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El Paro Nacional: ¿por qué fue exitoso en Colombia y todavía es una aspiración en Nicaragua?

Hasta hace poco tiempo, las masas populares de Colombia se mantenían bajo el terror contrarrevolucionario del Ejercito, en alianza con los grupos paramilitares, enfrascados ambos en su lucha a muerte contra la guerrilla. Durante casi 70 años, desde el Bogotazo de 1948 en adelante, la lucha popular en Colombia estuvo distorsionada por la lucha armada de las guerrillas.

 

Colombia, al igual que Guatemala, ha sido gobernada por oligarquías que, desde la época colonial, sin el menor rubor, han utilizado ampliamente el terror contrarrevolucionario para contener las luchas populares contra sus respectivas guerrillas. Los secuestros, desapariciones, fusilamientos masivos, torturas, etc, fueron comunes en Colombia y Guatemala.

Antes de que se firmara la paz, en el año 2013 se produjo un paro agrario, una enorme protesta campesina. El 24 de noviembre del 2016 fueron firmados los acuerdos de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. La mayor parte de las guerrillas entregaron las armas, pero la “paz social” soñada por el Uribismo está lejos de conseguirse. Tres años después de los acuerdos de paz, Colombia forma parte del ascenso revolucionario que estremece a América Latina. Desaparecieron los balazos, pero inmediatamente se encendió la llama de la protesta popular.

El primer gran golpe político contra el uribista presidente Iván Duque, lo propinó la ex senadora Claudia López, al frente de Alianza Verde, una emergente fuerza política que ganó la Alcaldía de Bogotá, desafiando al obsoleto bipartidismo colombiano.

El segundo gran golpe lo constituyó el Paro Nacional del 21  y 27 de Noviembre del 2019. Ambos paros nacionales han sido exitosos, reflejando el enorme descontento social de la clase media y los sectores populares, ante los planes de ajuste aplicado por el gobierno de Iván Duque. Estos paros nacionales unificaron a diferentes sectores sociales, centrales obreras, campesinas y organizaciones estudiantiles y barriales, en torno a 10 puntos de lucha contra el ajuste capitalista.

En Nicaragua, a pesar del estallido revolucionario de abril del 2018, la situación es diferente a Colombia. La dictadura Ortega-Murillo engatusó a la oposición con el espejismo del Diálogo Nacional mientras armaba el ejercito paramilitar que aplastó a los tranques. A partir de ese momento tomó el control total de la situación, y ejerce una brutal represión contra cualquier intento de protesta popular. Incluso, al aplastar militarmente la rebelión popular tuvo después el camino libre para imponer la reforma tributaria, un plan de reformas del INSS mucho más duro, alzas en los servicios básicos, y la congelación salarial.

En estos casi dos años de lucha contra la dictadura Ortega-Murillo, la oposición burguesa agrupada en la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), aprovechando los efectos de la represión, ha logrado avanzar en su plan de canalizar el descontento por medio de elecciones que no pongan en peligro su dominación como clase capitalista.

Para engañar a los sectores populares, los empresarios nicaragüenses han convocado a tres “paros nacionales” en el año 2018: 14 de junio, 13 de julio y 7 de septiembre. En el año 2019, divididos, los empresarios convocaron a un “paro nacional” el 23 de mayo. El cual a diferencia de los anteriores recayó más en la ciudadanía, que lo apoyó no saliendo a las calles. En realidad, estos no son “paros nacionales”, sino “lock out”, es decir, la patronal envía a sus empleados a sus casas, a cuenta de vacaciones.

Recientemente, como protesta por el encarcelamiento de 13 de sus dirigentes, la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) acaba de aprobar la convocatoria a un Paro Nacional. La exitosa experiencia de Colombia nos enseña muchas lecciones. El Paro Nacional en Nicaragua para que sea exitoso debe ser convocado y organizado desde abajo, desde las organizaciones gremiales, sin la aprobación de los empresarios del COSEP y ACHAM.

La principal experiencia de Colombia es que el Paro Nacional resulta exitoso cuando los diferentes sectores sociales unen sus reivindicaciones en un solo pliego unificador. Aunque muchas organizaciones sindicales o gremiales están controladas por la dictadura Ortega-Murillo, se debe realizar un trabajo previo de organización, preparación y de discusión de los puntos comunes con los sectores sociales dispuestos a luchar. La consigna de Paro Nacional en Nicaragua debe estar acompañada de las reivindicaciones de todos los sectores sociales que, por supuesto, también ansían terminar con la dictadura oprobiosa.