Por Gerson de la Rosa

Las acciones de protesta de los estudiantes universitarios en los distintos centros regionales del país, han puesto al descubierto la verdadera naturaleza de las autoridades universitarias. La poca capacidad de dialogo, la intransigencia en resolver la problemática planteada por el movimiento estudiantil, sumado a la falta de valores democráticos y las prácticas de autoritarismo han sido parte de las aristas mostradas por la señora rectora y su corpus de seguidores insertos en los diferentes organismos de dirección en la Universidad.

Por otro lado, las prácticas represivas hacia la comunidad estudiantil, mismas que sintetizan en los diferentes requerimientos fiscales y el de adoptar medidas sustitutivas hacia los principales dirigentes, el despido selectivo de personal que simpatiza con las acciones de los estudiantes, así como el desplazamiento de un amplio contingente policial para reprimir a los estudiantes que mantenían ocupadas las instalaciones de Ciudad Universitaria y de los centros regionales, han enardecido a los diferentes agentes de la comunidad universitaria y a la opinión pública.

Lo cierto es, que las movilizaciones y las acciones de protesta de los estudiantes han logrado evidenciar las políticas neoliberales de Julieta y sus sequitos, además de la centralización del poder y los diferentes mecanismos de represión de los organismos de dirección de la UNAH.

¿Medidas académicas o neoliberales?

Los cinco años de gobierno de Julieta Castellanos han sido desastrosos para los trabajadores de la Universidad, dado que durante su gestión ha logrado aplacar la oposición representada por el movimiento sindical y el magisterial, con ello ha destruido los instrumentos de ley que contemplan la normativa para regular las relaciones obreros patronales –Estatuto del Docente Universitarios y XIV Contrato Colectivo-.

Situación que le permitió imponer sus propias políticas de selección de personal, no otorgar los aumentos contemplados por la indexación salarial y costo de vida e introducir una serie de medidas para no lograr las reclasificaciones y de esa manera no asegurar la movilidad salarial. Por si esto fuera poco, sus políticas de contratación han puesto en detrimento el Instituto de Previsión de la UNAH, hasta el punto de que el mismo gobierno de JOH ha intervenido argumentando que se deben de implementar una serie de medidas para rescatar la institución por el déficit actuarial existente.

Además de esto, se ha acelerado el proceso de centralización del poder eliminando las instituciones de los estudiantes, docentes y trabajadores en los órganos de dirección universitaria, en algunos casos eliminándolas y en algunos convirtiéndoles en órganos consultivos sin poder resolutivo.

En ese sentido, los docentes y estudiantes han quedado al margen de las decisiones y sin representaciones en los organismos de dirección. Situación que se agrava al momento de tomar decisiones que afectan de forma directa los intereses desde la perspectivas de las relaciones laborales y lo académico.

Desde esa perspectiva fueron aprobadas las reformas a las normas académicas y con ello elevando el índice de aprobación y permanencia, así como la introducción de la tabla que restringe la matricula en relación al desempeño durante el periodo académico. Violentando el derecho al acceso a la educación gratuita que contempla la Constitución de la República.

El discurso de las autoridades gira alrededor de la calidad educativa, elevar el desempeño académico de acuerdo a estándares internacionales, no obstante las medidas se dirigen a restringir el acceso a miles de estudiantes universitarios a la educación pública, dado que el Estado no está en la disposición de aumentar la capacidad instalada de los centros educativos del país y contratar personal docente, dado que se implica derogar mayor cantidad de presupuesto en materia educativa.

Hacia la constitución de un movimiento amplio de indignados

Los estudiantes universitarios son el único bastión de oposición de la señora Rectora Julieta Castellanos, y ella lo sabe muy bien, he ahí su intransigencia. Desafortunadamente, los docentes y trabajadores no han jugado un rol importante y significativo en el proceso de la lucha, aún pesa las derrotas acaecidas los años anteriores, pero todavía pueden integrarse e introducir un pliego de lucha que contemple un aumento general de salarios, exigir se resuelva la problemática planteada a través de un dialogo nacional que incorpore a docentes y trabajadores universitarios, la firma inmediata del XV Contrato Colectivo, el respeto a la libertad de cátedra y la eliminación de los antidemocráticos e inconstitucionales mecanismos de control. En ese sentido, desde el PSOCA proponemos que los docentes críticos, beligerantes e interesados en el rescate de la academia y el respeto de los valores democráticos, se organicen para conforma un movimiento amplio de docentes y trabajadores indignados. Con ello, se asegurará la presencia de sectores fundamentales en la resolución de la problemática universitaria.