Por Tyscho

Los medios de prensa de la burguesía han promovido desde finales del año pasado un sentimiento anti-sindical en las capas medias urbanas y en la pequeña burguesía citadina y rural, sentimiento implantado desde la ideología de la derecha. De acuerdo a la agenda de reacción democrático-burguesa delineada en el Plan Alianza Para la Prosperidad, fue menester cargar sobre el sindicalismo los números rojos y las cuentas que no cierran en el presupuesto nacional, derivado esto de la corrupción, característica general de los Estados en la actual etapa de desarrollo capitalista.

Incluso la izquierda amarilla ha ido más allá –como siempre– y se ha mostrado incapaz de proponer una línea ideológica que no le claudique a la reacción enmarcada en las líneas editoriales de los tirajes masivos de prensa y de la embajada, al poner en el centro de la picota al sindicalismo como un todo, no haciendo diferencia entre la dirigencia burocrática y oportunista que se ha beneficiado de la firma de pactos colectivos, con acuerdos secretos, que en todo caso han dado beneficios a las bases de la clase trabajadora estatal, que revalida el control de estas dirigencias corruptas, que no son nada más que lo que quedó del desmantelamiento, persecución y acribillamiento del entonces sindicalismo clasista y contestatario a las dictaduras del siglo pasado.

Joviel Acevedo arrancó, como todos los años llamando a la movilización de las bases magisteriales cuando en abril pasado venciera el pacto colectivo vigente firmado con el anterior y defenestrado gobierno de los patriotas. Esto responde con la necesaria maniobra de dirigencia blanca de un sindicato, ya que, al entablar duras luchas gremiales por la defensa de los escalafones, beneficios y derechos del gremio, se asegura, por medio de reivindicaciones coherentes para las bases, su propia supervivencia como casta dirigente al interior del sindicato más grande del país, el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG).

Dicha movilización se llevó a cabo en agosto pasado y así lo retrató el matutino burgués de mayor tiraje: “Que los maestros bloquearan las carreteras y fronteras del país el 11 de agosto último bastó para que el presidente Jimmy Morales autorizara al ministro de Educación, Óscar Hugo López, instalar   la mesa de negociación del pacto colectivo con el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG).” (Prensa Libre 30.08.2016). Es innegable la potencia magisterial, a pesar de que la participación de las bases magisteriales fue de cerca del 10% de las y los 152 mil maestros contratados por el Mineduc.

Todas estas maniobras han cambiado la correlación de fuerzas en el tablero de la mesa de discusión del nuevo pacto colectivo. El presidente como buen payaso, pide por los niños y los días de clase perdidos durante todo este impase, por el otro lado la no menor capacidad demagógica de Joviel Acevedo asegura que se está disputando los beneficios escolares, como las meriendas de la población escolar.

El Magisterio en Resistencia, que alardea de ser una fracción de sindicatos dignos y clasistas, le ha claudicado ya en continuas ocasiones al juego ideológico que conlleva la retórica contra los pactos colectivos. Solo a causa de una total ceguera política podríamos justificar las maniobras sectarias de estos sindicatos que son marginales en comparación con el STEG y que han llamado en continuas ocasiones a denunciar a los maestros que se movilizan; bancarrota del análisis clasista es atacar a las bases que luchan y no a la burocracia corrupta que dirige la lucha.

Incluso la dirigencia de estos sindicatos “clasistas” ha desvariado tanto que ha llamado en continuas ocasiones a que la CICIG investigue y castigue a Joviel y demás compinches, claudicándole al imperialismo sin entender que Joviel es representación dialéctica de las bases y que si esta burocracia no le consiguiera privilegios a las y los compañeros maestros, ya habría sido abatida por una lucha interna por la dirección del sindicato.

Por eso desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a las bases magisteriales del STEG a replantear en las asambleas la discusión de los acuerdos secretos entre la dirigencia y el gobierno, así como exigir que la discusión del pacto sea pública y abierta hacia la población guatemalteca. Al magisterio en Resistencia a recuperar el camino y dejar de atacar a las bases del STEG que es con quien se debe construir la lucha por la recuperación de la dirección nacional de tan histórico sindicato. Así como dejar de hacer el juego de cabeza de playa a la reacción burguesa que busca terminar de destruir al sindicalismo como herramienta de lucha y no delinear a sus verdaderos enemigos, las direcciones burocráticas y corruptas.