Por Carlos M. Licona

Ser dirigente en momentos de lucha es moverse al filo de la navaja, es lindo cuando solo se encargan de administrar las finanzas del gremio, sin embargo, se vuelve complicado cuando hay que obedecer a la base. Sobre todo, si hay que orientar, conducir y dirigir la lucha. Pero de eso se trata ser dirigente: ¡DIRIGIR!

Un dirigente debe orientar, es probable que la base se equivoque a veces, pero ya fue advertida por quien dirige. La base, así como puede acertar, a veces también puede hacer una lectura equivocada del contexto, quizás influenciada por factores externos. De ahí la importancia de los balances de la lucha, se hacen ajustes y se plantean nuevas propuestas. La estrategia es única, la táctica puede variar de acuerdo a como se van presentando los sucesos.

El magisterio, en Honduras, sabe la experiencia dolorosa de la derrota, luego el ensañamiento del régimen en contra del gremio, muchas conquistas se eliminaron, violentaron la ley y lo siguen haciendo. Ese magisterio digno y siempre con ánimo de lucha, entregó el pellejo a finales del siglo pasado y en la primera década de este, han sido 10 años de sufrir revés tras revés desde que Porfirio Lobo sustituyó a Micheletti en el 2010.

El magisterio se movilizó contra Carlos Roberto Flores (1998-2002), contra Ricardo Maduro (2002-2006), contra el mismo Manuel Zelaya (2006-2009), contra Micheletti (2009-2010), contra Porfirio Lobo (2010-2014), siendo el gobierno de Juan Orlando Hernández (2014-2018) el único que no había sufrido un embate del magisterio, obviamente, el motivo fue la férrea represión del régimen en contra de los docentes. Para las movilizaciones de las antorchas en el 2015, el magisterio lo hizo de forma personal y no como gremio. Sin embargo, ha sido en mayo del 2019 en que el magisterio nuevamente se levantó como el ave fénix.

Ya se ha hecho referencia a la lucha actual en artículos anteriores, por lo tanto, nos interesa el balance de cómo transcurre la lucha en los últimos días. No hay ninguna duda, que la Plataforma para la defensa de la Salud y la Educación, es la estructura actual con el perfil de lucha para el pueblo hondureño, la Plataforma ha venido a dar un hálito de esperanza a la población. Este pueblo que hace poco más de un mes, no tenía ninguna opción de quién vendría a levantar una bandera.

El papel del Colegio Médico, con la Doctora Suyapa Figueroa a la cabeza, ha dado muestras de poseer carácter y fidelidad a su base. Ya llevan más de dos años de venir estudiando la Ley Marco del Sector Salud, y hasta ahora han logrado detener ese proyecto del régimen, de pretender privatizar la salud.

Como la lucha es dialéctica, ha sido el mismo régimen que se encargó de unificar al sector salud y al magisterio. Así que, médicos y docentes lograron detener en el Congreso Nacional, los decretos para la transformación de la salud y la educación. Posteriormente a este hecho, los dos gremios se fueron con todo contra los Decretos del ejecutivo, que permitían la transformación de los dos sectores y que se amparaban en un Decreto de emergencia del 2011 (en lo que alude a educación), de esta forma el movimiento social se agenció otra victoria: La derogación de los PCM.

Pero esta victoria del pueblo hondureño, se ha logrado en un momento donde el régimen juanorlandista se ha debilitado, donde la iglesia católica le ha quitado el apoyo, donde un sector de la empresa privada se desmarca y se rumora que hay mucho malestar dentro de las Fuerzas Armadas (principalmente por las fricciones internas entre las diferentes promociones).  Sin embargo, que el régimen esté debilitado no significa que va caer, no significa que el magisterio le va tumbar, falta el levantamiento popular de todo el pueblo para hacerle caer.

Mientras la dictadura tenga el apoyo de la embajada, del ejército y de un sector fuerte de la empresa privada, seguirá ahí, vivita y coleando.

¿Hasta dónde debe llegar el magisterio? ¿Podrán solo los docentes botar la dictadura?

Si bien es cierto, que el gobierno de Juan Orlando, cometió un error al juntar a médicos y docentes en un mismo saco, también hay que aceptar, que la dictadura un as de la manga de la camisa al coaptar a 4 presidentes de 4 colegios magisteriales. Este hecho vino a oxigenar al régimen y les permitió mediatizar en los medios de comunicación con el tal sonado DIÁLOGO entre médicos, docentes y gobierno.

El régimen logró que la base magisterial, en vez de celebrar como una victoria la eliminación de los PCM, se volcara a señalar la traición de los dirigentes que firmaron el 2 de junio. Como la firma del acuerdo se hizo por fuera de la Plataforma, inmediatamente fue motivo para una nueva consigna: “El diálogo solo puede ser con la Plataforma”. Y así debe ser, ya que la PLATAFORMA es la única estructura actual con moral, credibilidad y claridad sobre la defensa de los dos sectores involucrados. Hay que señalar que, en el momento actual, ante el casi desaparecimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), corresponde a esta nueva estructura el abanderar la lucha del pueblo.

Los docentes ya llevan más de un mes movilizándose, a mediados del mes de mayo la base rebasó la expectativa de la dirigencia. A los docentes y médicos se les sumó los combativos jóvenes universitarios, hecho suficiente para lograr el objetivo. Sin embargo, tal y como lo manifestó en su momento Ebal Díaz, han dejado que el magisterio se desgaste y se canse, no han sido represivos como en su momento lo fue Marlon Escoto, en el gobierno de Porfirio Lobo. Esto ha influido para que el gremio pueda salir a las calles, en el caso de los médicos su participación es relativa, suspenden las consultas, pero atienden casos de emergencia, su presencia en las movilizaciones es simbólica. En cuanto a los medios de comunicación, han tratado el tema con guantes de seda, sobre todo permanecen llamando a las partes al diálogo.

La población hondureña ha puesto sus esperanzas en la Plataforma para la defensa de la Educación y de la Salud. Sin embargo, demagógicamente se pretende hacer creer que, el triunfo del pueblo hondureño va implícito en el accionar de la Plataforma, lógicamente también una posible derrota. En los análisis hay que ser objetivos, y hasta ahora, solo se ha movilizado el magisterio, algunos médicos, jóvenes universitarios y personas jubiladas o a título personal (refiriéndonos a Tegucigalpa). La lucha que se sigue en las afueras de la capital, principalmente en el atlántico y el sur del país, tiene otras variantes que perfectamente pueden ser objeto de análisis, en un balance más amplio.

Estos últimos 3 días, la movilización se ha visto mermada, sin rumbo fijo y sin orientación alguna. Prácticamente los docentes de primaria han regresado a clases, muchos colegios de media también. Son los colegios grandes los que han alimentado las movilizaciones, sin embargo, es evidente la reducción de participantes. Por todo lo anterior, hay que estar claros, el magisterio solo no tumbará la dictadura. Sin todo el pueblo levantado, el magisterio avanza nuevamente al matadero.

La propuesta de la Plataforma de la “Instalación del Primer Diálogo Ciudadano Alternativo ante el gobierno de la República” es muy correcta, el Colegio Médico ya debe tener sus nombres de expertos internacionales en la Salud Pública, lamentablemente, por el magisterio no tenemos expertos, no conocemos propuesta alguna, solo sabemos que, hasta ahora, el gobierno de JOH reconoce como interlocutores a los 4 firmantes del 2 de junio. Tampoco se conoce los posibles alcances del producto que salga del “Diálogo Alternativo”, o mejor dicho; el camino a seguir una vez que esté el producto.

Después de un mes de lucha y de movilización gremial, ya se inicia a debatir en los institutos más grandes de la ciudad el regresar a las aulas. Después de caminar sin rumbo, nuevamente el magisterio solo, es necesario abrir el debate, con seguridad que ni el presidente del COPEMH ni el de PEDAGOGOSH se quemarán las manos con esta discusión, tampoco lo hará la Doctora Suyapa Figueroa. Corresponde a la base abrir el debate, corresponde a los alumnos (en media por lo menos) y madres y padres de familia. El magisterio, los médicos y la Plataforma deben iniciar la discusión de replantearse la lucha.

La realidad es evidente: No hay levantamiento popular.