Medio Oriente


Por Nicolas Lebrun

Luego de haber trasladado la embajada estadounidense en Israel hacia Jerusalén, la administración Trump se apunta un nuevo golpe con el objetivo de apretar las tuercas de todo el engranaje de las nuevas relaciones político-militar y económicas en el orbe.

Este es el sello de este gobierno, que en los casi dos años de gobierno intenta imponer su visión del” America First”

 Las sanciones a Irán, ¿quiénes son los perdedores?

Como ha sido su característica, la política nacional e internacional del gobierno yanqui se hace mediante tweets. Con respecto a las nuevas sanciones contra Irán,  no fue la excepción:

" Las sanciones contra Irán entran oficialmente en rigor. Son las sanciones más duras jamás impuestas y en noviembre lo serán aun mas. Cualquiera que haga negocios con Irán, no lo hará con los Estados Unidos. Pido la paz mundial, nada menos” Este nuevo embate de la administración yanqui ha sido catalogada como “una guerra psicológica” por parte del presidente iraní Hassan Rohani(France 24,7/08/2018)

En el fondo de todo este asunto se encuentra el acuerdo nuclear de 2015 firmado por todas las principales potencias del planeta: Rusia, China, Alemania, Francia, Reino Unido y por supuesto los Estados Unidos bajo la administración Obama. Sin embargo, durante la campaña electoral, ya Trump anunciaba su desacuerdo con dicho tratado, el cual consideraba como “el peor del mundo”.  Bajo esta misma óptica se manifestaba el presidente del estado sionista de Israel Benjamín Netanyahu, para el cual, el acuerdo era una forma de ganar tiempo para relanzar el programa militar nuclear una vez que Irán saliese de la grave crisis financiera producto del embargo al que ha sido sometido durante casi tres décadas.

Pero el nuevo orden que quiere establecer los halcones de la Casa Blanca, pisotea también al consejo de seguridad de las Naciones Unidas que es el que le dan el marco jurídico superior a este acuerdo con la resolución 2231. Pocos días después de haber suscrito  Irán y las potencias mencionadas anteriormente, el 20 de julio del 2015, el Consejo de Seguridad de la ONU aprueba esta resolución Dentro de la normativa de la ONU, los estados miembros según el artículo 25 de la Carta de la Naciones Unidas, tienen la obligación de “aceptar y aplicar las decisiones del Consejo de Seguridad”(un.org) En el pasado, ya los Estados unidos, durante la administración Bush hijo, también hizo al lado a las Naciones Unidas y al Consejo de Seguridad y se lanzó en a la guerra con Iraq, lo que pulverizó la estructura económica política y militar de este país. En ese entonces, los halcones, el grupo de funcionarios de alto nivel de esta administración, controlaban todos los aspectos de la política estadounidense. La visión de estos, era similar a la del actual gobierno. Los Estados Unidos, deberían imponer su hegemonía sin necesariamente negociar con los aliados imperialistas.

De hecho, la semana pasada hubo importantes manifestaciones en varias ciudades en contra del alto nivel de desempleo y de la inflación galopante. En los últimos seis meses el rial ha perdido cerca de dos tercios de su valor y este deterioro de su valor se ha disparado en los últimos días.

Por otro lado, como lo hemos descrito en el artículo anterior sobre la cumbre de la OTAN y la del G7, los países de la Unión Europea, Rusia y China son los principales perdedores en este cambio abrupto de escenario. Como bien lo dice el tweet presidencial, los países que hagan comercio con el régimen de Teherán, se verán también expuestos a las sanciones comerciales. Todos han condenado de una manera u otra la decisión del gobierno yanqui, algunos con más vehemencia otros de forma más lacónica, pero, al fin y al cabo, lo que queda demostrado es que no van a arriesgarse a perder aún más en este asunto. Los rusos por ejemplo han manifestado que” la comunidad internacional no debe aceptar que los logros importantes de una diplomacia multilateral sean sacrificados por las ambiciones americanas que se deben a un ajuste de cuentas con Irán” (AFP, 7/08/2018). Los europeos por su lado dicen estar determinados a “proteger los operadores económicos europeos comprometidos en negocios legítimos en Irán” (ídem)

Los pasos seguidos por Trump en este sentido han sido hilvanados para que las sanciones y medidas proteccionistas lleven a su gobierno a imponer tanto su política comercial como en los aspectos de seguridad y demás. En esto, el garrote ha pasado delante de la zanahoria como manera de hacer política.

El aumento de aranceles a las importaciones de acero, aluminio y otros productos industriales a China, Canadá y la UE han sido el punto de partida para tomar el control del tablero mundial. Las misiones francesas, alemanas o del presidente de la UE para tratar de aplacarlas no han tenido todo el éxito que hubieran querido. Detrás de estas primeras sanciones podría haber otras más serias o bien que acentúan la división de los miembros de la UE por ejemplo. Los alemanes están aliviados que por el momento no entre en vigor un aumento de los aranceles para los carros (30% de la exportación alemana se hace hacia los EE.UU) pero los franceses, los principales beneficiados de los subsidios europeos hacia la agricultura, se verían perjudicados por las negociaciones de Juncker, puesto que le abrirían el paso a la exportación sin aranceles de los productos agrícolas estadounidenses en el mercado de la Unión.

Dentro de este contexto, los países miembros de la UE por ejemplo, no han tardado en sacar sus peones del tablero iraní. Empresas como Daimler, el gigante automotriz alemán, no tardaron en anunciar la clausura de sus actividades en el país.

El precio del petróleo también se podría ver impactado en este escenario. Estas nuevas sanciones implicarían que la tercera reserva mundial de petróleo quedara fuera del mercado. Este país, el tercer productor mundial, exporta esencialmente al mercado asiático de 2 a 2,5 millones de barriles por día de un total de 3,8 mbd Los analistas de la Société Générale han manifestado desde el mes de mayo que “Prevemos que las sanciones contra Irán van a hacer desaparecer entre 1 y 1,5 millones de barriles por día del mercado” (AFP 9/07/2018), En ese mismo sentido no ven como una apuesta muy segura que Arabia Saudita y Rusia traten de rellenar el hueco dejado por la salida del mercado iraní ya que se podrían quedar en una posición “vulnerable en caso de otras perturbaciones de la oferta mundial” (Idem) Sin embargo Arabia Saudita ya se ha lanzado a aumentar su producción de petróleo y ha anunciado que el reino “ trabajara con los principales productores de petróleo al interior y al exterior de la OPEP así mismo que con los principales consumidores, para limitar el impacto de toda disminución en el aprovisionamiento” (Le Figaro 9/05/2018) Sin embargo la incertidumbre sobre la evolución de la crisis no ha permitido que el precio del barril Brent se encuentre todavía cerca de los 70USD.

Los que podrían verse favorecidos por esta nueva situación son los productores gringos que utilización la fracturación y que han estado en una situación de altos y bajos en los últimos años. Los costos de producción de esta tecnología son mucho más altos que el de la perforación tradicional de pozos. Esto implica que los precios altos permitirían a estas compañías aumentar sus ganancias. Según la empresa yanqui Baker Hughes, el número de pozos activos en los Estados Unidos ha aumentado gradualmente en el último periodo. Los bajos precios del barril al inicio de la administración Trump amenazaban a este sector. Es importante, así como la exportación de los productos agrícolas para hacer frente a las demandas de este sector que dice ser perjudicado por el NAFTA, el fortalecimiento de los sectores productores de petróleo que generan miles d empleos a costa del deterioro ambiental.

Otro imperativo: frenar la influencia militar iraní en el área

La derrota militar de la revolución siria fue fraguada en diferentes actos y bajo la tutela de las grandes potencias. La visión maniquea en la que varias corrientes de la izquierda neo estalinista cayeron, fue el de querer ver un enfrentamiento entre el “anti imperialista “ El Asad y la intervención militar de los aliados occidentales encabezada por los EE.UU. Nada más alejado de realidad para entender el proceso que se dio y las enormes contradicciones en el campo burgués que llevaron a enfrentarse en el terreno militar . Toda esta dinámica fue sostenida por el deseo de las masas de deshacerse de la camisa de fuerza de la dictadura del partido BAAS que desde varias décadas controlaba todos los aspectos de la vida del pueblo sirio.

En este terreno, la puerta se abrió para que varias potencias del área jugaran un papel protagónico, empezando por Rusia que buscaba a toda costa mantener su base naval en el Mediterráneo y torcer el brazo al rival norteamericano. El apoyo incondicional de los rusos a la dictadura de El Asad fue determinante para alzarse con el triunfo. Pero un activo protagonista fue Irán. Miles de combatientes iraníes fueron a engrosar las milicias que enfrentaron a los rebeldes y al Estado Islámico.  Por otro lado, las milicias de Hezbolah sostenidas y financiadas por Irán pusieron también a sus hombres a combatir al lado de la dictadura.

Este avance militar en el área no fue del beneplácito de los sionistas que siempre han señalado a estas milicias como el principal objetivo militar a derrotar en la zona, lo que ha provocado ya varias intervenciones militares en el Líbano para tratar de erradicarlas.  Sin embargo, el fenómeno es mucho más complejo y la base social de apoyo hacia estos pero lo que es más importante, el odio hacia el ejército sionista hizo que tuviesen que retirarse sin lograr su cometido.

La punta de lanza del imperialismo en el área ha sido y seguirá siendo el estado sionista de Israel. El ejemplo de los turcos y de las sanciones que le han sido impuestas por el gobierno estadounidense ha sido bien claro. Los turcos son una de las potencias que han intervenido en el conflicto sirio para contra restar militarmente a la aspiración de la minoría kurda en sus fronteras que busca construir un estado kurdo unificado con los territorios que fueron desperdigados luego del reparto del botín imperialista luego de la primera guerra mundial.

Los turcos aprovecharon la coyuntura para avanzar y tomar la ciudad kurda de Afrin, lo que ayudó también a consolidar al electorado nacionalista fiel a Erdogan. Pero a pesar de todo esto, el gobierno yanqui ha tomado como pretexto la liberación de un pastor estadounidense preso después del fallido golpe de estado. Con la imposición de estas sanciones decretadas por tweet, con las cuales grava las exportaciones turcas de acero y aluminio en un 50 y 20 por ciento respectivamente la lira turca se ha desplomado en casi un 30%. Cabe recordar que las bases militares turcas, miembro de la OTAN han sido estratégicas para las intervenciones militares yanquis en la región.

Con este ramillete de sanciones, el imperialismo yanqui se asegura tener un rol hegemónico como potencia militar y económica en el mundo y en este caso en el Medio Oriente. Pero esto no le garantiza del todo que este plan funcione a largo plazo. Las contradicciones en el mismo seno del imperialismo y con el resto de las potencias imperialistas podría dar al traste todo este plan de los halcones.

El otro aspecto es la posibilidad de nuevos ascensos del movimiento de masas. Aprovechando el viento a su favor, el Keneset, el parlamento sionista aprobó un proyecto de ley racista del gobierno de Nethanyahu. Esto ha desatado una serie de movilizaciones desde los viejos aliados drusos que han combatido en el ejército sionista y de la población árabe-israelí que ven avanzar todavía más el régimen de apartheid sionista.

Lo que sigue siendo vital es de dotarse de un partido revolucionario que impulse las tareas democráticas que han sido pisoteadas por las potencias imperialistas y los regímenes de turno que han dividido y reprimido a las masas y sus legítimas aspiraciones nacionales, empezando por la creación de una Palestina laica democrática y no racista.