Diputados del PRD y el Panameñismo negociaron el Acuerdo de Gobernabilidad

Por Emilio Young

Juan Carlos Varela, candidato ganador de la alianza “El Pueblo es Primero”, conformado por el Partido Panameñista y el Partido Popular, asumió el pasado 1 de Julio la presidencia de Panamá, en medio de grandes expectativas de cambio. Atrás quedó la pretensión continuista de Ricardo Martinelli.

El electorado, cansado del autoritarismo y la corrupción campante bajo el gobierno de Martinelli, terminó volcándose levemente a favor de la oposición de derecha que representaba Varela. El 39% votó por Varela, el 31% por el candidato del entonces oficialista Cambio Democrático (CD) y el 28% a favor del candidato del Partido Revolucionario Democrático (PRD).

¿De donde viene?

Juan Carlos Varela pertenece a una nueva generación de líderes del Panameñismo, corriente burguesa conservadora.En el año 2009 formó parte de la alianza CD que ganó las elecciones, llevando a Ricardo Martinelli como candidato a Presidente y al propio Varela como Vicepresidente. En ese momento, el enemigo a derrotar por parte de esta alianza burguesa era el PRD, heredero del Torrijismo, y que bajo la presidencia de Martín Torrijos (2004-2009), amenazaba con mantener la continuidad en el poder.

Bajo el manto protector de la invasión norteamericana en 1989 y aprovechando la crisis del Torrijismo, producto del derrocamiento del gobierno del general Manuel Antonio Noriega, el Partido Panameñista o Arnulfista logró imponer dos presidentes: Guillermo Endara Galimany (1989-1994) y Mireya Moscoso (1999-2004)

El fracaso del proyecto bonapartista de Martinelli

En 2011 se produjo una ruptura política entre el presidente Ricardo Martinelli y su vicepresidente Juan Carlos Varela, la que terminó en una abierta lucha por el poder. Apoyándose en el crecimiento económico, Martinelli amplió la base social clientelista de su partido Cambio Democrático (CD) con el objetivo de instaurar un régimen bonapartista, con mayor centralización del poder (sobre la Asamblea Legislativa y sobre la Corte Suprema de Justicia) y, por supuesto, con el absoluto monopolio de los negocios turbios que se hacen desde el aparato del Estado.

Al pisarle los callos a las otras fracciones de la burguesía, Martinelli ayudó a crear una alianza en su contra, dirigida por el panameñismo. Bajo el gobierno de Martinelli no solo se exacerbaron las contradicciones interburguesas, sino que se produjeron grandes luchas de maestros, médicos y trabajadores hospitalarios, campesinos e indígenas, incluido el histórico paro de la industria de la construcción.

El rechazo al proyecto bonapartista de Martinelli se expresó activamente en las calles, aunque el cambio de gobierno se produjo por la vía electoral, saliendo relativamente fortalecida la corriente burguesa del panameñismo.

Por ello, no es gratuito que en su discurso de toma de posesión, Varela se haya referido varias veces a la democracia: “le devolveremos la fortaleza y credibilidad a nuestra democracia y sus instituciones (…) el proceso de reparación de nuestra democracia comienza hoy (...) “a partir de hoy en nuestro país nadie está por encima de la ley.” (La Prensa, 2/7/204).

Acuerdo de gobernabilidad Panameñismo-PRD

Pero Juan Carlos Varela, aunque ganó las elecciones, no tiene mayoría en la Asamblea Legislativa, por lo tanto no tiene capacidad de aprobar leyes, y con ello se debilitaría su gobierno.

La alianza “El Pueblo es Primero” obtuvo apenas 13 diputados, mientras que Cambio Democrático y sus aliados obtuvieron 32 diputados.

Para poder gobernar de manera estable, el presidente Varela ha tenido que girar hacia su enemigo histórico, el torrijismo, representado en el PRD, el que obtuvo 25 diputados. La alianza de ambas fuerzas permitió elegir al diputado panameñista, Adolfo Valderrama, como presidente de la Asamblea Legislativa, aun con una parte de los votos de CD.

EL Acuerdo de Gobernabilidad entre el panameñismo y el PRD, a pesar de su crisis interna, le da un reducido margen de maniobra al gobierno de Juan Carlos Varela, al menos por algún tiempo, hasta que estallen las pugnas nuevamente. Esta alianza implica repartición de puestos y prebendas en las Comisiones de la Asamblea Legislativa y en otros altos cargos.

El fallido control de precios

Una de las promesas de campaña del ahora presidente Varela fue que establecería el control de precios. En el periodo 2009-2014, bajo el gobierno de Martinelli la inflación inició con el 2,4% y termino con el 4%. En julio de 2009, la canasta de alimentos costaba $268.44. Hoy, cuesta $339.88, una diferencia de más de 70 dólares.

En Panamá circula el dólar, y la inflación internacional se refleja en los bolsillos de los trabajadores, por eso hubo tanta lucha por aumento de salarios en el último periodo.

Varela ha pretendido dar un caramelo a sus votantes imponiendo un control de precios por 6 meses sobre 22 productos de la canasta familiar, mediante el Decreto Ejecutivo No. 165 de 2014, amparándose en la Ley 45 del año 2007. Este control de precios impulsado desde el gobierno será un rotundo fracaso.

Los gremios empresariales ya comienzan a manifestar su inconformidad. Euclides Díaz, secretario ejecutivo de la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan), ha declarado sin tapujos que “la lista de 22 productos incluyen siete subproductos de la vaca, lo que nos resta ganancias directamente.” (La Prensa 7/7/2014).

El único camino que queda a los trabajadores es luchar por aumento de salarios cada vez que suba el costo de la vida.