Por Hercilia Cáceres

En la Universidad de San Carlos de Guatemala -USAC-, se acercan las elecciones para elegir al jefe de la administración de la única universidad pública del país. Pero la única universidad estatal es reflejo inmanente de lo que sucede en el país. Entre lazos de corrupción interminables, clientelismo familiar, tráfico de influencias, nepotismo, populismo –de derecha–, financiamiento anónimo y política sucia, son tres los “pre candidatos” que se disputan el puesto este 2018: Murphy Paiz (ingeniero civil), Hada Alvarado (química farmacéutica) y Carlos Sierra (licenciado zootecnista).

Como desde años atrás, el poder se deja en manos de aquel personaje que mantenga la estructura y favorezca las dinámicas de corrupción para salvaguardar el statu quo dentro y fuera de la universidad estatal. La camada más reciente de esta estructura data del exrector Estuardo Gálvez (2006- 2010; 2010-2014), quién dejó el poder al actual rector Carlos Alvarado Cerezo –su ex secretario general de la USAC–; éste rompió relaciones con Gálvez al llegar a la rectoría, a causa de los noviazgos del poder, la corrupción y de la aparente independencia del entonces electo rector respecto de los tradicionales traperos de influencias de Gálvez. Todo indica que de los tres postulados, Murphy Paiz y Carlos Sierra buscan mantener la línea de Gálvez, quizá beneficiándose ambos de sectores que en el pasado apoyaron, promovieron y sostuvieron a Estuardo Gálvez en sus dos administraciones; este último también culpable de enviar a sus lacayos a realizar agresiones a docentes y estudiantes que se le oponían, además de mantener lazos con la ex Comisión Transitoria (que cooptó el espacio estudiantil de la AEU por más de 15 años).

¿Cómo se elige al rector?

Se realiza un voto indirecto por cuerpos electores tripartitos, pues, votan 14 colegios profesionales, únicamente 10 facultades de las 19 unidades académicas que existen en la USAC, dado que en las escuelas no facultativas y Centros Regionales, tanto para estudiantes como para docentes, no existe el derecho a elegir ni ser electos como electores del próximo rector. Las 10 facultades, al igual que los 14 colegios electorales convocan a elecciones de los cuerpos electorales el próximo 2 de mayo; siendo 5 estudiantes, 5 docentes por facultad y 5 profesionales de cada colegio profesional, haciendo un total de 170 personas que elegirán al Rector el 7 de junio del presente año. Una elección antidemocrática a todas luces, pero que conserva intactos los círculos familiares que tienen cooptada cada unidad académica y que toman bando por alguna de las demacradas propuestas a la rectoría.

Dichas elecciones no son representativas, como ya se mencionó no votan los estudiantes de Escuelas no facultativas y de Centros regionales –la amplia mayoría de estudiantes y docentes a nivel nacional–, además de que los docentes, siendo más dependientes de las superestructuras corruptas por el vínculo laboral prometido por la actual administración, así como las contendientes, tienen voto doble: como docentes y como profesionales. También es posible mencionar que los puestos de los electores ya están dados en muchas de las facultades, siempre resultan siendo un grupo que sirve o se vende al interés pecuniario de los bandos en pugna por el control de la única universidad pública del país y su presupuesto millonario.

No hay opción para los estudiantes   

Desde el 2016 se rumoraba acerca de la candidatura del ingeniero Murphy Paiz: exdecano de la Faculta de Ingeniería (2015-2009), acusado por muchos y muchas estudiantes de reprimir la organización estudiantil en esa facultad, así como a todo aquel inconforme con su ejecución en el cargo (se denunció el latrocinio de varios cientos de miles de quetzales de obras licitadas por su propia constructora y nunca entregadas a la facultad, por lo que su constructora de cartón tiene una demanda por estafa). Más adelante se hizo presidente del Colegio de Ingenieros, de donde ha utilizado fondos para financiar su campaña clientelista que va desde brindar fiestas en hoteles lujosos llenos de bebidas alcohólicas y drogas a estudiantes con cierre de pensum, regalar un sinnúmero de objetos con su eslogan de campaña: YO AMO LA USAC, o comprar al estudiante falto de conciencia con internet, comida chatarra, gaseosas y fotografías. Hasta una campaña publicitaria ostentosa de la que nadie conoce su financiamiento. Denunciamos también sus nexos con los gobiernos del defenestrado Partido Patriota (PP) y el gobernante FCN. Por ejemplo: los contratos millonarios del Colegio de Ingenieros con el Gobierno de Guatemala para la construcción de carreteras que no han sido entregadas. Este candidato, además de sus nexos corruptos peca de ser machista, misógino y borracho, siendo principalmente la comunidad estudiantil la que presencia dichas actitudes, como asistir y dar clases de matemáticas en estado de ebriedad. A Paiz, también se le atribuye un gasto de fondos de la universidad para un viaje a Cuba con todos los gastos pagados (incluyendo, alcoholes y pago por “servicios sexuales”), un lechuguino de la política burguesa universitaria a todas luces, un tramposo al que el corruptible sistema de elecciones favorece.

Un peón del ex rector Gálvez

Ahora bien, Carlos Sierra siendo uno más –quizá el más importante– de los sirvientes del exrector Estuardo Gálvez es una de las piezas que éste tiene para retener sus privilegios dentro de la universidad, manteniendo una campaña publicitaria financiada también de manera anónima, llena de mantas gigantescas –como en su momento el actual rector–, cientos de afiches en toda la universidad y singles elaborados con canciones de moda en la radio; vende un discurso con “más academia, menos política”, es el menos conocido de las tres opciones, pero el que representa mejor la demagogia de la sucia política que tiene tomada nuestra universidad.

Por último, pero no mejor, se encuentra Hada Alvarado, quién presenta su tercera postulación. Con una imagen desgastada, presenta la idea de la nueva política y transparencia en la USAC, pero nadie conoce el origen del financiamiento de su publicidad. Hada lleva consigo una decanatura en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia, en la que no mejoró ni cambió nada, pero se le atribuye haber administrado mal los fondos de un edifico para laboratorios que nunca llegó a cumplir su objetivo, así como haber favorecido a sus círculos de amigos para captar la facultad. Maneja a su vez un discurso en el que busca ser favorecida por su condición de mujer –como se ha puesto de moda como herramienta predilecta, el machismo positivo en la loma progre–; de esa manera también es apoyada por aquellas personas que en 2015 se ufanaron falsamente de hacer la “revolución pacífica” o ser la generación equivocada, la candidata de la izquierda pink. Alvarado también utiliza a estudiantes para que hagan su ya cansada campaña, dedicándose más a acusar a los otros aspirantes de ataques mediáticos hacia su persona, con la ausencia de propuestas que le apuesten al bienestar del sector estudiantil, docente y trabajador de la USAC.

Estos son los candidatos conocidos, pero aún no oficiales. Según se sabe hasta al momento existe el grupo de “planillas independientes”, que pide votos de los estudiantes para ser electores y proponer un personaje idóneo posterior a las elecciones el 2 de mayo, pero poco se sabe de su proyecto y quién se encuentra detrás, debido a que manejan financiamiento evidente por redes sociales. Aún no se conoce la legitimidad y carece de credibilidad dentro del sector estudiantil, que mira con apatía el proceso electoral al tener un panorama ya cocinado por los tres bandos en pugna y su respectiva servidumbre estudiantil, docente y profesional, que no eligen la mejor opción sino a quien les podría asegurar un cargo o puesto en la siguiente administración, por decir coloquialmente: quien les da su hueso.

Por una elección mediante el voto universal y democrático

Los estudiantes se encuentran cansados de la contaminación visual y auditivas que producen las campañas publicitarias en el Campus Central, tal cual campaña basura de la política nacional. La mayoría desconoce el proceso electoral y las propuestas de los aspirantes, pues se sabe que apuestan por proseguir la privatización de la educación superior en la USAC, así como promover diferentes métodos de exclusión social como en su tiempo lo hicieron Gálvez y su sucesor Carlos Alvarado Cerezo. Esta será una elección más en la que no se velen los intereses y derechos de la comunidad universitaria, sino el de las cúpulas y cupulitas que detentan o quieren detentar el poder para promover sus negocios, así como a sus allegados dentro de la institucionalidad universitaria.

A lo largo del presente año, la Asociación de Estudiantes Universitarios -AEU-, ha subestimado la organización estudiantil y reduce sus esfuerzos a ridículos comunicados en redes sociales; este es el reflejo de un movimiento estudiantil que no logra encontrar en su propia dirigencia un factor aglutinador que promueva movilizaciones contra el tradicional carácter antidemocrático de la elección a la rectoría. Esta elección debería ser por medio de voto universal y directo, para que cada estudiante, docente, profesional y trabajador de la USAC puedan elegir al próximo cabeza de la única universidad pública del país. Se necesita de los sectores inconformes y conscientes para hacer un cambio de fondo en los representantes universitarios, se necesita organización y alzar la voz ante estas falsas elecciones que dejan el poder en manos de quien lucra con la educación superior y con el dinero del pueblo de Guatemala.