Por Josefina Arguello

Hace pocos días, en los postes de las calles de Managua aparecieron colgadas varias mantas publicitarias anunciando una caminata por la educación, esta se llevó a cabo el domingo 28 de abril. La iniciativa fue promovida por algunas organizaciones de la sociedad civil, que realizan estudios sobre educación, el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la siempre presente USAID.

La campaña tiene un gran slogan: “+ Educación – pobreza x más oportunidades ÷ todos y todas”. Es interesante que se promuevan estas acciones de visibilización para llamar la atención de la población sobre un tema que pasa totalmente desapercibido como es mejorar la educación en el país. Sin embargo, nos preguntamos si realmente una caminata de 4 kilómetros influye en el enorme maratón que es la deserción escolar en Nicaragua?

Cifras alarmantes

Recientemente un estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, y la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana del Sistema de la Integración Centroamericana (CECC-SICA), reveló que en Nicaragua 723,399 son los afectados con la deserción escolar de los cuales 564,309 son niños y niñas de Primaria.

El estudio realizado a nivel Centroamericano indica que Nicaragua es el país más rezagado en la región: “Nicaragua es un caso particular, ya que la intensidad del rezago es significativamente mayor, pues se sitúa 13 puntos porcentuales sobre el total regional, casi 1 de cada 3 estudiantes asiste con rezago al nivel primario” (El Nuevo Diario 18-04-2013)

También este año el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó un estudio titulado “El ascenso del Sur: progreso humano en un mundo diverso” El estudio indica que Nicaragua ocupa el puesto 129, con una esperanza de vida de 74.3 años, una escolaridad promedio de 5.8 años y un ingreso bruto per cápita de US$2,551 en 2012”. (El Nuevo Diario 15/03/2013).

Las cifras del PNUD no son nada alentadoras. El ingreso per cápita, para Nicaragua es de $ 2.55 al día, esto refleja que sí el nicaragüense promedio tiene que sobrevivir a diario con esta cantidad que oportunidades tendría para mejorar sus condiciones de vida, si ni siquiera puede alcanzar el costo real de la canasta básica.

Nicaragua es un país joven el 35 % de la población lo conforman los adolescentes (entre 13 y 17 años) y jóvenes (de 18 a 29 años) Contradictoriamente los programas educativos no pueden responder a la demanda actual. Muchos niños y jóvenes quedan fuera del sistema escolar. Un buen número deserta y no continúa sus estudios. La situación económica no favorece a que sectores vulnerables tengan acceso a educación. Miles de niños viven en extrema pobreza, muchos realizan trabajo infantil en las calles o en el campo.

La educación es un complejo proceso en el cual intervienen un sin números de factores para que un país pueda alcanzar mejores oportunidades para todos. El IDH, por sus siglas (Índice de desarrollo humano) tiene indicadores precisos para evaluar cuáles han sido las políticas públicas para que la población adquiera mejores condiciones de vida, oportunidades de salir de la pobreza, acceso a la educación y salud.

Aunque el gobierno presenta robustas cifras de matrícula inicial y la educación pública es gratuita, todavía no logra disminuir la deserción escolar. Este año el Ministerio de educación se trazó la meta de dar cobertura de matrícula a más allá de 1.8 millones de estudiantes en los 153 municipios del país. No obstante, el registro de matrícula inicial no significa que concluirán el año académico. De acuerdo al informe de Unicef 723,399 quedan fuera del sistema educativo esto significa más de la mitad de lo que el gobierno planteó como meta.

En Nicaragua se necesita al menos 12 años para completar la educación básica y secundaria. Sin embargo, el estudio de Unicef muestra que en nuestro país los estudiantes promedios requieren aproximadamente 14 años de estudio, por factores de repetición y deserción escolar. Comparado con los países de la región Nicaragua está en la desventajosa situación de 2 años de retraso por cada estudiante que concluye.

Educación Básica

El gobierno dijo que de la población total de potenciales estudiantes se cubre un 94% de matrícula escolar. Sin embargo de este universo desgranamos la deserción de la siguiente manera: 40% en primer grado, 32% de sobrevivencia rural, 5% en escuelas incompletas y 35.6% de familias pobres y 21% de pobres extremos.

Otros factores que inciden en la deserción escolar son los siguientes: Libros. Esporádicos. Pocas bibliotecas escolares y las que existen en su mayoría son utilizadas para almacenar granos básicos. Agua potable: 51.5% de los centros educativos no tienen. Aulas: 14,637 aulas (52.6% del total) requieren reparación, rehabilitación, o remodelación. Datos MINED y estudio de IEEP

Esta deserción le cuesta al Estado nicaragüense 29.6 millones de dólares anuales. Esto demuestra la total incapacidad del Gobierno y el ministerio de educación de tener una estrategia coherente para que estas pérdidas socioeconómicas se minimicen. Además el Ministerio de Educación hace minimos esfuerzos por realizar alianzas con organismos de la sociedad civil enfocados en el mejoramiento del currículo educativo.

Fallidos planes del MINED

Durante las últimas décadas el Ministerio de Educación y sus planes nacionales han sido programas de adoctrinamientos políticos de los gobiernos de turno. No ha existido un verdadero sentir o enfoque de contrarrestar la deficiente calidad educativa. En los dos gobiernos de Ortega, los maestros no han salido a protestar, como en los gobiernos neoliberales, por aumentos salariales y mejora de las condiciones laborales.

Se implementó un bono que no se registra como aumento salarial, de manera tal que su salario nominal sigue siendo el mismo de hace muchos años. Los maestros han sido instrumentos de activismo político en las escuelas secundarias y hay nula capacitación de los mismos. Los Talleres de Evaluación, Programación y Capacitación Educativa (TEPCEs) que se realizan mensualmente son utilizados para bajar orientaciones de orden político-partidario, no hay un esfuerzo por erradicar el empirismo en los maestros, y no hay discusiones sobre temas pedagógicos.

Retos de la Calidad Educativa

Durante un foro nacional sobre educación realizado el año pasado en un lujoso hotel, escuchamos a un especialista en educación decir que según los estudios realizados, Nicaragua tiene un sistema de alfabetización de 12 años. Esto molestó a algunos participantes, sin embargo comparando informes, nuestro actual sistema educativo al parecer tiene como fin continuar perpetuando la pobreza, porque la educación de calidad la siguen monopolizando los colegios privados, compitiendo entre ellos para que los estudiantes adquieran más competencias y habilidades preparándolos para el campo laboral.

Para poder empezar a iluminar este oscuro escenario se debe empezar por los siguientes puntos:

Superar pobres aprendizajes. Atención a la Extra-edad (40 %) y problemas psico-sociales. Docencia: 25% de empirismo en primaria y 35% en secundaria. Perfiles pedagógicos más pertinentes. Nivel de vida más digno. Pertinencia del Currículo y Modalidades. Mejores condiciones y ambientes educativos en los centros de estudio. EDUQUEMOS/UNICEF.

Empresa Privada: Responsabilidad Social Empresarial o disminución de costos?

El Cosep está preocupado por la baja educación de la mano de obra, por ello también ha realizado su propio estudio sobre las oportunidades laborales que Nicaragua presenta. Para los empresarios, los costos de operación bajarían significativamente si la oferta educativa tuviera un enfoque más tecnificado. En la empresa privada se han visto en casos que tienen que importar mano de obra calificada porque en nuestro país no hay personal competente para manejar cierto tipo de maquinaria o equipo.

Esto evidentemente obedece a que el sistema educativo en general está totalmente desarticulado, no hay un enfoque sistémico, hay un divorcio total entre lo que el mercado ofrece y las necesidades de los empresarios y de las transnacionales.

Bajos salarios del magisterio

Se necesita reivindicar al magisterio que es un sector sumamente deprimido, con pocas o nulas posibilidades de profesionalización para que sean el principal motor y demandar al gobierno un cambio profundo en las políticas y estrategias educativas.

El maratón de la deserción escolar cada vez va sumando más participantes quienes en una interminable carrera llena de obstáculos no ven clara la meta y sus sueños se ven truncados al ver pasar a los pocos que logran culminar un pequeño trecho. No teniendo otra opción que quedarse en una esquina haciendo malabarismo empírico, limpiando vidrios, exponiendo su vida y aumentando cifras de cuantiosos estudios.

Cambiar el sistema educativo

Los empresarios siempre han insistido en priorizar la educación primaria y secundaria por encima de la universitaria. Ello se debe a que quieren una mano de obra mas calificada, pero hasta ahí no más. Su preocupación por la educación es sencillamente basada en sus intereses económicos, no lo que realmente necesitan los hijos de los trabajadores.

En primer gran cambio consiste en dedicar más recursos al sistema educativo. Se requiere que por lo menos el 8% del PIB sea destinado a la educación, para reparar las escuelas primarias y secundarias, subir salario a los maestros (los peor pagados de Centroamérica), mejorar los sistemas de la educación, lo que incluye por supuesto una discusión democrática sobre cuáles son los orígenes de tan alarmantes cifras de deserción escolar y como combatirlas. Estamos a tiempo de evitar el desplome total del edificio educativo.