Por Horacio Villegas

El jueves 6 de diciembre ocurrió un hecho peculiar cerca de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), que tuvo mucha semejanza a las acciones populares de los chalecos amarillos en Francia: se quemaron tres unidades de transporte exigiendo la rebaja de la tarifa al transporte público, que tuvo un aumento de un lempira a comienzos del mes de diciembre.

Los estudiantes universitarios únicamente protestaron contra estas medidas, y la quema de los autobuses ha sido puesta en cuestión, ya que rondaban policías exactamente en el lugar de los hechos. Este dato incrimina directamente como hechores de la acción a la Policía Nacional, quiénes tendrían pretextos para poder atrapar estudiantes y así sembrar terror entre los jóvenes universitarios, que podrían iniciar una jornada de protesta por esta medida que arremete contra la economía de los hondureños.

Las autoridades de la Universidad lanzaron un comunicado suspendiendo las clases a partir de las 2:00 pm, lo que también contribuyó a que el pretexto de detención de los jóvenes universitarios por la policía ocurriera sin mayores obstáculos; pues luego de la quema de los autobuses es de conocimiento común que varios jóvenes se quedarían viendo el evento, como simples espectadores, y no es posible que entre tantos universitarios la policía haya dado con los responsables, sin previas investigaciones. Se trata de un montaje en perjuicio de los compañeros manifestantes.

Los 3 compañeros que están guardando prisión provisional de manera arbitraria son Rolando Melghem, Carlos Eduardo Hernández y Misael Martínez; y es el juez Número 11 del Juzgado de Letras de lo Penal de Francisco Morazán quien les acusa de “incendio agravado”.

La abominable cara de la injusticia continúa lacerando la dignidad de inocentes. En algunas páginas estudiantiles se colocan ejemplos de contradicciones de la “justicia” hondureña: la red de diputados corruptos en el caso pandora, los enjuiciados por el tema del Seguro Social, el caso del hermano narcotraficante de Juan Orlando que fue juzgado fuera del país debido a la ceguera y sordera de los tribunales de “justicia” de acá, etcétera, etcétera.

Hasta el momento los organismos de defensoría de Derechos Humanos han dado respaldo a los compañeros que han sido enviados al presidio de Támara, con prisión provisional. Pero es necesario evidenciar la injusticia que se está cometiendo con estos compañeros que son inocentes, a través de campañas en contra de estas absurdas detenciones y demás actos que no son otra cosa que persecución hacia nuestros compañeros, y una forma burda de los órganos de seguridad del Estado, para tener nuevamente chivos expiatorios.