales y extranjeras que depredan nuestro territorio.

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