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ANTE LA CRISIS DEL SISTEMA DE SALUD PÚBLICA, UNIDAD DE LOS TRABAJADORES CENTROAMERICANOS DE LA SALUD

La grave crisis financiera por la que atraviesan los Estados centroamericanos, producto de las políticas neoliberales y los tratados de libre comercio, repercute en primera instancia en la inversión que deben hacer los gobiernos en beneficio de los sectores populares. Los servicios de salud y educación, para mencionar los más afectados, atraviesan por graves dificultades que han llevado a los gobiernos a recortar beneficios, efectuar cobros indebidos o a dejar en el abandono la atención al público.

 

Los trabajadores estatales de estos sectores han estado en pie de lucha defendiendo tanto sus derechos como empleados asalariados como la calidad y eficiencia de los servicios.

A partir del mes de septiembre hemos asistido a importantes luchas en los hospitales públicos de El Salvador y Guatemala.

En Guatemala los médicos de uno de los más grandes hospitales del país, el San Juan de Dios, estuvieron 9 días en paro demandando de las autoridades del Ministerio de Salud, el debido abastecimiento de medicinas, insumos, material quirúrgico y equipo. El 8 de octubre los compañeros reabrieron las consultas, con la condición de que en 15 días los materiales solicitados lleguen al centro hospitalario en las cantidades solicitadas. Pero no fue el único hospital en que se realizaron paros; desde inicios de septiembre en al menos otros cinco hospitales del interior del país los médicos, enfermeras y trabajadores protestaron por la falta de materiales adecuados para trabajar y también por el atraso en el pago de sueldos y el incumplimiento del convenio colectivo firmado el año pasado entre el más grande de los sindicatos de salud y el gobierno.

En El Salvador médicos del Sindicato de Médicos del Hospital Rosales (SIMEHR), uno de los más importantes de la red hospitalaria pública han protestado y denunciado la falta de condiciones que permitan brindar una atención médica hospitalaria adecuada al pueblo. A la vez se oponen al control de la patronal mediante la marcación biométrica; dicha oposición es simbólica porque saben que de someterse a dicha imposición se estaría abriendo el camino para continuar con más medidas en su contra. Otros sindicatos del área de salud como SIGESAL, SITRASALUD, etc. se han unido a las acciones de protestas las cuales hacen ver la falta de insumos, materiales, equipos, medicamentos, sobrecarga laboral hacia el personal de salud, poniendo en la mayoría como una de sus exigencias la remoción de los directores.

Las autoridades de salud, con la epidemia de la chikunguña, de la cual según el mismo ministerio de salud se reportan 37,973 casos, han sido puestas a prueba. El ministerio no ha respondido adecuadamente mientras la clase trabajadora continúa sufriendo las secuelas de esta enfermedad.

Como vemos, los trabajadores de la salud en ambos países están desarrollando luchas por problemas similares, provocados por causas similares. Sin duda en los otros países de la región, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, salvando las distancias, las dificultades económicas de los Estados redundan en una deficiente atención a las necesidades de salud de los trabajadores y el pueblo en general.

Es tiempo de que los trabajadores públicos del área de salud de toda Centroamérica inicien acercamientos en busca de una coordinación. No para reunirse una vez al año y emitir declaraciones conjuntas inútiles, sino para trazar un plan conjunto de lucha a nivel de toda la región centroamericana.