Por Ricardo Velásquez

El magisterio, postrado y moribundo por la prolongación de la dictadura impuesta por los gobiernos continuadores del golpe de estado, sigue en su lucha contra el gigante opresor y renuncia masivamente a la Cuenta de Ahorro Provisional. Esto a pesar de no poder movilizarse por la criminalización de la protesta, no poder paralizarse por la represión administrativa, no poder emitir gritos de protesta porque se le han cerrado todos los espacios. Entonces hay que renunciar a la CAP, la alternativa que ofrece falazmente el gobierno con el propósito de descapitalizar los colegios magisteriales.

El gobierno de Juan Orlando sabe que el magisterio ha sido el sector más beligerante en la última década, por ello ha puesto todo su empeño en doblegar a la otrora columna vertebral de la resistencia, y ha enfilado toda su política a destruir conquistas económicas, sociales y organizativas. Por eso, paralelamente a la eliminación de las conquistas de los docentes implanta, una política de destrucción de las organizaciones magisteriales. Para lograr su acometido elimina las licencias con goce de sueldo a los directivos y elimina las cotizaciones obligatorias a más de un colegio, además de que las reduce a 50 lempiras por cotizante.

Dar la espalda a los colegios magisteriales en este momento es rendirse ante la espada del verdugo, es traicionar las luchas heroicas de los mártires caídos; por eso el magisterio debe luchar por mantener vigentes sus organizaciones. La acción de renunciar a la CAP es un acto de protesta, de lucha y es un grito de condena a la política del régimen.

Sin duda alguna que en este momento el magisterio ha sido arrinconado y garroteado, pero aún conserva un nivel de conciencia que le hace reflexionar y tomar decisiones que son gritos de protesta. Tal vez el régimen pretenda exprimirlo, pero siempre se mantendrá una chispa encendida dispuesta a luchar.

¿Qué se esconde detrás de la tercera reforma educativa?

Recientemente Juan Orlando Hernández nombró y juramentó unilateralmente una comisión que impondrá la base para aprobar una tercera reforma educativa. Entre sus funciones están: establecer políticas, planes, programas y medidas encaminadas a solventar los problemas del sector, así como proponer actividades y programas de cooperación en alianzas estratégicas del sector educativo. (LT 23/04/2014).

En medio de las frases adornadas surge la primera pregunta ¿A qué problemas del sector se refiere?, la segunda pregunta sería ¿cooperación y alianzas estratégicas con quién y bajo qué términos?

Como es costumbre dentro de las leyes que suele aprobar el Congreso Nacional, estas siempre van disfrazadas de palabras técnicas y sentidos socio humanitarios, pero en el fondo no son más que leyes destinadas a sangrar al pueblo. En este caso al magisterio, padres, madres y alumnado en general.

El estira y encoge de la dirigencia magisterial        

Hace más de un mes, Eulogio Chávez –presidente del Copemh- anunció pláticas con el gobierno; hasta ahora la base no sabe nada al respecto. En esta ocasión, Luis Figueroa –presidente de la seccional 1 del Colprosumah- manifestó “Nosotros vemos buena la idea de ese proyecto y como Colpsrosumah estamos dispuestos a apoyar, pero si se trata de violentar los derechos laborales de los profesores, desde luego, vamos a estar en contra…”. (LT 23/04/2014).

Hasta ahora las reformas educativas no han hecho más que eliminar conquistas económicas y sociales al magisterio, esta reforma no cambiará el rumbo de los propósitos. Por lo tanto la apreciación del presidente de la seccional 1 del Colprosumah no es más que un espejismo en el cual se ve un anhelo que se desea, pero que de antemano sabemos que no se hará realidad.

Cualquier reforma es para reprimir…el magisterio debe levantar su propia propuesta

Si el magisterio ha renunciado a la CAP masivamente, significa que las políticas impuestas por el gobierno de turno no avizoran esperanza alguna; por lo tanto, cualquier ley que el gobierno impulse unilateralmente, inmediatamente debe ser rechazada por la base y la dirigencia.

Si bien es cierto que llamamos a defender las organizaciones magisteriales, también es cierto que debemos emplazar a las dirigencias y sus decisiones equivocadas. La base del magisterio ha adquirido con la lucha un nivel de conciencia que le permite dilucidar los propósitos del régimen; el magisterio debe elaborar sus propias propuestas, si las dirigencias se acomodan, estas deben ser reemplazadas salvaguardando la legalidad de las organizaciones.

¡Este primero de mayo a defender las organizaciones magisteriales!