Por Rita Chac

Este año compañeros y compañeras, camaradas, estudiantes del alma mater fueron acusados injustamente, enjuiciados y expuestos ante un sistema fallido, que castiga al oprimido y defiende al opresor. 75 estudiantes fueron procesados por el supuesto delito de usurpación de predios y sedición, por acusación de Julieta Castellanos respaldada por las fuerzas policiales y el ministerio público

Definitivamente, encaramos a un régimen dictatorial y a un sistema educativo retorcido. Pasamos a ser parte de un nuevo despertar de la población hondureña, pusimos nuestra alma y corazón en la capucha, la que simbolizó la rebeldía, coraje, esperanza y amor por un pueblo que día a día se le es negada la educación.

La crisis universitaria inició en 2005 con lo que, ellos llaman la Cuarta Reforma Universitaria. La lucha contra el plan de arbitrios, impuesto en 2002 y que las autoridades alegaron no haber modificado, el cual desmentimos a través de un comunicado. Reafirmamos hasta el día de hoy que fue derogado lo que corresponde al artículo No. 16 del Plan de Arbitrios, y luego fue publicado en La Gaceta del 06 de mayo de 2008.

Nuestra resistencia viene fortaleciéndose desde 2010 con un sector de estudiantes vanguardistas en contra del proceso de Reforma Universitaria. A medida avanzamos en ese largo proceso de construcción colectiva, nuestras exigencias así como nuestra capacidad organizativa fue madurando progresivamente, lo que comenzó por solicitar mejoras de infraestructura, participación estudiantil en la toma de decisiones que nos compete a todos y todas, y la denuncia de las Normas Académicas aprobadas de forma arbitraria sin la participación de los y las estudiantes, paso a ser el clamor de un pueblo por una educación pública, de calidad, participativa e incluyente, así como la derogación de las normas académicas, la no criminalización de la protesta estudiantil. Nuestra lucha se convirtió en la búsqueda de una educación liberadora del pueblo y para el pueblo.

Con lo que nos caracteriza como juventud y como movimiento estudiantil universitario, esa capacidad de imaginar, construir y crear junto a las bases, nuestra lucha forjo nuevos matices de colores, nuevas estrategias en las cuales se incluía la organización constante de los compañeros y las compañeras desde cada una de sus carreras, la formación política-académica, las asambleas informativas y asambleas de toma de decisiones colectivas, en la que él o la representante de cada una de las carreras conformadas en asociaciones y movimientos estudiantiles independientes llevaban la voz de los y las estudiantes que participaban en dichos procesos, logrando la legitimidad por parte de un gran sector de la población estudiantil.

Nuevamente las autoridades con sus estrategias de coerción política, acompañados y respaldados por los activistas de los frentes estudiantiles (FUR Y FUUD) aseguraron no reconocer las asociaciones estudiantiles actualmente constituidas, a lo que nosotros respondemos que ¡No son los frentes ni las autoridades universitarias quienes deciden que proceso de auto organización o quienes nos representan, somos nosotros y nosotras quienes tomamos esa decisión! No permitiremos se traicionen los principios y valores que el movimiento estudiantil universitario ha venido forjando desde años anteriores, no permitiremos que ningún sector o persona con intereses personales más allá de los intereses auténticos de las asociaciones entreguen la lucha, ya que esto lo vemos como una clara traición que será denunciada ante la comunidad estudiantil y sociedad en general.

Hoy hacemos nuevamente el llamado a las bases organizadas en las diferentes asociaciones de carrera a defender su derecho legítimo a decidir, ya que como sector progresista creemos en el empoderamiento de las asocias, así como la importancia de formar un relevo generacional coherente y consciente de las necesidades de nuestra sociedad, se logra a través de las asambleas generales donde se toman las decisiones importantes del futuro de la educación, de la forma de participación y de todas nuestras exigencia, no a través del cabildeo del sector reformista, es momento que la consigna de Todos y Todas Somos MEU adquiera sentido nuevamente, ya que este se encuentra conformado por las asociaciones de carrera, movimientos estudiantiles independientes y estudiantes independientes. No por un pequeño sector que quiere liderar y tomar protagonismo de la lucha de todas y todos.

Es necesario que las asociaciones asuman su papel histórico a través de los procesos democráticos de las asambleas, la bandera de la lucha estudiantil debe ser encaminado por ellas, dejando por fuera el sectarismo, los vicios de partido y de los reformistas académicos.