Por Carlos M. Licona

Para que existan los cambios radicales deben generarse contradicciones o rupturas bruscas, eso fue lo que sucedió en el 2019 en el Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras, COPEMH, nadie hubiera apostado que el frente gobernante se fraccionaría y que  perdería las elecciones, un FREDECOPEMH que controlaba a su antojo el colegio de mayor beligerancia en las últimas décadas. El COPEMH fue creado en los mejores momentos de la guerra fría (1971), era la época de las corrientes marxistas estalinas (pro rusas) y maoístas (pro chinas) peleándose las direcciones de las organizaciones sindicales, gremiales y campesinas. Los grupos de ultraderecha financiados desde el mismo Estado no se quedaron atrás y crearon sus grupos muy bien controlados como el PRICPHMA por ejemplo, luego, con el fin de la guerra fría también terminaron cooptando o arrebatando las direcciones del movimiento obrero, sindical y gremial.

Ante la falta de formación política en las organizaciones, se vuelve muy difícil que los afiliados rompan con el cordón umbilical que les ata a los partidos tradicionales del país, dando un grandioso salto en la lucha de clase generada por el golpe de estado del 2009 en que la mayoría de los activistas o simpatizantes del Partido Liberal rompieron de tajo, tanto así, que dicho partido corre el peligro en este año de pasar a convertirse en la cuarta fuerza política. El dilema es que, mientras los afiliados o dirigentes siguen ligados a los partidos políticos se vuelve muy fácil para cualquier gobierno sentarlos a negociar y para cualquier afiliado se vuelve muy cómodo no acudir a las calles a condenar las políticas del gobierno por el cual votó.

La burocracia, su feudo y la ruptura

Con la finalización de la guerra fría y los acuerdos de paz en Centroamérica a finales de los ochenta, las dirigencias se burocratizaron y se negaron a formar jóvenes para un cambio generacional que a estas alturas a quedado suelto sin ideología que le alimente, entonces no es casual la falta de liderazgo o la escasez de argumentos para defender una postura u opinión sobre una exigencia. Pero además, a la par de los cambios políticos de los años noventa se dio otra particularidad; el incremento a las cotizaciones por cada afiliado, esto fue volviendo las finanzas de las organizaciones muy atractivas para los oportunistas sin escrúpulos y sin ideología, este fue el caso del COPEMH, que de ser una de las organizaciones con mayor formación y claridad política fue secuestrada por un grupo que, paradójicamente, lideró uno de los peores dirigentes que ha tenido en el país organización alguna.

Una propuesta hecha en el 2018 sobre realizar una auditoría forense en la organización fue el cerillo que inició la fractura del FREDECOPEMH y originó el proyecto del Frente de Rescate del COPEMH, FRC, un recién creado frente que salió triunfador en las elecciones del 2019 con un respaldo enorme de la base, además, luchando contra viento y marea contra toda la maquinaria del poder.

Elecciones 2021: a consolidar el proyecto FRC

Mantener un proyecto sin mácula alguna es complicado cuando este mismo se origina de los mismos estertores del grupo que se rompió, de ahí que entra en juego el papel de la base de inmiscuirse en toda actividad, una base enfocada en adecentar una organización para que no regresen los corruptos y no sea atrapada nuevamente por personajes que arrastran vicios del pasado.

Consolidar el proyecto del rescate del COPEMH implica dar formación permanente a los afiliados y permitirles que se empoderen de todos los espacios, pero también implica que los jóvenes muestren empeño en asumir con responsabilidad y madurez los espacios intermedios de dirección. Los proyectos no responden a objetivos individuales sino más bien a propósitos colectivos en los que se persigue un mismo fin para beneficio de todo el COPEMH, en este caso.

Por lo anterior, ahora más que nunca, se debe apoyar el proceso electoral que los perdedores del 2019 han tratado de boicotear por todos los medios posibles utilizando oportunistas que aún les siguen. Estas elecciones, ya sea con el consenso de una planilla única o con la participación por separado de los frentes debe ser respaldada y vigilada por la base, para que, igual que en el 2019 se pueda cimentar la transparencia e iniciar la formación política de un relevo generacional que está muy ávido por aprender.