Hermanos_flores_magon

Por Raúl Jiménez Lescas (1)

Primera Parte. 1876-1905

Los que pacientemente nos hemos dejado arrebatar

lo que nos corresponde nos llamamos trabajadores, proletarios o peones

[y] con suma tristeza hemos visto que [los hacendados]

han tenido refugio en los faldones republicanos, lastimándose así los intereses... de los pobres.

Julio Chávez López

Al iniciarse el Siglo XX, tanto en la Revolución Rusa de 1905 como en la Mexicana de 1910, el Movimiento Obrero fue, sin duda alguna, precursor social de esas Revoluciones que conmovieron al mundo. En Rusia los obreros constituyeron Soviets (Consejos); en México, en 1906 y 1907, estallaron las dos grandes huelgas que hirieron de muerte a la dictadura de Porfirio Díaz: Cananea y Río Blanco.

Los primeros Movimientos Obreros

Tras la Consumación de la Independencia de México (1821) y la instauración de la Primera República (1824), el gobierno impulsó su política de industrialización del país. En 1826, Lucas Alamán fundó, en Celaya, una fábrica textil con maquinaria moderna proveniente de Inglaterra, cuna de la Revolución industrial. La creación del Banco del Avío, el 16 de noviembre de 1830, fomentó el desarrollo de la industria nacional. Tres años después, Pedro Sainz de Baranda y socios crearon la primera fábrica de vapor para mover la maquinaria textil en Valladolid, Yucatán. El mismo Alamán estableció otra fábrica en Cocolapam, cerca de Orizaba en 1836, de ahí que ese corredor textilero sería llamado “La Manchester Mexicana”. Las fábricas modernas serían la cuna de las primeras organizaciones obreras.

Entre 1824 y 1875 se fueron creando diversas sociedades mutualistas y un levantamiento armado por la tierra al grito de “Independencia, libertad y Patria”(2) de Julio Chávez López y campesinos de Chalco y Texcoco en 1868 y 1869.(3) Los artesanos y los obreros modernos, empezaron a irrumpir en la vida nacional y exigir los derechos laborales y de asociación. La Constitución de 1857 les posibilitó, aunque restringido, el derecho de asociación (artículo 9º) y, con la promulgación del Código Civil de 1871,(4) pese a las restricciones, el

Mutualismo florecería, como primera etapa del Movimiento Obrero Mexicano,(5) que en 1872, constituyó el Gran Círculo de Obreros de México (GCOM).(6) Los diputados de 1857, Ignacio Ramírez, Ponciano Arriaga y Francisco Zarco, plantearon la necesidad de legislar en materia laboral sin éxito.(7)

Cuatro años después, el grado de organización de las Sociedades Mutualistas (antecesoras de los sindicatos) alcanzó su punto álgido en la constitución del Primer Congreso Obrero, que sesionó a partir del 5 de marzo de 1876, bajo los siguientes principales puntos: “I. Del objeto y fin que se propone desarrollar la clase trabajadora considerada como constituida; II. De la Organización de la Confederación Obrera, su constitución y medios de organizarla en los Estatutos. III. De quien debe nombrar a los representantes de la Confederación Obrera...”.(8)

Según el recuento presentada por los organizadores, participaron en las primeras sesiones las sociedades mutualistas del DF, Estado de México, Veracruz, Hidalgo, Jalisco, Nuevo León, Colima, Tamaulipas y Sonora.(9) Posteriormente, se sumaron los representantes de Coahuila y, el periódico oficial del Congreso, El Socialista, dirigido por Juan de Mata Rivera, llamó a los gobernadores constitucionales a apoyar y enviar representes, lo que motivó diferencias entre los participantes, básicamente porque sospechaban del apoyo velado o directo de los gobernadores y el presidente Lerdo de Tejada.(10)

Al iniciar 1876, El Socialista, vio la luz pública con mejor formato, impreso en un taller tipográfico propio y contando con corresponsales nacionales y extranjeros. Como se sabe, los editores mantenían relaciones tanto con la Asociación Internacional de los Trabajadores (Primera Internacional) fundada por Carlos Marx y Federico Engels como con la Sociedad Anti-Autoritaria del Jura (anarquistas). La AIT nació el 4 de septiembre de 1864, por el empuje del tradeunionismo inglés, el socialismo francés y de otras naciones europeas.(11)

El Congreso Obrero inició con la participación de 51 delegados, todos miembros del Gran Círculo de Obreros de México. Asimismo, aprobó la constitución de la “Gran

Confederación de las Asociaciones de Trabajadores de México”,(12) la primera en la historia del país. El 19 de abril, la oposición dentro del Congreso lanzó un periódico: El Hijo del Trabajo, “destinado a la defensa de la clase obrera y propaganda de las ideas socialistas”. El 7 de mayo se reorganizó La Social, bajo la influencia del griego anarquista Plotino Rhodokanati, que envió una representación femenina al Congreso Obrero, que fue rechazada porque se les dijo que ahí nada tenían que ver las mujeres. (13)

El 20 de noviembre se consumó la derrota militar de Lerdo de Tejada a manos de las fuerzas de Porfirio Díaz. El día 28, Lerdo salió de la capital asumiéndose el cargo Díaz y una parte de su ejército ocupó el local del Congreso Obrero. Así iniciará una larga dictadura que al paso de los años se consolidará, para luego caer por la Revolución de 1910. En las tres décadas de porfiriato, sin embargo, el movimiento obrero, no dejó de luchar, aunque de manera localizada y dispersa, convirtiéndose en precursores sociales de la Revolución, como veremos con los siguientes hechos. (14)

Diversas luchas obreras precursoras

1877. El 3 de mayo estalló la huelga textil en la fábrica Hércules (15) (tras que el dueño Cayetano Rubio, anunció a los obreros una reducción del 25% en sus salarios). El 12 de junio, se presentaron las fuerzas armadas a la fábrica para reprimir el movimiento de huelga; 350 obreros fueron despedidos y “expulsados” de Querétaro. Los “emigrados de Querétaro” encontraron refugio con sus hermanos textileros de Tlalpan (DF) de la fábrica de hilados La Fama. 1878. Se organiza el Gran Comité Central Comunero con filiales en varios estados, impulsada por el anarquista Francisco Zalacosta, que promoverá varias ocupaciones de tierras y, será fusilado en 1880 en Querétaro, cuando promovió una insurrección campesina.

1881. Huelgas en varias fábricas. Cigarrera Moro Muza; Hilados del Ingenio en Orizaba; operarios del Ferrocarril Central en Colima y Manzanillo. 1882. Huelga en el Ferrocarril Matamoros-Monterrey. 1883. Fusilamiento de mineros en Pinos Altos, Chihuahua, y 60 más condenados a trabajos forzados por haber reclamado pago en efectivo y semanal de sus salarios. 1884. Huelgas textileras en Puebla que logran “tiempo para tomar sus alimentos dentro de la jornada laboral”.

1885. Huelgas en las empresas cigarreras del país. En agosto ve la luz pública el semanario satírico y antiporfiriano El hijo del Ahuizote. 1886. Inicia su circulación el periódico obrero más importante de los primeros años del Porfiriato, La Convención Radical Obrera, de orientación conciliadora con el gobierno. (16) En tanto que el ideólogo Rhodakanaty retornó a Europa, dada la represión de la dictadura. La Convención se tornaría en el brazo laboral del porfiriato.

1891-1892. Estalla la rebelión de Tomóchic (sierra Tarahumara, actual Municipio de Guerrero, Chihuahua), encabezada por Cruz Chávez, motivada por asuntos religiosos, en contra de las concesiones forestales del porfiriato y del cacique Reyes Domínguez. (17) Un centenar de rebeldes derrotaron a una partida del ejército comandada por el general José María Rangel, Jefe de la Zona Militar de Chihuahua, pero después, otro general Rosendo Márquez y sus fuerzas contraatacaron y masacraron al pueblo, todos los hombres murieron, sobreviviendo sólo 43 mujeres y 71 niños. (18) El 29 de octubre de 1892 se acabó el mundo en Tomóchic. En ésta última década del siglo XIX están documentadas al menos 20 rebeliones armadas campesinas, la mitad en Chihuahua, propiedad de la familia Terrazas. (19)

1889. Huelga en la fábrica de hilados de Nogales, cerca de Orizaba, Veracruz. 1890. Surgió la Orden Suprema de Empleados Ferrocarrileros de México inspirada por Nicasio Idar. 1892. Los estudiantes toman las calles de la Ciudad de México demandando libertad delos presos políticos en el país. Ahí hace presencia el Ricardo Flores Magón, quien va por primera vez a la cárcel. En la ciudad de Chihuahua, por primera vez, se celebró el 1° de Mayo, en recordatorio de los “Mártires de Chicago”. En Veracruz, estalló un movimiento de huelga en la fábrica San Lorenzo. En agosto se inaugura la fábrica de Río Blanco, que tendrá la huelga más violenta en 1907.

1896. Huelga textilera en Río Blanco, Veracruz, contra el intento de prolongación de la jornada laboral. 1898. Huelga en la fábrica San Manuel, Apixaco, Tlaxcala. En Puebla y Monterrey, se organizaron los ferrocarrileros.

1900. Oleada de huelgas en las fábricas textiles del estado de Puebla que son reprimidas. En Puebla se forma la Unión de Mecánicos Mexicanos con filiales en varios estados del país. El 7 de agosto los hermanos Flores Magón fundan el periódico Regeneración con el lema “Periódico Jurídico Independiente”. (20) 1901. Huelgas y luchas ferrocarrileras en los estados del norte del país y en Puebla, encabezadas por la Unión de Mecánicos Mexicanos. Conflictos en las fábricas textiles de Río Blanco (Veracruz).

1903. El 27 de febrero, Camilo Arriaga, presidente del Club “Ponciano Arriaga” (Centro Director de la Confederación de Clubes Liberales de la República), lanzó el famoso Manifiesto convocando a una reunión nacional de clubes liberales, criticó duramente a la dictadura del general Díaz. (21) Estallan diversos conflictos y paros en los ferrocarriles y la industria textil. Se constituye el “Congreso Obrero y Mutualista de la República” con 30 sociedades. Se instala en Monterrey, la primera planta siderúrgica moderna.

1905. Faltaban 5 años para que Porfirio Díaz celebrara el “Centenario de la Independencia de México”, cuando en el movimiento obrero, inspirado en ideas magonistas, estallaron una serie de huelgas que conmovieron los cimientos de la dictadura porfiriana. A principios del año, estalló la huelga en la fábrica de Tabacos y Puros “El Valle Nacional”, ubicada en Xalapa, Veracruz. Los obreros estaban organizados en la Gran Liga de Torcedores de Tabaco, influida por los magonistas. Además, estalló otra la huelga en la Fábrica Gertrudis, Orizaba, Veracruz. En tanto que los obreros de las minas de El Boleo (Baja California) abandonaron masivamente el trabajo y el pueblo minero en protesta por las malas condiciones de vida y trabajo.

La situación laboral y, los bajos niveles de vida de los trabajadores, llevaron a que se organizaran en ligas, sindicatos y clubes liberales para luchar por mejores condiciones de vida. Los magonistas perseguidos por el gobierno de Don Porfirio, reeditaron el periódico Regeneración, luego de sufrieron un atentado en la redacción del periódico, se trasladaron a Missouri, Estados Unidos de América y, el 27 de febrero, apareció de nuevo Regeneración.

En febrero fue constituida la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (PLM), quedando integrada por Ricardo Flores Magón, Presidente; Juan Sarabia, Vicepresidente; Antonio Villarreal, Secretario; Enrique Flores Magón, Tesorero; Librado Rivera, Manuel Sarabia y Rosalío Bustamante, Vocales.(22) El 26 de septiembre, publicaron su primer Manifiesto y el documento “Resolución de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.

En este mismo año, nació la Gran Liga de Empleados del Ferrocarril. En tanto que el PLM estableció en Douglas una base para operar en Sonora impactando notoriamente en Cananea, donde los liberales empezaron a establecerse a mediados de 1905; su plan no era provocar disturbios laborales sino crear el ambiente propicio para derrocar a Díaz. (23) Al año siguiente, en un jacal de Río Blanco, José María Neira Gómez, Juan A. Olivares, Manuel Ávila, Porfirio Meneses, Anastacio Guerrero y otros textileros constituyen el Gran Círculo de Obreros Libres. La hora de Cananea y Río Blanco se aproximaba.

Segunda Parte

1906. El año de la rebelión magonista

A fines de enero de 1906 surgió la Unión Liberal Humanidad, en Cananea, Sonora, dirigida por Manuel M. Diéguez y Esteban Baca Calderón, seguidores del Partido Liberal Mexicano (PLM, magonista), estrechando relaciones con el abogado socialista, Lázaro Gutiérrez de Lara del Club Liberal de Cananea.(24)

Entonces, Cananea, era un pueblo minero, situado cerca de Naco, Arizona, en la frontera con los Estados Unidos de América. La mina fue constituida y protocolizada el 30 de Septiembre de 1899 por William Cornell Greene. Como dicen los investigadores: pasó de ser un asentamiento de indios pimas en el siglo XVII, a un centro minero en el que probaron suerte varios empresarios durante las dos centurias siguientes. (25) “Para el caso de Cananea, tal vorágine significó nada menos que pasar de una pequeña ranchería de no más de cien personas a cerca de veinte mil en los primeros años del siglo XX (Aguilar, 1981: 111); de esta población, cinco mil personas eran obreros. Cananea fue el paradigma del proceso de urbanización y desarrollo tecnológico que experimentaron los minerales que surgieron durante el porfiriato; especialmente los que explotaban el metal rojo. (Romero, 2006)”. Greene, afianzó su imperio minero, maderero, ganadero y de transportación, además de que tenía la propiedad del ferrocarril e integró a Cananea en el mercado interno de Estados Unidos. (26)

Greene no solo adquirió las minas, sino también los terrenos alrededor de ellas para construir “su pueblo”; la compañía aportó los recursos necesarios para construir los edificios cívicos, tiendas, banco, hospital, escuelas, rastro, lavandería, planta de hielo, el suministro requerido de agua potable, promoviendo también la construcción de un templo católico. (27)

La Huelga de Cananea

El 30 de mayo de 1906, Esteban Baca Calderón exclamó en un mitin ante los mineros de Cananea, Sonora: “... las autoridades de hoy, serviles lacayos del capitalista, perseguirán irremisiblemente a todos los obreros si ejercitan sus derechos en el terreno económico, porque bien saben que al unirse los obreros con estos fines se unirán también para derrocarlos del poder y exigirles responsabilidades...”. Y, Gutiérrez Lara, increpó a los mineros: “¿Están dispuestos a la lucha, cueste lo que cueste?”. “¡Sí, estamos...!” fue la respuesta.

El 1° de junio estalló la huelga en la empresa Cananea Consolidated Copper Company (conocida como las 4C). Esteban Baca Calderón, Manuel M. Diéguez, Juan N. Río, Manuel S. Sandoval, Valentín López, Francisco Méndez, Juan S. Bosh, Tiburcio Esquer, Jesús J. Batrás, Mariano Mesino e Ignacio Ramírez, entregaron a las autoridades un memorando con las demandas de los huelguistas mineros: Destitución del mayordomo Luis (nivel 19), sueldo mínimo de cinco pesos con ocho horas de labor, en todos los trabajos de la mina se ocupará un 75% de mexicanos y 25% de extranjeros, entre otras demandas.(28)

Más de tres mil mineros realizaron una manifestación por el pueblo. Los fusileros abrieron fuego contra los huelguistas; William Green, Gerente de la Compañía y un grupo de 30 hombres se apostó a las puertas del Palacio Municipal. En la refriega murieron ocho mexicanos y resultaron 17 heridos de gravedad. El gobernador de Sonora, Izábal, permitió que 275 soldados estadunidenses, al mando del Coronel Rinning, violaran la Soberanía Nacional.

Los líderes del movimiento minero de Cananea fueron procesados y enviados a las tinajas de San Juan de Ulúa, Veracruz. (29) Green prometió aumentar los sueldos, pero argumentó que “Porfirio Díaz no lo permitía”, ahí surgió la frase célebre del dictador Díaz: “¡No me alboroten la caballada!”.

La huelga de Cananea es el punto de partida de la situación revolucionaria que se abrió en México en los últimos años de la dictadura de Porfirio Díaz. También es el punto de partida de una serie de movimientos obreros y populares, que desembocarían con el estallido de la Revolución en 1910 y, es el antecedente, de la Casa del Obrero Mundial en 1912.

A mediados del año, en un jacal del tejedor Andrés Mota, en Río Blanco, Veracruz, se reunió un grupo de obreros textiles para hacer un corte de caja de los gastos realizados con motivo de una velada. Ahí surgió la idea de formar un organismo que luchara contra la dictadura de Porfirio Díaz, surgiendo la Sociedad Mutualista de Ahorros que más tarde se convertiría en el Gran Círculo de Obreros Libres a iniciativa de Manuel Ávila que promovía las ideas del Partido Liberal Mexicano. Al año siguiente, estallaría la trágica huelga de Río Blanco.

Mientras tanto, desde su exilio en El Paso, la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (PLM) lanzó, el 2 de septiembre de 1906, una proclama para iniciar la Revolución contra la Dictadura de Porfirio Díaz. Frescos estaban los destellos de la rebelión minera en Cananea. La proclama decía: “Conciudadanos: en legítima defensa de las libertades holladas, de los derechos conculcados, de la dignidad de la patria pisoteada por el criminal despotismo del usurpador Porfirio Díaz; en defensa de nuestra vida amenazada por un gobierno que considera un delito la honradez y ahoga en sangre los más legales y pacíficos intentos

emancipadores (…), nos rebelamos contra la dictadura de Porfirio Díaz, y no depondremos las armas que hemos empuñado con toda justificación…”.(30)

Llamando a los soldados del Ejército, a los 42 clubes liberales y al pueblo mexicano a unirse hasta que se lograra hacer triunfar el Programa promulgado el 1º de julio de este mismo año de 1906, cuando los magonistas intentaron, por medio de las armas, iniciar la Revolución Mexicana. El plan era tomar ciudad Juárez, capturar la aduana de Agua Prieta y que se levantaran los 42 grupos liberales en todo el país. El plan avanzaba y Ricardo Flores Magón, Antonio I. Villareal, Juan Sarabia, Modesto Díaz, César Canales y Prisciliano G. Silva, cruzaron la frontera para iniciar la lucha armada.

El 3 de septiembre, agentes de migración en Tucson, Arizona, telegrafiaron al general Luís E. Torres, que se encontraba en Cananea, dando el parte de la captura de Galos Humbert, Bruno Treviño y Genaro Villareal, acusados de conspirar para asaltar la aduana de Nogales. Treviño estaba en contacto con el plan revolucionario de los magonistas. (31) En la primera semana de septiembre, fue descubierta la rebelión planeada por Mateo Torres y Mateo Almanza en el norte de San Luís Potosí y, en Matehuala, Oaxaca, fueron detenidos los magonistas acusados de “conspirar”, por lo que muchos más oaxaqueños fueron detenidos en la capital y otros distritos. El ingeniero Ángel Barros (Abelardo Beabe) estaba a cargo de fomentar la rebelión magonista. (32)

El 26 de septiembre, 30 magonistas armados, al mando de Juan José Arredondo y Calixto Guerra, tomaron la plaza del poblado de Jiménez y, tras su triunfo, siguieron a tomar la hacienda de Victoria, pero fueron repelidos por los federales y el pequeño ejército desbandado. Un día después, fueron derrotados por las fuerzas de Herculano Bermea. (33) El 30 de septiembre, se levantaron los magonistas en Acayucan, Veracruz bajo el mando de Hilario C. Salas con el apoyo de clubes de Minatitlán y Acayucan, pero fueron derrotados por los federales al mando de Enrique Novoa y los presos remitidos a la cárcel de San Juan de Ulúa. (34) El ataque proyectado a ciudad Juárez no se realizó, ni los demás grupos magonistas lograron rebelarse, pues faltaban armas y tiempo de preparación. Sin darse por vencidos, prepararon otro ataque para la noche del 19 de octubre, pero las tropas del general de la Vega estaban alertas. Hubo también traiciones y denuncias que provocaron la detención de muchos magonistas, entre ellos Juan Sarabia, Lauro Aguirre y Antonio I. Villareal. (35) Por la cabeza de Ricardo Flores Magón se ofrecieron 25 mil dólares de recompensa. El propio gobernador Enrique Creel estaba en la jugada y Díaz enterado. Una extraordinaria magonista estadunidense, Ethel Duffy Turner, afirmó que por ese entonces el PLM contaba con unos 80 mil seguidores, simpatizantes o contactos en México.

Mientras tanto, Regeneración, aumentaba en prestigio y circulación de los 11 mil ejemplares de septiembre de 1905 a los 30 mil de 1906. (36) Circulaba, pese a las restricciones y carencias, por todo el país. En talleres, comunidades, fábricas, minas; se pasaba de mano en mano; los que sabían leer, lo leían a los que nos sabían, todos aprendían; incluso, Madero, Salvador Alvarado, Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta, lo leían. (37) Madero, por su parte, estaba suscrito y colaboraba con dinero para el periódico magonista. (38) La popularidad de su lucha contra la dictadura asombraba al propio Secretario de Gobernación, Ramón Corral, quien se dirigió a Enrique Creel, gobernador de Chihuahua en los siguientes términos: “… positivamente llama la atención el número de individuos que en todos los estados de la república han simpatizado con los trabajos antipatrióticos (sic) de los Flores Magón”. (39)

Pero no sospechaban que el gobierno porfirista sabía de los planes insurreccionales y se preparaba para abortar la rebelión. Los agentes de la Pinkerton los estaban observando y vigilando paso a paso. Los agentes privados estadunidenses fueron contratados por el gobierno mexicano para conocer cada movimiento de los “Revoltosos magonistas”.

Y, llegó el año de 1907

Los magonistas reunidos en Los Ángeles, California, fundaron otro periódico de combate, Revolución, cuyo primer número apareció el 1º de junio de 1907.(40) Ricardo Flores Magón sintetizó, desde las páginas del nuevo periódico, las ideas por las cuales luchaba el PLM:

“La revolución que inició a fines de septiembre del año pasado y que está próxima a continuar, es una revolución popular de motivos muy hondos, de causas muy profundas y de tendencias bastante amplias. (…) pero una revolución como la que ha organizado la Junta de Saint Louis, Missouri, no puede ser sofocada ni por la traición, ni por las amenazas, ni por los encarcelamientos, ni por los asesinatos. (…) la revolución no morirá, así perecieran todos sus jefes…”.(41)

En tanto que Práxides Guerrero afirmó: “La revolución es un hecho plenamente consciente, no el espasmo de una bestialidad primitiva. No hay inconsecuencia entre la idea que guía y la acción que se impone”. Y, reflexionando sobre la participación de las mujeres, escribió:

“No envidiamos a Rusia sus bellas revolucionarias; en torno de nuestra bandera acribillada se agrupan obreras de la revolución, merced a las persecuciones salvajes y a las traiciones infames; gracias al furor desbordado de los tiranos, la pureza de nuestra causa ha encontrado franco silo en el delicado pecho de la mujer. La lucha redentora que sostenemos se ha hecho amar de la belleza, y amar, no con el platonismo inútil de los caracteres, sino con la pasión ardorosa, activa y abnegada que lleva a los apóstoles al sacrificio (…) Revolucionarias: ¡el día que nos veáis vacilar, escupidnos el rostro!”.(42)

1907 fue un año de crisis económica en México. El 6 de enero en una magna asamblea obrera, celebrada en el Teatro Gorostiza de Orizaba, Veracruz, se dio a conocer el laudo emitido por el gobierno de Díaz en favor de los empresarios de la región, surgido a fines de 1906 cuando los capitalistas realizaron paros y despidieron miles de obreros.

Los textileros rechazaron el laudo y al dictador Porfirio Díaz. El 7 de enero estalló la huelga en Río Blanco. Isabel Díaz de Pensamiento, Dolores Larios, Carmen Cruz y otras obreras, formaron una brigada de defensa. Los obreros se manifestaron frente a la fábrica. La orden del gobierno fue sofocar el movimiento. La represión estuvo a cargo del general Rosalino Martínez: no menos de 400 obreras y obreros cayeron asesinados por los fusileros y la tropa. Durante los días 8 y 9 de enero, los habitantes de Orizaba, Veracruz, vieron pasar cientos de cadáveres, mientras los verdugos y empresarios celebraban con vino. Muchos obreros fueron deportados a Quintana Roo. No obstante, estalló otra huelga en la fábrica textil La Providencia, en Cintalapa, Chiapas, también con influencia magonista.

Fue un año de represión y detenciones. El 7 de enero, Juan Sarabia fue sentenciado a 7 años de cárcel en San Juan de Ulúa, tras un “Juicio” amañado en Chihuahua. El 1 de junio, en los Ángeles, California, Ricardo Flores Magón editó el periódico Revolución, mientras huía de la policía yanqui. El 23 de agosto, fueron detenidos, Librado Rivera, Ricardo Flores Magón y Antonio I. Villarreal.

Pero, afortunadamente, un puñado de estadunidenses en Los Ángeles, tomaron como bandera la defensa de los presos políticos magonistas. Job Harriman, John Murray, Jimmy Roche y P. D. Noel, miembros del Partido Socialista conformaron un comité. Murrray, pese a su enfermedad, usó sus riquezas para editar periódicos que difundieran la defensa de los presos. La familia Turner (Ethel y John Kenneth) arribó a esa ciudad para sumarse a la defensa. Una joven y rica de Boston, Elizabeth Darling, se unió al grupo. Un domingo del otoño de 1907, reunidos en una casa de barrio de Highland Park, surgió la idea de que John Kenneth Turner viajara a México, ahí donde estaban los esclavos del henequén, hasta el otro extremo de México: Yucatán. Tiempo después vería la luz pública el inmortal libro “México Bárbaro”.

Su carácter siempre firme,

su ideal: la revolución;

quiero que sepan su nombre:

Ricardo Flores Magon (43)

Tercera Parte

1908. Otro intento de rebelión magonista

El año de 1908 es más conocido por la famosa entrevista Creelman-Díaz o el lanzamiento del Modelo T de Henry Ford, o bien, por las IV Olimpiadas de Londres, que por los nuevos intentos de los Magonistas de iniciar la Revolución contra Don Porfirio Díaz. Los Magonistas no se daban por vencidos, pese al fracaso de iniciar una rebelión armada general en 1906 y 1907, las detenciones, persecuciones y encarcelamientos. Eran muy perseverantes.

Iniciaron el año con un gran baile y la edición del Manifiesto al Pueblo Americano donde afirmaban:

“Hace más de cuatro meses que las intrigas del Dictador de México nos arrojaron á la prisión, violando la Constitución de este país como ha violado la de México, sobornando funcionarios americanos como soborna á los de nuestro país, cubriendo de lodo la civilización de esta nación como ha manchado y prostituido, la cultura de la tierra de nuestros padres.”.(44)

El Manifiesto fue publicado en el semanario Revolución, editado por Modesto Díaz, en Los Ángeles, California, que vio la luz pública en 1904, siguiendo la tradición liberal, pero en su exilio de San Antonio, Texas. Y, afirmaron contundentes:

“Porfirio Díaz ha ordenado á todos los patrones que no paguen buenos salarios á los obreros, porque, sabe bien el-déspota que el bienestar dignifica al hombre, y que, hombres dignificados no podrán admitir ninguna tiranía. Por eso tampoco quiere que haya escuelas y solo hay establecimientos educacionales en los grandes centros y en poblaciones de alguna importancia, y eso en número insuficiente para efectuar una amplia labor de educación popular.”.(45)

El baile del 4 de enero fue para recaudar fondos para lograr la libertad de los presos liberales, magonistas, a como decía el semanario Revolución, los leaders liberales, pachanga que se verificó en el Burbank Hall, 542 S. Man St. Los boletos de admisión costaban 50 centavos de dólar, porque

“La defensa necesita fondos para cubrir la multitud de gastos que imprescindiblemente tiene que hacer, para tocar todos los resortes legales. Esperamos que todos los liberales y simpatizadores concurrirán al baile de beneficio, para contribuir al rescate de cuatro hermanos del pueblo, que sacrifican los tiranos.”

Los cuatros hermanos eran Ricardo Flores Magón, Librado Rivera, Antonio I. Villareal y Lázaro Gutiérrez de Lara. Y la recaudación solidaria, después de gastos, fue de 46.29 dólares.(46) El 17 de febrero, se llevó a efecto la famosa entrevista de James Creelman a Don Porfirio. Ahí el anciano dictador dijo:

“He esperado pacientemente porque llegue el día en que el pueblo de la República Mexicana esté preparado para escoger y cambiar sus gobernantes en cada elección, sin peligro de revoluciones armadas, sin lesionar el crédito nacional y sin interferir con el progreso del país. Creo que, finalmente, ese día ha llegado.”.(47)

Señala José María Luján: “Tan luego como el Pearson's Magazine publicó en su número correspondiente a marzo de 1908 el texto de la entrevista, ésta fue inmediatamente traducida y publicada por El Imparcial; los periódicos provincianos la reprodujeron en su totalidad y la prensa de otros países publicó los pasajes más importantes y los comentarios respectivos. Díaz era una personalidad que había brincado las fronteras.

“El Partido Anti reeleccionista sufrió un colapso; si Díaz no se presentaba como candidato, el partido había perdido su razón de ser; ‘los Reyistas’ consideraron que la retirada de Díaz era su mejor oportunidad y los ‘Científicos’ pensaron que al fin su candidato, Limantour, sería presidente de la República.”.(48)

El editor señaló: “Por un arreglo previo el señor James Creelman fue recibido en el Castillo de Chapultepec y tuvo oportunidades extraordinarias de conversar con el presidente Díaz y obtener con gran precisión el dramático e impresionante contraste entre su severo, autocrático gobierno y su alentador tributo a la idea democrática. A través del señor Creelman el presidente anuncia su irrevocable decisión de retirarse del poder y predice un pacífico futuro para México bajo instituciones libres. Es esta la historia del hombre que ha construido una nación.”.(49)

Fernando Bulnes, el 21 de junio de 1903, esto es, cinco años antes, había dicho: “La paz está en las calles, en los casinos, en los teatros, en los templos, en los caminos públicos, en los cuarteles, en las escuelas, en la diplomacia; pero no existe ya en las conciencias.”.(50)

Por su parte, los magonistas editaron un semanario Libertad y Trabajo en mayo, publicado en Los Ángeles bajo la dirección de Fernando Palomares,(51) indio mayo y veterano de Cananea. El 28 de mayo, desde la cárcel, Ricardo Flores Magón, saludó el periódico y se comprometió a redactar dos artículos por número.(52) El 8 de mayo, Juan Sarabia fue trasladado a la cárcel de Tucson, Arizona, el mismo que había sido declarado por el semanario Revolución como un mártir, ya que estuvo preso en San Juan de Ulúa.(53) Mientras tanto, un estadunidense simpatizante de los magonistas, John Murray, visitó México con un documento redactado por Ricardo Flores Magón, preso en la cárcel del condado de Los Ángeles, “enfermo del pecho”, entregó una carta (escribía en un pañuelo)(54) con los planes para un levantamiento más, el documento fechado 7 de junio de 1908, fue sacado de la cárcel por María Talavera con el apoyo de Ethel y Elizabeth. Planeaban nuevos levantamiento de los 46 grupos magonistas para la noche del 25 de junio.(55) Ahí le dice:

“…Hoy 7 contesto, querido hermanito, la tuya de 5 del actual, diciéndote que si tú estás ansioso porque se señale la fecha del levantamiento, Librado [Rivera] y yo estamos desesperados, porque tememos que de un momento a otro desbarate los grupos el despotismo.”. (56)

Fernando Palomares, volvió a México para levantar a los clubes de Sonora y Sinaloa. Conocedor de la colonia de Mayocoba, Los Mochis y tener contactos con las comunidades Mayo y Yaqui. Asimismo, Juan Olivares, veterano de Río Blanco, debería ir a Veracruz a preparar la rebelión. Pero la noche del 23 de junio, el gobierno se apresuró a desactivar el levantamiento de los grupos magonistas; asaltaron la casa de Prisciliano Silva en El Paso, pero logró escapar junto con Práxedis Guerrero y Enrique Flores Magón. Ahí, la policía incautó 83 rifles, 50 revólveres y 100 cartuchos de dinamita, así como cartuchos, documentos, cartas, entre otras cosas.

El 24 de junio siguieron las detenciones. Práxidis señaló: “En 1908 las tropas de la tiranía no vencieron en ninguna parte. La traición aplazó el triunfo de la revolución, fue todo”.

Los levantamientos y el atentado

El levantamiento en Palomas fue el 1º de julio por el grupo encabezado por Práxedis Guerrero, Francisco Manrique, Manuel Banda, José Inés Salazar, Francisco Aguilar y Germán López, entre otros. Atravesaron Columbus, Nuevo México hasta Las Palomas, pero alertados los militares porfiristas por policías estadunidenses repelieron el ataque magonista al cuartel custodiado por 45 soldados.

Según Ethel Duffy Turner, Palomares llegó a la ciudad de México y, cuando Porfirio Díaz salió al balcón a dar el grito de la noche del 15 de septiembre, le disparó, pero el dictador salió ileso. Alguien los golpeó y derribo, pero entre la confusión una mujer lo cubrió y logró escaparse.(57)

Mientras tanto, Francisco I. Madero se deslindó de los levantamientos magonistas. Por su parte, los estadunidenses que apoyaban la causa magonistas y pedían la libertad de los presos, escribían cartas, hacían campañas en territorio estadunidense. Y, John Kennet Turner preparaba su viaje a Yucatán para, luego escribir, su famoso libro (México Bárbaro), lo acompañaría otro magonista, Lázaro Gutiérrez de Lara, quien sería su guía y traductor. Partieron en estricto secreto a fines de julio y, en El Paso, Texas, tomaron el tren de primera clase hasta la ciudad de México. Esta vez, don Porfirio no lo vio ni lo oyó.

En agosto de ese año, tanto Ricardo Flores Magón, Antonio I. Villareal y Librado ribera fueron trasladados a una cárcel de Arizona en espera de ser procesados. Sus amigos, Murray, Elizabeth y Ethel viajraron a Arizona para seguir en la defensa de los presos políticos magonistas.

John Kennet Turner regresó de México, tras penetrar en el más hondo sufrimiento de los esclavos de Yucatán y conocer la realidad de muchos mexicanos bajo la “paz porfiriana”. Narró su esposa, Ethel Duffy, que “Los primeros artículos relativos a la esclavitud, que tanto conmovieron al público norteamericano fueron escritos en la cabaña de tejamanil café de Tucson” (Arizona). Por su parte, Elizabeth logró sacar –bajo fianza de unos mil dólares– de la cárcel a Manuel Sarabia, que ya estaba enfermo de tuberculosis. Pero los enemigos del magonismo, en diciembre, lograron destruir el taller donde se publicaban los periódicos The Border y El Defensor del Pueblo. Los golpes contra la causa de los revolucionarios mexicanos, seguían cayendo sin piedad.

Año de 1909

Inició con el juicio contra Ricardo Flores Magón, Antonio I. Villareal y Librado Rivera. Dice Ethel: “A pesar del hecho de que la fiscalía no logró probar que hombres armados habían cruzado la frontera hacia México, se llegó a un fallo condenatorio. Los tres acusados fueron sentenciados a un año y medio de reclusión y a cien dólares la multa a cada uno. En verdad, se llegó a la condena son que tuvieran la menor posibilidad de defenderse.”.(58)

El movimiento de 1908 –escribió años más tarde Librado Rivera– estuvo en efecto ya mejor preparado que el de 1906. El terror fue llevado al más cruel extremo de todas las tiranías persiguiendo aquí y en los Estados Unidos a todos los compatriotas y a los simples suscriptores de Regeneración ... Esta vez los grupos revolucionarios eran algo más de cuarenta en toda la República, aunque los bien armados no llegaban a treinta ... El gobierno de México sabía que nosotros estabamos en comunicación con los revolucionarios y recomendó al Cónsul de Los Angeles que ejerciera estricta vigilancia sobre nosotros hasta que este esbirro llegó al fin a pescar el hilo de nuestra comunicación ... y mandó copias a Washington y al gobierno de México. Pero la revolución se llevó a cabo a pesar de todas estas denuncias, aunque precipitando el levantamiento. (59)

En México, Porfirio Díaz y su gobierno preparaban, con bombo y platillos, el Centenario de la Independencia, pero la llama de la Revolución estaba encendida, faltaba que, los seguidores de don Francisco I. Madero, soplaran con fuerza, aquel 20 de noviembre de 1910 en punto de las 6 de la tarde.

El periódico Regeneración, el Partido Liberal Mexicano y los magonistas, habían contribuido a desgatar a la dictadura, organizar grupos por todo el país y, denunciar implacablemente al porfirato en el exterior.

Como señala una historiadora: “Regeneración transitó de un reformismo a un anarquismo. Se publicaron en total 381 números, divididos en cuatro épocas: la primera comprendió de 1900 a 1901 y tuvo 57 números; la segunda, de 1904 a 1905, con 49 números; la tercera, sólo 13 números en 1906, y, finalmente, la cuarta estuvo constituida por 262 números en el periodo 1910-1918.”.(60)

Cuarta Parte. 1910 La revolución Maderista

El torrente se va a desbordar

De 1900 a 1910 fueron años de luchas obreras por sus reivindicaciones sociales; años de preparación, organización y empuje ante las dificultades que imponía la dictadura de Díaz y, las injusticias del sistema económico imperante. Las empresas, en su mayoría extranjeras, imponían un capitalismo salvaje, sin derechos laborales, sin prestaciones, con extenuantes jornadas de trabajo. La dictadura de Díaz impulsó un modelo económico basado en la inversión extranjera, pero sin que se respetaran los derechos laborales, por lo que, los obreros se organizaban como podían para defenderse. Las estadísticas informan que estallaron 250 movimientos de huelgas en los años transcurridos entre 1876 y 1911. Quizá puedan parecer al lector pocas huelgas, pero se debe tomar en cuenta que el Código Penal en tiempos de Don Porfirio, establecían multas de 25 a 500 pesos y arrestos de 8 a 90 días a los huelguistas que buscaban subir los salarios.(61) Aún así, muchos trabajadores desafiaron a la dictadura.

Tras los sucesos de 1906, el gobierno porfiriano solicitó un informe confidencial y, el autor, Rafael Zayas, decía:

“La experiencia acumulada en la historia nos señala que, cuando nadie mira por el pueblo, el pueblo mira por si mismo, y cuando el pueblo mira por sí mismo no es río que corre por su cauce natural, sino torrente que se desborda.”(62)

El torrente se empezó a desbordar con las huelgas de Cananea y Río Blanco, así como los levantamientos magonistas que ya hemos mencionado.

El Maderismo

Desde 1908, Francisco I. Madero lanzó una campaña político-electoral con motivo de las elecciones presidenciales. El 15 de septiembre del mismo año, surgió el primer Club Antirreeleccionista, en cuyas filas militaron personajes célebres como Filomeno Mata y Emilio Vázquez Gómez, cuyos objetivos eran: Derrocar a la dictadura y devolver la Soberanía al pueblo y, Sufragio Efectivo, No Reelección. (63) Editaron un folleto intitulado “La reelección indefinida” y publicado en los diarios Diario del Hogar, El Tiempo y El Globo.

Madero con poco más de 43 años a cuestas, publicó su libro La Sucesión Presidencial de 1910, (64) que sería un detonador de la lucha política. En sus conclusiones señaló:

“9ª. El que mejor interpreta las tendencias actuales de la nación es el que proponemos, el Partido Antirreleccionista con sus dos principios fundamentales:

Libertad de Sufragio

No reelección.

11ª. Cuando el Partido Antirreleccionista esté vigorosamente organizado, será muy conveniente que procure una transición con el general Díaz para fusionar las candidaturas, de modo que el general Díaz siguiera de presidente, pero el vicepresidente y parte de las cámaras y de los gobernadores de los estados serían del Partido Antirreleccionista (…)”.(65)

Como se podrá observar, en éstas fechas, aún Madero no se proponía una revolución violenta contra la dictadura, sino una “transición” política, que en forma concreta peleara la vicepresidencia, más que la presidencia, donde Díaz seguiría mandando.

El 22 de mayo de 1909 surgió el Centro Antirreeleccionista de México (66) y, el 15 de abril de 1910, nació el Partido Nacional Antirreeleccionista en una asamblea celebrada en el teatro Tívoli del Eliseo, donde se eligió a Francisco I. Madero como el candidato presidencial y a Emilio Vázquez Gómez para la vicepresidencia, bajo los siguientes lineamientos: Restablecimiento de la Constitución, reforma con prescripción de la reelección; leyes para mejorar las condiciones de los trabajadores y para combatir los monopolios, el alcoholismo y los juegos prohibidos; el mejoramiento de la instrucción pública; establecer sistemas de irrigación e instituciones de crédito para beneficio de la agricultura, la industria y el comercio; reforma de ley electoral para garantizar el sufragio efectivo; establecimiento de la autonomía de los municipios, derogando las jefaturas políticas, e incremento de las buenas relaciones con los países extranjeros, especialmente con los latinoamericanos. (67)

Encuentro entre Díaz y Madero

Madero asistió a una nueva cita con el general Díaz, el sábado 16 de abril. Dehesa lo acompañó hasta la casa del general, los presentó y se retiró, de modo que no se conoce ninguna otra versión del encuentro más que lo dicho por el propio Madero. Según éste, en carta a su madre, doña Mercedes, dos días después de la entrevista, el dictador estaba ya muy lejos de aquella figura imponente de años atrás: “La impresión que me causó … es que está verdaderamente decrépito, que tiene muy poca vitalidad”. La descripción que hace Madero de Díaz es sorprendente y da la impresión de que el viejo lobo de mar estaba jugando con su presa,  haciéndole creer que era ya un hombre senil que se contradecía con facilidad: “… acostumbrado a que todo lo que él dice sea aprobado servilmente por los que lo rodean, no vacila en contradecirse de un momento a otro, y, sobre todo, parece que tiene la monomanía de hablar de sus guerras. A mí me causó la impresión de estar tratando con un niño o con un ranchero ignorante y desconfiado”.

Existe una fotografía donde aparece Madero depositando su voto en 1910 antes de ser aprehendido. (68) También aparece en la foto Gildardo Magaña, quien después, sería el sucesor de Emiliano Zapata y gobernador de su estado natal, Michoacán. En abril de 1910, el general Díaz rayaba en los 80 años y más de 30 en el poder. Parecían las cosas tranquilas para la larga dictadura y, además, se preparaba para conmemorar el Centenario de la Independencia, con bombo y platillo. Grandes fiestas, muchos invitados, derroche de dinero, pero… el pueblo excluido y hambriento de Tierra y Libertad.

Por su parte, Ricardo Flores Magón saldría libre de la prisión estadunidense y le escribió una carta a su hermano Jesús:

“Mi muy querido hermano:

Como habrás visto en la prensa, estoy libre. En la estación de esta ciudad tan hermosa, fuimos recibidos por una multitud gozosa de vernos libres, formada de mexicanos y americanos. Cuatro días después, más de mil quinientos mexicanos nos recibieron en el Italian Hall, donde hubo discursos de bienvenida y ovaciones estruendosas, como las que hubo en la estación a nuestra llegada. Después de la recepción de los mexicanos, las uniones de trabajadores, el Partido Socialista y los mexicanos nos hicieron una recepción en el Labor Temple que estaba ocupado por más de tres mil simpatizadores de la causa de los mexicanos, la mayor parte de ellos americanos. Se pronunciaron discursos llenos de entusiasmo y de verdad y se levantó una subscripción durante el mitin para publicar Regeneración, produciendo esa subscripción la suma de cuatrocientos veinte pesos.”.(69)

Como se aprecia en la carta, el apoyo social a los magonistas entre mexicanos y estadunidenses era muy importante. Los diarios The Los Angeles Herald y Los Angeles Daily Record, “… publicaron interesantes y simpáticos artículos sobre todas esas demostraciones hechas a nuestro favor. Estamos, pues, ahora en el seno de una ciudad que nos quiere y comprende la justicia que nos asiste.”, concluyó Magón a su querido hermano Jesús.

Libre Ricardo Flores Magón se aprestó a reeditar el periódico Regeneración, faltando escasos meses para el estallido de la Revolución Maderista. En tanto que en otra carta, él, Librado Rivera y Antonio I. Villareal, hacen un interesante recuento de las luchas sociales y estudiantiles en México, veamos:

“Estimado camarada:

Recibimos con retraso su carta del 24 de agosto. Respecto a su solicitud de información acerca de la Universidad Nacional de México, de la que el profesor Ido Wheeler será padrino, podemos informarle que tal honor sería equiparable a una oferta similar proveniente de la Universidad Imperial de San Petersburgo, en Rusia. En términos educativos, si dejamos a un lado el civismo y la economía política, la institución seguramente tendrá los más elevados niveles en los distintos departamentos científicos. Sin embargo, en cualquier otro aspecto significará un avance con respecto a Rusia y su medievalismo tardío, al poner al día y ser científica en sus métodos para esclavizar la mente. Como en cualquier otra institución educativa de México, tanto en los estados como en el Distrito Federal, es estudiante estará sujeto a leyes y reglamentos férreos como los que se aplican en la actualidad.

“Al estudiante se le prohíbe estrictamente participar en política de cualquier forma o tendencia, so pena de castigos severos, incluyendo expulsiones masivas. Tampoco puede organizar ni participar en clubes políticos. No debe escribir en ninguna publicación opositora. Veamos algunos ejemplo ocurridos tanto en el pasado, como recientemente: En 1902, unos 125 estudiantes fueron encarcelados y, más tarde, expulsados de la ciudad de México, por el crimen de haber protestado contra una reelección de Porfirio Díaz. En 1903, en Monterrey, la capital del estado de Nuevo León, los ciudadanos osaron organizar una marcha pacífica y desarmada en contra de la reelección de Bernardo reyes como gobernador del estado. Los soldados masacraron a los manifestantes en masa. Los estudiantes de la escuela de leyes y del colegio civil fueron detenidos colectivamente y acusados de haber organizado la manifestación. Algunos fueron encarcelados por más de un año, y todos los estudiantes fueron expulsados.

“En 1906, en Saltillo, estado de Coahuila, todos los estudiantes de las escuelas estatales por haber expresado su opinión en el sentido de oponerse a la reelección del gobernador Miguel Cárdenas.

“En ese mismo año, en las instituciones de Oaxaca, capital del estado del mismo nombre, todos los estudiantes fueron expulsados por el crimen de haberse opuesto a la reelección del gobernador Emilio Pimentel. Durante la reciente campaña presidencial, varios estudiantes fueron expulsados de Guanajuato; y, en Guadalajara y Puebla, hubo expulsiones al por mayor. En esta última ciudad, la policía atacó una manifestación pacífica de estudiantes y ciudadanos, con una brutalidad sin precedentes, y muchos estudiantes fueron asesinados ahí mismo, todo esto como consecuencia de estar a favor de la candidatura de Francisco Madero, el candidato rival a quien Díaz había encarcelado a último momento para poder reelegirse ‘unánimemente’.” (70)

La información vertida por los magonistas no era exagerada, ya que la represión desatada por la dictadura a fin de imponerse fue constante, al grado que al candidato opositor, Don Francisco I. Madero, lo encarcelaron.

Inicia la Revolución Maderista

Luego de huir de su confinamiento en una cárcel de San Luis Potosí, Francisco I. Madero llegó a Estados Unidos de América y, desde ahí, proclamó el Plan de San Luis Potosí, mediante el cual convocó a todos los mexicanos a tomar las armas en contra del gobierno del general Porfirio Díaz, a partir de las 6 de la tarde del domingo 20 de noviembre de 1910. Madero llamó a la Revolución Mexicana.

Recordemos, brevemente lo que Don Francisco I. Madero escribió en Plan de San Luis Potosí de 1910:

“CONCIUDADANOS:

“Si os convoco para que toméis las armas y derroquéis al Gobierno del general Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino para salvar a la Patria del porvenir sombrío que le espera continuando bajo su dictadura y bajo el gobierno de la nefasta oligarquía científica, que sin escrúpulo y a gran prisa están absorbiendo y dilapidando los recursos nacionales, y si permitimos que continúe en el poder, en un plazo muy breve habrán completado su obra: habrá llevado al pueblo a la ignominia y lo habrá envilecido; le habrán chupado todas sus riquezas y dejado en la más absoluta miseria; habrán causado la bancarrota de nuestra Patria, que débil, empobrecida y maniatada se encontrará inerme para defender sus fronteras, su honor y sus instituciones.

“Por lo que a mí respecta, tengo la conciencia tranquila y nadie podrá acusarme de promover la revolución por miras personales, pues está en la conciencia nacional que hice todo lo posible para llegar a un arreglo pacífico y estuve dispuesto hasta a renunciar mi candidatura siempre que el general Díaz hubiese permitido a la Nación designar aunque fuese al Vicepresidente de la República; pero, dominado por incomprensible orgullo y por inaudita soberbia, desoyó la voz de la Patria y prefirió precipitarla en una revolución antes de ceder un ápice, antes de devolver al pueblo un átomo de sus derechos, antes de cumplir, aunque fuese en las postrimerías de su vida, parte de las promesas que hizo en la Noria y Tuxtepec.

“Él mismo justificó la presente revolución cuando dijo: ‘Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder y ésta será la última revolución.’.

“Si en el ánimo del general Díaz hubiesen pesado más los intereses de la Patria que los sórdidos intereses de él y de sus consejeros, hubiera evitado esta revolución, haciendo algunas concesiones al pueblo; pero ya que no lo hizo... ¡tanto mejor!, el cambio será más rápido y más radical, pues el pueblo mexicano, en vez de lamentarse como un cobarde, aceptará como un valiente el reto, ya que el general Díaz pretende apoyarse en la fuerza bruta para imponerle un yugo ignominioso, el pueblo recurrirá a esa misma fuerza para sacudirse ese yugo, para arrojar a ese hombre funesto del poder y para reconquistar su libertad.

“Conciudadanos: No vaciléis pues un momento: tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombres libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria.

20 de noviembre de 1910… 6 de la tarde: ¡Vámonos a la Revolución!

Llegó el día anunciado por Don Francisco I. Madero mediante el “Plan de San Luís” de iniciar la Revolución Mexicana. “En el documento señaló el domingo 20 de noviembre de 1910 para dar inicio a la lucha armada, el manifiesto debía circular con discreción hasta pocos días antes de esta fecha. Desde San Antonio se enviaron a México copias del plan, algún dinero, municiones y pertrechos.”. (71)

El Plan de San Luís proponía, entre otras, las siguientes medidas:

1o.- Declarar nulas las elecciones.

2o.- Desconocer al gobierno del General Díaz, así como a todas las autoridades.

4o.- Además de la Constitución y Leyes vigentes, declarar ley suprema de la República el principio de No-Reelección del Presidente y Vice-Presidente de la República, Gobernadores de los Estados y Presidentes Municipales, mientras se hagan las reformas constitucionales respectivas.

5o.- Madero se asume con el carácter de Presidente Provisional de los Estados Unidos Mexicanos.

6o.- El Presidente Provisional antes de entregar el poder, dará cuenta al Congreso de la Unión del uso que haya hecho de las facultades que le confiere el presente plan.

7o.- El día 20 del mes de Noviembre, de las seis de la tarde en adelante, todos los ciudadanos de la República tomarán las armas para arrojar del poder a las autoridades que actualmente la gobiernan.

8o.- Cuando las autoridades presenten resistencia armada, se obligará por la fuerza de las armas a respetar la voluntad popular.

9o.- Las autoridades que opongan resistencia a la realización de este plan, serán reducidos a prisión para que se les juzgue por los tribunales de la República cuando la revolución haya terminado. Una de las primeras medidas del gobierno provisional será poner en libertad a todos los presos políticos.

10o.- El nombramiento de Gobernador Provisional de cada Estado que haya sido ocupado por las fuerzas de la revolución, será hecho por el Presidente Provisional.

11o.- Las nuevas autoridades dispondrán de todos los fondos que se encuentren en las oficinas públicas, para los gastos ordinarios de la administración y para los gastos de la guerra, llevando las cuentas con toda escrupulosidad.

Y, el Transitorio:

A.- Los jefes de fuerzas voluntarias tomarán el grado que corresponda al número de fuerzas a su mando.

B.- Todos los jefes, tanto civiles como militares, harán guardar a sus tropas la más estricta disciplina; pues ellos serán responsables ante el Gobierno Provisional de los desmanes que cometan las fuerzas a su mando, salvo que justifiquen no haberles sido posible contener a sus soldados y haber impuesto a los culpables el castigo merecido.

C.- Si las fuerzas y las autoridades que sostienen al General Díaz fusilan a los prisioneros de guerra, no por eso y como represalia se hará lo mismo con los de ellos que caigan en poder nuestro; pero en cambio, serán fusiladas dentro de las veinticuatro horas y después de un juicio sumario, las autoridades civiles o militares al servicio del General Díaz, que una vez estallada la revolución hayan ordenado, dispuesto en cualquier forma, transmitido la orden o fusilado a alguno de nuestros soldados.

D.- Como es requisito indispensable en las leyes de la guerra que las tropas beligerantes lleven algún uniforme o distintivo y como sería difícil uniformar a las numerosas fuerzas del pueblo que van a tomar parte en la contienda, se adoptará como distintivo de todas las fuerzas libertadoras, ya sean voluntarias o militares, un listón tricolor, en el tocado, o en el brazo.

Y, concluía: “Conciudadanos: No vaciléis pues un momento: tomad las armas, arrojad del poder a los usurpadores, recobrad vuestros derechos de hombres libres y recordad que nuestros antepasados nos legaron una herencia de gloria que no podemos mancillar. Sed como ellos fueron: invencibles en la guerra, magnánimos en la victoria.”. Bajo éste Plan de San Luís, el 20 de noviembre de 1910, inició, hace 100 años la Revolución Mexicana.

Primeros mártires

En la Ciudad de México, a mediados de noviembre se descubrió el plan, el 17 de noviembre la prensa de la capital informó del complot en contra del gobierno. Ya para entonces, cientos de sospechosos habían sido arrestados para contestar al cargo de sedición. Debido a estos acontecimientos, Aquiles Serdán, que esperaba impacientemente el 20 de noviembre, resolvió comenzar la lucha armada con anticipación. (72) Serdán murió y sus familiares fueron apresados, el 18 de noviembre de 1910.

El 19 de noviembre, Madero, salió de San Antonio, Texas, con destino a Ciudad Porfirio Díaz, hoy Piedras Negras. Cruzó con éxito la frontera, pero se encontró con la sorpresa de que el pequeño ejército que esperaba no estaba en el lugar, y que las armas y las municiones que había pagado no habían sido entregadas. Descorazonado, sin haber disparado una sola arma, Madero regresó sobre sus propios pasos, a su juicio la revolución, que nunca había deseado, era un fracaso. (73) Pero la Revolución había comenzado.

Los Magonistas a la Revolución

Por su parte, los magonistas llamaron a luchar en la Revolución que iniciaba, pero siempre, demarcándose de los maderistas, como lo podemos constatar en la siguiente carta:

“Los Ángeles, California, diciembre 1 de 1910

Sr. Manuel Leal Escamilla Brownsville, Texas

Estimado compañero:

Estoy al corriente de la torpe persecución de que fue usted, objeto. No importa, adelante. Recibí su apreciable de 22 del pasado. [Francisco I.] Madero se valió de engaño para embaucar a muchos liberales. Les hizo creer por medio de sus agentes que estábamos de acuerdo con él. Algunos otros no necesitaron ser engañados, sino que deslumbrados por la riqueza del flamante candidato, se fueron con él; pero los leales liberales, los que no luchan sino por el beneficio de la clase proletaria, esos permanecieron fieles al partido.

Quisimos tomar parte en la lucha de Madero de hace unos cuantos días; pero no duró casi nada esa lucha, no hubo tiempo para que el Partido Liberal entrase en acción. Íbamos a entrar los liberales por nuestra cuenta, no a sostener a Madero.

Le acompaño cupones para que diga a sus amigos que los firmen. Es preciso que el Partido se reorganice rápidamente y espero que usted, ayudará en los trabajos de reorganización, comprometiendo a todas las personas que conozca para que se inscriban como miembros del partido.

Espero sus letras.

Lo aprecia su amigo y compañero de la Revolución.

Ricardo Flores Magón.”.(74)

En septiembre de 1910, Regeneración de nuevamente circuló, según los previsto por Ricardo. Otro importante magonista, Práxedis Guerrero, publicó un texto intitulado El objeto de la revolución:

“¿Por qué, si quieres la libertad, no matas al tirano y evitas de ese modo los horrores de una gran contienda fratricida? ¿Por qué no asesinas al déspota que oprime al pueblo y ha puesto precio a tú cabeza? – me han preguntado varias voces–. Porque no soy enemigo del tirano, he contestado; porque si matara al hombre, dejaría en pie a la tiranía. Y a ésta es la que yo combato; porque si me lanzara ciegamente a él, haría lo que el perro cuando muerde la piedra inconsciente que le ha herido, sin adivinar ni comprender el impulso de donde viene. (…)

“La revolución es el sacudimiento brusco de la tendencia humana hacia el mejoramiento, cuando una parte más o menos numerosa de la humanidad es sometida por la violencia a un estado incompatible con sus necesidades y aspiraciones. (…) La revolución es un hecho plenamente consciente, no el espasmo de una bestialidad primitiva. No hay inconsecuencia entre la idea que guía y la acción que se impone.” (75)

Así, el magonismo se lanzaba a su tercera insurrección, pero en esta ocasión al lado de los maderistas, pero guardando una sana distancia. Por su lado, Práxedis decidió combatir sin el consentimiento de la Junta Organizadora del PLM, que lo intentó disuadir argumentando que era necesario contar con su trabajo en la preparación de Regeneración, pero él ya había tomado su camino. Así, los miembros del PLM dispersos en la frontera y por todo el país entraron en acción.

De acuerdo al historiador James D. Cockroft, en diciembre de 1910, el general maderista Pascual Orozco mandó a los Estados Unidos un enviado a “solicitar elementos de combate de Ricardo Flores Magón”. Unas semanas más tarde, los rebeldes del PLM dirigidos por Práxedis Guerrero tomaron Casas Grandes, Chihuahua, e inmediatamente se desplazaron para tomar los pueblos cercanos. (76)

En menos de tres semanas, después de haber pasado al lado mexicano, el 30 de diciembre en Janos, Chihuahua, el pequeño grupo de combatientes del PLM bajo el mando de Práxedis sostuvo una batalla y capturó el pueblo sin perder un solo hombre. De acuerdo al relato de Ethel Duffy Turner, Práxedis subió al techo de las barracas para hacer un reconocimiento, ya que había rumores de que los federales se acercaban, pero trágicamente uno de sus propios hombres le disparó creyendo que era un espía y lo mató instantáneamente. (77) Práxedis G. Guerrero tenía entonces veintiocho años de edad.

Poco antes de morir en la Penitenciaría Federal en Leavenworth, Kansas, Ricardo Flores Magón escribió una carta a Nicolás T. Bernal, a propósito del interés de éste por publicar un libro que compilara los principales escritos de Práxedis, en la cual el presidente del PLM recuerda a su amigo y compañero de lucha:

“Vida corta pero fecundísima, fue la suya, y su muerte fue una pérdida real para la causa de la emancipación humana. Si no hubiera muerto, quizás ya no habría cadenas; si no hubiera muerto, quizás el hombre habría dejado de explotar y de oprimir al hombre; ¿quién puede saberlo? Porque su obra de emancipación comprendía al oprimido de todo el mundo, convencido como estaba de que el mal no era exclusivamente mexicano, sino mundial, y de que la humanidad sufre en la vasta extensión del planeta, dondequiera que haya alguien que diga ¡esto es mío! Dondequiera que haya alguien que grite: ¡obedece!”. (78)

NOTAS.-

1.- Director de la EEDUT-SUEUM.

2.- Archivo de la Defensa Nacional (ADN), Exp. XI/481.4/9736, en: REINA, Leticia, Las Rebeliones campesinas en México (1819-1906), México, Siglo XXI, América Nuestra, p- 64-65 y 71.

3.- HART, John M., El Anarquismo y la clase obrera mexicana 1860-1931, México, Siglo XXI, 1980, p. 46-57.

4.- CUEVA, Mario de la, Derecho Mexicano del Trabajo, México, Porrúa, 1938.

5.- TEITELBAUM, Vanesa y GUTIÉRREZ, Florencia, Sociedades de artesanos y poder público. Ciudad de México, segunda mitad del siglo XIX, México, Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México, núm. 36, julio-diciembre de 2008, Instituto de Investigaciones Históricas-UNAM, ed. electrónica.

6.- ILLADES, Carlos, Las otras ideas. El primer socialismo en México, México, ERA-UAM, 2008, p. 207-208.

7.- RAMÍREZ, Ignacio (discurso), El jornalero es esclavo del capital, en: GUERRERO León, Florencio, “Historia de México. ensayos, documentos y testimonios”, México, p. 155-1557.

8.- CEHSMO, El Congreso Obrero de 1876. Antología, México, Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero, 1980; VILLASEÑOR, José, El Gran Círculo de Obreros de México, México, Historia Obrera núm. 4, ,CEHSMO, marzo de 1975; VALADÉS, José C., Sobre los Orígenes del Movimiento Obrero en México, CESHMO, 1979;

9.- CESHMO, El Congreso…, Op. Cit., Gran Círculo de Obreros de México (Se anuncia la primera reunión preparatoria del Congreso Obrero. Secretaría General, p. 21

10.- OBREGÓN, Arturo, Introducción, en: CESHMO, El Congreso…”, Op. Cit., p. 9.

11.- MARX, Carlos y ENGELS, Federico, (traduc. de Wenceslao Roces), La Internacional. Documentos, artículos y cartas, México, FCE.

12.- CESHMO, Acta Constitutiva de la Gran Confederación de las Asociaciones de Trabajadores de los Estados Unidos Mexicanos, Sección Oficial de El Socialista, año VII, núm., 194, 18 de septiembre de 1876, p. 2, cols., 2, 3, Op. Cit., p. 220-222.

13.- CESHMO, Anónimo. La Mujer en el Movimiento Obrero, Correo del Exterior, El Socialista, año VII, núm., 196, 2 de octubre de 1876, p. 2, cols., 4, 5, Op. Cit., p. 227-229.

14.- OLVERA, Soledad, Cronología del Movimiento Obrero 1826-1938, México, STPS, 1988; JIMÉNEZ Lescas, Raúl, Cronología del Movimiento Obrero, folleto 11, Morelia, Eedut-SUEUM, 2009.

15.- Sin embargo, durante este período se advirtió una reactivación del sector industrial; situación que propició el establecimiento de la fábrica textil Hércules, del consorcio industrial Casa Rubio, y de las fábricas San Antonio y La Purísima, además de 9 obrajes y 671 trapiches. A esta favorable dinámica contribuyó también la industria tabacalera. Fuente: Enciclopedia de los Municipios de México, Querétaro, 2010.

16.- La Convención Radical, 22 de mayo de 1887, en: VILLALOBOS Calderón, Liborio (comp.), “La Convención Radical Obrera. La antología”, México, Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, 1978, p. 44.

17.- FRÍAS, Heriberto, prólogo y notas de James W. Brown, Tomóchic, México, Porrúa, “Sepan cuantos…”, núm. 92, p. 145-149.

18.- AURRECOECHEA, Juan Manuel, Tomóchic. Un Episodio del Porfiriato. Tomo 13, Colección México Historia de un Pueblo, SEP/ Ed.l Nueva Imagen, 1981.

19.- ILLADES Aguia, Lilian (Guillermo Ibarra Escobar y Ana Luz Ruelas, compiladores), Tomóchic en el Centenario de su Rebelión, Sinaloa, Contribuciones a la Historia del Noroccidente Mexicano. Memoria del VIII Congreso Nacional de Historia Regional, Universidad Autónoma de Sinaloa, Escuela de Historia; REINA, Leticia, Las Rebeliones campesinas en México (1819-1906), México, Siglo XXI, América Nuestra.

20.- Regeneración. “Periódico Jurídico Independiente”, año 1, 1ª época, t. I, núm. 1, 7 de agosto de 1900, México, 16 p. (Archivo Electrónico Magón).

21.- INEHRM, Manifiesto. El Club “Ponciano Arriaga”. Centro Director de la Confederación de Clubes Liberales de la República, á la Nación…, Colección, caja 11, exp. 7, fs. 13 bis.

22.- AGN. Gobernación. “Revoltosos Magonistas”, caja 4, exp. 2, fs. 1-6.

23.- ENRÍQUEZ Licón, Dora Elvia (ponencia), Cananea 1906: entre el cielo y la tierra, Hermosillo, Unison, en: “Memoria del Simposio de Historia y Antropología de Sonora. Revuelta, Rebelión y Movimientos Sociales”, CD, 2007.

24.- CALDERÓN Baca, Esteban, Juicio sobre la guerra del Yaqui y génesis de la huelga de Cananea, México, STPS, 1975, p. 32; TAYLOR Hansen, Lawrence Douglas, El papel del Partido Liberal Mexicano en la agitación laboral en Sonora, 1906-1912, en: “Memoria del XXII Simposio de Historia y Antropología de Sonora”, Hermosillo, Unison, 1997, p. 192.

25.- ENRÍQUEZ Licón, Dora Elvia (ponencia), Cananea 1906: entre el cielo y la tierra, Hermosillo, Unison, en: “Memoria del Simposio de Historia y Antropología de Sonora. Revuelta, Rebelión y Movimientos Sociales”, CD, 2007; ALMADA, Francisco R., Diccionario de Historia, Geografía y Biografía Sonorenses, Hermosillo, Instituto Sonorense de Cultura, 3ª edic., 1990, p.122-123.

26.- Ibíd.

27.- GRACIDA, Juan José, El ferrocarril en el desarrollo minero de Cananea durante el porfiriato, en: “Memoria del XVI Simposio de Historia y Antropología de Sonora”, Hermosillo, Unison, 1993, p. 366.

28.- Calderón Baca, Esteban, Juicio sobre la guerra del Yaqui y génesis de la huelga de Cananea, México, STPS, 1975, p. 57.

29.- Ibíd., p. 124.

30.- DUFFY Turner, Ethel, Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano, México, CNE del CEN PRI, 1984, p. 101.

31.- AGN. Gobernación. “Revoltosos Magonistas”, caja 4, exp. 2, fs. 1-6.

32.- DUFFY Turner, Ethel, Ricardo… Op. Cit., p. 97.

33.- AGN. “Revoltosos Magonistas”… Op. Cit.

34.- Ibíd.

35.- Ibíd.

36.- CHASSEN, Francie R., Los Precursores de la Revolución en Oaxaca, en: MARTÍNEZ Vásquez, Víctor Raúl (coordinador), “La Revolución en Oaxaca (1900-1930)”, México, Conaculta, 1993, p. 90.

37.- COCKCROFT, James D., Precursores…, Op. Cit., p. 118.

38.- DUFFY Turner, Ethel, Ricardo… Op. Cit., p.

39.- CHASSEN, Francie R., Los…, Op. Cit., p. 90.

40.- AGN. “Revoltosos Magonsitas”… Op. Cit.

41.- Revolución, n. 2, 8 de junio de 1907.

42.- GUERRERO, Práxides, Artículos en Revolución y Punto Rojo, tomado de “Regeneración 1900-1918”, México, Era, 1981, p. 193, 198, 199.

43.- CRUZ Mejía, Corrido a Ricardo Flores Magón, Casa de la Música Mexicana, Expedientes Digitales del INERH.

44.- Manifiesto al pueblo americano, Revolución. Semanario Liberal, año 1, núm. 28, Los Ángeles, Cal., enero 18 de 1908, 1ª columna, en: http://www.archivomagon.net/Periodico/Revolucion/PDF/rev_n28.pdf (se respeta la escritura original).

45.- Ibid., p. 2, 4a columna.

46.- Para la Defensa… Revolución. Semanario Liberal, año 1, núm. 29, Los Ángeles, Cal., marzo 1 de 1908, 3ª columna, en: http://www.archivomagon.net/Periodico/Revolucion/PDF/rev_n29.pdf

47.- CREELMAN, James, President Diaz, Hero of The Americas, Pearson’s Magazine, vol. XIX, march, 1908, No. 3, en: Entrevista Díaz-Creelman, prólogo de José María Luján; traducción de Mario Julio del Campo, México, UNAM, 1963 (Cuadernos del Instituto de Historia, serie documental, núm. 2).

48.- Ibíd. Prólogo.

49.- Ibíd. Editor.

50.- Ibíd. Prólogo.

51.- HERNÁNDEZ Padilla, Salvador, El Magonismo: Historia de una pasión libertaria 1900-1922, México, Ed. Era, 1984, p. 193-194.

52.- MAGÓN Flores, Ricardo, Señor Antonio de P. Araujo…, Cárcel del condado de Los Ángeles, California, mayo 28, 1908, en: http://www.archivomagon.net/ObrasCompletas/Correspondencia/Cor262.html

53.- El Mártir Juan Saravia, Revolución. Semanario Liberal, año 1, núm. 27, Los Ángeles, Cal., diciembre 28 de 1907, 3ª y 4ª columnas, en: http://www.archivomagon.net/Periodico/Revolucion/PDF/rev_n27.pdf

54.- Así lo dice en una carta a “María de mi corazón”… FLORES Magón, Ricardo, [A María Brousse de Talavera], [Los Ángeles, California,] septiembre 20 de 1908, en: “Obras Completas. Correspondencia”, http://www.archivomagon.net/ObrasCompletas/Correspondencia/Cor268.html

55.- La existencia de “más de 40 grupos” liberales-magonistas fueron señalados en la columna Páginas Negras, Revolución. Semanario Liberal, año 1, núm. 27, Los Ángeles, Cal., diciembre 28 de 1907, 5ª columna, p. 4.

56.- [Señor Enrique Flores Magón]: Los Ángeles, California, junio 7 de 1908, en: “Obras Completas. Correspondencia”, http://www.archivomagon.net/ObrasCompletas/Correspondencia/Cor264.html

57.- MALDONADO Alvarado, Benjamín, El indio y lo indio en el movimiento magonista, México, Ed. Antorcha, 2003.

58.- TURNER, Ethel Duffy, Ricardo…, Op. Cit., p. 176.

59.- Librado Rivera a Nicolás T. Bernal, 12 de mayo de 1924. Archivo del Instituto de Historia Social, Amsterdam, Holanda. Copias de los documentos que menciona Rivera y la carta del cónsul Antonio Lozano dirigida al Secretario de Relaciones Exteriores de México, fechada el 22 de septiembre de 1908, se encuentran en AGRE, LE-933, en: HERNÁNDEZ Padilla, Salvador, Ricardo Flores Magón, una vida en rebeldía, México, Ed. Antorcha, 2003, capítulo IV (ed. electrónica).

60.- RUIZ Ham, Emma Paula, Regeneración, algunas notas en torno a sus inicios, México, INEHRM, Archivos Digitales, en: http://www.inehrm.gob.mx/Portal/PtMain.php?pagina=exp-periodico-regeneracion-articulo

61.- GILLY, Adolfo, La Revolución Interrumpida, México, Era, 1994, p. 59-60; ILLADES, Carlos, Hacia la República del Trabajo. La Organización Artesanal en la ciudad de México, 1853-1876, México, Colmex-UAM-I, 1996, p. 154; RUIZ, Ramón Eduardo, La Revolución Mexicana y el Movimiento Obrero, 1911-1923, México, Era, 1984, p. 22; RIBERA Carbó, Anna, 2010, La Casa del Obrero Mundial. Anarcosindicalismo y revolución en México”, México, INAH, 2010, p. 29.

62.- ZAYAS Enríquez, Rafael de, Apuntes confidenciales al presidente Porfirio Díaz, México, Edit. Citlaltépec (Col. Suma Veracruz. Serie Política), 1967, p. 14, citado por: RIBERA Carbó, Anna, Op. Cit., p. 31.

63.- AGN. Archivo Particular Emilio Vázquez Gómez, caja única, exp.2, fs. 1-3.

64.- AGN. Biblioteca. MADERO, Francisco I., La Sucesión Presidencial de 1910, San Pedro, Coahuila, diciembre de 1908 (aunque en realidad empezó a circular en enero de 2009 y se acabó la edición en solo tres meses); MADERO, Francisco Ignacio, La Sucesión Presidencial, Obras Completas, IX tomos, t. II, México, Clío, 1999.

65.- MADERO, Francisco Ignacio, La Sucesión Presidencial, Obras Completas, IX tomos, t. II, México, Clío, 2000, p. 266.

66.- MADERO, Francisco Ignacio, Apuntes Políticos. 1905-1913, Obras Completas, IX tomos, t. III, México, Clío, 1999, p. 75-76.

67.- Vázquez, Mercado del, Angélica, Un misterioso encuentro (entre Porfirio Díaz y Francisco I. Madero), México, INEHRM Expedientes Digitales, 2010.

68.- INEHRM. Francisco I. Madero vota en las elecciones secundarias de México, Caja 7.3, exp. VI-88/1, núm. 8, 1910.

69.- FLORES Magón, Ricardo, Carta, Los Ángeles, California, agosto 17 de 1910, en: http://www.archivomagon.net/ObrasCompletas/Correspondencia/Cor290.html

Magonistas Libres

70.- FLORES Magón, Ricardo, Carta, Los Ángeles, Calif., a 9 de septiembre de 1910, en: http://www.archivomagon.net/ObrasCompletas/Correspondencia/Cor292.html

71.- Molina Arceo, Sandra, El Plan de San Luís Potosí. 5 de octubre de 1910, México. Tomado de: bicentenario.gob.mx

72.- Ídem.

73.- Ídem.

74.- FLORES Magón, Ricardo, Carta, en: http://www.archivomagon.net/ObrasCompletas/Correspondencia/Cor293.html

75.- GUERRERO, Praxedis G. Artículos literarios y de combate: Pensamientos, crónicas revolucionarias, etc. Grupo Cultural Ricardo Flores Magón. México, 1922. Edición facsimilar del Centro de Estudios Históricos del Movimiento Obrero Mexicano, Cuadernos Obreros núm.14, México, 1977, p. 51-53.

76.- COCKROFT, James D. Precursores intelectuales de la revolución mexicana, México, Siglo XXI, 25ª edición, 2005, p.166.

77.- TURNER, Ethel Duffy …, Op. Cit. p.219.

78.- GUERRERO, Praxedis… Op. Cit. p.13.

Trotskyist_Left_Opposition-1927

Por Maximiliano Cavalera.

En el mes de Octubre de 1917, acontece uno de los eventos más importantes en la historia de la humanidad, esa fue la fecha en que triunfa la revolución Bolchevique y los explotados toman el poder del Estado ruso. El escenario más grande que puede existir es el de la historia, en donde los grandes personajes van forjando su reputación al calor de la lucha de Clases. Así fue que las fuerzas motrices de la revolución y contrarrevolución fueron sondando a sus personajes más representativos. En esta ocasión narraremos los acontecimientos que llevaron a la expulsión del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) a uno de sus más grandes exponentes, el líder revolucionario León Trotsky.

Unos años antes.

Los inicios de la década del 20 del siglo pasado fueron muy duros para la revolución rusa y el PC. Un año antes de iniciar la década, fueron asesinados  Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, quedando derrotada, y por ende, aplazada la revolución social en el occidente. En 1923 es derrotada nuevamente la revolución en Alemania, y a inicios de 1924, muere Lenin. Estos acontecimientos tan desastrosos, son acompañados con el fortalecimiento interno de un sector del partido comunista que se comienza a enraizar en el poder. Este sector es llamado la burocracia del partido, y lo son: “Los funcionarios y el ejército permanente —escribe Lenin—, son ‘parásitos’ en el cuerpo de la sociedad burguesa, parásitos engendrados por las contradicciones internas que desgarran a esta sociedad, pero son precisamente estos parásitos los que le tapan los poros.” (La Revolución Traicionada, León Trotsky)

Esta casta dirigente se enraizó en la Rusia soviética y fue desplazando a los mejores dirigentes del partido Comunista, para 1924 existían tres sectores del partido que luchaban incesantemente, estas alas eran: la derecha liderada por Bujarin, el centro se encontraban Stalin, Zinoviev y Kamenev y el ala izquierda liderada por Trotsky. Pero las condiciones barbáricas de Rusia, el debilitamiento del movimiento obrero mundial fueron fortaleciendo a Stalin y su burocracia.

Decapitación del Ejército Rojo

En 1925 la burocracia Soviética mantenía una campaña de difamación en contra de la oposición de izquierda y Trotsky. Lo acusaban de ser el “genio” militar que daría un golpe de Estado e instauraría una dictadura personal en contra del PC. Sobre ese hecho el mismo Trotsky dice: “Lo que más temían los epígonos, fuera de las tradiciones revolucionarias de Octubre, eran las tradiciones de la guerra civil, y mis concomitancias con el ejército. Abandoné el cargo sin lucha, y hasta con un cierto suspiro de satisfacción, para desarmar a los adversarios de todas las armas de calumnia“(León Trotsky, Mi Vida)

A pesar de estas reflexiones, muchas personas se preguntan: ¿por qué Trotsky no dio el golpe de Estado y evito la catástrofe Estalinista? Trotsky en mi vida responde de una u otra forma: “La aplicación de la violencia física ha desempeñado siempre y sigue desempeñando un gran papel en la historia de la humanidad. Unas veces, esta violencia es un elemento de progreso, otras veces, de reacción, según la clase que la aplique y los fines a que se dirija. Lo que en modo alguno puede asegurarse es que por medio de la violencia se resuelvan todos los problemas y se remuevan todos los obstáculos. Querer contener por la fuerza de las armas las tendencias de progreso de la historia, es posible. Pero de esto a cerrarles para siempre el paso, hay un gran trecho. Por eso el revolucionario, cuando se trate de luchar por grandes principios, no puede dejarse guiar más que por una norma: fais ce que dois, advienne que pourra.” (Ídem)

Un nuevo Camino.

En mayo de 1925, después de ser removido de la comandancia del ejército, Trotsky es nombrado presidente del Comité de concesiones, jefe de las explotaciones electrotécnicas, y presidente de la Dirección científico-técnica de la industria: “Ningún nexo unía a estos tres cargos entre sí. La elección para ocupar los tres había recaído sobre mí sin que yo me enterara, (…) se trataba de aislarme del partido, de agobiarme de trabajo cotidiano.” (Ídem) En esta nueva empresa, Trotsky se dedica a dar conferencias, escribir libros y folletos colectivizando y desarrollando las experiencias que le brindaba este nuevo trabajo. Pero la campaña de la burocracia no ceso: “Mis adversarios no quisieron, ni podían, aceptar la batalla en este terreno. Desde su punto de vista, la interpretación era esta: Trotsky se ha conquistado una nueva plataforma de lucha. La dirección administrativa de los asuntos electrotécnicos y de los institutos científicos, les traía ahora casi tan desazonados como antes el Comisariado de Guerra y el Ejército rojo.” (Ídem)

El aparato burocrático Estalinista continuo tejiendo sus redes y cada vez se acercaba a su objetivo de aislar a Trotsky, y desarmarlo por completo, a  tal grado que: “La gente que trabajaba en ellos temía por su suerte, o a lo menos, por su carrera” (Ídem) Las condiciones del estos ministerios llevó a la renuncia de Trotsky a la dirección administrativa de los asuntos electrotécnicos y de los institutos técnico-científicos. Pero conservo en el Comité de concesiones.

La Alianza etérea.

Para mediados de la década, en el seno del partido bolchevique se estaba gestando una nueva división y realineamiento de ciertas fuerzas internas. Este fue el caso en que Zinoviev y Kamenev estaban distanciándose del Estalinismo y su burocracia. Las divergencias se presentaban así: “El barco navegaba rumbo a "la independencia nacional, apta para bastarse a sí misma". Los esfuerzos de Zinovief y Kamenef por defender, aunque sólo fuese parcialmente, la orientación internacional, les convertía, a los ojos de la burocracia, en trotskistas de segundo rango. Esto movíales a atacarme con más furia, para, de este modo, hacerse acreedores a seguir disfrutando de la confianza de los burócratas. Pero estos esfuerzos fueron en vano. Los poderes burocráticos comprendían, cada vez con mayor evidencia, que Stalin era carne de su carne. Pronto Zinovief y Kamenef se encontraron enfrentados con él como enemigos, y cuando intentaron llevar en apelación ante el Comité central su pleito, hubieron de convencerse de que Stalin tenía una mayoría inatacable.” (Ídem)

Ante los ataques de la burocracia, a Zinoviev y a Kamenev no les quedaba más remedio que hacer críticas polícas que coincidían con la oposición de izquierda, por ende con Trotsky, lo que les valió el apelativo despectivo de "trotskistas". La alianza entre ambos sectores resultó natural y se estableció un pacto contra la burocracia Estalinista. Aunque diese la impresión, que esta alianza entre los miembros más importantes de la dirección del partido, podría dar fin a la macabra burocracia, esto no pasaría: “La burocracia del partido propendía cada vez más abiertamente a la derecha. En estas condiciones, era pueril pensar que por el solo hecho de unirnos, el triunfo se nos caería en las manos como una breva madura.” (Ídem)

La burocracia expulsa a Trotsky del PCUS.

Desde la alianza, la burocracia no descansó y aprovechó su fuerte más grande, el aparato del partido. Se emitieron órdenes de enviar burócratas a las reuniones de las células obreras, vehículos estacionados frente a las reuniones de la oposición de izquierda, se mandaban activistas para abuchear y silbar en las tribunas, a los representantes de la oposición, es decir, la burocracia se imponía por el terror: “Antes de que la masa del partido hubiera tenido tiempo a averiguar, comprender o decir algo, se la atemorizaba con la perspectiva de una escisión o de una catástrofe. La oposición no tuvo más remedio que emprender la retirada.” (Ídem)

En abril de 1927 se celebra una asamblea del partido, Stalin defendió la alianza  y subordinación del PC chino al nacionalista partido del Kuomintang, cinco días después Chiang Kai shek masacraba a los obreros de Shanghái y al PC Chino. La oposición de izquierda y Trotsky advirtieron del gran error de aliarse con el Kuomintang, este fue un acierto político grande, pero que consolidaba la posición de la burocracia: “para millones de gentes lo importante y lo decisivo no eran los pronósticos, sino el hecho de que el proletariado chino hubiese salido derrotado” (Ídem)

Pero la euforia le había dado un enorme prestigio a la oposición, en una marcha en Leningrado se vitoreaba a los viejos dirigentes bolcheviques, pero la euforia duraría poco: “era evidente que aquel incidente de la manifestación tenía que convencer al clan gobernante de la necesidad de acabar cuanto antes con la oposición, para poner a las masas ante un hecho consumado.” (Ídem)

El 7 de Noviembre se da una marcha en Leningrado donde es secuestrado Zinoviev, unos días después capitularía: “Zinovief acabó por desertar de nuestro campo. Pero no se llevó consigo, ni mucho menos, a todos sus correligionarios. La segunda conversión de Zinovief asestó una herida incurable a la leyenda del "trotskismo". (Ídem) El 15 de Noviembre ya la suerte estaba echada, Trotsky es expulsado del PC de la U.R.S.S y años después, vagaría por el mundo perseguido, él y sus camaradas, por la aberración Estalinista.

revol

Por Diego Fonseca.

La primera revolución mexicana, iniciada en Noviembre de 1910, logró la destrucción del viejo estado porfirista. Su carácter se explica, en primer término, por los rasgos centrales de una formación social que combinaba un incipiente desarrollo capitalista nacional, moldeado por la penetración y subordinación al capital imperialista, con la subsistencia de estructuras precapitalistas cuya máxima expresión era la situación agraria (donde a su vez se combinaban distintas formas capitalistas y precapitalistas, como el peonaje, semiesclavitud, etc.).

Una revolución campesina

En una formación social atrasada, la resolución de las tareas democráticas inconclusas fue el motor de una revolución agraria cuya dinámica objetiva fue anticapitalista y enfrentó a las clases dominantes mexicanas. Ante la debilidad manifiesta del joven proletariado mexicano, el lugar del sujeto revolucionario fue ocupado por los ejércitos campesinos de Villa y Zapata.

La ruptura de estos con los representantes de la burguesía y la pequeño burguesía maderista a partir de 1914 fue un punto de inflexión que mostró el divorcio entre los distintos sectores que inicialmente conformaban el bloque antiporfirista. Ello mostró también el olfato y el instinto de los representantes del campesinado revolucionario frente a quienes eran incapaces de resolver el problema de la tierra, principal demanda motora de la revolución en el campo. Ello le dio a la revolución mexicana un carácter indudablemente contemporáneo, más próximo a las revoluciones del siglo XX en cuanto al enfrentamiento entre clases explotadoras y explotadas, que a las clásicas revoluciones burguesas del siglo XVII y XVIII o a los procesos independentistas latinoamericanos del siglo XIX.

Adolfo Gilly, en La Revolución interrumpida, explica la importancia de la experiencia de la Comuna de Morelos, donde los campesinos, luego de eliminar a los terratenientes y gachupines, organizaron la economía agraria y su propio poder político local. La lucha revolucionaria dada por la División del Norte de Francisco Villa y el Ejército del Sur basado en las milicias campesinas y dirigido por Emiliano Zapata, así como la gloriosa experiencia de la Comuna de Morelos, mostraron el potencial revolucionario de la lucha del campesinado pobre. En cuanto al proletariado mexicano, fueron su juventud, la inexistencia de organizaciones que levantaran un programa para la alianza revolucionaria obrero-campesina, y el éxito del constitucionalismo en subordinar al proletariado a su lucha contra Villa y Zapata, los factores que impidieron que jugase un rol dirigente en la revolución y fuera capaz de darle a ésta su salida. El campesinado mexicano, que tuvo la enorme virtud de alcanzar el punto de conciencia y organización más alto jamás alcanzado por las capas campesinas en la historia de las revoluciones, mostró su incapacidad histórica para presentar una alternativa nacional que respondiera a sus intereses y aspiraciones contra el proyecto de la burguesía y del imperialismo.

Por su parte, las disputas existentes entre Carranza y Obregón en el campo del constitucionalismo burgués mostraron, no la existencia de proyectos socialmente divergentes, sino políticas diferentes para “resolver” de forma reaccionaria la insurgencia campesina y lograr la “estabilización” del país.

Definiendo, entonces, la dinámica y el resultado de la revolución mexicana, podemos decir que la misma, motorizada por las tareas democráticas no resueltas por la burguesía (que ya no podría resolver en la época imperialista), tuvo una dinámica objetivamente anticapitalista expresada, en su punto más alto, por la Comuna de Morelos zapatista. Ante la incapacidad del proletariado y la impotencia histórica del campesinado serán los representantes de la pequeño burguesía y la burguesía los que, con la gran superioridad que les otorgó tener un punto de vista nacional (burgués), den una salida reaccionaria a los fines democráticos de la revolución.

El triunfo del constitucionalismo estará asentado en la derrota física de los ejércitos campesinos y en la destrucción de la Comuna de Morelos: es decir, sobre la derrota del ala radical de la revolución. Sobre la base de esta derrota es que se impondrá la “contrarrevolución obligada por las circunstancias a tomar formas democráticas” lo que significó concretamente el desvío de las aspiraciones de las masas hacia el régimen burgués por la vía del constitucionalismo, como se ve claramente en la Constitución de 1917, sentando así las bases del moderno desarrollo capitalista en México. Desde otro punto de vista, esto significó la liquidación de la perspectiva anticapitalista que planteaba la insurgencia campesina y, de aquí en más, la subordinación del proletariado y el campesinado tras la conciliación de clases. Sobre este resultado de la revolución es que surgirá el bonapartismo burgués que se asentará progresivamente en los años siguientes.

La emergencia histórica del bonapartismo mexicano

Ante la debilidad de la burguesía como clase serán los caudillos militares triunfantes, provenientes de las filas de la pequeño burguesía, quienes se postularan para reconstruir el Estado burgués, representar políticamente los intereses históricos de la burguesía, y avanzar en una mayor subordinación del país al imperialismo norteamericano. Encabezado por Obregón y Calles, emergerá el bonapartismo mexicano, que, por lo menos hasta 1929, tendrá un carácter no asentado, cruzado por disputas al interior de la burguesía y del ejército.

El carácter bonapartista del régimen posrevolucionario no puede entenderse sin tomar en cuenta el hecho de que la derrota de la revolución no se dará mediante una contrarrevolución clásica sino mediante el desvío de las masas hacia el “constitucionalismo”. Esto significa que, a diferencia de una dictadura semifascista en las semicolonias, el bonapartismo mexicano debió tomar en cuenta la relación de fuerzas resultante de una revolución que cruzó toda una década, institucionalizarse y legitimarse ante el movimiento de masas, y encontrar su base social en el control político de sus organizaciones, base social que en esos años será el campesinado.

La fundación del Partido Nacional Revolucionario por parte de Plutarco Elías Calles (el “jefe máximo”), en 1929, buscará estabilizar al bonapartismo en torno al nuevo partido de Estado: el Partido Nacional Revolucionario (PNR), unificando a las facciones “revolucionarias” y relegando al ejército al rol de ser pilar del Estado.

El bonapartismo sui generis: el cardenismo

El marco en el cual se dará el ascenso político de Lázaro Cárdenas fue el reanimamiento del movimiento de masas y la necesidad de profundizar la institucionalización del régimen para aceitar su legitimación. Surgió el régimen que León Trotsky definió como bonapartismo sui géneris y que ante la presión imperialista y la fortaleza del proletariado respecto a la burguesía nativa, “oscila entre el capital extranjero y el nacional, entre la relativamente débil burguesía nacional y el relativamente poderoso proletariado... puede gobernar o bien convirtiéndose en instrumento del capital extranjero y sometiendo al proletariado con las cadenas de una dictadura policial, o bien maniobrando con el proletariado, llegando incluso a hacerle concesiones, ganando de este modo la posibilidad de disponer de cierta libertad con relación a los capitalistas extranjeros.

Las concesiones otorgadas frente a la presión de las masas (como el salario mínimo y una nueva y controlada repartición de tierras) serán utilizadas por el cardenismo para frenar la movilización y soldar nuevamente los quebrados lazos de subordinación de la clase obrera y del campesinado al Estado. El proceso citado en el movimiento de masas dará pie al surgimiento de la Confederación de Trabajadores de México, en febrero de 1936, y en el campo, en 1938 surge la CNC. La convocatoria de Cárdenas a la unidad y organización del movimiento obrero, por un lado, y del movimiento campesino, por el otro, buscaron subordinarlos a una estrategia de conciliación de clases, y en ello cumplió un rol central la burocracia sindical enquistada en los sindicatos y la dirigencia campesina ligada al cardenismo.

El régimen bonapartista avanzó en la consolidación de su relación con el movimiento de masas, en especial, con el proletariado; de hecho, el objetivo central de la fundación del Partido de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938 será integrar al mismo al movimiento obrero e impedir la emergencia de una real alternativa proletaria. Por otra parte, la definición de bonapartismo sui géneris cobra vida al tomar en cuenta la expropiación petrolera que, como una medida que no era “ni socialista ni comunista. (sino) una medida de defensa nacional altamente progresista”, mostró el enfrentamiento del cardenismo con el imperialismo y una relativa independencia respecto a éste.

Como conclusión, si la fortaleza del proletariado obligó al bonapartismo mexicano a otorgar determinadas concesiones al movimiento de masas e incluso a enfrentarse al imperialismo, la política de Cárdenas significó un redoblamiento de la subordinación de la clase obrera (y del campesinado) al partido de la burguesía mexicana.

depression

Por Maximiliano Cavalera.

El 24 de Octubre de 1929, estalla uno de los acontecimientos económicos más importantes del siglo XX, ese día pasaría a la historia como el jueves negro y abriría la más terrible crisis económica que vería la humanidad en todo el siglo XX e inicios del XXI. Nuestras generaciones no vivieron las penurias económicas y políticas que generó la depresión de los  treintas. Nuestra burguesía,  ha pregonado el triunfo del capitalismo, y por ende; el triunfo del sistema social de producción perfecto. Desgraciadamente para la humanidad, los panfletos que ha enarbolado la burguesía, solamente son eso, propaganda que no soporta el más mínimo examen.

Lejos de la propaganda oficial de la burguesía y el imperialismo, la solución a la actual crisis financiera todavía no está a la vuelta de la esquina, los países imperialistas han votado todos en su conjunto, para que sean los trabajadores quienes paguen por excesos de la burguesía imperial. Por ende, hoy más que nunca, es importante, no solo estudiar los hechos que dieron origen al jueves negro, sino estar alertas ante los fenómenos políticos que pueden generar las crisis económicas del capital.

¿Que causó la crisis?

Los historiadores burgueses nos han enseñado por años, que la firma del tratado de Versalles significó el fin de la I guerra mundial, esa es una verdad a medias, de hecho, el tratado de Versalles fue la “legalización” del nuevo reparto mundial entre los países imperialistas, no solo político y geográfico, sino que también se configuraron los nuevos mercados y las nuevas áreas de influencias comerciales.

En términos económicos, la guerra imperialista implicó un decrecimiento demográfico de más o menos el 10% en Europa y de un 3,5% del capital. Asimismo, los países imperiales financiaron la misma, con un enorme endeudamiento público financiado a través de un gigantesco incremento de la deuda, tanto interna como externa, que junto a la emisión descomunal de papel moneda, comenzó a crear un fenómeno inflacionista.

Después de finalizado el conflicto, se establecieron nuevas hegemonías comerciales, sobre todo, lideradas por los países que no fueron tan afectados por la guerra, como Estados Unidos y Japón, en detrimento de algunos países europeos afectados por el desgaste militar. Por otra parte, las nuevas fronteras delimitadas con el fin del conflicto, trastocó las relaciones comerciales preexistentes, disminuyendo la eficiencia comercial de las naciones imperiales. Otro factor importante fueron los grandes impuestos de guerra  a los países vencidos.

Uno de los factores más importantes sería la hegemonía política y económica conseguida por el imperialismo norteamericano: “Dotado de gran riqueza y de un aparato productivo altamente desarrollado, Estados Unidos se ha elevado en el curso de la guerra [mundial de 1914-18] al rango de potencia imperialista dirigente del mundo. No obstante, asume ese rol dirigente en una época en la que el capitalismo ya declinaba en todas partes, y en la que los conflictos entre las grandes potencias no dejaban de acentuarse”. (EEUU, Roosevelt y el movimiento obrero en la Gran Depresión, León Trotsky)

La nueva hegemonía del imperialismo norteamericano significó un gran crecimiento económico que incrementó la producción y la demanda. La bolsa de valores experimentó un extenso período de incrementos en las cotizaciones, que originó una burbuja de especulación, la que fue fomentada por la burguesía financiera. Así fue que se inició el periodo que denominamos la gran depresión.

La gran depresión.

Este proceso tiene sus inicios a finales de la década de los veinte del siglo pasado y finaliza fomentada por la carrera armamentista de los países imperiales en el preludio de la II guerra mundial. Las dificultades estructurales que surgieron a partir del nuevo reparto del mundo y las políticas económicas impuestas por los triunfantes de la misma, comenzaron a sentirse desde el marzo a septiembre de 1929. A inicios de ese mes, las acciones en la famosa bolsa de New York comienzan a caer precipitadamente.

El jueves 24 de Octubre se inicia una carrera que no tendría fin en casi una década. Los rumores, que se venían gestando desde el mes de marzo toman fuerza, la bolsa de valores está sobrevalorada y los precios en que se cotizan las acciones, valen mucho menos de lo que el mercado les asigna, es decir, hay una burbuja especulativa. El pánico se apoderó de los inversores burgueses, los especuladores que habían comprado acciones a crédito, se vieron forzados a venderlas inminentemente, sufriendo colosales pérdidas para intentar devolver los préstamos que los bancos ya no les renovaban. Cuentos dignos de una novela se verían ese día, cuando muchos burgueses e inversores, se arrojaban de los rascacielos de Nueva York, incapaces de afrontar las enormes pérdidas económicas que había provocado su especulación, no podían soportar las pérdidas que los llevarían a la ruina, o mejor dicho, llevar la vida de los obreros que tanto habían explotado.

El miedo de ese día cesó cuando algunos bancos comenzaron a invertir en la bolsa deteniendo momentáneamente el pánico, pero el fenómeno fue efímero, el 29 de Octubre, el llamado martes negro, la bolsa volvería a tocar fondo, pero en esta ocasión el fenómeno sería mucho más prolongado. El hundimiento bursátil ocasionaría una profunda caída en el consumo, y una prolongada crisis económica que llevaría al desempleo y marginalidad a cientos de millones de personas por todo el mundo.

La lógica de la burguesía  no ha cambiado, la solución a la crisis era mandar a la calle a millones de trabajadores, reducir el salario de los que continuaban laborando, sobre explotar a los trabajadores desocupados, y dejar que el gobierno y los trabajadores asuman las culpas por la borrachera de los años de gloria de la burguesía.

El miedo provocado por las enormes pérdidas en la bolsa de valores, inició el pánico generalizado en los cuentahabientes, quienes acudieron a retirar sus ahorros de los bancos, la banca se quedaría sin liquidez, dejando al sistema financiero en la más completa bancarrota.

El capitalismo es mundial, la crisis también.

Como era de esperarse, y como lo hemos presenciado en nuestro tiempo, el germen de la crisis económica capitalista se expandió como la peste bubónica en el mundo. El comercio internacional se vio socavado por la enorme reducción en el consumo y las grandes tasas de desempleo en los países imperialistas. El miedo dentro de la burguesía incitaría, contra sus “propios preceptos”, el proteccionismo entre los mercados imperiales.  El descalabro del comercio internacional trasladó los síntomas de la crisis a los países en los que la economía estaba abierta al exterior. Por todo el planeta la gran depresión ocasionó un caos fatal, tanto en los países imperialistas como en los coloniales, por todos lados la industria se veía paralizada, junto a miles de trabajadores desempleados, el precio de los productos agrícolas descendió estrepitosamente, las recaudaciones se vieron disminuidas y las construcciones en una completa parálisis.

Consecuencias políticas.

La gran depresión traería condiciones más que  objetivas para la revolución mundial. Pero la revolución no se dio, sobre todo, porque la misma crisis económica mundial ayudó a consolidarse al engendro de la burocracia soviética encabezada por José Stalin. En países como Alemania, las precarias condiciones económicas ayudaron a consolidar el fenómeno del Nazismo, un gran analista de esos procesos denunciaba: “El derrumbe de la democracia obedece a una razón común: la sociedad capitalista ha sobrevivido a sus propias fuerzas. Los antagonismos nacionales e internacionales que estallan en su seno amenazan con destruir la estructura democrática (…) Allí donde la clase progresista se demuestra incapaz de tomar el poder para reconstruir la sociedad sobre bases socialistas, el capitalismo, en agonía, sólo puede mantener su existencia recurriendo a los métodos más brutales y anticulturales, cuya expresión más extrema es el fascismo, hecho histórico expresado en la victoria de Hitler” (León Trotsky, sobre la victoria de Hitler).

A partir de la segunda mitad de la década del treinta, los países imperialistas como EUA, Alemania, Japón entre otros, comenzaron a tener indicios de reactivación económica. Pero este flujo de capital comienza a surgir producto de la industria armamentista, desde 1936 Trotsky advertía: “bajo la inspiración, esta vez, de Roosevelt, un gasto anual de más de mil millones de dólares para la preparación militar y naval, una suma muy superior a todas las de los períodos precedentes. Por el momento, estos gastos sirven para estimular la "reactivación" y pronto le permitirán al capitalismo americano, si ocurriera una guerra, dar un vigoroso golpe a sus competidores”. (Ídem)

El resto de la historia es por todas conocidas, la segunda guerra mundial imperialista y la recuperación de la misma, resultaron ser el mejor negocio para la burguesía imperial, la cual, ayudada por el Estalinismo logró nuevamente sobrevivir a la peor de sus crisis. Pero la historia alecciona a los revolucionarios y nos enseña que el capitalismo sobrevivirá y nos seguirá explotando, hasta que las clases oprimidas se alcen y construyan una sociedad igualitaria para todas las clases sociales.

mao proclama

Por Juan José Medina

El 1 de Octubre de 1949, en la Ciudad Prohibida de Pekín, Mao Tse Tung proclama la República Popular China. Al día de hoy resulta obvio, que  la República Popular China ha enrumbado su camino a la restauración del capitalismo. Nadie puede negar que en 1949 el triunfo, contra todos los pronósticos, de la revolución China significaba la ruptura con el statu quo imperial, trasladó transitoriamente el centro de la revolución mundial a los pueblos atrasados; liquidó el aislamiento de la URSS y puso a la orden del día la urgente necesidad de abatir al imperialismo dentro de sus propias fronteras.

A más de 60 años del triunfo de la Revolución China, escribimos este artículo pretendiendo explicar el proceso revolucionario que llevó a China, en contra de su propia dirigencia, a constituirse como un Estado obrero, así como los males congénitos que llevaron a la restauración Capitalista.

La I y II revolución China

En 1911 es defenestrado el último emperador de China e inicia la revolución burguesa. Este proceso revolucionario no logra consolidarse porque la burguesía mercantil funcionaba como esbirro del imperialismo y no era lo suficientemente fuerte para luchar por las reivindicaciones mínimas burguesas, como la reforma agraria. China queda dividida en señoríos, controlados por señores de guerra, bajo la égida de diferentes imperialismos. Por ende, la revolución de 1911 deja sin solucionar los problemas más elementales de la nación China, sino todo lo contrario, deja planteado para el futuro la lucha por las reivindicaciones burguesas elementales, tal como la unidad nacional.

La II revolución China nace producto de la I guerra mundial. Comienza en 1919 con una intensa movilización del movimiento 4 de mayo que luchaba contra el tratado de Versalles. La I guerra, inicia un proceso de industrialización en China, según algunos autores el proletariado aumenta de 1 a 2 millones. A esta importante industrialización se suma el nivel de influencia alcanzado por el triunfo de la revolución rusa de 1917. Según Moreno: “en 1918 se funda él primer sindicato moderno en China. A corto plazo (1919), el movimiento sindical se combina con el movimiento del 4 de mayo en una serie de huelgas en Shanghai y otras ciudades. (….) El marxismo comienza a penetrar en China como leninismo.” (Nauel Moreno, La Revolución en China e Indochina)

Esta revolución será similar a la revolución Rusa ya que la espina dorsal de todo el proceso va a ser la clase obrera acompañada por el campesinado. En 1922  una huelga de marineros en Hong Kong concluye con un triunfo que logra el reconocimiento sindical y un aumento de salarios para los trabajadores.

Este movimiento obrero y la fundación del PC chino, indican enormes probabilidades para la revolución. Pero en 1923, inicia la degeneración del Partido Bolchevique, la dirigencia Estalinista, bajo la premisa de que la tarea histórica de China era la revolución burguesa encabezada por la burguesía, orienta al PC chino diluirse en el partido nacionalista llamado Kuomintang encabezado por Chiang Kai Shek. Esta orientación determinaría el futuro de la revolución Popular China, cuando la revolución está a la vuelta de la esquina, la burocracia soviética orienta nefastamente que esta, se supedite a la dirigencia burguesa.

Contrarío a las orientaciones del Cominter, en 1925 hay grandes luchas obreras: “En abril estalla una huelga contra las fábricas japoneses en Shanghai. La policía yanqui e inglesa dispara contra los manifestantes antijaponeses matando a varios. Los obreros declaran entonces, como repudio, la huelga general el primero de junio. Mientras tanto comienzan a estallar huelgas contra los patrones chinos. El ascenso culmina el 19 de junio al 10 de octubre con la huelga general en Hong Kong y el boicot a las mercaderías inglesas en Cantón. Este movimiento deja el poder de hecho en manos de los piquetes obreros, del comité de huelga y de los cadetes militares revolucionarios de Cantón.” (Idém)

En Marzo del 1926 Chiang Kai Shek juega sus cartas, da un golpe de Estado dentro de su partido y el gobierno. Se hace otorgar poderes plenipotenciarios y exige que los comunistas dejen de hacer campaña por sus posiciones dentro del partido, y que den la lista de todos sus afiliados. Stalin hace que el PC acepte estas condiciones. El 29 de julio Chiang Kai Shek declara la ley marcial en Cantón para reprimir a los trabajadores. El 12 de abril de 1927 se produce el golpe de Estado contra los obreros que culmina en una enorme matanza. Este golpe decapita definitivamente a la clase obrera china.

La evidente traición Estalinista crea un fenómeno dentro del PC Chino, se comienza a desarrollar una nueva tendencia, el maoísmo. Esta le daba gran importancia al movimiento campesino: “Esta trabajaba perfectamente bien dentro del partido, que tenía una estructura bolchevique, de amplia libertad interna y de disciplina en la acción.” (Idém)

La República Popular China.

La invasión japonesa a China cambia el panorama político considerablemente. Esta provoca la transformación en el carácter estructural de la burguesía y su forma de gobierno, asimismo se debe mencionar que esta coincide con la crisis de los años 30 y en su conjunto, destruyen la industria china. Pasada la guerra, esta situación se agravada por la crisis sin salida de la economía burguesa, la cual se expresa con una férrea inflación que amenazaba con destruir al campesinado y las clases explotadas.

Moreno asegura: “A medida que Chiang se alejaba de la costa, se transformaba más y más en un gobierno bonapartista que reflejaba los intereses de los terratenientes más reaccionarios del interior y los del amo de turno, el imperialismo yanqui. Este carácter bonapartista va a llevarlo a dejar de representar los intereses de la burguesía industrial y comercial de la costa cuando la vuelve a ocupar, haciendo de intermediario burgués entre el imperialismo y la economía china.”(Ídem) Es decir, que el aparato del Estado y sus familias allegadas controlaban toda la industria:  “Esta burguesía burocrática, formada por cuatro familias solamente, controla de hecho toda la economía capitalista china, junto con el Estado: el 60% de la industria metalúrgica, el 53% de la del petróleo, el 55% de la textil, el 70% de la mecánica, el 62% de la eléctrica, el 72% de la del papel, el 37% de la del cemento, el 89% de la química.”

Contraria a la situación de la burguesía, era la barbárica situación económica del campesinado: “Numerosas aldeas perecían: se calcula el número de campesinos muertos de hambre durante la guerra en una cifra de 10 a 15 millones” ... “Así la guerra y la inmediata postguerra crearon, por una parte, una nueva capa, de propietarios parasitarios y especuladores y, por otra, una enorme masa de campesinos expropiados” (Ernest Mandel, la tercera revolución en China 1959)

La ocupación provocó un movimiento multitudinario de resistencia popular y campesina no controlado por el PC, pero es esta organización la que se va transformando en la cabeza del movimiento contra la ocupación. Al finalizar la II guerra mundial, el poder de las comunas campesinas y zonas liberadas al enemigo bajo el gobierno de Mao, abarcan a cien millones de habitantes. En otra traición del Estalinismo, se negocia con el imperialismo norteamericano  la sumisión del PC chino al Kuomintang, el 23 de febrero de 1946 el Kuomintang y el Partido Comunista chino concluyeron un acuerdo para la unificación de las fuerzas armadas.

A pesar de lo pactado, la voracidad de Chiang Kai Shek sería más grande y rompe con el acuerdo atacando las zonas dominadas por Mao. La guerra civil estalla, pero el PC duda en la forma en que deben actuar, consultan a la enorme base campesina y la presión es enorme, la masa presiona para luchar contra el Kuomintang y la burguesía terrateniente dueña de toda la tierra en China: “En el curso del verano de 1946, los correos le llevaron al Comisario Político la orden: repartir la tierra. La suerte había sido echada”. (Ídem) La revolución agraria decretada produce la movilización de los campesinos pobres contra los ricos, que lleva a la constitución de organismos de campesinos pobres, y a estos al poder de hecho, es decir, la revolución no fue una acción consiente del PC chino, sino las circunstancias históricas empujaron a Mao y al PC a realizar la revolución.

El 1 de Octubre de 1949, la suerte estaba echada, Mao y su ejército ha derrotado a Chiang Kai Shek y al Kuomintang, contra la misma posición de su dirigencia, el campesinado ha hecho la revolución y cambiado la historia de la humanidad y del movimiento obrero.

Lecciones de la Revolución China

Las lecciones que nos deja China son importantísimas para el movimiento obrero y campesino del mundo, sobre todo, porque su dirigencia pequeño burguesa llevó nuevamente al poder a la burguesía en China, pero todo fenómeno, crea su contra fenómeno, con la enorme apertura económica de China, cimentada en la sobre explotación de los trabajadores, la burguesía y burocracia China, no solo han desarrollado la economía, sino que han estado sembrando al proletariado más grande del planeta, el único que puede llevar la democracia obrera a todo el país. La semilla de la democracia obrera y la justicia social en China, sigue siendo una labor histórica, que en algún momento tendrá que asumirla el proletariado más grande del planeta.

pasando revista

Por Olmedo Beluche

El 20 de agosto, hace 70 años, asesinaron a León Trotsky, pero no pudieron liquidar su herencia. Lo mataron de la manera más atroz, destrozaron su cerebro con un pico, pero no destruyeron sus ideas. Una gran alianza inconfesada de enemigos (agentes de la burocracia soviética, gobiernos imperialistas, socialdemócratas) lo persiguieron hasta el último rincón del planeta que se atrevió a darle asilo, el México de Lázaro Cárdenas.

Sus compañeros de lucha, sus copartidarios bolcheviques con los que dirigió la Revolución del 17, sus hijos y familiares, su generación casi completa, fue exterminada en la Unión Soviética de José Stalin. Y, sin embargo, setenta años después su legado sigue ahí, iluminando como un faro.

De Trotsky se ha escrito mucho, y se podría decir mucho más. Sin duda fue una personalidad de rango histórico. Muy joven se hizo revolucionario y marxista. Arrestado, forjó su carácter en las cárceles del zarismo, como tantos otros por aquella época en Rusia.

Huido al exilio, completó su educación política junto a los viejos fundadores de la socialdemocracia rusa, como Plejanov. Y con Lenin, que ya dirigía la generación intermedia, al principio bien y luego a los trompicones, en especial luego del Congreso de 1903, donde permaneció en un limbo intermedio entre bolcheviques y mencheviques.  En Viena bebió de las fuentes del marxismo austríaco, cuya influencia en la personalidad más occidental de los revolucionarios rusos tal vez no se haya ponderado suficientemente.

A los 25 años fue elegido por los obreros como presidente del Soviet de Petrogrado, durante la Revolución de 1905. Juicio, cárcel y nuevo exilio. Tuvo el acierto de ser el primero, incluso que Lenin, en atisbar que la revolución rusa sería esencialmente obrera, que la burguesía rusa era ya incapaz de librarse de los resabios feudales del zarismo, y que le tocaría a un gobierno encabezado por los trabajadores combinar las tareas democráticas y socialistas. Había nacido su legendaria Teoría de la Revolución Permanente.

Estuvo entre los pocos, al igual que Lenin y Rosa Luxemburgo, que denunciaron la traición de la Segunda Internacional socialdemócrata, cuando apoyó la guerra imperialista, la Primera Guerra Mundial. Y estaría entre los fundadores de la tercera Internacional Comunista, en 1918.

De vuelta en Rusia gracias a la Revolución de Febrero de 1917, rápidamente zanjó las diferencias que le separaban de Lenin y entró al Partido Bolchevique. Al igual que en 1905, pronto destacó como el principal dirigente, orador y organizador de los Consejos (Soviets) de Obreros, Soldados y Campesinos, tocándole ser el ejecutor concreto, de una revolución que Lenin dirigía desde la clandestinidad, la Revolución de Octubre de 1917, bajo las consignas de “paz, pan, tierra y libertad”.

Octubre inauguró una nueva época histórica. La Unión Soviética que nació de esa revolución dio forma concreta a la aspiración de millones de trabajadores en todo el mundo de construir una nueva sociedad, libre de la explotación capitalista, de miseria, en que la economía fuera racionalmente puesta al servicio del bienestar colectivo. La predicción de Carlos Marx y Federico Engels en el Manifiesto se había hecho carne.

Pero el estado obrero soviético estaba lejos todavía del anhelado socialismo. Nació bañado en sangre de la guerra civil y la agresión extranjera y, como no, ahí estuvo Trotsky nuevamente en la primera línea de combate, como organizador del Ejército Rojo, derrotando a los invasores externos y a los insurgentes internos.

Luego de cuatro años de cruenta guerra civil vendrían los años de “cansancio” de la revolución. La revolución alemana, en la que habían afincado sus esperanzas los rusos, quedaba postergada. Los años de la NEP , una especie de capitalismo de estado, el proceso de burocratización del estado soviético, advertido por el propio Lenin y, finalmente, la muerte de éste en 1924.

A partir de allí se instala una lucha a veces soterrada y a veces pública por el poder, entre quienes defendían los postulados de democracia socialistas del 17, y una élite cada vez más burocrática y autoritaria, encabezada por José Stalin. Lucha en la que él sería la primera víctima. Lucha primero ideológica, entre un supuesto “marxismo leninismo” en confrontación con el “trotskismo”, la falsificación histórica y la difamación.

En 1927 sería arrestado y deportado, marchando a su último y definitivo exilio. Diez años después tendría que luchar desde lejos para defender a los bolcheviques del 17, quienes fueron juzgados como “traidores” y pasados por las armas por parte del régimen totalitario de Stalin. No se salvó ninguno. Ni Bujarin, ni Zinoviev, ni Kamenev, por mencionar a algunos. “La revolución se traga a sus hijos”. Era el Termidor soviético, parodiando a la Revolución Francesa.

Frecuentemente cuestionado respecto a cómo el segundo hombre en prestigio de la revolución, después de Lenin, el jefe del Ejército Rojo, había sido desplazado del poder sin pegar un tiro, él respondía que el proceso de burocratización era objetivo, es decir, no dependía de su voluntad personal, sino de la situación política mundial. Sólo un nuevo ascenso revolucionario en occidente podría revitalizar la revolución socialista soviética.

Este argumento es el segundo corolario de su Teoría de la Revolución Permanente : no puede haber socialismo en un solo país, aislado. El socialismo es un proceso  internacional, afirmaba, contrariando la tesis de Stalin y la burocracia, que sostenía que la Unión Soviética podía dar la espalda a la revolución en el resto del mundo y construir una sociedad modelo del socialismo completamente aislada.

Y no era una discusión meramente teórica. Stalin deformó y prostituyó la II Internacional al convertir a los Partidos Comunistas en sucursales de la política exterior de la URSS , quitándoles su papel de vanguardia en la lucha por el socialismo, y conduciendo a derrotas sucesivas de los procesos políticos en China (1925), Alemania (1933), España (1936-39).

A esta lucha política por salvar para un método marxista y revolucionario a la vanguardia obrera mundial dedicaría Trotsky su vida en su tercer exilio. Esa lucha política le obligaría, por un lado, a rescatar la verdad histórica del proceso revolucionario ruso de las mentiras y deformaciones de Stalin. Sus mejores libros saldrían de este debate: Historia de la Revolución Rusa y Mi Vida.

Por otro lado, sería el primero en analizar en profundidad la degeneración burocrática del estado soviético, siendo el primero en pronosticar que la casta social que se había adueñado del poder llevaría irremediablemente a la restauración del capitalismo en Rusia, salvo que un proceso revolucionario socialista en Europa occidental se produjera. La revolución traicionada, sintetiza la pila infinita de documentos producidos por Trotsky al respecto.

Paralelamente, León Trotsky siguió el día a día de la política internacional, en especial de los procesos revolucionarios abiertos en otros países, procurando agrupar y educar a la vanguardia socialista en un método correcto que asegurara el triunfo de nuevas revoluciones obreras.

Respecto a Alemania, a inicios de los años treinta, le tocó denunciar la política impuesta por Stalin (el llamado “tercer período) que privilegiaba el ataque contra los socialdemócratas facilitando el triunfo del fascismo de Hitler. A partir del 36, Trotsky se concentra en la guerra civil española, y denuncia la traición stalinista de apoyo al gobierno del Frente Popular (con la “sombra de la burguesía”) que impidió a los obreros españoles tomar directamente el poder y abrir un proceso de revolución socialista. Llamaría a Stalin “el gran hacedor de derrotas”.

De todo lo vivido por este hombre, que bastaría para llenar más de una vida memorable, su principal legado, según su propio juicio, fue su esfuerzo por legar a la generación siguiente la organización y el método del marxismo revolucionario, rescatándolos de la degeneración política (de la II y la III Internacionales) y del exterminio físico de su generación, atenazada entre el totalitarismo stalinista y el fascismo que campeaba por Europa, en la infame década de los años treinta.

Ese legado se materializó en la fundación de la IV Internacional (1938) y en su plataforma política, El Programa de Transición.

Pese a que sus críticos le señalaban que no se debía fundar una internacional en medio de una época de derrotas, él insistió en ello, pues comprendía que su final estaba cerca y era imprescindible que no se rompiera el hilo de la memoria histórica, para que la siguiente generación pudiera seguir los pasos revolucionarios de la anterior.

Hoy, iniciado el siglo XXI, 70 años después de su asesinato, cuando reina cierto desconcierto y confusión ideológica en la vanguardia socialista, incluyendo al propio movimiento trotskista, no hay como releer el Programa de Transición para encontrar el camino:

“ La Cuarta Internacional ha surgido ya de grandes acontecimientos: las mayores derrotas del proletariado en toda la historia. La causa de estas derrotas está en la degeneración  y la traición de la vieja dirección. La lucha de clases no admite interrupción. Para la revolución, la Tercera, después de la Segunda , ha muerto. ¡Viva la Cuarta Internacional!”

“… La Cuarta Internacional, respondemos, no necesita “proclamarse”. Existe y lucha. ¿Qué es débil? Sí, sus filas no son numerosas porque todavía es joven. Por ahora hay principalmente cuadros.

Pero estos cuadros son prendas del futuro… Si nuestra Internacional es débil numéricamente, es fuerte por su doctrina, su programa, su tradición, el temple incomparable de sus cuadros…”

“Su tarea: la abolición del dominio capitalista. Su objetivo: el socialismo. Su método: la revolución proletaria…. Sin democracia interna no hay educación revolucionaria. Sin disciplina no hay acción revolucionaria. La estructura interna de la Cuarta Internacional se basa en los principios del centralismo democrático: plena libertad de discusión, unidad completa en la acción”.

“La crisis actual de la civilización humana es la crisis de la dirección revolucionaria. Los obreros avanzados, unidos en la Cuarta Internacional, muestran a su clase el camino para salir de la crisis.

Ofrecen su programa basado en la experiencia internacional de la lucha liberadora del proletariado y de todos los oprimidos del mundo. Ofrecen una bandera sin mancha”.

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Por Maximiliano Cavalera.

Desde los primeros escritos de Karl Marx y Federico Engels, ambos autores no se cansarían de insistir en la importancia de crear una organización obrera internacional, esta debía velar por la emancipación de los trabajadores del mundo. Así se fundó la primera internacional, conocida como la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), la cual se vería disuelta en el congreso de la haya en 1872. Moriría Marx y pasarían más de una década para que los grupos Marxistas se fortalecieran e intentaran la empresa más grande hasta esa época, fundar una internacional obrera que se diera a la tarea histórica más importante de la humanidad, la de hacer la revolución mundial.

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En la mirada de Eric Hobsbawm. El gran historiador inglés, autor de clásicos ineludibles sobre el siglo XX, examina la crisis actual y los vertiginosos cambios de las últimas décadas en la política global, y retrata el horizonte por venir.

Es probablemente el mayor historiador vivo. Su mirada es universal, como lo muestran sus libros La era de la revolución y La era del capitalismo. Esta entrevista constituye su más reciente ejercicio de una visión global sobre los problemas y las tendencias del mundo moderno.

Su obra Historia del siglo XX concluye en 1991 con una visión sobre el colapso de la esperanza de una Edad de Oro para el mundo.

¿Cuáles son los principales cambios que registra desde entonces en la historia mundial?

Veo cinco grandes cambios. Primero, el desplazamiento del centro económico del mundo del Atlántico norte al sur y al este de Asia.

Este proceso comenzó en los años 70 y 80 en Japón, pero el auge de China desde los 90 ha marcado la diferencia.

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