Por Carlos Alberto Fúnez

El gobierno de doña Xiomara Castro ha causado gran alboroto con el llamado a clases presenciales a partir del 18 de abril, por un lado, los sectores que consideran que los educandos muy poco han obtenido con dos años alejados de los centros educativos. Por otro lado, algunos dirigentes magisteriales que consideran que el retorno a la presencialidad inmediatamente después del receso  de semana santa; ocasionará un aumento en el nivel de contagio de COVID-19, situación que podría desencadenar la muerte de maestros y educandos.    

Entre los riflazos de uno y otro lado se encuentran los educandos, que son los mayores perjudicados al mantenerse alejados de los docentes, y, los mas beneficiados con el retorno a clases presenciales en su totalidad.

Diferencias entre dirigentes, un nudo giordano milenario

No se puede hablar de aplicar políticas educativas sin antes caracterizar a los presidentes de los colegios magisteriales. Las personas que dirigen ahora al magisterio son totalmente diferentes a los dirigentes de la década de los ochenta y hasta noventa, años en que no existían riquezas y por el contrario, los dirigentes ponían dinero de su bolsa para financiar actividades de lucha. Poco a poco el burocratismo fue absorviendo a las figuras actuales, y, estas a la vez, fueron creando feudos de los que se niegan a salir, considerándose dueños muchas veces de las finanzas y de los bienes de las organizaciones.

Actualmente es muy evidente la fragmentación de las dirigencias; algunos que, han pasado a ser funcionarios del gobierno de LIBRE mientras otros tienen como aspiración no perder el control de la organización que dirigen. En el caso del COPEMH y COPRUMH existe una seria diferencia desde la lucha de marzo del 2011 que aun sigue pesando en la unidad de los maestros, esta fricción se acrecentó a madiados del 2019 en la lucha contra el régimen de Juan Orlando Hernández por la derogación de varios PCM (decretos Por Consejo de Ministros).

Con el nombramiento del dirigente del COPRUMH, Daniel Sponda, como Secretario de Educación, se aumentó la incomodidad en los docentes por la decisión del ahora ministro, de reunirse con funcionarios del exdictador en plena lucha del 2019. Para nadie es desconocido que varios de los dirigentes del magisterio se promocionaron desde el triunfo del Partido LIBRE el 28 de noviembre del 2021, para ser el titular de educación. Creándose de esta forma un ambiente corrosivo entre los nuevos funcionarios de Educación y sus anteriores compañeros de lucha en las calles. Edwin Hernández y Jaime Rodríguez son expresidentes del COLPEDAGOGOSH y COPEMH respectivamente.    Edwin Oliva fue presidente del COLPROSUMAH y es el Secretario General de la Secretaría de Educación.

Mientras los funcionarios actuales coinciden en la necesidad de las clases presenciales, el otro sector que se mantiene principalmente en la dirigencia del COPEMH y PRICPHMA, han venido variando el discurso; 1) que no existen condiciones en los edificios, 2) que no existen implementos de bioseguridad, 3) que el oficio donde se da la orden es inentendible y contradictorio, 4) regresar a clases en la forma presencial, traerá como consecuencia el aumento exponencial de personas contagiadas de COVID y, en su defecto, de muertes. 5) desde el 1 de febrero estamos en clases.

A recuperar lo que la cuarentena se llevó

Si hay que Hablar de culpables en este retroceso en la educación pública es hablar de 12 años de una dictadura que nunca se interesó en una educación de calidad, es hablar de las dirigencias del gremio que han vegetado en los colegios magisteriales, es hablar de una universidad que es la encargada de formar a los nuevos licenciados en educación, es hablar de políticas desatrosas.

El gobierno lleva casi los tres meses de haber iniciado, es ser intransigente el despotricar por una medida correcta que beneficia a nuestros educandos. El dirigente consecuente en estos momentos no debe levantar banderas de lucha que reflejen la división entre colegios magisteriales. Para avanzar en educación en este momento pasa por empujar todos en la misma dirección.

Es un buen momento para converger con la alegría de la mayoría de la población, y, a la par, iniciar un diálogo encaminado a mejorar la calidad educativa, negociar los aumentos salariales y remediar de una vez por todas la jubilacion digna que la dictadura se robó.