Por Hercilia Cáceres

La Universidad de San Carlos de Guatemala se encuentra en la mira, desde hace un par de semanas atrás, luego de que el pasado 28 de junio, el controversial Ingeniero Murphy Paiz asumiera el puesto de rector. Como primera acción al asumir su cargo, realizó en despido de centenares trabajadores, muchos de estos puestos, plazas fantasmas de dirección creadas por la administración de Alvarado Cerezo donde colocaba a sus allegados, los despidos incluyeron personas que realizaron propaganda  y favorecieron activamente su victoria; jugarreta que deja al descubierto al público el descontento de la campaña clientelista llena de promesas ilusorias de la que se valió Murphy Paiz para hacerse con el puesto más alto de la única universidad pública del país. Cabe mencionar que dichos despidos han preocupado a buen número de trabajadores de la enorme base laboral que conforma la USAC, creyendo que la expulsión de los allegados a Alvarado Cerezo de sus plazas fantasmas será seguida por el despido masivo de los verdaderos trabajadores de todas las divisiones laborales, pero la organización y pronunciamiento por parte de los sindicatos que se han portado entreguistas a la administración saliente ha sido nula o simplemente escasa.

Otra de las operaciones del nuevo rector ha sido la petición al congreso de la republica de una ampliación presupuestaria. Paiz realizó una intervención en el Congreso de la República en una reunión con los jefes de bloque de todos los partidos, presentando propuestas de tipo legislativas que incluyen reformas a la Ley de Servicio Civil, hasta reformas a la Ley Electoral. Posteriormente, pidió el aumento presupuestario abogando por el déficit de Q.565 millones que quedó vigente desde finales 2017, de no realizar el aumento amenazó con paralizar las labores universitarias desde el mes de octubre. Esto nos recuerda las maniobras oportunistas de su padre político, el ex rector Estuardo Gálvez, que movilizo a la comunidad universitaria para exigir correctamente el 5% del presupuesto que por ley se le debe dar a la USAC, pero acallando las voces que pedían correctamente, el 5% con el 100% de reforma universitaria y fiscalización de las autoridades universitarias en la ejecución del gasto.

Posterior a las propuestas del rector, los jefes de bloque realizaron una serie de peticiones en las que incluyen la investigación de plazas fantasma y la falsa construcción de un edificio Centro Universitario de Occidente, que es otro de los muchos casos de desfalco millonarios al presupuesto de la USAC, en los que el actual rector ha sido figura clave. Asimismo, el diputado José García Conrado como representante de la bufonería legislativa solicitó el cese de la reproducción del pensamiento comunista en la universidad, además de la paralización de movilizaciones estudiantiles en contra del organismo legislativo. Murphy Paiz, por su parte mostró una postura conciliadora sin respuestas concretas para no crear rechazo entre los jefes de bloque.

Dentro del sector estudiantil reconocemos la necesidad del aumento en el presupuesto y sobre todo la exigencia del 5% del presupuesto nacional asignado a la USAC, pero también vemos con preocupación a Murphy Paiz al frente, no solo porque apuesta a la privatización de la universidad sino porque su carrera política se ha visto intervenida por negocios corruptos y claro, también debe devolver los favores económicos que le fueron prestados para realizar su campaña rumbo a la rectoría, que no fue nada barata la compra de tantas voluntades para promover el clientelismo tradicional entre los estudiantes sancarlistas.

Por otro lado, el 13 de julio de 2018 cuatro buses urbanos de la ruta 203 fueron abatidos a tiros, debido al cobro de extorciones. Esta ruta es conocida por llevar su rumbo a inmediaciones de la universidad hacia otras zonas de la ciudad, en alguno de los ataques 5 estudiantes resultaron heridos. Los pilotos de los buses detuvieron sus labores afectando gravemente a la comunidad universitaria, dejándola sin transporte. Horas más tarde el rector hizo un llamado a los medios de comunicación para informar una nueva ruta de transporte seguro que duró únicamente un par de horas.  Al igual que las anteriores rectorías el actual magnifico solo hace gala de sus discursoS ante la opinión pública, pero no busca solucionar los problemas generales de la población estudiantil más grande del istmo centroamericano. Usando al estudiante como rehén busca exigir más dinero del erario público para poder seguir desviándolo a sus negocios espurios, es el estudiante mismo el único capaz de detener el plan solapado de privatización de la única universidad pública del país.