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Mientras Chávez, Correa, Ortega y Uribe se abrazan

El ejército colombiano continúa aniquilando a las FARC

Por Orson Mojica.

Publicado en El Socialista Centroamericano No 72

El Plan de Uribe y del imperialismo norteamericano dio resultados. El escándalo creado con la ejecución del jefe guerrillero Raúl Reyes en territorio ecuatoriano ha permitido que la OEA comience a involucrarse en el conflicto armado en Colombia, las FARC se encuentran cercadas militarmente, aisladas política y diplomáticamente. Con ello están creando las condiciones para la rendición política de la guerrilla colombiana en una futura mesa de negociaciones.


Detrás del escándalo creado con la incursión militar del ejército colombiano en territorio ecuatoriano se oculta el verdadero origen de la crisis: la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la más antigua del continente y la única que permanece en armas.


El Plan Colombia y las FARC

Bajo el pretexto de combatir al narcotráfico, Estados Unidos inauguró el Plan Colombia en 1999, bajo la administración del presidente Andrés Pastrana (1998-2002), con el objetivo de apuntalar militarmente al ejército colombiano y las fuerzas de seguridad, para aniquilar a las FARC.

En el último periodo, las FARC han utilizado ampliamente el método de secuestrar personalidades de la burguesía, --el caso más emblemático es el de Ingrid Betancourt--  para lograr la liberación de guerrilleros prisioneros. Las tácticas son revolucionarias si ayudan  a los trabajadores a movilizarse y elevar su nivel de conciencia. En las actuales circunstancias, la utilización de rehenes, lejos de ser una táctica militar provechosa, se ha convertido en su contrario, porque ha  descreditado ante la población los verdaderos objetivos de la guerrilla. Y el presidente Uribe (2002-2006/2006-2010) ha aprovechado esta situación al máximo, desarrollando movilizaciones reaccionarias, sobre todo a partir del caso del niño Emmanuel que conmovió a la sociedad colombiana.

Cuando Álvaro Uribe llegó al poder en 2002, las FARC controlaba una buena parte del territorio colombiano, especialmente la zona del Caguán, más de 300 alcaldías estaban cerradas, se combatía hasta en los barrios de Bogotá. Las FARC contaban con 19.000 guerrilleros repartidos en 70 frentes. Durante largos años, los paramilitares libraron una guerra sucia en las zonas rurales, exterminado a dirigentes sindicales, asesinando a miles de simpatizantes de las FARC. Esta fue la repuesta del ejército colombiano al auge de la guerrilla.

Pero los efectos del Plan Colombia se han hecho sentir. Colombia posee ahora un ejército de 260,000 soldados, el más numero de Sudamérica.  Desde 2002 a la fecha, los atentados de la guerrilla han pasado de 1.645 a 328. El número de combatientes de las FARC se ha reducido a la mitad. Varios integrantes de su Estado Mayor -Popeye, Jota Jota, el Negro Acacio y últimamente Raúl Reyes- han caído en combate o han sido asesinados. Las FARC han tenido que replegarse a la selva, donde la población es escasa y la sobrevivencia es muy dura. En pocas palabras, las FARC sufren un proceso de cerco y aniquilamiento.

La operación Fénix

Desde 2002, las autoridades colombianas se habían propuesto asesinar a los principales jefes de las FARC, de la misma manera que los israelitas lo hacen con los líderes de la resistencia palestina. Utilizando alta tecnología, un bombardeo de precisión acabo con la vida de Raúl Reyes, quien estaba en territorio ecuatoriano y era en la practica el numero uno de las FARC.

Juan Manuel Santos, ministro colombiano de Defensa, en una entrevista reconoció que el asesinato de Raúl Reyes ha cambiado mucho la situación militar. “Reyes era una pieza clave en el engranaje de las FARC. Era el pivote que reparte juego a nivel nacional e internacional. Era el miembro más visible del secretariado, el mejor conectado. Se le consideraba el número dos. Oficialmente, Manuel Marulanda, Tirofijo es el número uno, pero en la práctica podría haber sido Reyes y, en el aspecto militar, el Mono Jojoy. Vamos por los cabecillas y estimulamos que las bases se desmovilicen, y esa política ha tenido mucho éxito. Ya llevamos casi 2.500 desmovilizados: está aumentando notablemente la cantidad y la calidad, con gente veterana y con jerarquía, que aporta más información. (…) las FARC están muy debilitadas. Tienen problemas de comando y control”.

Santos denunció a un sector del ejército ecuatoriano, y del propio Presidente Correa, como colaboradores de las FARC. “El emisario de Correa ante las FARC es su ministro del Interior (…) Ese doble juego de pactar con las FARC por debajo de la mesa, mientras nos abrazaban y nos daban el pésame por nuestros muertos era, a la larga, una situación más peligrosa. (…) Que tengamos vecinos que los amparan y les permiten descansar, entrenarse y planear ataques es el peor de todos los escenarios”. (El País, 08/03/08)

La crisis diplomática y la OEA

La crisis diplomática entre Colombia y Ecuador-Venezuela se puso al rojo vivo con la violación de la soberanía de Ecuador por parte del ejército colombiano. En realidad, este fue un plan fríamente concebido, no solo para asesinar al número uno de las FARC, sino también para poner al descubierto los nexos de Correa con la guerrilla colombiana, ejerciendo presión sobre el ejército ecuatoriano. El año pasado, Wellington Sandoval, ministro de Defensa de Ecuador, reconoció que su país limita al norte  “con las FARC y el ELN” (El Universo, 13/11/07)

Las constantes incursiones del ejército colombiano en Ecuador no constituyen un secreto, pero en este caso la Operación Fénix tenía el objetivo estratégico de obligar a Correa a cortar cualquier tipo de ayuda a  las FARC, evitando que utilizaran el territorio ecuatoriano como santuario, involucrando para ello a la Organización de Estados Americanos (OEA).

En ese sentido, Correa cayó en la trampa porque, si bien es cierto apareció ante su pueblo como el gran defensor de la soberanía ecuatoriana, rompiendo relaciones diplomáticas con Colombia, pero al mismo tiempo recurrió a la OEA con grandes ilusiones de que este “ministerio de colonias” iba a condenar al gobierno de Uribe. Correa declaró: Si esta (agresión) queda impune, la OEA no servirá para nada y por eso esperamos una condena" (BBC 06/03/08,

Después de una serie de cabildeos y reuniones, Correa dijo sentirse satisfecho por la resolución de la OEA que establece que Colombia "violó la soberanía e integridad territorial" de Ecuador con su despliegue militar contra la guerrilla de las FARC, pero la OEA no condenó al gobierno de Uribe. José Miguel Insulza,  secretario general de la OEA, reafirmó que  "No cabe sino declarar que ha habido una violación del artículo 21 de la carta de la OEA, pero al mismo tiempo el Consejo (Permanente) quiso buscar alguna forma de acercamiento, y probablemente por eso evitó las palabras duras". (El País 07/03/2008). Y después, al visitar Ecuador, José Miguel Insulza reconoció que “Ecuador requiere de cooperación para lograr un control efectivo” de las fronteras. (El País, 12/03/08)

Chávez y Ortega

Los gobiernos de Venezuela y Nicaragua rompieron relaciones con Colombia, en solidaridad con el presidente Correa. Chávez y Ortega mantuvieron una fuerte retórica antiimperialista pero, a pesar de declarar casi simultáneamente la ruptura de relaciones con Colombia, en los hechos cada uno mantuvo una posición conciliadora, defendiendo sus intereses nacionales.

En el caso de Nicaragua, días antes del estallido de la crisis diplomática, había llegado a un acuerdo con Colombia en torno a la disputa fronteriza sobre el meridiano 82. Jonh Feeley, Director de la Oficina de Asuntos de América Central, en el Departamento de Estado de Estados Unidos, en una entrevista declaro que “Tuvimos una coincidencia bastante afortunada cuando el canciller colombiano, Fernando Araújo viajó a Washington para entrevistarse con el número dos de mi Departamento, John Negroponte, (…) y a los dos o tres días llegó el canciller Samuel Santos.(…) el embajador Negroponte pudo expresar a los dos cancilleres exactamente el mismo mensaje: queremos que dos países amigos, vecinos, resuelvan su situación ante La Haya. Y ésta ha sido la única posición que vamos a tomar. Estados Unidos, otra vez, no es árbitro. Este asunto queda en manos de la justicia internacional y vamos a trabajar con ambos países, socios y amigos, para que lo resuelvan a la satisfacción mutua”. (El Nuevo Diario 05/03/2008)

En el caso de Venezuela, Chávez declaró "no estamos interesados en empresas colombianas, podríamos nacionalizar algunas". Pero el asunto no era tan fácil, debido a la crisis alimentara que sufre Venezuela. El comercio bilateral entre Colombia y Venezuela el año pasado rozó los 5,500 millones de dólares. Son dos países entrelazados económicamente.

¿Íbamos a la guerra regional?

Robert Gates, Secretario de Defensa de Estados Unidos, en medio de la crisis declaró “Mi punto de vista personal es que hay relativamente poca probabilidad de un conflicto militar (…) los colombianos pueden cuidarse a sí mismos”. (Reuters 05/03/08)

Por su parte, Condoleezza Rice, secretaria de Estado norteamericana, declaro desde Bruselas que "Estados Unidos respalda decididamente una solución diplomática de este reciente conjunto de circunstancias (…)La Organización de Estados Americanos está implicada, nosotros estamos implicados bilateralmente y los países de la región están implicados (…) todos tienen que ser vigilantes sobre el uso de las zonas fronterizas por parte de terroristas como las FARC”. (AFP 06/03/2008)

Contra la predicción de muchos partidos de izquierda de América Latina, que miraban la inminencia de la guerra entre Colombia y Ecuador-Venezuela, quedaba muy claro desde el inicio que la política del imperialismo era resolver el conflicto en los marcos de la OEA y de la diplomacia latinoamericana, lo que se demostró posteriormente con los resultados de la XX Cumbre de Rio, realizada en República Dominicana.

Resultados de la Cumbre de Río

En la Cumbre de Rio se apagaron los discursos antiimperialistas. Rafal Correa, por ejemplo, dijo que el patrullaje de la frontera con Colombia “Nos cuesta 11 mil hombres en la frontera Norte, con más de 10 millones de dólares anuales en costos financieros” y por eso llamó a la creación de “una fuerza internacional de paz y Ecuador se los agradecerá inmensamente, porque un conflicto que no es nuestro nos cuesta millones de dólares, sangre, miseria”. (ABN 07/03/08)

A pesar del escándalo político sobre la violación a la soberanía ecuatoriana, la Cumbre de Río terminó en risas y abrazo de quienes, horas antes, parecían dispuestos a enfrentarse militarmente. La Declaración Final firmada por todos los presidentes rechazó la “violación a la integridad territorial de Ecuador”, tomo nota “con satisfacción, de las plenas disculpas que el Presidente Álvaro Uribe ofreció al Gobierno y al pueblo de Ecuador (…) registramos el compromiso del presidente Álvaro Uribe de que estos hechos no se repetirán en el futuro bajo ninguna circunstancia (...) Reiteramos nuestro firme compromiso de combatir las amenazas a la seguridad de todos sus Estados, provenientes de la acción de grupos irregulares o de organizaciones criminales, en particular de aquellas vinculadas a actividades del narcotráfico”. (ABN 07/03/08)

Las disculpas de Uribe no tienen ningún valor por que el daño está consumado: Raúl Reyes fue ejecutado. Sin embargo, esta Declaración reviste especial importancia por que encierra dos aspectos: una condena implícita a las FARC y, al mismo tiempo, prepara el camino para una futura negociación entre el gobierno de Uribe y las FARC.

Daniel Ortega insistió en que “la paz en Colombia no se va a alcanzar por la fuerza de las balas, sino por la fuerza del diálogo y de la negociación. Hoy más que nunca es urgente alcanzar la paz en Colombia” (ABN 07/03/08) No obstante, Nicaragua se niega a reconocer a las FARC como fuerza beligerante, olvidándose que el FSLN fue reconocido como fuerza beligerante en 1979 por los países del Pacto Andino.

A su regreso al Ecuador, Correa afirmó que “América Latina empieza una nueva era donde primarán los principios, la justicia y el derecho internacional, donde nunca más debe primar el poder (…) Los ecuatorianos pueden dormir tranquilos, nuestros hermanos colombianos pueden dormir tranquilos, los venezolanos, los nicaragüenses, América Latina y el mundo entero pueden dormir tranquilos” (Reuters 08/03/08),

Los discursos triunfalistas no tienen cabida. Correa ha embellecido el rol de la OEA. Chávez llego al extremo de afirmar que “el imperio norteamericano fue el gran derrotado en la Cumbre del Grupo de Río (…) hemos demostrado al imperio norteamericano y a sus agentes que ya no es Cuba sola la que está dispuesta a enfrentar la arremetida (…) demostramos una gran capacidad para ponernos de acuerdo ante una situación de crisis que amenazaba con desbordarse (…) demostramos liderazgo, fortaleza y al mismo tiempo tenemos conciencia de la responsabilidad que recae en nuestros hombros”. (Prensa Latina 8/03/08)

Por el reconocimiento de las FARC como fuerza beligerante

La guerrilla de las FARC está en una grave encrucijada. Si te corres te tiro y si te paras te mato. El aniquilamiento militar o la rendición política, que puede conducir también al aniquilamiento. Los trabajadores y la juventud debemos exigir a nuestros respectivos gobiernos el reconocimiento de las FARC como fuerza beligerante. La guerrilla colombiana debe discutir su futuro.